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Capitulo VIII

"El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida."

-Federico García Lorca

Capítulo VIII

Mis tobillos ardían al contacto salvaje que tenían con el terreno áspero mientras estaba siendo arrastrado a la oscuridad. Luché para liberarme, pero la mano sobre mi boca estaba presionada con mucha fuerza. Él que me sostenía era una persona muy fuerte y sin duda un hombre.

Tenia que hacerlo, tenía que detenerlo. Usé mi codo como un arma y lo enterré en el estómago del atacante. Él soltó un quejido de dolor dejándome ir. Caí de rodillas rápidamente.

—¡Dana!— Me las arreglé para gritar, pero antes de que pudiera ponerme de pie, una mano tiró de mi pelo duramente. Hice una mueca de dolor mientras estaba siendo obligada a ponerme de pie. Yo quería dar la vuelta y enfrentar al atacante... pero no pude.

Él tiró de mi pelo en un fuerte jalón, haciéndome arquear hacia atrás. Mi espalda chocó contra su pecho. Liberando mi cabello, paso su brazo sobre los míos, preciosamente contra el, efectivamente limitando mis movimientos.

—¡Dana! ¡Ayudáme!— grité tan fuerte como pude.

El usó su mano libre para cubrir mi boca, —Shhhhh.— sentí su cálido aliento en mi oído.

Shhhhh, Fleur, shhhh, tranquila...

El recuerdo de una voz murmurando esas palabras me dejó sin aliento.

El atacante presionó sus fríos labios contra mi mejilla y luego me soltó, empujando me lejos de el.

Me volteé rápidamente pero solo alcancé a ver una sombra alejándose en la oscuridad.

—¿Flor?— Dana sonaba tan lejos.

—¡Dana!— grité tan fuerte como pude. Me puse de pie rápidamente, y me dirigí hacia la dirección de donde venía la voz de Dana. Estaba temblando; todavía podía sentir la adrenalina en mis venas, tensando todo mi cuerpo.

A lo lejos, pude ver a Dana, venia caminando con Luke a su lado, ambos lucían muy preocupados. Cuando me vieron se apresuraron hacia mi.

—Pensé que te había perdido. ¿Dónde diablos estabas?— traté de calmarme antes de hablar.

Luke tomó mi rostro en sus manos, —¿Estas bien?

—Yo... fui atacada.— mi pecho se movía hacia arriba y abajo rápidamente.

—¿Qué?

—En el bosque... había alguien... y yo... el... intentó...

—Espera ... calmáte, habla mas despacio, Flor— Dana puso sus manos en mis hombros —¿Estás bien? ¿Qué quieres decir con que te atacaron?

—Yo...— Tragué saliva —Había alguien allí, Dana... trató de hacerme daño.

Luke —¿Hacerte dano? ¿En el bosque? ¿Estas segura?

—Sí, por supuesto que estoy segura. Tenemos que salir de aquí. ¿Y si vuelve?— dije en pánico.

Luke froto mis hombros de manera reconfortante, —Nadie va a hacerte daño, lo prometo.

Caminamos en silencio hasta que llegar a un gran edificio frente a nosotros. Mientras caminaba me preguntaba qué diablos había pasado. ¿Por qué me atacó? ¿Quién era esa persona? Definitivamente, necesitaba reportarlo.

—¿Flor? ¿Estas segura de que aun quieres entrar?— Dana pregunto preocupada, —Si quieres, podemos devolvernos.

—Estaré bien— dije, no quería ser injusta. Dana estaba muy emocionada por venir aquí y encontrarse con el chico que le gustaba. Ademas, ¿Que ganaría con ir a encerrarme en mi habitación? El solo pensamiento de estar sola me aterraba.

—Bueno, esta es el ala del niño— Dana no podia esconder la emoción en su voz. Traté de no pensar en el ataque, de la misma forma en la que normalmente bloqueaba los pensamientos acerca de mis padres.

—Ey.— Lucas me llamó. Fue entonces cuando verdaderamente lo miré. Llevaba unos vaqueros negros y una camiseta blanca con una chaqueta negra. El contraste de su piel con negro le quedaba muy bien. Sus ojos verdes parecían tranquilos esa noche y su cabello rubio estaba desordenado. Tenía las mejillas ligeramente enrojecidas por el frío —¿Flor?

—¿Eh?

—¿Estás segura de que estás bien?

—Sí— me dio una cálida sonrisa.

—Vamos dentro.— Dana dijo sonriéndonos. Ella arregló con los dedos su pelo rojizo.

Cruzamos una pequeña puerta de metal y caminamos en silencio a través de un pasillo solitario, paredes azules cada lado. El sitio me pareció muy similar al ala de las mujeres aunque un poco mas tenebroso.

—Todos deben estar en el sótano.— susurró Dana.

—¿Todos?

—Las personas vienen a pasar un buen rato esta noche. No somos las únicas mujeres que vienen aquí— Dana respondió en un susurro mientras estábamos pasando por el pasillo oscuro.

Después de unos minutos, encontramos la escalera y bajamos lentamente.

El sótano se parecía al del ala de mujeres, era la misma estructura pero no tenían las telarañas o sillas rotas. Éste era una especie de lugar vacío pero limpio. Tan pronto como entramos dentro, vi algunas mujeres y hombres. Recorrí el lugar, en busca de... Negué con la cabeza para cerrar ese pensamiento. No me importaba si Pierce estaba allí.

—Ya vuelvo— dijo Dana y se metió dentro del grupo de personas. Suspiré; probablemente iba a buscar a ese hombre que había dicho que le gustaba. Lucas permaneció a mi lado en silencio; parecía estar escaneando el lugar.

—¿Flor?— Oí la voz de una mujer desde atrás. Me di vuelta y verla me tomó por sorpresa.

—¿Lory?

—¡Hola! ¿Qué haces aquí?— Preguntó abrazándome fuertemente. Muy bien, Lory era muy rara. Estaba actuando como si fuéramos amigas de toda la vida, y sólo habíamos pasado tiempo juntas dos veces.

—Estoy con unos amigos— le dije fingiendo una sonrisa. Sus ojos fueron de mí a Lucas, y juro que vi un destello en sus ojos. Y entonces me di cuenta ... sabía la razón de su comportamiento afectivo repentino hacia mí. Ella quería que le presentara a Lucas.

—Entonces, ¿Quién es tu amigo, Flor?— Lory finalmente se atrevió a preguntar. Yo era muy buena leyendo a la gente. Lucas me miró.

—Lucas, esta es Lory. Lory, este es Lucas— dije y ellos se dieron la mano.

—Encantada de conocerte— dijo Lory entusiasta. Lucas le dio una sonrisa con la boca cerrada y luego me miró.

—¿Quieres algo de beber?— Preguntó cortésmente.

—No soy fan del alcohol— respondí al instante. Lucas me dio una pequeña sonrisa.

—Me refiero a una gaseosa o agua.

—Oh— No pude evitar sonrojarme, —Claro, gaseosa esta bien.

—Bien, ya vuelvo.— dijo y me dejó allí con mi nuevo amiga Lory.

—Él es tan hermoso— Lory declaró acercándose a mí —¿Has visto la forma en la que me miraba? Es obvio que le gusto.— Rodé los ojos. No me malinterpreten, yo era muy consciente del hecho de que Lucas era muy lindo, pero Lory parecía pensar que era la única cosa buena que tenía.

—¿Dónde está Trent?— Le pregunté tratando de parar su balbuceo.

—Ni siquiera menciones su nombre. Ese bastardo...— cerró los ojos tomando una respiración profunda. Oh, bien, Trent quedó al descubierto. Al parecer el se había involucrado con Sana, la amiga de Lory. Que descarado.

—¡Lory!— Gritó alguien desde un grupo de hombres.

Lory se fue corriendo, dejándome solo una vez más. Parecía que ese era el hobby de Lory. Empecé a jugar con mis dedos con nerviosismo. ¿Por qué se tarda tanto Lucas?

Me sentía como si alguien me estuviera mirando. Eché un vistazo alrededor y mis ojos se encontraron un par de ojos negros. Mi corazón se aceleró sin motivo alguno. Era un chico de pelo castaño; me estaba mirando descaradamente. Él se apoyó contra la pared, sosteniendo un vaso de plástico en la mano.

Se me hace tan familiar.

Esos ojos...

Me estaba poniendo nerviosa, pero por alguna razón no podía apartar la mirada. Una sonrisa se formó en sus labios, mientras que él levantaba su mano para llevar el vaso a sus labios y tomar un sorbo.

Fruncí el ceño en confusión.

—Aquí tienes— La voz de Lucas me hizo apartar la mirada del joven. Cogí el vaso de plástico que Lucas me ofrecía.

—Gracias.

—No hay problema. Vamos a sentarnos— Luke me hizo un gesto para sentarme en una silla grande con él. Lo hice sin dudar.

—¿Dónde está Dana?— Pregunté tomando un sorbo de mi vaso de plástico.

—No tengo idea— Lucas se encogió de hombros —¿Te gusta?

—Si esta bien.

—Apuesto a que probablemente está pensando cómo cosas como esta y lo de la hoguera pasan en un psiquiátrico— Miré a Lucas, dándome cuenta de que era el tipo de persona que le gustaba analizar las cosas.

—En realidad no he pensado en eso— le dije con sinceridad. Lucas rió un poco.

—La verdad es que creo que la administración sabe que estas cosas pasan y se hacen los locos,— el jugó con el vaso en sus manos, —Tal vez piensan que nos beneficia de alguna forma.

—¿Tu crees?

—Si, es imposible que tantos pacientes salgan sin que nadie se de cuenta.

—Tienes razón.

—No sabía que te llevaras bien con chicas como Lory.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, ella tiene una especie de reputación aquí— explica Lucas mirándome. Sus grandes ojos verdes eran tan hermosos.

—¿En serio?— Le pregunté sorprendida. Lory era muy espontánea pero ella parecía agradable.

—Sí, ella ha coqueteado con medio primer piso.

—¿Hasta contigo?

Lucas sacudió la cabeza rápidamente, —No, pero a veces siento que me acosa.

—Oh, lo siento por presentártela, no sabía.

—Está bien— Lucas dijo sonriéndome —¿Vas al viaje la próxima semana?

—Creo que sí— le dije recordando el entusiasmo de Dana sobre él.

—¿Ha estado en los pueblos pequeños del norte antes?— Un amargo pensamiento cruzó mi mente. Sí, yo había estado ella con mis padres porque mis abuelos vivían allí, mis padres y yo por lo general los visitábamos.

—No— mentí.

—Oh, estoy seguro de que te va a gustar.

—Eso espero— lo observé, mirar ansioso su vaso mientras le daba vueltas en su mano, —¿No vas a tomártelo?

—Eso intento— lo miré confundida, el suspiró, —¿Recuerdas mi aburrido trastorno obsesivo compulsivo?

Solo asiento, —Si, investigué un poco. Es un transtorno de ansiedad, ¿no? Que te hace tener pensamientos compulsivos y repetitivos para lidiar con la ansiedad, o algo asi.

Lucas levantó una ceja, —Guao, alguien ha estado haciendo su tarea.

—Me gusta investigar y aprender cosas nuevas. Ademas, así siento que puedo conocerte un poco mas.

Lucas me da una mirada dulce, —¿Quieres conocerme mas, eh?

Me sonrojé, bajando la mirada, —Claro.

—Bueno, suelo tener esos pensamientos con la limpieza, el orden y los gérmenes,— lo miro interesada, —No tienes idea de cuando he mejorado, cuando llegue aquí usaba guantes para todo, no tocaba nada o nadie. Estaba en el tercer piso pero con el tiempo fui mejorando, tolerando aún mas.

—Oh,— mis ojos volvieron al vaso en sus manos, —Quieres beber la gaseosa pero estas teniendo pensamientos repetitivos acerca de los gérmenes que puede tener ese vaso, ¿no?

Lucas me da una sonrisa triste, —Toda una psicóloga.

—Lo siento, debe ser difícil.

—Nah, estaré bien. No te preocupes por mi.

Estaba a punto de decir algo cuando levanté la mirada y me congelé.

Pierce.

Él venia caminando hacia nosotros. Llevaba puesta la capucha, y tenía las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Sus ojos grises se encontraron con los míos por un momento.

¿Qué estaba haciendo allí? ¿Y por qué me alteraba al respecto? Nos pasó a un lado y se metió dentro del grupo de personas. ¿Qué estaba haciendo allí? Ni siquiera hablaba.

—¿Flor?— La voz de Lucas me sacó de mis pensamientos.

—¿Eh?— Lucas pasó la mano delante de mis ojos.

—Tierra a Flor.

—Lo siento— dije mirándolo —Decías...

—No importa.

—Lo siento, Lucas. Yo estaba

—¿Admirando a Pierce?— Dijo cruzando los brazos sobre el pecho.

—¡No!— Negué con la cabeza —Por supuesto que no— Lucas me dio unas palmadas en la cabeza.

—Te ves linda cuando intentas mentir.

—No estoy mintiendo— Lucas levantó una ceja y me dio unas palmadas en la cabeza de nuevo.

—Bien, bien.

—Deja de hacer eso— no pude evitar reír un poco. Él me estaba tratando como a una niña.

—Esta bien— pellizcó mi nariz.

—¡Lucas!— Me quejé.

—¿Qué?— puso una cara inocente.

—Ya basta— repetí.

