Capítulo 2
Región de Yamagata, Japón.
Febrero de 2013
Michael se sintió molesto. El par de agentes que tuvieron la mala suerte de ser sus socios en esta misión no dejaban de reírse en el asiento trasero del automóvil que conducía. El hombre castaño, Thomas, estaba susurrando algo en el oído de la mujer pelirroja, Kelly, a su lado y ella se rió de nuevo. Mike giró rápidamente el espejo para no ver más a la pareja molesta. Los conoció por primera vez hacia solo unas horas, pero obviamente esos dos eran novios.
Mike no estaba en contra de ellos ni de su relación. En ese momento, todavía estaban de camino, por lo que no tenía sentido hablar de algo. También era el 14 de Febrero, día del amor, por lo que era difícil culpar a Thomas y Kelly por su estado de ánimo tonto. Pero para Mike, ver a la gente disfrutar tanto de atención como de afecto, era un poco inusual.
¿Era igual con sus novias antes de haberse unido a la CIA? Probablemente lo fue. Pasaba demasiado tiempo en el trabajo, y la mayor parte del tiempo que estaba con una chica, simplemente tenían sexo y luego se quedaban dormidos. Sin citas, sin películas, sin abrazos. Había salido con una enfermera, pero probablemente Mike la había molestado al despertarse de las pesadillas en medio de la noche. La primera vez que lo hizo, ella se levantó, le trajo un poco de agua de la cocina y trató de preguntarle sobre cosas con las que soñaba. Pero luego sucedió una y otra vez y eso fue difícil para ella. Su relación fue difícil para ambos. Mike seguía sintiendo que la pobre chica no podía entenderlo. Ella nunca vio a la gente siendo destrozada en Irak. Ella nunca vio a gente convertirse en monstruos. Ella no entendía los problemas de Mike y tampoco los necesitaba en su mente.
Así que su relación no duró mucho.
A veces, Michael pensaba que las personas como él no necesitaban tener a alguien especial en su vida. Si quieres salvar al mundo no necesitas que alguien te distraiga. Pensar en las personas que amas puede hacer que tu trabajo sea más difícil. Por eso era extraño ver a dos jóvenes agentes tan enamorados el uno del otro.
O podía ser que solo estaba celoso y envidioso.
-Oye, ¿estamos cerca? – de repente, Kelly empujó a su novio –¿Ese es el lugar?
Señaló la finca que finalmente apareció en la distancia.
-Sí, supongo que ahí es – Mike asintió, alegrándose de que sus colegas finalmente decidieran prestar atención a la misión – Revisen su equipo mientras me estaciono.
-Eres tan serio, hombre – la voz de Tomas era muy baja pero Shepherd la escuchó de todos modos –
-Espero que no tengamos que disparar ni hacer nada relacionado, pero aun así es mejor prevenir. Revisa tu equipo.
Mike pudo jurar que escucho a sus compañeros reírse de él.
Era la residencia privada del alcalde de la prefectura local. Tenía dos días que no apareció en su lugar de trabajo. No respondió ninguna llamada. Por supuesto, podría contraer una gripe terrible o romperse la pierna o algo así. Pero había al menos una docena de sirvientas en su mansión. Algo terrible debió de haber sucedido. El secretario del alcalde fue a revisar la situación, pero en cuanto vio una niebla roja alrededor de la mansión se fue. Es por eso que la Estación Echo decidió enviar a Mike y a Thomas para verificar la situación, por si acaso. Kelly se ofreció como voluntaria para unirse pero solo para estar con su novio. Era por eso que había tres agentes parados frente a la mansión.
Niebla roja... Mike se rió entre dientes.
¿Qué fue eso? Todo lo que podía ver era aire normal. Nada rojo. Kelly extrajo un dispositivo de control de aire de su bolso y lo encendió. Esta cosa tenía un nombre, pero Mike lo olvidó por completo. Ahora mismo estaba más interesado en los resultados. ¿Había algo mal con el aire?
La joven frente a él dio unos pasos más cerca de la puerta de la mansión y luego negó con la cabeza.
-Nada, agente Shepherd. Solo aire. Sin gas extraño, sin esporas. Diría que es seguro caminar sin máscara de gas ni filtros. Puede ser que lo que el hombre que informó que la niebla roja estuviera borracho o algo así.
-Eso espero – Michael asintió y se relajó. Era bueno pensar que la situación podría ser solo una especie de falsa alarma, pero Shepherd nunca se consideró un hombre afortunado. De todos modos, faltaba el alcalde – Mantengamos nuestras máscaras de gas a la mano, por si acaso.
-Ok, lo entiendo, siempre esperas lo peor – Thomas asintió y se estremeció – ¿Podemos entrar ya?
Mike se volvió hacia la puerta de entrada, pero no antes de ver a Kelly tocar el trasero de Thomas y susurrar: "Te calentaré". Eso se estaba volviendo demasiado incómodo. ¡Estaban en el trabajo, no en la cita!
