Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. Padres

Su nombre era Suzanne, Suzanne Moore. Su cabello era largo, de un café claro que se asemejaba al amarillo, igual que su hijo Luka. También tenía ojos similares, heterocrimia, un lado celeste claro como el más puro cielo y el otro café dorado. Su silueta fina y rostro cubierto en elegancia, con una edad podía confundirse entre la misma de su hijo, pero era mayor, las arrugas alrededor de sus ojos no podían ser cubiertos por completo por el maquillaje que llevaba puesto aquel día.

Traía un traje verde, una falda que dejaba ver sus piernas largas y delgadas que terminaban en unos tacones negros altos, algo que le hacía lucir más fina, cuando Luka sabía que era completamente ordinaria y rozando lo pobre. Una camisa blanca con un corbatín negro que dejaba caer dos lazos en su pecho. Sus manos cubiertas por dos guantes negros de cuero y un sombrero encima de su perfecto moño. Incluso con aquella formalidad seguía pareciendo joven. Ella era como ver una versión femenina de Luka.

Pero su mirada endurecida la diferenciaba. Sus ojos calaban el alma; hermosos labios carmín que sonreían mientras en sus profundos ojos se notaba la desaprobación, el odio a aquellas circunstancias y el cansancio de verse involucrada en un aspecto que era de un hijo al que había abandonado hacía ya bastantes años.

Ella nunca levantaría la mano cuando se acercó a su hijo Luka. No le abofeteó, como la mayoría esperaba, ella se quedó observándolo por un largo instante antes de darse la vuelta y seguir caminando, alejándose un poco para volver su vista a su hijo Ross, quien la había acompañado por capricho.

Luka deseó que su madre siquiera le dijera un insulto, esperaba un golpe. Cualquier cosa sería menos dolorosa que la cruel indiferencia que ella siempre ofrecía.

Él cambió a su forma humana en cuanto vio a su madre y ahora su estado vulnerable le hacía querer esconderse tras el lobo que era culpable de aquel momento. Deseó nunca más volver a ver a la mujer que le dio la vida.

La mujer le quitó a Ross el saco largo y café que llevaba puesto y, con odio en su mirada, lo lanzó a Luka que sin siquiera dudar se cubrió.

Si vas a meterte hasta el cuello en problemas no me llames —dijo ella. Suzanne, era de las personas que dañaban más con su mirada y palabras que con golpes—. Eso fue lo que te dije cuando te dejé ¿no es verdad?

Ella fijó su vista en Adam, en silencio, mientras estudiaba al lobo. Sus ojos de diferente color, iguales a los de Luka, recorrían el cuerpo del lobo, y  cuando se cercioró de lo que pensaba volvió la vista a su hijo, hacia la marca en su cuello. Algo que ella consideraba como la compra de un esclavo eterno.

—Cuidaré de su hijo —Se atrevió a hablar Adam. Él igual cambió a su forma humana, negándose a dejarse intimidar por el constante acecho de la dama—, no voy a dejar que...

—No me importa —interrumpió ella. Sus tacos resonando contra la madera de la entrada de la cabaña—. Lo que Luka haga con su vida no es de mi importancia. Si usted, lobo, quiere formar una familia con él no es de mi importancia, ni siquiera asistiré a su boda.

—Suficiente —Adam tomó a Suzanne de la muñeca. Sus miradas se encontraron y entonces una guerra se hizo presente. Ella no iba a dejar que un lobo se atreviera a ponerla en su lugar y Adam no permitiría que ella siga deprimiendo de aquella forma a su pareja; porque Luka estaba callado, pero Adam podía sentir su tristeza ante cada palabra que la mujer soltaba—. Si esto no le importa ¿por qué está aquí?

—Porque tus padres me contactaron —respondió ella, librándose del agarre de Adam y retrocediendo—, ellos piensan que puedo hacer que ambos terminen su relación. Al parecer no están de acuerdo con ustedes.

—Suzanne —Luka no iba a llamarle madre, porque ella se lo prohibió. Solía decirle que si lo hacía entonces los demás pensarían que estaba más vieja de lo que aparentaba—, si ya ha dicho todo lo que tiene que decir, es mejor que se vaya, yo voy a resolver esto por mi cuenta.

Fue el peor momento para que la familia de Adam salga. La señora de la casa observaba a Luka con repugnancia y a los demás guepardos con más intensidad, una mueca de desagrado se notaba en el fruncir de sus labios. Allie estaba contenta con la llegada de Suzanne, pero no por eso iba a cambiar su opinión sobre los felinos.

