— Yo... — dijo Chaeyoung con duda, ¿podía confiar en Mina?

Chae no podía pensar en claridad, cuando menos lo esperó ya había soltado las manos de Mina y había corrido.

Podía escuchar los pasos de Mina tras ella y después chocó con algunas cosas, la bocina de un auto sonó asustándola, estaba comenzando a alterarse, el sonido de exclamaciones o insultos, de repente estaba siendo consiente de eso.

Ella seguía corriendo sin rumbo, no conocía nada, su perro se había quedado en la florería de la madre de Sana.

En esas situaciones Chaeyoung no sabía que hacer, nunca había huido de algo, ni de su mamá, no jugaba a las escondidas, y menos a correr.

Ahora estaba sentada en una banca.

¿Banca de algún lugar? No lo sabía.

— ¿Sabes que llevo 2 horas buscándote? — la voz de Nayeon saco de su ensoñación a Chaeyoung — cuando me mandaron mensaje de texto y tuve que correr a buscarte

El ladrido de un perro llamó la atención de Chaeyoung

— El buen perrito que tengo aquí me ayudo —dijo Nayeon, Chaeyoung trató de imaginar que señaló al perro, pero nada llegó a su mente — ¿por qué le pusiste amarillo?

— Mina me habló — dijo Chaeyoung — hay una cirugía para poder ver

— ¡Eso es increíble!

— Tengo miedo, es en Japón, nunca he viajado, ni siquiera se si puedo confiar en ella — dijo Chaeyoung suspirando, amarillo se había acercado y ahora lo estaba acariciando

— ¿Quieres ver? — preguntó Nayeon — todavía no es seguro que puedan hacerla contigo, pero, si tienes al menos algo de curiosidad, deberías intentarlo