Capítulo 3: La Dualidad de las Sombras
Con el paso de las semanas, Sunghoon empezó a frecuentar la florería más seguido. A veces compraba flores, otras solo se detenía a hablar con Jaeyun. Había una calma en sus conversaciones que contrastaba con el caos de su vida diaria. En su mundo, él era el jefe de la organización más poderosa de la mafia coreana, pero aquí, con Jaeyun, no necesitaba ser nada más que un hombre.
—Nunca me hablas de tu vida —dijo Jaeyun una tarde, mientras ataba un lazo a un ramo de rosas—. Siempre soy yo quien habla de las flores, pero nunca sé nada de ti.
Sunghoon, que estaba observando el pequeño estanque con la flor de loto, se tensó.
—No es algo que valga la pena compartir —respondió con frialdad.
Jaeyun lo miró fijamente, su sonrisa serena desapareció por un momento.
—A veces, las cosas más difíciles de contar son las que más necesitamos compartir —dijo suavemente.
Las palabras de Jaeyun perforaron la armadura de Sunghoon. No estaba acostumbrado a que alguien lo viera más allá del jefe poderoso y temido que era. Pero Jaeyun lo hacía, lo miraba como un ser humano. Y esa mirada empezaba a desestabilizar el control que tenía sobre sí mismo.
Gracias por leer la historia ❤️
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