El salón principal los recibió con un resonante silencio. Cada paso que daban resonaba en ellos. El edificio parecía vacío. Mike pasó el dedo por la mesa. Polvo. Nadie lo había limpiado durante un tiempo.
-¿Hay alguien aquí? – Kelly gritó –
Michael se quedó helado. Era demasiado peligroso gritar así, especialmente cuando el eco hacía que todo fuera aún más fuerte. Si alguien o algo estaban allí, probablemente los escuchó.
Hasta el momento, nadie respondió a las llamadas de Kelly. Nadie apareció gimiendo y hambriento de carne y eso fue bueno. Pero tampoco apareció nadie para saludarlos. Y eso era una mala señal. El dueño de la mansión tenía mayordomo, mucamas, jardinero, cocineras, seguridad. No podían simplemente desaparecer, ¿verdad? Hasta donde Michael sabía, ninguno de los habitantes de la mansión había regresado a casa. Tenían que estar aquí. Pero en cambio no lo estaban. Algo andaba mal.
-¿Puede ser que haya sido un secuestro de ovnis? – les sugirió Kelly. Michael se rió. Eso sería un buen cambio de ritmo –
-Los políticos suelen tener muchos enemigos. Alguien podría secuestrar a nuestro objetivo o incluso matarlo. Después de eso, todos los sirvientes también fueron eliminados – sugirió Thomas –
-Entonces, ¿dónde están los cuerpos? – preguntó Kelly. Mike notó que ella colocó una mano en su pistolera con el arma adentro. Finalmente sus compañeros actuaron más serios y cuidadosos – Si hubiera una masacre, habría sangre por todas partes. Nadie escondería muchos cuerpos, ¿sabes?
-¿Qué opina, agente Shepherd? – Thomas suspiró –
-Creo que deberíamos revisar todo el edificio. Puedo tomar el primer piso, y ustedes dos pueden mirar el sótano y el segundo piso. ¿Alguna objeción?
No hubo ninguna.
***
Al principio no hubo nada interesante. Sólo grandes habitaciones vacías lujosamente amuebladas. A veces, Kelly y Thomas informaban que no había nada digno de atención en los lugares por los que pasaban. Les tomó doce minutos antes de que Mike finalmente encontrara un cuerpo.
Era un hombre de mediana edad vestido con ropa de seguridad. Estaba tirado en el suelo con un arma en la mano y tenía un pequeño agujero en la sien. Se mató. Michael inclinó la cabeza sobre el cuerpo sin tocarlo y entonces lo vio. Había algunos tumores rojos en las manos y el cuello del tipo de seguridad. Algunos de ellos parecían brotes de una flor. Shepherd tomó su linterna y alumbró extrañas neoplasias. Una de ellas (la del cuello del cadáver) parecía hinchada y blanda, como si estuviera a punto de estallar. Mike tomó su cuchillo y empujó el borde sobre el capullo. Se abrió y reveló algo que parecía otro brote. ¿Qué diablos le estaba pasando a este pobre tipo antes de morir?
Pero una cosa estaba clara ahora. Mike se enderezó y usó su comunicador.
-¿Thomas? Kelly? Encontré un cadáver. Seguro que estamos tratando con algo relacionado al Compuesto X aquí. Sean cuidadosos.
***
El cuerpo extraño estaba ubicado en la sala de seguridad, por lo que Mike aprovechó la oportunidad y decidió revisar las cámaras con la esperanza de revelar más sobre el incidente. Todas las pantallas de TV no mostraban actualmente nada más que ruido, pero tenía que haber una cinta grabando todo. O al menos esa era su suposición. Para decepción de Michael, la grabadora estaba vacía. Alguien debió haber quitado la cinta. ¿Pero quién? ¿Pudo haber algunos sobrevivientes?
Y entonces lo sintió. Alguien estaba mirando su espalda. Michael se quedó helado. ¿Era una persona? ¿Fue un monstruo? Colocó muy despacio una mano en su pistolera. En el silencio mortal de la habitación, apenas y podía escuchar la respiración de esa persona. Entonces no era un monstruo, pero entonces... ¿quién? ¿Por qué no se mostraba?
En un abrir y cerrar de ojos, Shepherd se volteo hacia la puerta y apuntó con el arma. Para su sorpresa no había nadie mirando. Rápidamente corrió hacia la puerta y miró hacia el pasillo. Estaba vacío. ¿Qué demonios? ¿Sería su imaginación? ¡Pero el podría jurar que alguien estuvo ahí hace un momento!
Algo golpeó la punta de su zapato. Era una llave con el símbolo de una rosa. Entonces, tenía razón: alguien estaba aquí y le dejó una llave. ¿Pero quién era? ¿Por qué esta persona lo estaba ayudando? ¿Y qué puerta abría esta llave?
Mike aspiró lentamente el aire con la nariz. ¿Era un perfume femenino?
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