Epílogo
7 años después.
Jeff.
El choque brusco de agua helada contra mi cuerpo me despierta.
Mi cuerpo palpita en dolor, sangre seca bajo mi nariz y labios. Intento mover mis manos pero esta atadas detrás de mí, estoy atado a una silla, mi cabeza colgando hacia adelante mientras intento despertar. Aprieto mis ojos, antes de intentar abrirlos.
¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? Solo recuerdo estar en un bar, tomando unos tragos y luego nada más.
Tac. Tac. Tac. Tac.
El sonido de tacones golpeando el piso llega a mis oídos, alguien con tacones esta caminando hacia mí. Levanto mi cabeza, entreabriendo mis ojos para intentar ver. Una figura borrosa aparece en mi visión, aclarándose a medida que parpadeo.
Es una mujer, ella se detiene frente a mí, es muy bonita y lleva puesto un vestido rojo que se ajusta a su delgada figura, y sus tacones también son rojos al igual que su labial. Ese color resalta contra su pálida piel. Su cabello rubio cae a ambos lados de su cara. Ella me observa, una sonrisa dibujándose en su cara.
¿Qué carajos esta pasando? ¿Por qué estoy atado y golpeado de esta forma?
—Por fin has despertado, Jeff.— su voz esta calmada como si esto fuera normal y sabe mi nombre.
—¿Quién eres tú? ¿Qué significa esto?
—Oh, tranquilo, nada va a pasarte.
—Desatame, si esto es una broma, te has pasado de la raya.
Ella se lame los labios, y echa un vistazo por encima de su hombro hacia atrás. Sigo su mirada, y veo emerger de la oscuridad a un hombre alto de cabello negro, completamente vestido de negro, sus ojos son de colores diferentes.
Y entonces lo recuerdo, en el bar, me tropecé con él y se me cayó la bebida, él fue amable y se ofreció a comprarme otra como disculpa, yo acepté porque él fue muy agradable.
Esa bebida...
Después de esa bebida no recuerdo nada.
—¿Qué carajos esta pasando?— lucho contra mis ataduras, raspando mis muñecas en el proceso.
Él hombre suspira, parándose al lado de la mujer.
—Has sido un chico malo, Jeff.— él menea la cabeza, —hoy no es tu día de suerte.
—¿De qué mierdas estas hablando? ¡Desátenme!
La mujer se inclina sobre mí, su perfume, algo dulce, llena a mi nariz.
—¿Creíste que nunca pagarías por todo lo que has hecho?
Sin pensarlo, la escupo, mi saliva cayendo sobre sus pechos en vez de su cara. Ella se endereza, limpiándose.
De inmediato, un golpe seco en la cabeza proviniendo detrás de mí me desorienta casi pierdo el conocimiento.
¿Hay alguien detrás de mí?
Unas manos frías se envuelven alrededor de mi cuello, apretando, cortándome el aire.
Una voz fría susurra en mi oído.
—Haz eso de nuevo, y coceré tu boca.
Jadeo por aire, mi cuerpo retorciéndose.
—Pierce, esta bien,— la mujer le dice, con una sonrisa, —solo estamos un poco agitados, ¿no, Jeff? Debes estar muy confundido.
La persona detrás de mí, me libera y toso en desesperación.
—¿Quienes... son ustedes? Si buscan dinero, puedo darles mucho dinero, yo—
—Shhh.— el de ojos diferentes se lleva el dedo indice a los labios silenciándome, —¿No quieres que te cosan la boca, cierto, Jeff?
La persona detrás de mí le pasa una carpeta a la mujer y solo alcanzo a ver el brazo del que me acaba de ahorcar antes de que vuelva a ocultarse detrás de mí. Mi respiración es un desastre y analizo la situación, no debo provocarlos.
La mujer abre la carpeta y pasa una hoja antes de detenerse y leer algo en voz alta.
—Jeff Tomas, vaya, tienes un historial bastante colorido, 7 cargos de violación, prófugo de la justicia desde hace 4 años cuando violaste tu libertad provisional porque sabías que serías declarado culpable.
Me paralizo y ella continua.
—Conseguiste una madre soltera lo suficientemente estúpida para enamorarse de tí y dejarte entrar a su casa, donde has abusado de tus hijastras todo este tiempo.
—Eso es mentira, todo es falso, yo nunca—
—7 y 9 años tienen las niñas,— ella me interrumpe, —oh olvidé mencionar que los cargos por violación fueron hechos por menores de edad, el reporte es bastante gráfico, ¿Cómo es que la justicia ha fallado en encerrar a un enfermo como tú?
—No es cierto, yo jamás haría algo así, yo quiero a esas niñas como si fueran mis hijas.
Ella me abofetea con tanta fuerza que mi cara se gira a un lado abruptamente, mi mejilla palpitando.
—Jeff, será mejor que empieces a ser honesto, no tengo mucha paciencia y cada vez que me imagino lo que has hecho pasar a esas niñas, se me revuelve el estomago y quiero dejarte en manos de estos dos.— ella se inclina de nuevo sobre mi, —¿Y te digo un secreto? Son bastantes creativos en sus métodos de torturas, en especial, él.— señala al que esta detrás de ella.
Él de ojos diferentes me da una sonrisa sádica.
—¿Quieres jugar conmigo, Jeff?
—¿Qué es lo que quieren?— miro a la mujer.
—Quiero que lo admitas, que digas la verdad por primera vez en tu vida.
—¿Si confieso, me dejarán ir?
Ella me da una palmada en el hombro.
—Por supuesto.
Me muerdo los labios, y ella se endereza cruzando sus brazos sobre su pecho.
Trago grueso antes de hablar.
—Yo... yo las amo, el amor no debería ser regido por las leyes de esta estúpida sociedad, yo solo le demostré mi amor a esas niñas de la mejor manera que pude. Se que suena mal pero a ellas les va a gustar eventualmente, yo lo se, por ahora, lloran y me piden que no lo haga es porque están acostumbrándose.
Él que esta detrás de mí chasquea la lengua.
La expresión de la mujer se endurece, y baja sus brazos cruzados sobre sus pechos para dejarlos descansar a los lados de su cuerpo.
—Te entiendo, Jeff.
¿De verdad?
Ella esta a punto de decir algo cuando una tercera persona baja las escaleras de este lugar, y aparece a un lado, ¿Estamos en un sótano? Es otro hombre, también de cabello negro pero de ojos negros.
—¿Es en serio?— el hombre pregunta, y la mujer suspira, —Nuestro vuelo a Alemania es en dos días, trabajo como loco para conseguir los pasaportes falsificados y arreglarlo todo, y ¿Ustedes están aquí jugando con otro pedofilo?
Pedofilo. Odio esa palabra, es la que usan cuando no pueden entender mi amor por esas niñas.
—Es nuestra fiesta de despedida.— dice el de ojos diferentes, —Además, cuando veas su historial veras que lo merece.
—No lo dudo, pero,— sus ojos caen sobre la mujer y se iluminan, —necesitamos prepararnos, tienen que memorizar toda la información de sus nuevas identidades, les van a encantar los nombres que escogí para ustedes, muy alemanes.
—Adam,— la voz detrás de mí suena molesto, —Estamos en el medio de algo aquí.
El de atrás de mi se llama Pierce y este es Adam, me pregunto porque están diciendo sus nombres tan despreocupadamente delante de mí y también discutiendo sus planes de viaje con documentación falsa.
Caigo en cuenta.
—Mentiste.— acuso a la mujer, —No van a dejarme ir, van a matarme, ¿no es así?
Ella se encoge de hombros.
—Lo siento, Jeff. El mundo no necesita hombres como tu, ¿Sabías que una de las niñas que violaste sufrió una hemorragia vaginal tan fuerte que murió en el bosque donde la tiraste después de usarla? Encontraron su cuerpo hace poco, como dije, este reporte es bastante colorido. Otra de las niñas que violaste hace años se suicido dos meses después. Tal vez no tengo la moral para juzgarte ni el poder de decidir sobre la vida de alguien más pero honestamente, no me importa irme al infierno por deshacerme de ti, vale la pena, no mereces respirar mientras esa dos niñas se pudren en sus tumbas.
El miedo corre por mis venas, impidiéndome hablar.
—Y no voy a entregarte a la justicia donde te sentenciaran a una vida entera en la carcel o la pena de muerte, pero ni siquiera esa muerte mereces, mereces una muerte mucho más dolorosa, más cruel.
—Por favor...
—¿Por favor?— ella se ríe, —¿Cuántas veces escuchaste eso, Jeff? ¡Por favor, detente! ¡Por favor, para! ¿Y te detuviste? ¿Por qué habría de detenerme yo?
—Por favor, haré lo que sea, jamás volveré a tocar a una niña.
—Mason.— ella pronuncia su nombre lentamente. Él de ojos diferentes da un paso hacia adelante, —Puedes jugar con él como quieras, que sufra, que cada uno de los últimos segundos de su vida sean ahogado en dolor.
—¡No! ¡Por favor!
Ella se da la media vuelta y se va, el de ojos negros me da una última mirada antes de seguirla. Se que en el momento que me quede a solas con estos dos, estaré perdido.
—¡Por favor! ¡Espera! ¡No te vayas!
Pero ya se ha ido. Mason aplaude una vez, juntando sus manos como siempre estuviera emocionado de ver el miedo en mi expresión.
—Muy pocas veces me dejan jugar como yo quiero, Jeff.
Estoy temblando.
Él que esta detrás de mí me agarra del pelo, mi cuello produciendo un sonido horrible ante su jalón brusco.
—¿Comenzamos?
Mason mantiene esa sonrisa sádica en sus labios.
—Después de ti, caballero.
-
Sangre.
Hay un charco de sangre que se extiende alrededor de mi silla. He sido golpeado, mutilado, apuñalado y dejado aquí para morir lentamente, desangrándome.
Mi cabeza guinda hacia adelante, no tengo fuerzas para sostenerla, cada vez que respiro, me estremezco en dolor. Puedo sentir la vida dejando mi cuerpo con cada gota de sangre que gotea al piso.
Voy a morir, puedo sentir los lentos latidos de mi corazón, probablemente quedándose sin sangre que bombear. Estoy a punto de cerrar mis ojos cuando escucho ruido de pasos casi inaudibles.
Me esfuerzo por levantar la mirada para rogar por mi vida, este no puede ser mi final.
Es un niño.
Él esta frente a mi, no puede tener más de 6 años, su cabello es rubio, sus facciones muy parecidas a la de la mujer del vestido rojo, ¿Su hijo?
—Ey.— susurro con cuidado, mi boca seca y casi me quedo sin aire con una sola palabra, —¿Puedes... ayudarme?
Él ladea la cabeza.
Y me doy cuenta que la vista debe ser traumatizante para él, toda esta sangre, y las heridas abiertas en mi cuerpo. Sin embargo, su pequeño rostro no tiene ninguna expresión.
¿Has visto esto antes, niño? ¿Por qué no estas gritando o llorando asustado?
Toso sangre y él da un paso atrás, evitando que mi sangre lo chispee.
Mis ojos se están cerrando solos, no tengo mucho tiempo.
—Tú...— necesito intentar ganarme su confianza, —Eres un niño muy valiente, ¿Cómo te llamas?
Toso sangre de nuevo y se que este es mi final, pero antes de recibir mi muerte le escucho susurrar su nombre:
—Heist.
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Nota de la autora: ¡Hola! ¡Ha pasado tiempo, mis loquitos/as! Este epílogo es sobretodo una pequeña probada de mi próxima novela de misterio que se llamará 'Heist' no diría que es una segunda parte a Mi desesperada Decisión porque se centra en el hijo de ellos, en Heist y no en Fleur y los otros tres. El prologo ya esta en mi perfil pero no comenzaré a subir la novela hasta finales de este año o antes si logro terminar las novelas en las que estoy trabajando ahora (que son tres) Así que por ahora echenle un vistazo al prologo y guardenla en su biblioteca, cuando la comience a subir, será actualizaciones semanales.
También, siéntanse libre a hacerle una portada si gustan porque la que tiene ahora no es definitiva.
Heist será una historia de misterio/locura/sangre/romance oscuro/si ya saben como soy para que me leen, así que están advertidos, lol.
Para responder algunas preguntas sobre los personajes secundarios, Lucas y Dana, como ya saben, Fleur y los tres locos no pueden arriesgarse o exponerse a personas que los conozcan o sepan sobre lo que pasó porque complicaría su situación. Por esa razón, esos personajes no fueron visitados en el final pero sepan que Dana sobrevivió y que Lucas esta bien al igual que los abuelos de Fleur.
Muakatela,
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