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Bugambilia

—¿Aquino?— Otra vez estaba en ese lugar oscuro, por desgracia ahora sabía que no era un sueño —¡Ayuda! ¡Alguien!— Golpeaba lo que parecían ser paredes sólidas en medio de la nada, no estaba seguro —Por favor... Ayúdenme...— Lloraba por la desesperación, no tenía idea de cuento tiempo había gritado por auxilio. Sus puños estaban rojos por los golpes que daba, sus ojos le ardían y sus cortes distribuidos por todo su cuerpo no ayudaban, algunos eran tan profundos que aún no se detenía la hemorragia —Se va a infectar— Palpaba algunas con sumo cuidado de no empeorar las cosas, los restos de vidrio seguían incrustados. 

Pasó el tiempo, y ni como medirlo pues no había nada que pudiera darle esperanzas de haber estado cinco minutos u horas dentro de ¿Una caja? ¿Una prisión? no importaba.

Cerró los ojos, sus energías abandonaron su cuerpo, en un punto sus piernas no fueron capaces de sostenerlo, ni siquiera su mente se mantuvo, terminó colapsado en el suelo. Durmió un buen tiempo hasta que un calor bastante fuerte invadió su rostro.

—¿Pero qué?— Levantó la mirada, casi se desmaya por el causante —Tuve una buen vida— Cerró los ojos con miedo, un dragón de gran tamaño rugía frente a él.

—Tranquilo webon, solo es Cubito— Dijo una voz suave y tranquila, una voz que podría reconocer donde fuera.

—¿A-Aquino?—

—Correcto, e incorrecto al mismo tiempo— Un chico con sombrero de brujo comenzó a acariciar al animal que medía más de dos metros —Zeus está afuera, no se como reaccione contigo así que— Fue interrumpido.

—¿Zeus? ¿Mi Zeus? O bueno, no espera ¿Dónde mierda estoy?— Trató de levantarse, por desgracia aún estaba herido y sin fuerzas.

—En la villa... O lo que debería serlo— Suspiró —La serie de minecraft que hiciste con tu amigo, tiene muchas otras versiones, en esta fuiste tu quien no regresó luego de... Ya sabes—

—Es un juego, era un rol... ¡No puede ser verdad!— Subió sus manos a la cabeza, sentía que iba a colapsar de nuevo —Solo eran pesadillas—

—No, veías lo que tu otro yo estaba haciendo, podemos comunicarnos a través del sueño entre todos los Duxos o Aquinos, a fin de cuentas es lo único que todos hacemos sin importar las variantes— En su mano comenzó a aparecer una llama naranja —Lo que tú conoces como tu mundo es el principal, de ahí radican los otros. Uno de los Duxos rompió demasiadas reglas, la versión corta es que hará colapsar el multiverso si no regresas— En las llamas se podía ver el trailer de su reciente serie —¿Lo reconoces?—

—Yo... ¿Cree un ser tan arrogante que acabará con todo? Si soy un monstruo...— Recordó las palabras de su amigo y agachó la cabeza, su personaje había sido un reflejo de ciertas emociones que se mezclaron, le pareció divertido fusionarlas en un lore de un juego —¿Pero qué hice?— El contrario se acercó al pelinegro.

—No es tu culpa... No hiciste nada malo, solo que ese Duxo del que hablamos está demasiado roto— Se sentó junto al chico —Sigo sin entender como logró arrastrarte hasta el vacío—

—¿A qué te refieres?— Volteó la mirada hacia el menor, este se recostó en una parte de la cueva en la que encontró al pelinegro, Duxo lo imitó.

—Por más poderoso que seamos y por más poderes infinitos, no podemos interferir con el mundo de origen, es como romper la cuarta o quinta pared, tampoco se tiene conocimiento de como llegar a esa dimensión en ninguna parte por lo peligroso que es... ¿Pasó algo en tu mundo? No se como funcionen los mundos sin magia así que...— 

—Somos miserables. Nada, todo era normal— Trataba de recordar —Lo único es que esos sueños llegaron de golpe cuando empezaron con la polémica—

—¿Polémica? No importa, entre menos información mejor, supongo que fue algo malo— El contrario suspiró.

—Demasiado, mi insomnio empeoró y me la pasaba de mal humor—

El castaño tocó la frente del mayor, de ahí empezó a extraer los recuerdos que tenía "Ese fue el puente" Pensó; miró los últimos días del mayor, la cólera que invadió al streamer fue tal que su otra versión fue capaz de percibirlo entre tantas dimensiones y portales, tal vez los mismos escritos que había encontrado en su mundo estaban en el de Duxo, solo que este no prestó atención a las alertas de peligro. Sus ojos se tornaron blancos cuando observó el momento del cambio entre Duxos.

—Tomaré una ducha y saldremos— Su cuerpo temblaba a mas no poder, su cabeza daba vueltas e incluso la voz de su amigo sonaba lejana, más de lo que debería. Ya en el baño Duxo se retiró la ropa y abrió la llave —¡Ay me duele! Un momento, ¿arde?— Miró su piel, la zona que tocó el agua picaba, cuando medio enfocó el suelo vio que lo cristalino se mezclaba con un rojo intenso, introdujo más su brazo, pasaba lo mismo —Eso no fue real, no lo fue ¡No fue real!— Salió de la ducha y repitió su acción en la llave del lavamanos —Pero no tengo ningún corte— Revisó su pijama, estaba intacta. 

En su desespero volvió a ponerse la ropa, no quería estar ahí. 

—Gira mierda— Sus nervios le jugaban en contra, no era capaz de tener un agarre firme para girar el pomo —¡Aquino!— Golpeó la puerta.

—Aquinito fue a desayunar, tú se lo dijiste— No... Esa voz de nuevo —En cuanto a ti, tenemos un asunto pendiente—

—¡Una pesadilla, esto es una pesadilla!— Se golpeó la cara en un intento de despertar.

—De verdad que no aprendes— Otra vez la brea negra llenó el suelo del baño, y tan pronto tocó sus pies los cortes reaparecieron —¡Ah!—

—No esperabas que me delatara, ¿o si? Fue divertido jugar contigo pero, Aquinin me está esperando— La mancha negra comenzó a cubrir su cuerpo de a poco.

—¡Duele, Aquino!— Golpeaba con fuerza la madera. Sus cortes y todo lo que pasó anoche fue real, solo que esa cosa había cubierto sus huellas temporalmente; por eso se despertó adolorido —¿¡Qué vas a hacerme loco bastardo!?—

—¿Eres tonto o cortito? No creas que voy a contar mi súper plan, te recuerdo que no nos gusta ser clichés— En el espejo se volvió a formar un reflejo ajeno pero idéntico a él en su forma de cubito —Solo diré que... Gracias por ser tan desgraciado— Comenzó a sacar su mano del vidrio mientras sus ojos se mostraban totalmente oscuros con un brillito blanco —Somos el monstruo, somos los malos, y tú eres el responsable de esto— 

Recibió un golpe en la cara, ahí la oscuridad lo volvió a poseer como en la noche.

Todo lo que el pelinegro sufrió en tan poco tiempo fue tan fuerte que Aquino pudo sentirlo, su visión se volvió tangible por un momento. Como no reaccionaba Duxo intervino.

—¿Estás bien?— La leve sacudida del pelinegro sacó a Aquino del trance —¿Qué viste?—

—No lo suficiente— Miró al suelo —No tengo la menor idea de como, pero arreglaremos esto. Puede que en tu mundo no tengas magia, pero este no es tu mundo—

—¿Tu brillante plan es darme poderes? Soy Duxo, y ya sabemos que pasa cuando yo obtengo un poquito de poder—

—¿De verdad te llamas Duxo?—

—No, es solo un apodo ¡Pero se entiende el punto!— Ya había pasado por suficientes cosas para entender que no debía meterse en esas cosas.

—Ahora tú entiende el mío, no eres Duxo y no porque uno de los miles de Duxos en las dimensiones fuera capaz de llegar a tanto implique que todos los Duxos terminen igual... ¿Estabas peleado con él?—

—No... Bueno si— Lo miró sin moverse, era obvio de quien hablaba —No, no lo odio ni peleamos de forma directa pero... Es complicado—

—¿No te parece más complicado dejarlo a su suerte con alguien qué es capaz de hacer lo que sea por lo que quiere? Duxo, no solo lo hagas por Aquino sino por ti—El castaño lo sujetó de los hombros —Estás ahogándote y necesitas con urgencia en cambio—

Era verdad, los días se habían vuelto monótonos, solo podía pensar en hacer buena cara y mantener su farsa frente a las cámaras mientras pasaba por tanto. Despertar, grabar y esperar a poder tener aunque fuera treinta minutos de sueño... No era vida.

Por su mente pasó cada problema que tuvo los últimos meses, cada vez que su cuerpo y mente gritaban por dejarlo todo.

—¿Y para qué?— El más alto no esperó esa respuesta —¿Para qué regresar? Aquino, Soaring, Loco e incluso Mic no me extrañarán, solo soy el remplazo...—

—Ay por favor ¿Me vas a decir que no tienes nada por qué luchar? ¡Escúchate mierda! Este no es el Duxo que conozco—

—Porque no lo soy. Tu Duxo es alguien fuerte, yo solo quiero dejar de hacer daño... Y ni siquiera eso puedo hacer en un puto juego de cubos— Estaba a la defensiva, no quería darle vueltas al asunto.

—Mira webon, querer renunciar es normal— Se relajó un poco y retomó su postura calmada —La vida es una basura, rendirse no solo es lo más fácil sino lo que se ve como lo correcto... ¿Pero luego qué? Dejas todo atrás, te lloran en un funeral, ¿y siguen con sus vidas? ¡No!— Tenía que convencerlo, y de paso a él mismo.

—¿Y qué esperas que haga? ¡Soy una mierda!— Miró al suelo frustrado, de verdad no quería oírlo.

—Puedes ser tu mejor versión, puedes lograr mucho más de lo que llegaste a pensar y si no lo haces por sentirte un fracaso... ¿De qué sirve lo que hiciste hasta ahora? Las ganas de vivir, de seguir adelante son por una sola razón — Con cuidado le hizo girar la cabeza para que lo viera a los ojos —Sufrir tanto lo vale cuando una vez en la meta ves que superaste todo, desde lo más mínimo hasta las ganas de querer dormir y no despertar—

El pelinegro hubo cierta conexión y empatía con su amigo de otra dimensión, si en su rol sintió un vacío por no volver a ver al castaño y siendo consiente de que solo era un juego, no se imaginaba lo horrible que debió ser vivirlo de verdad. Si él estaba dispuesto a pelear por gente que ni conocía ¿Cómo podría negarse en volver?

Recordó aquellos eventos donde sus fans gritaban su nombre, donde le daban regalos sin esperar nada a cambio y le agradecían por solo existir. Su familia y amigos que siempre lo apoyaban... Sí tenía razones para ser fuerte.

—Odio decirlo Aquinito, pero tienes razón— Levantó la mirada y sonrió de forma leve —Siempre hay algo que lo vale todo...—

—¡Esa es la actitud! Trataré de hacer algo para que recuperes tu fuerza, por mientras... Sería bueno que aprendas lo básico de la magia antes de ir a lo práctico—

—¿Crees que tardemos? Quien sabe que pueda hacer ese maníaco haciéndose pasar por mi—

—¡Suelta maldito!— Aquino forcejeaba a más no poder, ese Duxo de aspecto aterrador lo arrastró a quien sabe donde, solo podía reconocer una columna de madera y piso de piedra, no veía muy bien.

El castaño estaba amarrado a una silla, pies, manos y torce estaban apresados por una soga. 

—¿No reconoces nuestro hogar?— Volvió a aparecer el pelinegro que emitía maldad —Hice unas cuantas modificaciones, espero no te moleste—

—¿Me subestimas tanto que cambiaste cadenas con cuerdas?— Lo miró fijamente mientras bajaba las escaleras.

—Aquino, aunque lograras salir de aquí Zeus te rastrearía a kilometros— Duxo volvió a leer la mente del contrario —Si Aquinin, ese Zeus... Es una pena que tu dragón no fuera tan obediente como su amigo, da igual, lo pude usar de ejemplo para mío— 

—¿Lo mataste? Ahora entiendo que tu Aquino no se moleste en regresar, eres basura— Mantuvo una postura firme, aunque no tuviera forma de huir no de doblegaría ante nadie.

—Aquino no regresó porque no entramos al tiempo... ¡Él no eligió apartarse de mi lado!— Se escucharon truenos, a diferencia del Duxo lore este había aumentado demasiado su nivel, le perturbaba pensar que tantos Aquinos llegaron a ser raptados antes que él —Hay cosas que es mejor no saber...— El mayor leyó los pensamientos del contrario —Contigo será diferente, aprendí bastante desde la última vez— 

—Esto es solo un capricho, no me cabe en la cabeza hacer tanto por tu amigo ¡Un amigo! No es tu hermano, tu novio o algo más importante, Duxo ni siquiera es mi...— Lamentó el momento en que su sinceridad expuso más de lo que debía decir, peor al ser consiente que sus pensamientos tampoco eran privados.

—¿No se supone que eres el más correcto de los dos? Ya quisiera poder decirle a tu ex Duxo lo poco que te importa, tal vez si sabe y por eso estaba tan demacrado cuando le llevé la comida— El más bajo caminó hacia el chico, sacó un cuchillo de la parte posterior de su pantalón y cortó la cuerda, tan pronto el castaño fue libre le dio un empujón y salió corriendo —Siempre huyen...— Con toda tranquilidad regresó al piso principal de la casa.

Aquino corrió por instinto a la puerta principal, aunque aplicaba toda la fuerza posible no era capaz de hacer nada, cambió la estrategia y buscó las ventanas, al menos ese loco no cambió la estructura base de la casa que hicieron en la serie. 

—¡Mierda!— Ninguna abrió; había revisado cada una en vano, peor por su distorsión visual, ni siquiera supo en que momento terminó en un cuarto con lo que podría ser una estantería. 

—Aquinito, solo yo puedo interactuar con las cosas de la casa, uno de los tantos hechizos que tenías en mora por probar— Apuntó al libro que lo acompañó por un buen tiempo al castaño, entró en pánico al recordar los miles de embrujos que contenían algunos packs del servidor y que nunca llegó a usar —¿Tienes hambre?— Duxo caminó hacia la cocina, o lo que parecía serlo, por alguna razón su vista estaba borrosa —No me hagas repetirlo Aquinin—

—¿Por qué no veo bien?— Preguntó con frialdad, ni siquiera se molestó en seguirlo —Habla mierda— Al ver que el contrario volteaba retrocedió hasta quedar pegado a la pared.

—Un seguro extra, me sorprende que recordaras la ubicación de las cosas, creí que te caerías tan pronto salieras del sótano— El de ojos aún blancos extendió la mano —No quiero que te lastimes, Aquino—

—Estás trastornado si crees que voy a aceptar tu ayuda, lo más probable es que la supuesta comida tiene cosas raras— Se mantuvo firme en su lugar, apenas podía distinguir siluetas y colores, no era tan difícil adivinar los movimientos del mayor.

—Como quieras, de un modo u otro vas a terminar sintiendo tanta hambre que irás por tu propia cuenta— Cerró la puerta de forma tan confiada que ni siquiera le puso llave.

—Dios Duxo...— Se replanteó los últimos días, las señales eran tan claras que le fastidiaba saber que algo andaba mal y no prestó la atención necesaria —Tal vez las cosas hubieran sido diferentes...— Se dejó caer con la espalda pegada a la pared, su desesperación aumentada al pensar en todo lo que pudo hacer y no hizo —Erika... Amor ¿Cómo estarás?— 

Su pareja y su amigo estaban lejos, y no podía hacer nada. Recordó los pequeños vistazos que ese Duxo  mostró de la chica, verla correr llena de pánico le erizó la piel "¿Y Duxo?" pensó en el destino de su compañero, al menos era consiente de que Erika aún vivía... ¿Pero y él? No tenía certeza alguna con el loco que lo tenía secuestrado.

Revisó su entorno por encima, no había nada que le pudiera ayudar, y si lo hubiera sus ojos no podían verlo. Conforme pasaba el tiempo la ceguera aumentó, estaba llegando al punto de ni siquiera poder percibir la luz.

—Tal vez si duermo un poco yo...— Sus neuronas conectaron, casi como si tuviera una epifanía  —Soy un imbécil— Estuvo mirando al techo todo el tiempo, como si el pequeño detalle de que al parecer su Duxo se había comunicado con él por medio de sueños era forma de saber si aún respiraba. Acomodó su cuerpo lo mejor posible para atraer el sueño, si esto funcionaba estaría salvado, a fin de cuentas Duxo no se veía nada mal en sus últimos dos sueños.  

—¡Te dije que aprendí!— Cuando estuvo a punto de entrar en un descanso profundo la puerta de madera fue azotada, el susto lo dejó con el corazón a mil —Es un buen plan, y ciertamente tarde o temprano lo intentarías— Se recostó en el marco —Intenté otras formas para que descansaras pero supongo que la única forma en que no sueñes es mantenerte despierto... Que problema, tu hermosa carita se llenará de ojeras— Avanzó de forma tétrica hacia el más alto, esa sonrisa sínica le daba pavor. 

"Duxo, por favor ayúdame" Fue lo único que pudo pensar.

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Muy buenas, cambio de planes respecto a hacer los caps muy largos (El primero casi llega a las 5000 palabras) y creo que por mucho los dejaré de 3000... Sigue siento mucho pero creo que más decente XD

Muchas gracias por la paciencia y gracias por leer.

Se me cuidan.

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