Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 4

Narra Eliot

—Elliot, ¿Vas a ir a cenar a mi casa esta noche? —Me preguntó Dylan mientras caminamos hasta la sala de reunión.

Lo miro con el ceño fruncido —¿Yo?

Dylan me mira con una sonrisa burlona. —¿Ves a otro Elliot por aquí? porque yo no. —palmeó mi hombro. —Vamos, amigo, eres mi padrino de bodas. Tienes que ir.

Ruedo los ojos. Siempre utiliza esa misma excusa para que vaya a donde sea que quiera que vaya. —¿Hasta cuándo utilizarás esa excusa de que soy tu padrino? —replicó mientras continuamos nuestro camino hacia la sala de reuniones.

—Por eso lo estoy aprovechando al máximo. Te espero en mi casa a las siete cuarenta de la noche, no llegues tarde —dice abriendo la puerta de la sala de juntas—. Ah, y lleva un buen vino. Tú sabes de vinos.

No puedo evitar poner los ojos en blanco ante su solicitud—. Está bien, llevaré el vino.

—Buenos días equipo —Saludo Burke entrando a la sala de reunión. —Tenemos información sólida de que Viktor está en la ciudad.

Rebecca proyecta una imagen de Viktor en la pantalla, un hombre con un historial criminal tan oscuro como su mirada. Sus rasgos endurecidos por años de vida en el crimen y su mirada fría son la personificación del peligro.

Burke continúa hablando —Sabemos que está planeando una transacción importante hoy. Nuestro objetivo es detenerlo y desmantelar su red de tráfico de armas de una vez por todas.

Asiento, consciente de la importancia de la misión. Viktor es una pieza fundamental en el rompecabezas del crimen organizado de los Draks, y su detención sería un golpe significativo.

Rebbeca, nuestra líder de la unidad científica forense, una agente fundamental para nuestro equipo; no solo es un experta en recopilar y analizar pruebas, sino que también es la especialista en computación que nos proporciona las herramientas necesarias para desentrañar cada pista y seguir el rastro de los criminales. Su destreza con las computadoras es tan asombrosa como su conocimiento forense. En pocas palabras, es una genio.

—Tenemos un informante dentro de la organización de Viktor —añade Rebecca. —Nos ha proporcionado información sobre el lugar de la reunión y los nombres de los posibles compradores. Entre ellos, Lin Jun-Lin, criminal buscado por la Interpol.

Las imágenes de Lin Jun-Lin y los guardaespaldas de Viktor en el almacén se despliegan en la pantalla. Nuestro equipo de vigilancia ha estado siguiendo a los sospechosos durante meses, acumulando evidencia crucial.

—El informante nos ha dado un código que se utilizará en la reunión para verificar la autenticidad de los compradores —continúa Rebecca. —Una vez que tengamos esa confirmación, les avisaré para que actúen.

La sala está cargada de tensión, y mi mirada se posa en las imágenes de los potenciales compradores. Son individuos peligrosos, con conexiones que se extienden por todo el mundo. La captura de Viktor y la desarticulación de una de las redes de los Draks sería un golpe devastador para el crimen organizado a nivel global.

—.....El sector C tiene menos medidas de seguridad y cámaras de vigilancia que los otros puntos de acceso —Habla Rebecca, con una seguridad que solo ella puede transmitir—. Además, he encontrado una vulnerabilidad en el sistema de alarma que nos dará una ventana de tiempo para entrar sin ser detectados. Pero debemos ser rápidos y precisos.

Después de la reunión, nos dirigimos hacia el punto de encuentro. El ambiente en el auto está cargado de nerviosismo y anticipación. Todos somos conscientes de la gravedad de la misión y de los riesgos que enfrentamos.

Mientras nos acercamos al almacén, el equipo se comunica a través de los auriculares, coordinando los últimos detalles y asegurándonos de que todos estemos en la misma página. Estoy en mi posición junto a Dylan, quien tiene una mirada decidida en su rostro, lista para lo que viene.

