Capítulo XXXII
"Si quisiera empezar a matar, no quedaría ni uno solo de ustedes"
-Charles Manson.
Capitulo XXXII
Quisiera decir que me detuve, que recuperé mi auto-control, que reaccioné, dándome cuenta de que esta era una peligrosa decision pero no lo hice.
Pierce lo hizo.
Con su respiración fuera de control se separó de mi, sosteniendo con ambas manos al lado de mi cara, —Lo siento, Fleur... Yo...
No podia ocultar la confusión en mi expresión, no sabia que decir. Los ojos de grises de Pierce indagaban los míos mientras hablaba de nuevo, —Tu no quieres hacer esto.
—¿De qué estas hablando?
Él se quitó de encima de mi, quedando de pie al final de la cama, me levanté en mis codos para mirarlo, se veía perdido, —No he sido honesto contigo, no me merezco que te entregues a mi ciegamente.
Eso desató las alarmas en mi mente, recordé sus puños morados, la manera en la que sabia todo de mi, y lo que me estaba diciendo en esos momentos.
Sentándome, tragué el miedo a saber, —Entonces, se honesto conmigo.
Lo vi vacilar, pasandose la mano por la cara, —Quiero serlo pero no quiero perderte.
No sabia que decir, de alguna forma sabia que las cosas cambiarían para siempre cuando él hablara, no estaba lista pero necesitaba saber la verdad. El simple hecho de imaginar la posibilidad de que Pierce hubiera asesinado a mi familia me daban ganas de vomitar.
—Te prometo que seré honesto contigo solo dame tiempo.— abrí mi boca para protestar pero él salió de la habitación antes de que pudiera.
Él solo se fue, dejándome aún más confundida que antes, me aterraba considerar que él tuviera algo que ver con el asesinato de mi familia. Solo pensarlo me llenaba de una marea de sentimientos desagradables, culpa por sentir algo por él y por haberlo dejado jugar conmigo así, terror porque lo que planeaba hacerme.
No te apresures, Fleur. No saques conclusiones apresuradas.
Con la cabeza hecha un desastre como de costumbre, me acosté, tratando de conciliar el sueño.
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Lagrimas...
Rabia...
Decepción...
Gritos...
Adam...
Él esta de pie frente a mí, pasa su mano por su cara en frustración, —¿Cómo pudiste?— mi voz es apenas un susurro y lo odio, no quiero sonar tan débil frente a él.
—Fleur...— él extendió su mano hacia mí pero la abofeteé.
—¡No me toques!
—Fleur, lo siento tanto, yo—
—¡Callate! Solo... deja de hablar.— mi voz se rompe, mi corazón ardiendo, herido y golpeado, —Yo... solo te he dado amor, lo mejor de mí, ¿Por qué?
Adam lame sus labios, —Estaba borracho, se que no es excusa, fue un error, jamás quise hacerte daño.
—¿Un error?— me duele hablar, le muestro su telefono, —Si fue un error, ¿Por qué sigues hablando con ella?
—Fleur...
Gruesas lagrimas rodaron por mis mejillas, —Estoy perdiendo mi tiempo aquí.— le lanzo el teléfono y tomo mi abrigo.
—Fleur, espera, no,— él me siguió hasta la puerta de su casa, —No te vayas así, espera.— me toma del hombro, girandome hacia él pero lo empujé.
—¡Que no me toques! ¡Esto se acabo!
Él menea la cabeza, —No, tu no vas a terminar conmigo.
—Ya lo hice.— tomo el pomo de la puerta pero Adam me agarra del brazo y me estampa contra la misma, —¡Suéltame!
—Tú eres mía, Fleur.— la determinación de su voz me asusta, —Siempre vas a ser mía.
Sus labios encuentran los míos y lucho contra la sensación de familiaridad para rechazarlo. Muevo mi cara a un lado, esquivándolo, —Basta, para, Adam.
Él agarra mi mentón con fuerza, —¿Que pare? Eso no es lo que dices cuando te follo y pides más como la zorra que eres.
Le doy una bofetada tan fuerte que su cara se mueve a un lado, llorando abro la puerta y salgo corriendo de ahí.
Cuando me desperté, estoy sozollando sin control. Esas imágenes quemaban mi corazón, ¿Cómo pude olvidar todo eso? De alguna manera, sabia que ese no era solo un sueño, era un recuerdo.
Adam me había roto el corazón, había tenido sexo con una compañera de su universidad en una de esas fiestas de fraternidades, cuando lo enfrenté solo culpó al alcohol, ¿Por qué no me dijo esto? ¿Por que actuó como si todo estuviera bien entre nosotros? Jazmine tampoco me había dicho nada, pero se que ella no sabia, me avergonzaba contarle que el chico al que le había dado todo me había traicionado tan cruelmente.
Todo el mundo me miente...
Todo el mundo omite información, es como si quisiera mantenerme en la oscuridad de las cosas a propósito.
Ese recuerdo también desató otros, como Adam se comportó después de eso, había comenzado a asustarme, aparecía en mi habitación si permiso, era muy agresivo, nunca llegó a pegarme pero si me sentía abusada verbalmente. Yo no le dije nada a mis padres, por miedo a tener que contarles toda la historia, y también porque yo amaba a Adam. Me había sentido tan idiota por amarlo aún después de todo, pero no había podido cambiar eso.
Sostuve mi cara, cerrando mis ojos, ¿Qué más he olvidado? Sin querer pensar más, me levanté a comenzar mi rutina.
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El descanso de primavera dejó el psiquiátrico solo y aún más deprimente que antes, quedaron muy pocos pacientes y aún menos personal medico. No habían clases generales así que nada que hacer en este lugar oscuro y vacio. Mi único consuelo eran mis amigos: Lory, Yang-mi, Luke y Dana me hacían olvidar donde estábamos, nos divertíamos juntos, logramos escabullir un juego de mesa que uno de los guardias había lanzado a la basura y pasábamos el tiempo.
No había visto a Adam ni a Pierce, y me sentía bien, esos dos lo único que hacían era revolver mi cabeza y mis emocionas, disfrutaba esta tranquilidad.
Estábamos en el sótano, sentados en el suelo, comiendo dulces que Luke había traído y hablando de nuestras vidas, bueno, de las partes oscuras y dolorosas de nuestras vidas, ya había tanta confianza entre nosotros y comodidad que ya podíamos hablar de lo que fuera. Se sentía liberador poder hablar de estas cosas en frente de alguien.
Lory sacó la paleta de fresa de su boca, —Esto es mejor que terapia.
Dana sonrió, echando su cabello rojo a un lado de su cara, —Si, y mucho más efectivo.
Yang-mi asintió tímidamente, —Y los dulces están ricos, gracias, Luke-senpai.
Lory compartió una mirada conmigo, —¿Soy solo yo o suena super sexy cuando Yang-mi llama así a Luke?
Luke se echó a reir, —No empieces con eso, Lory.
Dana tomó su mentón, pensativa, —Lory tiene razón.
Yang-mi se puso roja, yo le di una palmada en la espalda, —No te avergüences, ya nos explicaste que es un honorífico japonés hacia alguien...— traté de recordar, —¿Qué es mayor que tu o tiene más experiencia en algo, no?
Ella solo asintió, Luke se le quedó mirando por unos segundos antes de girarse hacia mí, —Es tu turno en la Dulce-Terapia, Flor.
—Bueno,— dejé salir un largo suspiro, —Ya les conté sobre Adam, la verdad no se como sentirme respecto a él.
Luke apretó su mandíbula, —¿Vas a hablar de Adam otra vez?
—¿Te molesta si lo hago?
Lory golpeó el hombro de Luke, —No, claro que no le molesta, el punto de este grupo es que podamos hablar de lo que queramos, ¿No, Luke?
Luke volteó los ojos, —Lo que sea, voy al baño.
Molesta, lo seguí, —Ya vuelvo.
Cuando subimos las escaleras y salimos al solitario pasillo, lo enfrentó, —Bien, ¿Cuál es tu problema?
Él se encogió de hombros, —No tengo ningún problema.
—¿Ah no? Porque a mi me parece que hay algo que quieres decir.
—Bien, ¿Quieres oírlo?— comenzó, —Me molesta que aún sigas hablando de ese idiota después de todo lo que te hizo, y no solo eso, se aprovechó de que no recordabas nada para que llegar aquí y actuar como el novio perfecto, ¿Cómo es que aún puedes si quiera pensar en él? Debes olvidarte de él y seguir adelante.
—No es tan fácil.
—Yo lo veo muy fácil, Flor, olvídate de él, punto.
—¿Crees que no quisiera hacer eso? Tengo un montón de emociones confundidas sobre él, sobre las mentiras, sobre lo mucho que lo amaba. Si fuera tan fácil controlar los sentimientos, la vida seria mucho más fácil.
—Hablando de él no lo haces más facil, no logras nada con eso.
—Claro que si, logro desahogarme.— apreté mis manos a mis costados, —¿Tienes idea de lo que me costó poder hablar de mis emociones, poder hablar de lo que me pasó? Estas siendo egoista, tengo todo el derecho del mundo de desahogarme, el hecho de que te moleste o te aburra el tema no te da derecho a no dejarme expresarme.
Luke relajó sus hombros, —Lo siento, tienes toda la razón, lo siento, Fleur.
Arrugué mis cejas, Luke pronunció mi nombre perfectamente.
Él me miró, confundido, —¿Qué?
—Pronunciaste mi nombre bien, nunca te dije mi nombre de esa forma.
—Ah,— Luke se rascó la parte de atrás de la cabeza, —Dana me lo dijo.
Eso me alarmó más, —Dana tampoco sabe pronunciarlo.
Luke abrió la boca para hablar, pero Lory apareció en la puerta, —¿Van a volver o no?
Luke me dió una sonrisa de boca cerrada antes de bajar y a mi solo me quedo seguirlos.
A pesar de todo, esa noche me fui a dormir con una sonrisa en mi cara, los pasados días habían sido tranquilos y llenos de paz.
-
Un grito desgarrador me despertó.
Me senté, agarrando mi pecho, el cual subía y bajaba rápidamente. Traté de mirar el reloj en la mesa de noche pero estaba en completa oscuridad lo cual no tenia sentido, siempre dejó mi lampara encendida, busqué a tientas el botón de encendido y lo presioné varias veces, nada.
Fue entonces cuando me di cuenta de que había frío, la calefacción tampoco estaba funcionando, ¿Se fue la luz? ¿Y que fue ese grito?
¿Lo imaginé? Esperé escuchar algo más pero solo había silencio.
Debió ser mi imaginación.
Estaba a punto de acostarme cuando el ruido de pasos apresurados resonó en el pasillo, deteniéndose frente a mi puerta. Tragué grueso, quitándome la sabana para levantarme y buscar algo con que defenderme. Sin embargo, abrieron mi puerta antes de que pudiera prepararme. Estaba lista para gritar cuando vi a Dana, la luz entrando por la ventana apenas dejándome identificarla.
Estaba en sus pijamas, sudada y pálida, iba a hablar pero ella levantó su dedo indice a sus labios en completo pánico, sus manos temblaban.
Algo esta muy mal.
Escuché pasos lentos y calculados afuera del pasillo, quien sea que estaba allá afuera no era bueno, la sombra de alguien se vio pasar por la rendija debajo de la puerta y los pasos siguieron de largo en el pasillo.
Dana se acercó a mi cautelosamente, —Flor, Flor.— estaba temblando, —Hay... eh... tenemos que salir de aquí.
—¿Qué pasó?
—Mucha sangre... mucha...— Dana murmuraba cosas que no tenían sentido, —Mucho rojo...— sostuvo su boca para llorar silenciosamente.
Mi corazón estaba al borde del colapso, —Dana, ¿Qué pasa?
Ella trató de calmarse, —Las enfermeras... ellas... están muertas.
Dejé de respirar de nuevo, —¿Qué?
—Yo me levanté... me dolía mucho el estomago y fui al puesto de enfermeras por algún analgésico... y ellas... él... les disparó.
Él...
—Dana, necesito que respires y trates de hablar, ¿Quién les disparó?
—No lo se... no pude ver su cara... estaba todo de negro,— bump, bump, bump, mi corazón resonaba contra mi garganta, —Tenia una mascara... no pude ver su cara solo corrí... y me escondí.
Me esforcé para calmar mi respiración, para no entrar en panico, —Estaremos bien, estoy segura de que escucharon los disparos y llamaran a la policía.
—Los disparon no sonaron... su arma tiene algo que hace que sean muy silenciosos.
Mierda.
Él esta aqui...
Vino por mi.
—Vamos a salir de aqui, juntas, Dana.— la tomé de la mano y la guié a la puerta. La abrí lentamente, y revisé el pasillo, estaba vacio, —Vamos.— susurré.
Caminamos con cautela, casi de puntillas pasillo abajo pero entonces pasó... él apareció al final del pasillo, tal como lo describió Dana, todo de negro con una mascara de tela negra sobre su rostro.
Ahi en medio de la noche, enfrenté al asesino de mi familia por segunda vez y tal vez ultima.
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Nota de la autora: ¡Jesucristo, señoras y señores! Llegó, el asesino esta aqui, ¿Listas para enfrentarlo? El siguiente capitulo sera un capitulo especial, les cuento que ya esta listo. Estoy decidiendo si subirlo hoy o mañana, creo que mañana sera mejor, nuevo día, nuevo capitulo. Dos capítulos en dos días para recompensarlos por la espera.
¿Dónde esta tu WattyDinero? Dejen sus teorías aquí.
¿Preguntas?
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