—Está bien— dijo en voz baja y luego pellizcó mi cintura. Di un salto en sorpresa.

—Estoy hablando en serio— dije conteniendo una sonrisa.

—Oh, ok— pellizcó mi cintura de nuevo.

—¡Lucas!

—¿Estoy interrumpiendo algo?— Dana preguntó apareciendo frente a nosotros.

—Tal vez— Lucas dijo en broma.

Fue entonces cuando vi a una persona al lado de Dana, no pude ocultar la sorpresa en mi rostro.

—Bueno, Flor, este es...— me guiñó el ojo, sabía que esa señal significaba que era el chico que le gustaba —Trent— oh por Dios... el ex novio de Lory, un verdadero mujeriego.

—Oh, si ya la conozco.— Trent añadió sonriéndome.

—¿En serio?— Dana sonaba confundida.

—Sí, nos encontramos...— Trent parecía estar pensando en ello —En la hoguera, ¿no, Flor?— Mintió descaradamente. Yo lo había conocido a el y a Lory en las duchas, Dios sabe lo que estaban haciendo allí antes de que yo llegará.

—Sí.

—Oh, pequeño mundo, ¿eh?— Dana dijo sorprendida. Me levanté de la silla sintiéndome incómoda.

—Necesito ir al baño.— dije como excusa.

—Oh, tienes que ir arriba. Está en el pasillo a la derecha, pero se silenciosa— Dana explicó señalando la escalera. Asentí y me alejé de ellos.

Una vez que llegué en el pasillo, encontré los baños fácilmente. Había gran puerta de madera con un gran cartel que decía "baños" así que entré.

No podía creer que a Dana le gustará Trent. Era sin duda un mujeriego; recordé lo que había pasado con Lory. Pero no sabía si debía contarle Dana lo que sabía. Ella me consideraba su mejor amiga, incluso cuando sólo nos conocíamos hace poco.

Me sentí mal por no decirle al respecto de forma inmediata. Los amigos se suponen que se cuentan todo, ¿verdad? No quería que Dana saliera herida.

Vi mi reflejo en el espejo empañado por la calefacción, pasé la mano limpiando para verme mejor. Me quedé helada cuando vi una figura detrás de mí a través del reflejo.

—Bu— me susurró dándome una sonrisa torcida.

Me di la vuelta con el ceño fruncido, —¿Me estas acosando?— Pregunté cruzando los brazos sobre mi pecho.

—Ya quisieras— habló con su sonrisa intacta. Sus ojos grises brillaban con diversión.

—¿Qué haces aquí, Pierce?

—Bueno, estaba comprando pan.— le di una mirada cortante ante su respuesta, —Es un baño. ¿No sabes lo que se hace en los baños, Fleur?

—Esto no es una coincidencia, ¿Me estas siguiendo o algo así?

—Eres una mujer tan presumida, Fleur, ¿Crees que perdería mi tiempo siguiéndote?

—Tal vez.

—Estabas equivocada— respondió caminando a mí, se detuvo cuando estaba a unas pocas pulgadas de distancia.

—Seguro— rodeé los ojos.

—No hagas eso— dijo mirándome.

—¿Hacer qué? ¿Esto?— rodeé los ojos de nuevo.

Dio un paso más cerca, tomó mi barbilla y me miró directamente a los ojos.

Podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Estábamos peligrosamente cerca. Mi corazón comenzó a latir como loco. Se inclinó hacia mí lentamente, dejando que sintiera su aliento en mi cara.

—Pierce...— Protesté pero sostuvo mi barbilla con más fuerza. Sus labios casi rozaban los míos. Sin saber lo que hacía, cerré los ojos esperando. Unos segundos más tarde, abrí los ojos confundida. Pierce estaba sonriéndome, la diversión plasmada en su rostro.

—¿De verdad creíste que iba a besarte?— Preguntó en tono burlón.

Lo empujé con todas mis fuerzas. Sentí la rabia y la humillación fluir en mis venas.

—¡Eres un idiota!— Dije caminando hacia la puerta. Agarré el pomo de la puerta con la mano temblorosa. La frustración me invadió cuando me di cuenta de que la puerta estaba cerrada con llave. Me di vuelta para enfrentarme a un Pierce sonriendo. Levantó sus manos mostrando un par de llaves.

—Bueno, estás condenada a estar con este idiota por un tiempo.

xx

Nota de la autora: Capitulo largo para recompensar por la espera. Trataré de tener el proximo listo pronto. LAs cosas se pondrán interesantes así que gracias por la paciencia :D no se arrepentirán.

Muakatela,

Ariana G. 

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