Confianza.
Este seria el dia numero 5, este OS esta basado en una idea de un AU de Shugo Chara, en el universo que he creado con mis dos amigas, Dany y Hikari.
Realmente no le tengo un gran desarrollo, debido a que no le he dedicado tanto tiempo al desarrollo de la idea.
En este AU, Kaito y Rose trabajarian juntos par capturar los huevos X y el embrion, serian como los Ikuto y Utau de la historia, solo que no hay sentimientos romanticos entre ellos, ademas que su "relacion amitosa" seria en un principio por obligacion, aunque cambia despues de un tiempo, tambien; cada quien tiene sus motivos para trabajar para Gozaburo.
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Flecha 5 - Confianza.
Después de esperar un tiempo en esa oficina junto con el castaño de ojos azules, minutos después de que el presidente de la corporación, Gozaburo Kaiba, entro a la gran oficina, justo al entrar Rose noto como la miraba con diversión, el hombre adulto entro pasando en medio de ambos jóvenes, Rose alcanzo a notar que su asistente se quedaba afuera con otra persona. Este llamado de improviso realmente no le estaba gustando nada, algo no cuadraba en esa situación.
—Qué bueno que vinieron lo más pronto posible, toma asiento, hijo —dijo amablemente, si es que ese hombre podía ser amable, ambos jóvenes se acercaron, pero solo Seto se sentó, Rose se quedó a su lado de pie, lucho contra el estremecimiento que sintió cuando el hombre mayor le miro de arriba abajo unos momentos. —Sucedió una situación, no sé si ya lo sabes.
—No, solo se me dijo que viniera, no se mucho de lo que pasa —dijo Rose mirando al mayor, este sonrió antes de mirar algo en su computadora.
—Bien entonces, te lo explicare, conocerás a alguien que se unirá a ti jovencita —agrego, tanto Seto como Rose ocultaron su sorpresa ¿Qué significaba eso?
—Pensé que ya tenía protección con todos los hombres que me vigilan. —dijo Rose algo irritada.
—No es eso —dijo Gozaburo con una sonrisa —Simplemente pensé que necesitabas un compañero.
— ¿Como?
—Van a investigar sobre un posible traidor, al parecer alguien se creyó muy astuto y pensó que podía robarnos —dijo en tono serio Rose solo asintió —Así que te dejare andar en campo, pero no sola, sino que te asignare a alguien, ambos trabajaran juntos, después de todo una flor delicada debe ser cuidada.
Rose apretó los dientes, sabía que eso lo decía para burlarse y tratar de rebajarla, además de ser una manera de llamarla débil, como normalmente lo hacía. Gozaburo Kaiba era el hombre más repulsivo y machista que había conocido en sus 17 años de vida, le odiaba por intentar rebajarla, por subestimarla, por querer tratar a las mujeres como un montón de basura, aunque ella hacia todo a su alcance por no dejarse aplastar por ese señor, a pesar de que la tenía en la palma de su mano, le odiaba.
—Es una sorpresa que me mande al campo —empezó a decir ella — ¿Qué fue lo que paso? Se les salió de las manos ¿No es así? —cuestiono con un ligero tono divertido, el presidente se puso serio.
—Te estoy dando una oportunidad jovencita.
—Yo no he dicho que no voy a tomarla. Simplemente creo que... No, quiero opinar que esto debió salirse de sus manos, para mandarme directamente a mi —dijo antes de apoyarse contra el escritorio y regresarle la mirara desafiante al adulto.
—No pedí tu opinión —ambos ojos se desafiaron uno con confianza y el otro par con odio, pero un toque de diversión a su vez.
—No hay mejor oportunidad para opinar. —Gozaburo solo gruño en respuesta —Pero quisiera saber porque juntarme con una persona en especial.
—No era muy relevante en realidad —hablo esta vez Seto que había estado en silencio leyendo una información que su padre le acababa de mandar —Al parecer este individuo recupero lo que en verdad nos interesaba —agrego mirando a Rose, esta recompuso su postura y le regreso la mirada.
—Ya veo...
—Así que se le dará buen uso a esta pieza que mostro ser útil, se pensó que la mejor manera era juntándolo contigo. —tomo la palabra el mayor, tomo un botón de su teléfono fijo —Que pase ahora —ordeno sin más, a los segundos entro el desagradable asistente, junto con un joven de cabellos castaños muy rebeldes a su opinión.
—Aquí esta —dijo el recién llegado que acaba de colgar su llamada. —Señorita Rose —dijo con voz exagerada, acercándose a la joven albina, esta solo le miro en silencio, saludando con un asentimiento, este le guiño —Te voy a presentar a tu compañero, ambos trabajaran juntos.
—Si, si... me estaban informando.
—Eso es bueno, él va a protegerte hermosa —dijo el asistente con una sonrisa coqueta antes de besar su mano, la oji rojo se alejó con desagrado.
—Al punto importante aquí ¿quiere? —este rio al ver la molestia de la joven.
—Bien, bien, te presento a Kuroba Kaito —dijo mientras palmeaba el hombro del joven, este le miro ligeramente irritado antes de que su mirada se encontrara con la de la albina, se acercó un poco a la joven y le extendió una rosa.
—Un placer bella dama —dijo Kuroba con un guiño, Rose rodo los ojos, aunque el joven no le había causado desagrado como el asistente, pero no acepto la rosa.
—Déjense de cosas —dijo Rose.
—Como ya dije, trabajaras con el —ordeno el presidente.
—Es tan útil como tú, tal vez mucho más que tu —opino el asistente con burla, Rose quiso gruñir.
—Serán como un dúo, tendrán la misma misión y permanecerán juntos. —ahora hablo Seto, mirando con seriedad a Rose —Si no se agradan no es nuestro problema —dijo con tono autoritario
—Pues ya que —hablo en tono de resignación, Gozaburo solo sonrió al ver como a la mocosa no le había quedado más que aceptar.
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—Bien, les dejare solos para que se conozcan —dijo el asistente, hace aproximadamente 10 minutos que habían salido de la oficina presidencial, ambos se encontraban frente a la sala en donde normalmente pasaba el día la albina, miraron irse al hombre adulto.
—Supongo que no tengo opción, soy Nikaido Rose —se presentó la de ojos rojos antes de suspirar y abrir la puerta para dejarlo pasar —Tengo 17 años. Pasa.
—Como ya escuchaste, mi nombre es Kuroba Kaito, tengo 17 años, espero contar contigo, de alguna manera —dijo el joven sonriendo, Rose le miro, sabiendo que no había del todo sinceridad en su sonrisa, supongo que también le desagradaba de alguna forma, y el sentimiento era reciproco, tal vez Rose no lo conocía, pero cualquier persona que trabajara para la corporación Kaiba era detestado por ella. Miro ese par de orbes color índigo, un color peculiar pero bueno, los de ella eran rojos, no era quien para juzgar.
Iban a tener que trabajar juntos, pero se notaba a simple vista que ninguno confiaba en el otro, aunque realmente esperaban que toda la situación no se pusiera muy tensa debido a la gran falta de comunicación que sabían iba a existir entre ellos, pero ¿Qué podían hacer? No confiaban en el otro, se detestaban.
Aunque no supieran que, eran más parecidos de lo que pensaban.
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— ¿Qué quieres? —cuestiono seriamente la de ojos rojos mientras tomaba un sorbo de su te, el de cabellos castaños reprimió un suspiro de añoranza, la manera que su "compañera" tenia de leer y beber té, le recordaba mucho a como lo hacía su precioso pyriel, solo que el consumía café, le regreso la mirada a los ojos rojos, debía pensar en eso, venía a otra cosa que comparar las manías que tenía la persona dueña se su corazón.
