Era segunda vez que veía al joven en la semana, parecía bastante animado al caminar desde su lado, su cabello parecía que brillaba no importaba si las nubes no permitían el rastro del sol, su coleta se movía al ritmo de sus pasos, armonioso cuando avanzaba sin zapatos.

Outer no supo si advertirle que debía sus pies tapar, de todos modos el rubio al dedicarle mirada le esbozada una suave sonrisa sin mucho hablar.

Otra vez se detuvo casi a su lado, justo próximo al árbol, allí le daba un suave abrazo antes de sentarse en el regazo. Sus raíces sobresalían, pues era un gran tronco que separaba ambos lados.

La mirada del peliazul no dejaba de analizar, a quien debiera ser su rival, no llevaba más que prendas ligeras, y eso que el clima no mostraba calidez.

Otra vez su voz se hizo escuchar.

— ¿Cuál es tu nombre? —Recitó con una voz donde no existía violencia, Outer se sintió persuadido y se notaba al soltar la mano de su espada.

—... Outer.

— Eres más amigable de lo que imaginé.

No supo como sentirse al respecto, el rubio apartó la mirada llevando una mano extendida, en tan sólo unos segundos una avecilla aterrizó en su brazo, cantando sin importancia que ambos seres no pertenecían al mismo bando.

Outer otra vez se quedó quieto, asombrado.