Falk, el padre de Adam, abrió ambas puertas, en una clara señal de que era momento para entrar a la cabaña. Un tema de tal magnitud no iba a ser resuelto en medio de la calle donde podían fácilmente verlos y dudar de su liderazgo con la manada.

Fueron unos minutos en los que la mayoría se encontraba en la sala de estar, Allie junto a su esposo Falk. Adam y Luka ya estaban con sus respectivas vestimentas y estaban sentados juntos, Luka a lado de su familia, su madre Suzanne y sus hermanos Ross y Luis. El ambiente se había vuelto mucho más tenso que el día anterior. Luka sabía que su madre no soportaba el lugar y mucho menos tener que conversar con lobos.

—El último tren a la ciudad parte en una hora, espero que sean claros y precisos con lo que se va a discutir —Suzanne dejó el bolso de mano en su regazo, fingiendo ver un reloj que dejó de funcionar hace ya bastante, pero que lucía elegante en su muñeca—. Viendo el problema, creo que no hay mucho sobre lo que discutir.

—Su hijo —Por supuesto Allie empezó—, si tiene la capacidad de hacer que se aleje de mi hijo entonces se lo agradecería.

Y aquel era el primer instante en el que los señores Harvey exteriorizaban su odio y repulsión hacia la pareja, y más sobre Luka. Por primera vez, soltaron con claridad lo que les molestaba tanto y ya no lo ocultaban entre ironía y preguntas incómodas. Adam estaba seguro que cuando aquello termine Luka lo dejaría de inmediato, por no haber sido capaz de notar su incomodidad en aquel lugar.

—Mire —Falk siguió. El señor Harvey fue más calmado, más sereno intentando encontrar una solución que se haga sin un escándalo luego—, la relación entre mi hijo y el suyo es algo casi imposible, la naturaleza de ambos es diferente. Mientras Adam está entrenado para cuidar y quedarse a lado de la manada Luka es... —Y se detuvo, porque no quería insultar a la mujer ni a su familia. Calló porque no encontró la palabra adecuada.

—Un gato —Suzanne, podía ser cruel, importarle nada su hijo, pero ella no era de quedarse callada—. Sé lo que somos, lo he sabido desde que nací, así que no intente adornarlo con palabras bonitas. Además, creo que ambos son lo suficientemente mayores y capaces de discernir sobre sus decisiones, no creo que mi presencia en este lugar sea necesaria.

—Su raza tiene una fama que no le conviene a la manada, los lobos hemos vivido en paz durante mucho tiempo. No nos hemos entrometido en la vida de los gatos. Si alguien antes se había emparejado de la misma manera no es mi problema, pero esto me incumbe bastante —Falk sonaba retador—, mi hijo será quien tome mi puesto cuando yo ya no pueda y el hecho de que esté con alguien de su raza va a causarle muchos problemas.

—¿Por qué? ¿Qué fama? —La mujer  estaba más enfadada que el señor Harvey. Ella se levantó y golpeó la mesa con ambas palmas de sus manos— ¿ladrones? Nuestra naturaleza es esa, según ustedes, al igual que la suya es ir olfateando traseros en su camino. Mi hijo puede hacer lo que se le antoje con su vida. La culpa en todo este problema es del lobo que se atrevió a marcarlo como de su propiedad, cuando otra característica de nuestra raza es la repulsión hacia ese acto de pertenencia.

—Es mi casa señora Moore, usted no puede levantar la voz de esa forma en mi casa y mucho menos a mi esposo.

—Es mi voz la que estoy levantando, señora. Luka es consciente de que no he venido a defender a ninguno de los dos, solo estoy en este lugar para evitar que mi celular vuelva a sonar para decirme que me haga responsable de un hijo al que dejé de ver hace mucho, porque él ya es independiente, lo que haga con su cuerpo no es problema mío. Si decide ser marcado por un pulgoso perro no es mi problema, y quiero aclarar eso —Suzanne respiró profundo, la ira disipándose dentro de su cuerpo. Ella debía mantener la compostura, si quería salir de aquella casa con la cabeza en alto entonces tenía que calmarse—. Luka es inteligente —Tomó su bolso de mano y se dirigió a la puerta seguida de su hijo Ross que parecía haber disfrutado de la función—, yo no hubiera dejado que un perro me muerda de esa manera, pero viendo que este tiene tanto dinero entonces no lo culpo —Salió de la casa con una sonrisa, entrando al auto de su hijo mayor, esperando partir pronto.

—Creo que quedó claro que Suzanne no va a hacer nada en este asunto —Soltó Ross mirando a los demás quienes seguían en silencio, asombrados por la escena—. Ella ya no tiene vínculo alguno con Luka, sería un error volver a llamarla.