—Tengo pasar tiempo contigo no —dijo lo más animado que puedo, tratando de sonar divertido, la joven solo rodo los ojos y regreso su mirada a la lectura. <A Shin—chan también le gusta esa autora> pensó con añoranza. —Quería conversar contigo de otra cosa en realidad.
—Si no es importante, regresa por donde viniste. —espeto la albina pasando de hoja, Kaito suspiro.
—Para mí es importante —dijo antes de arrebatarle el libro.
—Oye...
—Guarda silencio y escúchame —dijo mirándola seriamente, Rose le miro extrañada, además de incomoda por la forma en que el castaño se le acerco —Pensé mucho en esto y... No vamos a avanzar nada si no confías en mí, aunque sea un poco.
—No puedes pedir algo que no das —le respondió la albina mirándolo incrédula.
—Lo sé, así que comenzare yo —dijo Kaito antes de suspirar. —Pregúntame lo que quieras.
— ¿Por qué el cambia tan repentino? —cuestiono Rose alcanzó una ceja, algo tenia que haber pasado para que el castaño repentinamente quisiera mejorar su relación con ella.
—Vi como purificabas un huevo X —respondió el tono serio, mirando de reojo la casa de muñecas, donde sabía que se escondían sus guardianas.
— ¿Que?
—Te seguí anoche. —confeso al verla tan confundida.
— ¡Como te...! —exclamo Rose tratando de ponerse de pie, pero el castaño la detuvo, se alcanzaron a escuchar expresiones de sorpresa, pero antes de que las guardianas Chara de la albina se acercaran a ellos, los guardines de Kaito salieron a calmarlas.
—No debí, lo sé —le interrumpió antes de arrodillarse frente a ella y tomar sus manos —Pero ahora veo algo que antes no y lo siento.
— ¿Eh? —cuestiono ella sorprendida, los ojos color índigo se suavizaron de una manera que ella jamás había visto. ¿Qué era lo que pasaba ahora? Siempre se había visto con frialdad, con una cara que no expresara nada, pero ahora las expresiones del de ojos índigo se habían suavizado, dejando ver una cara de ligero arrepentimiento.
—La verdad siempre me he refugiado en mi dolor y en mi pesar, en mis presiones y en tener que soportarte —dijo antes de reír, la albina le sonrió ligeramente, estando de acuerdo con él en eso ultimo.
—Somos dos.
—Lo sé... Siempre me vi, en "yo contra el mundo" pero veo que tú también Rose —dijo Kaito acariciando las manos blancas de la joven, tratando de trasmitir confianza —También luchas tus propias batallas solas, también añoras algo que desconozco.
— ¿A qué quieres llegar Kuroba? —pregunto Rose un tanto confundida, pero no alejo sus manos el joven.
—A que... Hagamos una tregua —respondió con toda sinceridad —No nos llevamos bien, pero solo porque no nos hemos tratado correctamente, ni nos hemos dado la oportunidad.
—No te entiendo...
—Digamos que, en lugar de ser "uno contra el mundo" que sean "dos contra el mundo" —explico Kaito con una sonrisa, soltando las manos ajenas.
—Tienes una forma un poco extraña para pedir aliados en tus planes —comento la albina con una sonrisa tranquila, el castaño rio divertido.
—Soy un artista, debo ser importante e impredecible.
—Dilo con todas sus letras "artista" quieres ser Único.
—Es mi estilo ¿qué puedo decir? —Ambos jóvenes rieron al mismo tiempo, era la primera vez que, ambos, después de mucho tiempo podían reírse con alguien sinceramente, solo esperaban no estar cometiendo un error al elegir el confiar en el otro. —Entonces ¿Qué dices? ¿Confiarías en mí?
Rose miro la mano que se extendía frente a ella, después de que Kaito se pusiera en pie, ella sonrió suavemente.
—Está bien —dijo antes de aceptar su mano —Voy a confiar en ti.
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