—Elliot, ¿estás en posición? —preguntó Burke por el auricular.

—Confirmado, tengo la vista a la puerta del sector C —respondo, con mi voz firme y tranquila.

—Recuerden, chicos, esto es lo que entrenamos. Mantengan la concentración y sigan el protocolo. No dejemos margen para errores —advierte Rebecca.

—Alex, equipo de asalto, estén listos. Rebecca, ¿tenemos confirmación del código de autenticación? —pregunto.

—Sí Elliot, hemos recibido la confirmación del código. Están verificando a los compradores en este momento— respondió Rebecca.

La tensión en el ambiente es palpable. Estamos a punto de cruzar el umbral de lo desconocido, enfrentándonos al peligro de frente.

—Recuerden, estamos aquí para detener a Viktor y desmantelar su red. Nuestro objetivo es llevarlo ante la justicia. Lo necesitamos de preferencia con vida, pero si matan a ese hijo de puta por accidente, nos harían un favor. —dijo Burke con determinación a través del auricular. —Entraremos en el almacén en cuanto tengamos luz verde.

A medida que esperamos la señal de Rebecca, mi mente se llena de pensamientos sobre lo que nos espera dentro del almacén. Viktor es astuto y peligroso, y no dudará en hacer cualquier cosa para escapar de la captura. Pero nosotros también somos un equipo formidable, y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para poner fin a su reinado de terror.

La imagen de esa hermosa rubia que bajó del auto aquella noche se adueña de mis pensamientos, destronando cualquier otro recuerdo fugaz. Sus piernas largas y esbeltas, el cabello dorado ondeando al viento, son como un torbellino que se apodera de mi mente, recordándome un encuentro excitante y breve. Su aroma, una mezcla suave y dulce con notas de lirio y vainilla, se desliza por mis sentidos, como un eco embriagador de nuestro fugaz y electrizante encuentro. Pero lo que realmente me impacta es su determinación y valentía, la manera en que no se dejó intimidar por mí. Esas cualidades la hacen aún más intrigante y excitante, y no puedo quitármela de la cabeza.

—Los compradores están llegando. —La voz de Rebecca en nuestro comunicador me saca de mis pensamientos y me devuelve al presente.

Tomó un respiro profundo y me preparo para lo que viene a continuación. La adrenalina fluye por mis venas, y mis sentidos están alerta mientras avanzamos hacia el almacén.

Finalmente, llega la señal. La confirmación del código de autenticación nos indica que los compradores están dentro del almacén, y es hora de actuar.

—Es hora, equipo. Vamos a atrapar a Viktor —anuncia Rebbeca.

Nos adentramos en el almacén oscuro, nuestros pasos silenciosos mientras nos movemos como una unidad coordinada. La tensión en el aire es casi palpable, y puedo sentir la mirada fija de mis compañeros en mí, esperando órdenes. El informante nos ha proporcionado la ubicación exacta donde se llevará a cabo la transacción. Avanzamos con cautela, evitando las cámaras de seguridad y desactivando las alarmas según las indicaciones de Rebecca. La adrenalina corre por mis venas, y mi mente está completamente enfocada en la tarea que tenemos entre manos. La disposición de nuestro equipo es clara: Burke lidera el camino, seguido de cerca por Dylan y yo quienes somos el equipo de avance, encargados de asegurarnos de que la ruta hacia Viktor esté despejada, mientras que Alex y Lucy cerraban filas, listos para intervenir en cualquier momento.

El almacén es un laberinto de pasillos oscuros y estanterías llenas de cajas apiladas hasta el techo. El informante ha proporcionado información precisa sobre la ubicación de Viktor y los compradores, pero aún debemos encontrar el lugar exacto dentro de este vasto espacio. Mientras avanzamos por los pasillos oscuros, nuestros sentidos están alerta, y nuestras HK416 listas para cualquier eventualidad.

—Dylan, mantén un ojo en la izquierda. Voy a revisar el pasillo de la derecha —susurro mientras nos acercamos a una bifurcación.

Mientras avanzó por el pasillo, escuchó un murmullo distante. Capto las voces de varios hombres, discutiendo en voz baja. Me detengo en seco y hago una señal a Dylan para que se detenga también. Nos comunicamos por el auricular.

—Escuché voces más adelante. Prepárate, podríamos tener compañía —le susurro a Dylan.

Dylan se adelantó, indicándome con un gesto de mano que me mantenga en posición. Estoy cerca de una puerta que conduce a una zona donde supuestamente se llevará a cabo la transacción. Susurramos en voz baja a través de los auriculares, manteniendo la comunicación en un tono apenas audible.

—Elliot, mantente alerta. Puede ser una trampa —advirtió Dylan mientras revisa la puerta en busca de posibles trampas o cerraduras electrónicas.

Asiento en silencio, mi corazón late con fuerza en mi pecho. Estamos a punto de dar el paso crítico en esta operación, y la incertidumbre se apodera de cada uno de nosotros.

Rebecca, desde su posición estratégica, nos informa con calma pero tensión en la voz —Tenemos confirmación visual de Viktor en el interior. Está rodeado de compradores, junto con Lin Jun-Lin, y parece que la transacción está en marcha. Todo está en su sitio.

Es nuestra oportunidad, manteniendo la posición en la puerta, esperamos las señales de Burke. Sabemos que debemos actuar con precisión quirúrgica para evitar una tragedia.

—El equipo táctico está a veinte segundos. Aguarden —advierte Rebbeca a través del auricular.

La voz de Burke retumba en nuestros auriculares, marcando el inicio de la acción: —Alex, equipo de asalto, estén listos para entrar en el momento que entre táctica. Elliot, mantén tu posición y prepárate para actuar en cuanto tengamos a Viktor.

La tensión en la sala es palpable, y el tiempo parece ralentizarse mientras esperamos el entrar del equipo táctico para actuar. Estamos en territorio enemigo, rodeados de hombres dispuestos a proteger a su líder a cualquier costo.

De repente, las luces en la sala parpadean y se apagan brevemente, sumiendo todo en la oscuridad. Fue en ese preciso momento cuando escuchamos el sonido de los equipos tácticos del FBI irrumpiendo en el almacén, rompiendo los vidrios desde varias direcciones. Las granadas de humo se activan, llenando la sala de una densa nube blanca que redujo la visibilidad al mínimo. El caos reinó mientras los hombres de Viktor gritan y disparan a ciegas en medio del humo. Nuestro equipo se mueve con precisión, utilizando visores de visión nocturna y tácticas de combate para desarmar a los enemigos uno por uno. La habitación se llenó de disparos, gritos y el sonido de combate cuerpo a cuerpo. Los compradores responden el fuego mientras otros caen al suelo con las manos en alto, mientras Viktor, nuestro objetivo intenta escapar por una de las puertas traseras.

La voz de Burke en mi auricular —Elliot, no lo dejes escapar. Es nuestra única oportunidad ¡Debes traerlo con vida!

Mis pasos resuenan en el suelo de cemento mientras persigo a Viktor, el hombre que ha eludido a la justicia durante tanto tiempo. La carrera es frenética, con giros y vueltas que parecen laberintos.

A medida que me acercó, el sonido de sus pisadas se vuelve más fuerte, y finalmente lo alcanzó en un oscuro pasillo. Viktor se giró hacia mí, su rostro frío y sin emociones ocultando cualquier indicio de miedo. Ambos estamos atrapados en un enfrentamiento mortal, y el silencio se rompe con el sonido de nuestras armas siendo empuñadas.

—¡Viktor, esto no te llevará a ningún lado! —grito, mi voz apenas audible sobre el estruendo de los disparos.

—Así que, ¿eres el agente del FBI que viene a arrestarme, eh? —Viktor habló con un tono burlón mientras apunta su arma en mi dirección.

La tensión es palpable en el aire, y cada uno de nosotros está dispuesto a disparar si es necesario para cumplir con nuestro deber. Las armas relucen en el pasillo, y el sonido de un disparo rompe el silencio. El primer disparo proviene de Viktor, y las chispas vuelan cuando la bala choca contra una columna cercana. Me muevo rápidamente, buscando cobertura detrás de una pila de cajas mientras devuelvo el fuego. Los disparos resuenan en el estrecho pasillo, creando un caos ensordecedor.

—No puedes escapar, Viktor. Ríndete, y quizás puedas enfrentar un juicio justo —le dije, manteniendo mi arma firmemente apuntada hacia él, mi voz resonando con autoridad.

Viktor, con su arma en mano, esboza una sonrisa siniestra mientras responde: —Un juicio justo no es una opción para mí, agente. He estado en este juego mucho tiempo, y sé cómo funciona. La única salida es la que yo elijo.

Nuestra persecución se convierte en un tiroteo mortal, y estamos atrapados en un juego mortal de gato y ratón. Cada bala disparada lleva consigo el peso de años de crimen y corrupción, y sabemos que solo uno de nosotros saldrá vivo de esta confrontación.

Los disparos continúan, las balas silban a nuestro alrededor mientras Viktor y yo buscamos cualquier ventaja que podamos encontrar.

—¡Eres un hombre muerto, agente! De aquí ninguno de los dos saldrá con ¡vida! —gritó Viktor mientras sigue disparando.

Los intercambios de palabras se mezclan con el sonido ensordecedor de los disparos.

—Tu reinado de terror ha llegado a su fin, Viktor. Ríndete antes de que sea demasiado tarde —le advierto mientras apunto con mi arma con firmeza.

Viktor responde con otro disparo, que golpea la caja de madera justo al lado de mi cobertura improvisada. La madera se astilló y saltó en pedazos, y me siento presionado a responder con más fuego.

—No entiendes, agente. No me rendiré. Prefiero morir antes que enfrentar la justicia de Estados Unidos. Pero si yo muero, tú mueres conmigo—declaró Viktor con determinación mientras continúa disparando.

Sus palabras no me asustan, al contrario mi ganas de atraparlo y que pague con justicia inundan mis venas. La adrenalina fluye a raudales mientras el tiroteo se intensifica. Sabía que no puedo dejar que Viktor escapar, pero tampoco puedo permitir caer en su trampa.

En medio de la oscuridad y el caos, la única certeza es que esta confrontación llegará a su inevitable y sangriento desenlace. Las balas siguen volando, y mi única esperanza es que la justicia prevalezca en medio de esta tormenta de plomo y traición.

Viktor hizo un movimiento audaz y se lanzó hacia adelante, disparando. Mi instinto me hace rodar hacia un lado, evitando por poco su bala letal. Antes de que pueda reaccionar, mi dedo aprieta el gatillo de mi arma, y una sola bala alcanzó su objetivo. Viktor cae al suelo, su arma salta de su mano mientras se agarra el hombro herido. Me acerco cautelosamente a Viktor, con mi arma aún en la mano, mientras él yace en el suelo herido. Su mirada fría ahora está llena de sorpresa y derrota. La rendición era inevitable.

—¡Ríndete, Viktor! —grito, mi voz resuena con autoridad mientras lo mantengo en la mira.

—Has ganado por ahora, agente —dice con una sonrisa amarga, sus palabras cargadas de furia.

El silencio cae sobre nosotros, solo roto por el eco de los disparos que aún resuenan en el pasillo. La adrenalina sigue corriendo por mis venas, pero la satisfacción de saber que hemos capturado a un criminal peligroso empieza a inundarme. Lucy y Alex llegan corriendo, sus armas listas en caso de que la situación se complique nuevamente. Nos miran con preocupación, asegurándose de que todo esté bajo control.

—Lo tenemos, equipo. Viktor está bajo custodia —anuncié, aún manteniendo mi arma apuntando a Viktor mientras él yace en el suelo, herido pero derrotado.

Mientras esperamos a que llegue el equipo de apoyo para llevarse a Viktor bajo custodia, el pasillo oscuro queda en silencio, y el eco de los disparos se desvanece en la distancia. Hemos enfrentado la oscuridad de la criminalidad con valentía y determinación, y la justicia prevaleció.

—Elliot puedes abrir la puerta, por favor. —pide Dylan desde la cocina

—Claro, claro, mi servicio de conserje está a tu disposición —respondo con un toque de sarcasmo mientras camino hacia la puerta, sosteniendo mi copa de vino en la mano.

—Debe ser Ale, la amiga de Charlotte —Dylan comenta, observando con interés.

Abro la puerta y ahí está ella, la hermosa rubia de curvas irresistibles, luciendo un impresionante vestido rojo que abraza su figura y resalta sus largas piernas. Mis ojos no pueden evitar recorrerla de pies a cabeza, y no puedo evitar soltar una réplica irónica.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntó con un claro gesto de desagrado.

—Esta es la casa de mi mejor amigo. Tú, ¿qué haces aquí?

—Es la casa de mi mejor amiga — y añade con un murmullo—. Esto debe ser una broma.

Hago una mueca exagerada—. Créeme, para mí esto tampoco es precisamente un picnic en el parque.

—Ya se conocieron —interviene Dylan, acercándose—. Hola, Ale, ¿cómo estás?

—Lamentablemente, sí —responde Alessia con una expresión igualmente irónica, saludando a Dylan con una sonrisa amable—. Hola, Dylan.

—Tuve el "placer" de conocer a esta loca la otra noche, te advierto que no sabe usar las luces intermitentes y chocó mi auto.

Alessia se defiende con agudeza—. ¿Disculpa? ¡Yo no choqué tu auto! Por favor, eres tan arrogante que no eres capaz de aceptar que el culpable fuiste tú.

Hago un gesto exasperado con la mano y veo como sus ojos comienzan a oscurecerse por el enojo. —Aunque, teniendo en cuenta cómo comenzó nuestra relación, podría decirse que somos algo así como amigos... ¿o no?

Alessia le lanza una mirada sarcástica.

—Más bien diría que somos conocidos forzados, gracias a tus... —me mira descaradamente de pies a cabeza y lame sus labios antes de hablar. Intentando disimular lo que acaba de hacer— pocas habilidades al volante.

Dylan intenta aligerar la tensión.

—¡Bien, bien, paremos con las pullas, chicos! entra, Ale. Charlotte está ocupada con una llamada —Dylan interviene, empujando ligeramente mi hombro para dar paso a Alessia.

Alessia pasa por mi lado sin decir una palabra, camina delante mío, y no puedo evitar que mis ojos se desvíen y se concentren en su cuerpo. Cada uno de sus movimientos exuda una sensualidad hipnotizante que me tiene completamente atrapado. Sus caderas se mueven con una elegancia y gracia natural, y su figura se contornea de una manera que hace que se me ponga dura. Cada paso que da parece ser una invitación tentadora, y no puedo evitar sentir cómo mi deseo por ella crece con cada segundo que pasa.

Dentro de la casa, Dylan y Alessia comienzan a conversar. Dylan le pregunta sobre su trabajo, y ella responde con entusiasmo.

—Así que eres chef, supongo que sabes cocinar bien. Digo, eres una especie de súper chef ¿verdad? —mi voz lleva un toque de sarcasmo mientras clavo mis ojos en Alessia.

Alessia arquea una ceja con ironía—. Sí, querido, cocino muy bien. Lástima que nunca tendrás la oportunidad de probar uno de mis platos. Supongo que tu paladar solo está acostumbrado a las delicias de los donuts. —Sonríe con maldad.

No puedo evitar soltar una carcajada sarcástica quiso provocar con esa palabra y lo logró. Una de las cosas que odio es que me comparen con un policía, cuando claramente no somos lo mismo. —Tienes razón, chefcita. Los donuts son sabrosas. Pero ten en cuenta que no soy un policía, soy un agente del FBI.

Alessia sonríe con malicia mientras alza una ceja. —¡Oh! disculpa agente del FBI —dice con una falsa tristeza— No quiero ofender a tu increiblemente elevado ego.