Cuando la puerta finalmente se cerró el silencio se volvió más incómodo. Luka se acercó con disimulo hasta Adam, sintiéndose seguro cuando lo tenía a su lado y este lo abrazó con fuerza; percibiendo, por primera vez desde que lo conoció, un ligero temblor en él y el miedo más profundo. Aquello no se comparaba ni un poco a cuando le mordió la cola, Luka estaba completamente aterrado por la escena y decaído por la presencia y palabras de su madre.

—Les di una semana para que analicen todo esto —volvió a hablar el señor Harvey, levantándose de su asiento y mirando fijamente a su hijo.

—¿Y qué hará cuando acabe? —Luka se separó del abrazo del lobo y enfrentó a Falk. Lo culpaba por aquello, cuando él nunca pidió volver a ver a su madre— ¿va a llamar a mi padre? —se burló, intentando ocultar su miedo y odio.

—Conociendo a tu madre —Allie se levantó junto a su esposo— dudo que si quiera ella pueda recordar quién es tu padre.

—¡No voy a seguir permitiendo esto! —Adam saltó. Esta vez estaba dispuesto a enfrentar a su padre si se atrevía a poner en una situación similar al felino— Luka es mi pareja, lo quieran o no. Si estoy en esta casa es por el respeto que les tengo, no he venido a preguntarles ni a dejar que elijan lo que sucederá con él y conmigo. En cuanto amanezca nos vamos.

Adam fue claro y tomó la mano de Luka para sacarlo del lugar. El castaño seguía decaído, pero algo en sus ojos parecía brillar, sintiéndose dichoso de tener a alguien como Adam. Empezaba a cuestionarse sobre el lazo que los unía, quizá no era tan malo. Quizá Luka y Adam realmente podían ser una buena combinación.

Su pensamiento no duró mucho tiempo, Adam fue separado de él con brusquedad. Luka sabía que los lobos tenían mala actitud, siempre tuvo en cuenta que ellos perdían la paciencia con mucha facilidad y podían volverse realmente agresivos. Lo notó al ver cómo el señor Harvey estaba dispuesto a arrancar la cabeza de su propio hijo, incluso más que sus colmillos se notaron, su rostro estaba a una pulgada de convertirse en la cabeza de un lobo.

Adam soltó su mano.

Ve con Nick.

Habló mediante su vínculo y Luka se quedó un segundo quieto antes de obedecer, él no quería ver como padre e hijo se peleaban. Luka estaba demasiado afectado por la visita de su madre como para intentar separarlos, pero incluso siendo de esa forma, la preocupación estaba en él.

Iré con él, pero debes volver conmigo.

La sonrisa de Adam fue lo que le confirmó que el mensaje había llegado. Luka retrocedió y caminó hasta su habitación donde Nick, Kaspar y Luis parecían estar demasiado perdidos en sus cosas  como para notar la guerra que estaba desatándose fuera.

Nick fue el primero en notar su presencia y también fue el primero en levantarse e ir a él. Sus ojos negros le observaban con precaución, como si estuviera revisando que no estuviera roto. Luka se sintió confundido, era la primera vez que veía aquella actitud en el lobo negro.


Falk arrastró a su hijo y Adam simplemente no puso resistencia, porque él creyó que su padre lo estaba llevando afuera para así poder enfrentarse como ellos solían hacerlo.

Se sorprendió cuando llegó a la cochera y su padre le soltó, su mirada enfurecida mientras su rostro volvía a la normalidad.

—¿Sabes lo que haces siquiera? —preguntó Falk. Sus manos soltaron a Adam que se enderezó enseguida— los gatos no están hechos para una relación, ¿no viste a su madre? Él va a olvidarte del mismo modo que ella olvidó a su propio hijo ¿te queda duda?

—Sé que fue su error traer a esa mujer a esta casa —Adam estaba enojado por ello, porque odiaba ver cómo su pareja dejaba de ser tan orgulloso y fuerte para temer de su propia madre—, ella no consiguió lo que ustedes querían.

—Un día menos a su semana, Adam, tienes menos de una semana ahora para analizar lo que has hecho, porque si tú no eliminas el lazo con ese gato y tomas una loba para marcarla, si no lo haces entonces —El hombre apretó los puños y cerró los ojos, como si aquello le doliera a él más que a su hijo, cuando era más que seguro que sería al revés— entonces no tendré de otra que expulsarte de la manada. Tu hermana tomará el liderazgo y tú y el felino tendrán prohibido volver acá, y así cualquier protección será quitada. Un lobo sin manada es una presa fácil, deberías pensar eso antes de seguir encaprichado con alguien a lo que lo único que le importa es el dinero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro