Louis:

Nos quedamos en silencio un buen rato, no podíamos comprender que pasaba realmente pero el nerviosismo que se notaba en la bibliotecaria nos hacía pensar que había algo muy raro, activaba al detective que tenía adentro.

—No entiendo ¿Ese libro está embrujado o algo?—preguntó Beverly a lo que rápidamente la miré con cara de "que diablos".

—Escuchen niños—habló esta vez la bibliotecaria—Yo solo soy un ángel al cuál se le ha dado la misión de cuidar la biblioteca, yo no se las razones exactas por las que se oculta, solo cumplo las órdenes que se me dieron y eran que ese libro junto con algunos más están totalmente archivados y no se puede dar información sobre ellos.

Cada segundo me iba a preocupando más, ese libro tenía como título "El Cupido que amó a una humana" esa era mi situación ahora mismo, a parte la constitución y esas reglas sobre Cupidos y humanos, todo eso estaba archivado y ocultado al público y me preocupa que no signifique que si lo ocultan es porque ya es legal y que realmente sea ocultado porque representa un problema en algún sentido.

—¿No hay nada que se pueda hacer? Realmente necesito saber algo—casi le suplicaba al ángel,me sentía ansioso.

—Realmente no puedo, solo les diré que es una novela romántica, el título lo dice todo pero no puedo contarles detalles ni el autor, ya suficiente información les di, es todo lo que puedo ofrecerles—hizo una pequeña pausa, luego frunció el entrecejo y volvió a hablar—¿De verdad encontraron ese libro tirado por ahí? La única persona que puede entrar a ese almacén soy yo, no tiene sentido que alguien lo sacara y lo dejara por ahí—definitivamente sospechaba mucho de nosotros.

—¿Nos estás llamando criminales?—preguntó Beverly en un evidente tono de reproche.

—Hey, tranquila Bev—le dije rápidamente, no sabía cómo se podía tomar el ángel el tono de Beverly, no podíamos ir por aquí llamando la atención, me volteé y miré a la bibliotecaria—Tranquila, no te preocupes, entendemos bien la situación, gracias por explicarnos.

—Está bien, que tengan buenas noches—nos dedicó una pequeña sonrisa la cuál le devolví y salí rápidamente de la biblioteca agarrando a Beverly del brazo.

Cuando ya estábamos afuera la solté y comenzamos a caminar nuevamente hasta la entrada.

—¿Viste como esa tipa nos ha llamado delincuentes en nuestra cara?—ella estaba realmente indignada.

—Bueno, la verdad es que sí que te metiste a la habitación esa sin permiso, por cierto ¿Donde dejaste el candado?

—Lo dejé debajo de la mesa donde estábamos, hay posibilidad de que cuando lo encuentren sospechen mucho más de nosotros—habló bastante calmada, no entiendo como esta chica puede siempre hablar tan relajada de cosas que no son relajadas, son problemas.

No le dije nada, mi mente estaba totalmente ocupada con el asunto del libro y las reglas,estoy metido en un problema enorme y no se si la solución sea sencilla o si siquiera exista, me estoy jugando todo, mi trabajo es todo lo que tengo, lo más importante y si lo pierdo por esto, jamás me lo perdonaré.

Llegamos a la entrada, otra vez volvimos a hacer lo mismo que cuando llegamos, fue más sencillo salir que entrar ya que sabíamos exactamente que hacer.

Bajar era un poco más complicado que subir ya que si no tenía cuidado ella podía caerse y desde esa altura tan grande claramente moriría si llegara a caer así que la agarré lo más fuerte que pude y empezamos a bajar.

—Por favor diosito, no permitas que mi vida acabe tan pronto, he sido muy buena e incluso acabo de visitar el cielo, no me mandes ahí de manera permanente aún—iba diciendo ella mientras descendíamos.

—¿Puedes dejar el drama? Lo tengo controlado, no te dejaré caer, aunque así mis problemas se resolverían más rápido—ya casi llegabamos al suelo, íbamos a aterrizar en el callejón donde siempre suelo aparecerme, por ahí nunca hay personas.

—Estoy empezando a pensar que realmente voy a terminar asesinada por ti, no me mates Jeff the Killer.

Fruncí el entrecejo ligeramente.

—¿Quién?—pregunté mientras trataba de no perder la concentración en ubicarme sobre el callejón.

—Nadie, olvidé que eres de otro mundo, maldito extraterrestre—ya estábamos totalmente situados sobre el callejón y a pocos metros del suelo—Ese callejón es muy solitario y me da miedo ¿Tenemos que caer ahí?—volvió ella con sus tontas preguntas.

—Si, porque no hay personas ahí, a parte estás conmigo, no te preocupes—luego de un par de segundos por fin estábamos en la tierra.

Me materialicé y luego miré a Beverly para confirmar que todo estuviera bien con ella.

—Por fin vuelvo a tener los pies sobre la tierra ¿Entiendes? Porque está el dicho de pon los pies sobre la tierra y porque literalmente vuelvo a tenerlos sobre la tierra ¡Venga ya! Es buenísimo—hablaba ella sin parar.

—Tu humor es una mierda—hablé con simpleza y comenzamos a caminar.

Nos envolvió un silencio, podría ser incómodo pero tenía tan pocas ganas de hablar que realmente lo sentí necesario, el callejón no quedaba tan lejos de su casa y a parte de que era de madrugada y no hay tráfico así que llegamos bastante pronto.

En cuanto lo hicimos nos paramos en la puerta, venía totalmente distraído, solo reaccioné cuando ella me habló.

—Oye ¿Estás bien?—preguntó de una manera suave y yo realmente no estaba de humor para ocultar las cosas así que decidí hablar sinceramente, eramos compañeros en esto después de todo.

—No estoy bien, estoy muy preocupado, todo esto que hemos descubierto hoy solo me ha puesto a pensar que el problema es aún más fuerte de lo que yo pensaba, cada segundo que pasa me desespero más por estar metido en esto, siento que voy a perderlo todo por un descuido que tuve y eso me hace sentir como un imbécil—hablaba, lo estaba soltando todo porque me sentía demasiado frustrado como para guardarlo.

De repente me quedé en shock, paré de hablar y mis mejillas se comenzaron a sonrojar rápidamente, ella me estaba abrazando.

—No eres un imbécil, todos cometemos errores, verás que vamos a salir de esto porque yo voy a apoyarte y no estás solo, trataré de ser más útil pero por ahora quiero que sepas que yo estoy contigo—las palabras que me decía junto con el abrazo empezaron a acelerar mi corazón de una manera increíble.

Después de unos segundos caí nuevamente en la realidad y con un pequeño empujoncito la separé de mi cuerpo.

—Yo... Me voy, trataré de averiguar algunas cosas y en un par de días volveré—evitaba mirarla a los ojos.

—Si... Buenas noches—habló ella, la miré brevemente y pude notar que ella también estaba sonrojada.

No volví a hablar, solo me di la vuelta y me fui, aún seguía mi corazón latiendo velozmente y seguía nervioso, maldita flecha, me estás complicando demasiado la vida.

Beverly:

Pasé toda la noche pensando en el abrazo, no se por qué sentí el impulso de abrazarlo, verlo tan mal me hizo sentirme igual, lo conozco hace poco pero siento una conexión muy fuerte con él y luego de sentir como su corazón latía mientras nuestros cuerpos estaban cerca, me invadió una sensación de cosquilleo en el estómago.

Todo debe ser culpa de la flecha, está conexión, este cosquilleo, traté de no pensar en eso así que cerré los ojos y me llegó la imagen de su rostro, estaba empezando a suceder, me estaba comenzando a gustar.

[...]

Me despertó el tono de llamada del celular, lo miré y vi que era Nathaly así que le respondí.

—Hola Nath—bostecé.

—Al parecer alguien no ha despertado aún—habló mi amiga del otro lado del teléfono.

—Es sábado, día de descanso, estoy justificada—hablaba mientras trataba de mantener mis ojos abiertos.

—Pues lo siento bella durmiente pero estoy fuera de tu casa así que tendrás que levantarte.

—Ya voy—colgué y estuve un par de minutos sentada en la cama reuniendo fuerzas para levantarme.

Finalmente lo hice y fui a abrirle la puerta a Nath, entró.

—Ya te saludé por teléfono así que me ahorro esa parte y voy directamente a por lo que vine, cuéntame de ese chico de ayer—ella hablaba rápidamente y a mi cerebro dormido le costaba un poco procesar todo.

—¿Qué chico?—pregunté mientras frotaba mis ojos.

—El chico rubio extremadamente sexy que fue ayer a buscarte a la escuela y que dijo que era tu primo pero estoy 100% segura que no era realmente tu primo así que cuéntame quien es—fue ahí cuando me di cuenta que hablaba de Louis, claramente no podía contarle la realidad de por qué lo conocía así que improvisé.

—Ea un amigo, lo conocí por Internet, ya sabes, lo típico hoy en día—dije rápidamente, fue lo primero que se me ocurrió.

—¿Y por qué fue a sacarte de la escuela en mitad de las clases? Iban a tener una cita ¿Verdad? ¿Se protegieron?—dijo ella de forma pícara y con complicidad,muy típico de Nathaly llevarlo todo por el lado pervertido.