Arqueo una ceja, y añado con sarcasmo. —Bueno, si hablamos de egos elevados, creo que los chefs no se quedan atrás. —Lanza un vistazo hacia la cocina, donde los cocineros trabajan con intensidad. —Deben pensar que son los dioses de la gastronomía.

Alessia me lanza una mirada desafiante —Tal vez tengas razón. Los chefs pueden ser un poco arrogantes. Pero, ¿quién puede culparlos cuando hacen magia en la cocina?

—No creo que tus platos sean tan buenos como crees, chefcita —Sonrió para provocarla más —A lo mejor deberías invitarme a cenar para hacerme cambiar de opinión.

Alessia se ahoga con su vaso de agua, pero no se queda atrás—. Mmm, cenar contigo. Esa suena como una oferta tentadora, pero creo que prefiero evitar cualquier intoxicación alimentaria.

—Elliot, Alessia trabaja en el... —Dylan intenta hablar.

Pero lo interrumpo sin perder la oportunidad de añadir mi propia dosis de sarcasmo—. Oh, ¿trabaja en el prestigioso Restaurante de la Amargura?

Alessia iba a hablar pero la voz de Charlotte la interrumpe con una sonrisa—. Sí, ya llegó mi otra mitad —dice, abrazando a Alessia con cariño.

—Supongo que tú eres la dulce y encantadora, y ella es la que añade el picante a tu vida, ¿verdad? —Dije con ironía.

Dylan soltó una leve risita llevándose una mirada de desaprobación de ambas chicas.

Ambas chicas se fueron hacia la cocina a conversar cosas de mujeres y con Dylan continuamos sentados en uno de los sofás conversando junto a nuestra copa de vino.

—¿Te gusta? —inquirió Dylan de manera directa.

Lo miré con confusión, sin estar seguro de a quién se refería. —¿Quién?

—¿Quien?— Dylan me imita —¿Quien más? la Chefcita.

Dejé escapar una risa irónica. —¿Qué te hace pensar en esa estupidez?

Dylan sonrió, con esa seguridad que le caracterizaba. —Amigo, te conozco desde hace quince años. Cuando te gusta una chica, comienzas a actuar como un idiota y un cabrón. Además, no dejas de comertela con la mirada.

El cabrón me conoce hasta como respiro. Pero no, esa rubia no es mi tipo, por muy atractiva que este no es mi tipo, a mi me van las sumisas. Ella es todo lo contrario.

—Debería estar loco para que alguien como ella me guste. Además, no es mi tipo —aseguré con determinación.

Dylan estalló en una carcajada ruidosa. —Si no es tu tipo, déjala en paz y deja de hacerla sentir incomoda. Hazlo por mí, al menos hasta la boda.

—Y después de la boda ¿si puedo molestarla? —pregunto con un tono juguetón.

Dylan niega divertido. —No seas un cabrón como eres con las demás mujeres

—Después de la boda, veremos si puedo soportar su compañía sin vomitar. —Respondí con un tono juguetón.

La verdad es que, aunque no la considero "mi tipo", la Chefcita sexy ha logrado despertar mi curiosidad, y no estoy seguro de cómo podría actuar ante ella.

Tal vez, solo tal vez, me encuentre intrigado por la intensidad que desprenden esos ojos y el aire desafiante que rodea a la sexy chefcita. ¿Quién es ella en realidad, detrás de esa fachada de seguridad y sarcasmo? La idea de descubrirlo puede ser tentadora, aunque también podría resultar en un juego peligroso que estoy dispuesto a jugar. Después de todo, no me gustan los desafíos fáciles, y Alessia parece ser todo menos fácil de descifrar.


Holaaa!!!

Espero que les este gustando esta historia.

¿Qué les parece?

Tu apoyo es esencial, así que no olvides comentar y votar 🫶🏻

Gracias por leer, un abrazo 🧡

Actualizaciones: Todos los viernes🫶🏻

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro