El joven de cabello largo y rubio servía un poco de té para convidar al guardia, le había reconocido y sentía que no venía por matarle, presentía que se trataba de algo, primero le invitó a entrar.

Outer notaba que el lugar no tenía ninguna diferencia con las casas de su pueblo, tenía mismos tipos de adornos, cuadros, era igual.

— ¿Qué encargo tiene para que cruce la frontera?

— Me mandaron a buscarte, para que leas esto.

Dream tras pasarle su taza, recibió la carta la cual se tuvo que sentar para leerla sin que sus piernas temblaran, a cada palabra que leía su rostro se impregnaba con gruesas lágrimas que se perdían en su mentón, Outer no sabía qué hacer, no era bueno consolando y apenas pudo hacerlo con Stave.

— Él... Él está vivo... —Murmuró— No puedo creerlo, y-yo creí que...

El rubio se secó las lágrimas con su kimono, sonriendo pese seguía lagrimeando. Podía entender que era una sorpresa que hacía mucho impacto.

— Dios... Perdón por llorar... Creí que Night había muerto... Somos gemelos y al ser nuestra madre de este lado se supone que iban a matarle... Me alegra mucho que esté vivo.

— Está vivo y con un buen puesto.

— Haha... Y yo aquí huyendo de todos.

— ¿Debido a lo sucedido?

Dream asintió.

— Sí. Pero igualmente el pueblo ha tenido cambios, esta es la cabaña de mi madre, por eso me gusta estar acá. —Cerró sus ojos— Cuéntame de Nightmare... Por favor.

— No puedo decir mucho, apenas hace unos días he hablado con él en persona, pero es el consejal del pueblo.

— Sí... Debo escribirle una carta de respuesta, ¿Puedes regresar mañana? Oh... ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

— Del momento, no.

El rubio asintió, y tras releer la carta, permitió al contrario poder irse.

Outer una vez fuera, volvió hasta su lado de la frontera, y vio el pañuelo que aún tenía en sus manos, no entendía por qué Stave se fue así sin más.