—¿Qué diablos? Claro que no, era su cumpleaños y le prometí que lo pasaríamos juntos y al parecer es un poco rebelde y vino a sacarme en mitad de clases, eso es todo—hablaba de manera relajada y convincente pero Beverly no dejaba de mirarme de forma traviesa.

—Que suerte, tienes al guapísimo de Jackson y también a este bombón que por cierto ¿Cómo se llama?—dijo lanzándose al sofá.

—Se llama Louis y no estoy saliendo con él, con Jackson si estoy teniendo algunas citas, pero no con los dos—y como si me hubiera escuchado, de repente mi celular sonó en llegada a un mensaje, era de Jackson.

Jackson:Hola linda ¿Te gustaría que nos viéramos en un par de horas y almorzaramos una pizza?

—Hablando del rey de Roma, es Jackson preguntándome si quiero que almorcemos juntos—le dije a Nath luego de leer el mensaje.

—Bueno, pues dile que si, yo solo venía a por el chisme—se levantó del sofá y empezó a caminar en dirección a la puerta.

—Oye, puedo cancelarle para que pasemos el día juntas.

—No te preocupes, ya nos vemos mañana o el lunes, te amo—me lanzó un beso y luego salió por la puerta.

Le contesté a Jackson que sí quería almorzar con él , me preparé y en un rato ya me encontraba en el lugar donde me había citado.

Estaba esperando en la entrada cuando llegué, se veía realmente atractivo con todo el cabello negro hacia atrás, una camiseta negra y unos jeans ajustados.

—Hola, te ves preciosa como siempre—me habló en cuanto estuve frente a él y luego nos saludamos con un beso en la mejilla.

—Gracias, tu también te ves muy bien, entremos—y así hicimos.

Pasamos el almuerzo muy tranquilos, contándonos de lo que habíamos hecho estos días, traté de concentrarme en la comida y no pensar en cierto rubio y la verdad es que lo conseguí bastante bien.

Luego de comer fuimos a dar una vuelta por el parque, estábamos hablando y mientras él me estaba contando algo, mi mente finalmente se fue de esta realidad.

Tiene que haber algo que pueda hacer por Louis, quiero ser útil para él y demostrarle que realmente no está solo en esto, el tema del libro es el que más le preocupa hasta ahora porque tal vez tiene alguna respuesta.

De repente llegó a mi cabeza una idea que tal vez no tenía mucho sentido pero era todo lo que tenía hasta ahora, tal vez ese libro fue prohibido porque los humanos sabían algo de él,tal vez fue escrito por algún humano, tal vez lo encuentre en la biblioteca de aquí.

Esa idea empezó a dar vueltas por mi cabeza y me quedé pensando en ella hasta que Jackson me sacó de mis pensamientos.

—Bev ¿Estás escuchando?—inmediatamente lo miré, obviamente no estaba escuchando nada.

—Lo siento,me acabo de acordar que debo hacer algo, me voy,luego te escribo—le di un beso en la mejilla y empecé a caminar.

—¿Quieres que te acompañe?—me preguntó.

—No te preocupes.

Después de una pequeña caminata llegué a la biblioteca y me paré junto a la bibliotecaria.

—Hola ¿Qué necesitas?—habló la delgada pelirroja detrás del mostrador.

—Necesito saber si en esta biblioteca hay un libro llamado "El Cupido que amó a una humana"—le dije sonando algo emocionada, si estaba aquí ese libro eso significaría un gran avance.

—Déjeme revisar—dijo la chica y empezó a teclear en la computadora, un rato después paró de escribir y me miró—No, no hay ningún libro con ese nombre aquí y yo realmente jamás he escuchado de él.

Maldita sea, falló mi teoría, ahora seguimos en el mismo punto.

Louis:

Me he pasado todo el día pensando en Beverly, su abrazo y la sensación que me dejó, me siento más estúpido cada segundo que pasa así que para mantener la mente ocupada decidí venir a la biblioteca y tratar de seguir investigando, la bibliotecaria me miró mal en cuanto entré pero no me dijo nada.

Llevo aquí un buen rato, no se cuanto exactamente y sigo en el mismo punto, para variar.

De repente miro al monstrador y me percato de algo.

Allí está la Cupido Amy, la que fue un día con Henry y conmigo a trabajar, ella está hablando con la bibliotecaria, no escucho de que hablan pero si las veo reír y que disfrutan de la conversación se nota que se llevan bien.

En ese momento la idea vino a mi mente, Amy, tú me ayudarás a resolver este misterio.