032.
«Trigésima Segunda Flor»
Los niños se arremolinan alrededor de Jin, quien ha comenzado a contar un cuento, sonrío a la distancia observando lo adorable que se ve. Han pasado varias semanas desde que comenzamos a vivir con mi manada y a él parece gustarle estar aquí, realmente me encantaría poder ver esa sonrisa en su rostro.
—Es como si hubieses conseguido a la joya más cara del mundo.
Volteo mirando a Hoseok que observa en dirección hacia Jin. —Sabía que el príncipe era guapo pero no entiendo porque los tiene tan hipnotizados.
—¿Los?— arrugo mi entrecejo mirándolo confundido. —¿De quién más estás hablando?
Él suspira profundamente jalando el mechón de cabello que cae sobre su frente. —Jungkook.
Un singular malestar me invade pero mantengo la compostura, no lo sabía con exactitud pero en algún momento sus acciones me habían dicho que sentía atracción por SeokJin de la misma manera en la que yo lo sentía.
—Sigue sin gustarme el olor a humano que emite pero me agrada su compañía— Hoseok comienza a trazar algo irreconocible con sus pies. —Y me molesta esa mirada que tiene cada vez que ese principe aparece.
Suspiro haciendo una mueca ante aquella mirada que jamás he visto pero sonrío olvidando eso.
—Quizás él te gusta...
—¿¡Qué!?— exclama alterado negando con la cabeza. —Eso es totalmente descabellado, ¡Una tontería, Tae!
De pronto entre tanto jugueteo, una molestia invade mi pecho, algo me molesta pero no sé con exactitud a qué se deba. Cuando finalmente Jin termina de consentir a los niños, juntos nos marchamos hacia el manantial del bosque; escabullirnos se ha vuelto parte de nuestras tardes, jugamos, correteamos y coqueteamos sintiendo que el mundo es nuestro.
—¡Está helada!— se queja Jin metiéndose completamente al agua.
Comienzo a carcajearme al ver las muecas que realiza y me meto detrás suyo, nuestras manos se buscan hasta estar entrelazadas totalmente.
Él sonríe dulcemente y mentiría si dijera que cada que lo hace no me vuelve loco, puedo ser su pareja ahora pero siempre causará lo mismo en mí.
—Estuve hablando con mis padres, vamos a mudarnos al Reino de Deira.
—¿Cómo?— me cuestiona, borrando su sonrisa de inmediato.
Trago en seco moviendo me entre el agua. —Allí nadie nos conoce, podemos empezar desde cero, sin necesidad de huir.
—No me iré con ustedes— dice totalmente serio.
Lo sabía, SeokJin jamás aceptaría huir conmigo y mi manada. Lo observo suspirar frustrado y revuelve sus cabellos que se han desordenado con el agua y jugueteo. —Se que no es una opción para ti el abandonar Sahel pero por ahora la mejor opción es irnos, cuando hayamos creado una estrategia para derrocar al Rey, podemos regresar.
—Me niego— SeokJin niega con la cabeza, no está enojado pero por su expresión se que no lo haré cambiar de parecer. —Se que es para protegerme pero no puedo, huir no es una opción para mí. Le diré al padre Park que ayude a la manada a llegar sanos y salvos pero yo me quedo.
Hago una mueca suspirando profundamente, —Sabía que te negarias pero sabes dónde es mi lugar, ¿cierto?
—¿A mi lado?—, sus mejillas toman un color rojizo y se ve avergonzado.
—Realmente perdón, yo...
Lo hago callar colocando mis labios sobre los suyos, es una caricia que no dura demasiado pero que nos hace sentir cálidos a ambos. —Lo sé, no me pidas perdón. Yo me quedo contigo, mi querido príncipe.
—Tae...— murmura mirándome fijamente, parpadeo esperando sus palabras y sonríe levemente.
—¿Cuando me harás tuyo?
Con la sorpresa atorada en mi garganta, siento mis mejillas calentarse al igual que el resto de mi cuerpo, ¿de verdad Jin desea nuestra entrega carnal, tanto como yo?; Mirándonos intensamente bajo la luz de la luna llena y las cigarras girando a nuestro alrededor, nos acercamos mutuamente con timidez.
Pero nos detenemos abruptamente cuando el sonido de un disparo resuena por todo el bosque.
«mi manada» pienso aterrorizado.
A penas y salgo de mi trance, corremos juntos hacia donde todos se encuentran, el humo comienza a ahogarnos cada vez que estamos más cerca y el miedo me invade aún con más intensidad; al llegar lo que vemos nos deja aterrorizados.
Hay fuego por todo lugar, gente de mi manada en el suelo yace muerta mientras los cazadores intentan capturar a los demás. Y a los lejos puedo ver cómo el Rey mira todo con una gran sonrisa subido a su caballo.
Todo se vuelve oscuro para mí, la gente que amo está muriendo, está siendo aplastada como nada por estos humanos y ese arrogante Rey.
—¡Taehyung!
El grito de SeokJin me hace volver a la realidad y a penas puedo reaccionar cuando una flecha pasa cerca de mi. Y en cuestión de segundos me encuentro rodeado de cazadores que portan armas de fuego y arcos. Sin esperar nada más me convierto en Lobo atacando los, SeokJin levanta una espada del suelo y comienza a dar batalla, me siento temeroso, no puedo proteger a Jin con tantos hombres atacando me al mismo tiempo. Sin embargo, mi príncipe se defiende, «él está llevando a cabo nuestra promesa», protegernos mutuamente.
¿Dónde están mis padres?, ¿Los niños?, ¿Hoseokie?
Desgarro, Muerdo, Arranco con mis colmillos cada parte de los cazadores que me apuntan con sus armas y me dirijo hacia el Rey, mi objetivo es él.
¿Cómo encontró nuestro escondite?, ¿Cómo supo que a esta hora estábamos empacando para huir?
Justo cuando me encuentro más cerca de Bon Hwa, mi padre en su forma de Lobo gris brinca sobre el Rey mordiendo exactamente su cuello.
Todos nos detenemos perplejos ante lo ocurrido, incluso los cazadores de ven asustados, «su Rey ha caído»
Al ver que el hombre no se levanta del suelo estamos por gritar nuestra victoria pero lo inesperado siempre ha sido una opción en nuestras vidas.
El Rey se levanta sin herida alguna, carcajeandose como un total lunático su cuerpo comienza a deformarse para tomar la forma de un enorme Lobo negro, con ojos amarillos como el oro, colmillos largos y afilados.
Pero no luce como uno de los nuestros más bien, se asemeja a una bestia, una que está llena de odio y venganza.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro