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𝟬𝟬𝟭 el regreso

CAPÍTULO UNO:
EL REGRESO.




                    Durante su viaje con destino a la ciudad de Forks, Jasmine Uley ocupó su mente en imaginarse cómo sería su reencuentro con las personas que no veía hace cuatro años. La chica se había marchado de su ciudad natal para acabar la escuela preparatoria en Seattle, la cual le permitía un pase casi directo —si mantenía un buen promedio— hacia la universidad de sus sueños.

      El primer rostro que venía a su mente era claramente el de su hermano mayor, Sam Uley. A pesar que lo había visto las navidades pasadas, ella añoraba sus pequeñas discusiones. La relación de los hermanos Uley era bastante complicada. Aún así, a pesar que su madre los regañaba por siempre estar peleando, todos sabían que los hermanos harían todo el uno por el otro.

      Al pensar en Sam, Jasmine no podía evitar pensar en Leah casi automáticamente. Ella se enteró de todo lo ocurrido por parte de su hermano ya que ella y su vieja mejor amiga habían hecho una clase de trato. Tanto ella como Leah pensaban que sería demasiado difícil estar lejos tanto tiempo, por lo que optaron por no hablarse hasta que ella regresara o Leah pudiera ir a visitarla.

      Puede que otras personas pensaran que eso era extraño, pero para ellas no lo era. Las dos chicas habían pasado juntas cada día de su vida, no había ni un día en que no se vieran puesto que compartían clases y vivían muy cerca la una de la otra. Además del hecho que ella salía con su hermano. Por lo que ellas creían que hablar sin verse sería algo que no podrían soportar y prefirieron perder contacto hasta un tiempo indefinido.

      Ahora Jasmine estaba más nerviosa que nunca. Leah había sido siempre su mejor amiga y conocía su carácter, un carácter complicado pero valioso. Fue de ella que Jasmine aprendió a amarse a sí misma y hacerse respetar. Ella esperaba que Leah recordara su amistad y estuviera dispuesta a recordarla sin ser manchada por la traición de su hermano.

      Como si eso no fuera suficiente, Leah no sólo había perdido solamente a su novio, con el que había creído que se casaría y viviría felizmente para siempre, sino que también había perdido a su padre. Jasmine se sentía demasiado culpable de no haber estado allí para ella.

      La mente de Jasmine divagó hacia Jacob Black, su otro mejor amigo. Cuando era pequeña, a Jasmine le gustaba decir que tenía lo mejor de dos mundos: un mejor amigo varón y una mejor amiga mujer. Claro que al crecer, a Jasmine le parecía algo estúpido hacer una diferencia así, aunque sabía que no podría hablar toda la noche con Jacob sobre qué tan lindo le parecía algún chico.

      La última vez que vio a Jacob Black fue durante su viaje. El chico insistió a su padre para que le dejará acompañarla y así lo hizo. Jasmine creía que ese había sido su mejor viaje con él, sin tener en cuenta que había sido el único realmente.

      Los primeros meses mantuvieron contacto, pero luego, Jasmine optó por hacer el mismo trato que había hecho con Leah. Y aunque Jacob quería seguir sabiendo lo que hacía cada día, aceptó cuando leyó que hablar por mails sólo la deprimía.

     Cuando Jasmine Uley regresó a la reserva, el sol ya se había ocultado y se dirigió directamente a la casa de Sam. Ella prometió visitar a su madre al día siguiente, pero ahora necesitaba dormir y ya estaba todo arreglado para que ella se quedara con su hermano.

      La chica no terminó de golpear la puerta que esta se abrió y Emily la recibió con un abrazo —. ¡Jas! ¡Me preguntaba cuándo llegarías!

      La morena sonrió y le devolvió el abrazo a la chica. La había conocido en las pasadas fiestas y notó lo buena persona que era al instante. A pesar que ella se había empeñado en guardarle cierto rencor por lo que le hizo a su mejor amiga, era algo difícil después de que hablaron y le explicó lo difícil que había sido para ella.

      —El bus salió una hora tarde—, explicó Jasmine, entrando a la casa y arrastrando su maleta detrás de ella —. ¿Dónde está Sam?

      —Salió hace un rato, no debería tardar en llegar—, explicó Emily justo antes que la puerta se abriera.

      Jasmine sonrió a su hermano, notando que Paul Lahote y Jared Cameron venían detrás de él. La chica intentó actuar como si no se sintiera pequeña entre ellos, puesto que habían crecido considerablemente desde la última vez que los había visto. Especialmente porque los había visto antes de su transformación.

      — ¿No vas a abrazar a tu hermana porque tus subordinados están aquí?—, se burló Jasmine y Sam se acercó, dándole un rápido abrazo y besó su cabeza.

      —Yo también te extrañé, Jas—, murmuró con una media sonrisa antes de saludar a su prometida.

      — ¿Subordinados?—, repitió Paul antes de abrazar a la chica, levantándola del suelo —. ¿Qué te pasó, Jas? Sigues igual que la última vez que te vimos.

      Jasmine le sacó la lengua —. Discúlpame por no tomar asteroides como ustedes.

      Jared rió antes de saludar a Jasmine —. ¿Cómo estás, Jas? ¿Ya terminaste la escuela?

      La morena asintió, orgullosa —. Con el promedio perfecto para entrar a la universidad que quiero.

      — ¡Felicitaciones, nena!—, exclamó Jared, chocando los cinco con la chica.

      —Bueno, ¿qué quieres cenar, Jas?—, inquirió Emily —. Vamos a celebrar tu regreso con lo que quieras.

      Jasmine sonrió —. Obviamente pizza.

      —Realmente no cambiaste nada—, agregó Jared con un tono burlón.

      La menor se encogió de hombros antes de acercarse a la cocina, ayudando a Emily a cocinar.



                    Cuando Sam invitó a Jasmine a ir a la playa con el resto, ella rechazó su invitación. No obstante, después acabó yendo por sí misma hasta el lugar. Al principio no quería ir porque no se sentía lista para encarar a Leah pero, después, se percató que tarde o temprano debería hacerlo. Y cuanto más temprano fuera, sería mejor. Especialmente porque tendrían más tiempo para trabajar en su amistad si era raro —lo que era lo más probable—.

      Jasmine llegó a la playa y lo primero que notó fue que la manada estaba dividida en dos grupos. Por un lado se encontraban Sam, Paul, Jared y Quil con sus improntas. Aunque el último mencionado estaba un poco más alejado puesto que Claire, la sobrina de Emily, quería estar más cerca del agua.

      Por el otro lado se encontraban Embry, Seth, Leah y Jacob. Ninguno de ellos se percató de su llegada ya que parecían demasiado ensimismados en su conversación. La morena comenzó a caminar, siguiendo el borde del bosque y dirigiéndose al grupo.

      Ella notó a Leah mirar en la dirección donde se encontraba el resto de la manada. Su rostro demostraba que seguía hiriéndole ver a Sam con su prima, lo que sólo hacía que Jasmine se sintiera culpable.

      —Al menos parecen felices—, comentó Seth y Jasmine se percató que ahora todo el grupo miraba al resto, probablemente hablaban de la imprimación.

      —Sí, algunos tienen suerte, supongo—, masculló Embry.

      — ¿Suerte?—, repitió Jacob —. Ninguno tiene poder sobre ellos mismos ya. ¿Y sabes qué es lo más enfermo? Son sus genes los que les dicen que tienen que estar felices con ello.

      —Al menos si te imprimaras en alguien, por fin podrías olvidarte de Bella—, señaló Leah y Jasmine frunció el ceño.

      ¿Bella? La única Bella que Jasmine recordaba vagamente era a la hija del sheriff de la ciudad, Bella Swan. Pero esa chica no vivía aquí y nunca venía a visitar a su padre, ¿sería esa chica de la que hablaban? Tal vez era otra chica que no conocía, o una chica de Forks.

      La morena tragó saliva. Sabía qué le había pasado Leah, pero no tuvo la oportunidad de escuchar su punto de vista como con Sam y Emily. Tampoco tenía ni la menor idea de qué había pasado en la vida de Jacob durante su ausencia. No había duda que Jasmine se había perdido de muchas cosas, cosas importantes que cambian a las personas. ¿Y si ahora sus mejores amigos no eran sus mejores amigos? ¿Y si las personas que recordaban habían cambiado por completo?

      No había duda que por fuera habían cambiado totalmente. Leah se veía más delgada y más alta, además de que su cabellera ya no era larga, sino que había sido cortada por sobre sus hombros. Jasmine supuso que se lo había cortado después de su transformación. Aunque ella ya sabía que la transformación los haría crecer a todos de una forma increíble, no podía evitar sorprenderse cada vez que notaba que se había convertido en la más pequeña del grupo.

      Su mirada viajó en dirección a Jacob. Su cabello también había sido cortado extremadamente corto. Era mucho más alto de lo que lo recordaba y podía notar sus músculos. Ella sintió sus mejillas arder cuando se encontró a sí misma observar al grupo con admiración, los cuatro adolescentes habían cambiado su físico de una forma casi sin precedentes.

      Leah volvió a dirigir su mirada hacia el grupo, probablemente intentando ignorar a Sam —. Digo, ser feliz de cualquier modo es mejor que estar afligido por alguien que no puedes tener.

      En ese momento Jasmine optó por intervenir, acercándose al grupo y fingiendo no haber escuchado su conversación —. ¡Chicos!—, exclamó con una sonrisa y los cuatro se giraron hacia ella.

      Seth fue el primero en reaccionar. Levantándose y acercándose a ella con una gran sonrisa —. ¡Jas! ¿Cuándo volviste?

      Jasmine le sonrió al chico, recordando como antes lo molestaba por ser pequeño y ahora era más alto que ella —. Ayer en la noche. ¿Cuándo creciste, Seth? ¡No puedo creerlo!

      El adolescente sonrió orgulloso de sí mismo. Estaba acostumbrado a que los demás lo trataran como un niño por ser el más joven, molestándolo y cuidándolo como si tuviera nueve años. Realmente apreciaba el comentario de la chica.

      Embry se acercó, parándose frente a ella y mostrándole una pequeña sonrisa. Jasmine rió. Realmente no sabía si estaba actuando de esa forma por los rumores que probablemente ellos compartieran padre o porque, simplemente, seguía siendo el mismo niño tímido de siempre —. ¿Cómo es que sigues siendo tan tímido cuando eres enorme?—, sonrió antes de abrazarlo.

      El pelinegro rió antes de devolverle el gesto, ahora más relajado y confiado. Incluso se animó a alzarla un poco aprovechando su pequeño tamaño —. No puedo creer que estés de vuelta, Jas.

      —Yo tampoco lo creo del todo—, sonrió la morena antes de desviar su mirada hacia Jacob y Leah.

      Los dos permanecieron en sus lugares y la chica se mordió el labio inferior y arrugó la nariz, un gesto que hacía siempre que estaba nerviosa. Ella sabía que su reencuentro con Leah sería incómodo, pero no esperaba lo mismo con Jacob. Jasmine creía que él la recibiría al igual que Seth, y guardaba la esperanza de que fuera un poco más efusivo sobre su regreso.

      No obstante, Jacob Black permaneció quieto en su lugar, casi como una estatua, mirándola fijamente.

      Jasmine quería salir corriendo. Sus mejores amigos la miraban y la hacían sentir como si no perteneciera a ese lugar, como si fuera un extraterrestre.

      La chica inspiró profundamente antes de acercarse con una pequeña sonrisa —. Hola.

      —Hola—, respondió Leah, su voz monótona sin dejar escapar ni una emoción.

      La morena soltó la respiración que contenía. Aunque haya sido una palabra, ella estaba aliviada que le hablara —. Espero que podamos seguir siendo amigas. Nada cambió para mí.

      Leah miró un momento la arena antes de volver a la mirar a Jasmine a los ojos, asintiendo con una sonrisa sin mostrar los dientes —. Tampoco para mí.

      Jasmine sonrió, se le hacía imposible ocultar su emoción. Entonces se dirigió a Jacob, con más confianza en sí misma —. ¿Y a ti qué te pasa que sólo me miras? ¿Te conseguiste a una mejor amiga que yo?

      Jacob sonrió automáticamente cuando le habló —. No, no. Es sólo que--. Yo--.

      Todos se sorprendieron cuando el rostro del chico cambió de un segundo al otro. Como si hubiera descubierto algo, él sacudió la cabeza y se levantó bruscamente —. Tengo que irme—, anunció sin mirar a nadie y se marchó casi trotando.

      Jasmine frunció el ceño y miró a Embry, recordando que él era uno de los amigos más cercanos de Jacob —. ¿Y a él qué le pasa?

      Embry hizo una mueca —. Tal vez dejó la estufa prendida—, se encogió de hombros pero Jasmine no aceptó esa respuesta.

      La morena siguió mirando a Jacob, quien se marchaba sin mirar atrás, antes que Embry y Seth se sentaran y le hicieran señas para que ocupara el lugar donde Jacob estaba anteriormente —. Entonces, cuéntanos, ¿cómo te fue en la gran ciudad?

      Jasmine negó ligeramente —. Aburrido, me pase la mayor parte del tiempo estudiando. Seguramente ustedes hicieron cosas más divertidas.

      —Si te refieres a cazar vampiros, sí—, bromeó Embry.

      Seth rodó los ojos en burla antes de mirar a Jasmine —. No te preocupes. Los Cullen se están quedado aquí en Forks, pero son amigables.

      Jasmine frunció el ceño —. ¿Vampiros amigables?

      —Son como vegetarianos, o algo así—, respondió Leah, haciendo que Jasmine se sintiera más a gusto aún.

      —Vegetarianos—, repitió la morena, aún sin comprender.

      —Comen animales—, explicó Seth.

      —Oh—, balbuceó, haciendo una mueca de asco cuando se imaginó a un ser pálido y abominable tomar la sangre de un adorable perrito.

      —Si no piensas que están aniquilando perros, sería mejor—, señaló Embry, como si estuviera leyendo su mente.

      Jasmine rió —. Lo siento, pero ya pensé en eso.

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