Aunque estaba en su casa con su compañero abrazándolo por la espalda mientras preparaba algo de comer para ambos, sintió una punzada llegar a su pecho de imprevisto, no pudo evitar quejarse alarmando a su alfa, paro de cortar las verduras y se colocó la mano izquierda en la zona del corazón, su omega le avisaba que algo estaba mal, y en ese momento no pudo evitar pensar en sus compañeros, el recuerdo de una misión hacia hacía la fortaleza de un caballero oscuro se hizo presente, esa noche solo fueron cuatro de ellos para mejorar su fortaleza, tuvieron que estar atentos en la noche por los seres que aparecieron rodeados de fuegos fatuos, pocas veces iban solos los omegas y el beta a una misión debido a sus celos irregulares, sin embargo en ese momento no se preocuparon porque estaba el supuesto "alfa" de ojos amatistas junto a ellos, el lugar era una especie de laberinto creado con un material mágico parecido al basalto, aunque este material tenía algo especial en él. En ese entonces había alguien más a su lado pero no puede llegar a recordarlo, solo puede ver imágenes de cómo sus amigos y él luchan adentrándose en las diferentes salas del lugar, de pronto un ataque repentino de arqueros que les apuntan y atacan sin desenfreno, la sangre recorre el lugar por heridas en brazos o piernas, de pronto oscuridad escuchan voces alrededor como si fuera un sueño, pero distingue a su amigo cuando comienza a despertar, ese día se hizo un enlace entre ellos, como un símbolo de la unión de la manada.

Alex... ¿Qué ocurre?

La voz de su amado le saca de los recuerdos y aunque la sensación de malestar sigue allí no se queja de ello, se da la vuelta quedando frente a frente para después apoyarse en su pecho sin decir nada, solo espera a que esa sensación se calme, pero mientras eso pasa busca a la persona a quien pertenece el dolor, está seguro de que sus compañeros también lo sienten y no esta equivocados ya que en una casa más lejana se encuentra el omega de ojos rubís siendo cargado por su "enemigo", no se quejara esta vez ya que se lo pidió de manera desesperada al sentir ese dolor punzante que casi le hace desmayar, ahora ambos omegas buscan a su compañero herido, pero la tristeza llega por oleadas siendo ambos desconcertados, tanto Mangel como Vegetta están enviando señales de miedo y de tristeza inconscientemente como si estuvieran en una situación difícil, no pueden llegar a ellos por la dificultad que pasan sus cuerpos por tantas emociones juntas, solo pueden rezar a los dioses porque no sea grave.

No pasa mucho tiempo cuando ambos alfas llegan a la casa de su compañero junto al doctor, entran por la puerta encontrándose a Nieves por el camino, hay un ambiente tenso alrededor y sin buscar explicación el alfa de ojos achinados va corriendo a la habitación de su amigo de la infancia, dándose cuenta del olor que salía de allí, detrás de él estaba su compañero junto al doctor, la puerta estaba entre abierta y podía escuchar sollozos salir de allí, cuando entraron pudieron ver con sus propios ojos a ambos chicos abrazándose, el de ojos amatistas estaba más pálido de lo normal y temblaba sobre los brazos de Mangel, al notar la presencia de los demás se separaron y el pequeño beta se levantó con el ceño fruncido y un aura amenazadora alrededor, hizo una señal al doctor para que pudiera chequear a su líder mientras hablaba con aquellos alfas, siempre fueron como familia entre ellos, se puede decir que cada uno se preocupaban por los demás y más cuando se trataban de aquellos que no decían mucho sobre ellos.

Pasaron muchas cosas... Pero ahora lo primero es que casi se descontrola, pero solo llegaron a besos según lo que me contó Vegetta.

El primero en reaccionar fue Willy que fue en dirección del dueño de aquella casa para poder darle un golpe, sin embargo Mangel volvió a detenerle, para explicarle alguna que otra cosa, les comunico sobre la repentina fuerza del omega o como de un momento a otro ambos volvieron al raciocinio para separarse, aun con eso explicado la ira que sentía el alfa no se iba, había estado bastante tiempo junto al de ojos amatistas, lo conoció a la edad de 10 años cuando fue de visita a su pueblo, tuvieron bastantes aventuras junto a otros amigos y juntos habían empezado una amistad inquebrantable, el beta también se notaba enojado, parecía que por algo más que no le habían contado y sin decir mucho mas solo fue junto a los alfas a donde estaba su compañero, lo encontraron sentado en el sofá sus manos ocultaban su rostro y suspiraba varias veces, cuando noto la presencia de sus amigos tan solo pudo estar atento a lo que dirían.

Te quiero pegar... Por lo que se nota vosotros sois destinados, debiste de al menos hablar las cosas, ¿es que no entiendes lo que significa el rechazo en los omegas? Ahora mismo no se ni como es capaz de mantenerse en pie.

Las palabras de su amigo habían calado en la mente de todos, si eso era cierto... Eso significaba un gran riesgo para el omega, ya que podía ocasionar la muerte del omega por el gran dolor que esto producía, para evitar esto las personas solían pasar los celos en solitario o con su pareja si este le correspondía, el héroe con mascara de oso se sentía un estúpido, creo que más que eso, ahora sus compañeros estaban a la espera de quien sería el primero en golpearlo y él no se defendería porque una parte de él era consciente de lo que había hecho después de salir por esa puerta hora antes, sin embargo para sorpresa suya ninguno hizo ningún movimiento tan solo tomaron asiento a su lado esperando noticias de su líder, no decían nada entre ellos ya que temían tensar más el ambiente y que el doctor y el líder lo notaran, pasaron las horas hasta que el doctor salió de la habitación donde se hallaba el omega de ojos amatistas, se acercó al pequeño grupo que se encontraba esperando por sus palabras, en ese momento hizo pasar también a Nieves ya que ella tendría que escuchar.

Siendo sincero, la situación en la que se encuentra Vegetta es estable por el momento, no solo sufrió un adelanto a su periodo, sino también un rechazo por su compañero destinado en un momento delicado, siendo francos no sé cómo es que ha podido sobrevivir, y parece que quiere ocultar algo importante sobre su salud en este momento, sobre todo a ustedes los héroes y eso es lo que más me preocupa, no ha dejado de tener ataques de ansiedad e incluso de pánico cuando le mencione sobre sus antecedentes médicos o incluso sobre su tos constante.

Nieves se levantó en silencio llamando la atención de todos los presentes, notaron lo nerviosa que se encontraba ya que sus manos se encontraban temblando, en ese instante notaron la presencia de alguien a lo lejos, este se acercó al grupo un poco mejor de salud y sonriendo de forma normal para los allí presentes, pero Nieves podía verlo... Al igual que ella con su maldición, el joven líder tenía otra sobre sus hombros, pequeños copos de nieve bajaron por sus mejillas desconcertando a todos menos al amante de la simetría, intentaron calmarla entre todos, pero ella tan solo se alejó de ellos para abrazar al líder, hablo con una voz entrecorta que podía sentirse confusa, sin embargo todos en la sala escucharon claramente sus palabras.

No tienes que ir... por favor no te vayas, tal vez él pueda encontrar una solución.