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capítulo quince:
sanando

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No fue de extrañar que al día siguiente Brianna se hubiese pasado todo el día en cama cuando un resfrío la atacó, produciendo que la temperatura de su cuerpo se viera afectada en ascenso debido a una fiebre. En todo ese tiempo Jasper no se separó de ella; veló por su salud en todo momento, incluso cuando en un instante le llegó el sentimiento de la dicha cuando su compañera comenzó a mejorar y al verse tendiendo que realizar nuevamente cosas tan mundanas que nunca se hubiese imaginado volvería a hacer en su vida como vampira; cosas tan sencillas como estar atento a cambiar los paños humedecidos de la frente cada que era necesario, encargarse de darle los antibióticos que necesitaba, o alimentarla a pesar de que se encontrara con la suficiente fuerza para hacerlo por sí sola, pero de igual forma él deseaba hacer eso por ella. El simple hecho de volver a cuidar de alguien que amaba le llenó el corazón, más cuando notó que esto le fue remunerado cuando la fiebre se esfumó por completo y el resfrío casi no se encontraba en ella.

Daba gracias a que su madre adoptiva, Esme, envió con sus hermanas alimentos que consistían en sopas para que la humana comiera, pues la cocina no era su fuerte ante tantos años que llevaba sin tener la necesidad de consumir comida humana por lo que nunca le fue importante aprender a prepararla y lo que sabía, con el pasar del tiempo lo olvidó.

Aquel fue el único momento en el que tuvo que alejarse de su compañera, pues, además de la insistencia de ella porque vaya a alimentarse al darse cuenta que sus ojos color carbón era producto del hambre del vampiro, Alice y Rosalie básicamente lo echaron de la casa de la que consideran su "nueva hermana" dándole como excusa lo mismo que su humana le dijo, no obstante sabía que era porque la habían extrañado el tiempo que tuvieron que mantenerse alejadas de Brianna y querían aprovechar para pasar un rato a su lado; aquello no solamente debido a su don, sino por la respuesta de Rosalie de "tú ya has estado mucho tiempo con ella, ahora nos toca a nosotras" antes de que le cerrara la puerta en la cara escuchando las leves risas de Brianna de fondo.

Por lo menos a momento de anochecer, ya alimentado, pudo regresar y volver a reclamar su turno para estar con la mortal pasando el resto de las horas del día anterior y las primeras de aquel a su lado observándola dormir y murmurar entre sueños frases que hacían reír en silencio al Hale.

Por la mañana del presente día, cuando Brianna despertó se encontraba sola en su habitación, algo que la extrañó pues Jasper básicamente no se despegó de ella desde que se encontró con él fuera de su casa bajo la lluvia dos días atrás. Sin embargo, como si el rubio mayor hubiera previsto el momento en el que la chica despertaría, lo encontró traspasando el umbral de la puerta de su habitación cuando terminaba de estirarse.

─ Buenos días, perezosa ─saludó Jasper apenas ingresó a la habitación, ganándose un quejido por parte de la rubia ante tal apodo.

─ ¡Hey! Estaba cansada, el resfrío me agotó ─ante su excusa, Jasper de dirigió una mirada que denotaba burla y el hecho de que no le creía del todo. Ante aquello, la rubia menor terminó reconsiderando su respuesta pues incluso ella sabía que no fue del todo verdadero─. Bueno, debo de aceptar que sí soy un poco floja ─aceptó, mostrando una sonrisa en un vago intento de restarle importancia al asunto, pero la mirada que nuevamente Jasper le regaló en la que mantenía una ceja alzada en gesto de obviedad, como si nada más con ese intercambio de nulas palabras le estuviese preguntando "¿Poco? ¿Estás segura?" con ironía en ellas.

Continuó.

─ De acuerdo... Sí soy muy floja ─cedió al no poder continuar esquivando la mirada del Hale, quien adquirió una sonrisa triunfadora en su blanquecino rostro.

Más tarde, cuando la joven Rossier se hubo arreglado y desayunado, ambos rubios se encontraron desplazándose en el auto de la fémina hacia la casa del masculino, pues su madre al enterarse que la chica se encontraba mejor de salud al salir del resfrío, insistió en que fuera a pasar el resto del día en la vivienda de la familia. Obviamente, ella aceptó encantada.

Si no fuese por su condición, Jasper estaría con su abdomen dolorido por tanto reír debido a la actuación de la chica a su costado derecho, quien a todo pulmón cantaba cual canción se escuchara por los parlantes de su vehículo sin restringirse de mover cualquier extensión de su cuerpo que le sea posible al ritmo de la música. Incluso, hubo un momento cuando aún estaban en las calles del pueblo, en donde aún se observaban casas y personas caminar en el que Brianna, en medio de su excitación bajó el vidrio de la ventana y sacó parte de su cuerpo haciendo que varios transeúntes se exaltara ante el espectáculo que la rubia estaba dando.

Jasper estaba seguro de que si siguiese siendo humano, muy posiblemente ya se hubieran estrellado puesto que no podía concentrarse lo debido en el camino al estar atento del actuar de la humana, por lo que en aquel momento agradecía lo que era por los sentidos agudizados que el ser vampiro le concedía.

Se encontraba extasiado, nunca se había sentido tan lleno de buenos sentimientos ya sean propios o ajenos a él, ni siquiera cuando ambos estaban juntos antes de que Brianna supiera la verdad tras él y su familia. Ya no existía esa tensión que él mantenía al tener que mantener oculto aquello, finalmente podía estar relajado al lado de la chica que por más de un siglo esperó encontrar.

Más pronto de lo que esperaron se vieron atravesando el bosque siguiendo el sendero que en la tierra se marcaba, hasta que finalmente pudieron visualizar la gran casa llena de ventanales que en medio de la naturaleza se hallaba. Jasper, como todo un caballero y ante el reflejo de los modales que su época marcó en él, bajó primero del auto para al segundo siguiente estar del otro lado de la puesta del copiloto para abrirla y ayudar a la joven salir ofreciendo su mano como apoyo al descender de este, obteniendo una sonrisa en agradecimiento por parte de esta.

─ La vez pasada no tuve momento para expresar mi impresión ─inició, recibiendo la atención del Hale mientras iban acercándose a las escaleras que daban a la entrada─, pero su casa es... ¡wow! ─exclamó al no tener las palabras para definir aquella, haciendo un movimiento de manos abiertas abarcara toda la residencia. Jasper simplemente rio, abriendo la puerta de la entrada para dar paso a la Rossier a interior de la fachada seguida de este, quien al poner pie en la habitación, inmediatamente se tensó ante el olor distintivo de la sangre de cierta castaña compañera de uno de sus hermanos. Brianna, al notar aquel cambio e imaginando la razón de ello, extendió su mano hasta tomar la ajena en un intento de transmitirle calma, lo que funcionó de cierta manera, no obstante aun se encontraba algo tensionado, más cuando estuvieron más cerca de la cocina, lugar en el que al percatarse de las voces, pudo dar cuenta que era donde la familia junto con la otra humana se encontraban.

Todos se encontraban ahí, incluso Alice y Aaron, quienes a parecer recién llegaban pues se estaban presentando ante Bella, quien dio un ligero brinco del susto al sentir algo tomar uno de sus costados junto con una exclamación que al segundo se dio cuenta su rubia amiga era la responsable de ambas cosas, algo que aligeró el ambiente pues sacó pequeñas sonrisas en los presentes, incluso en la Swan, quien ahora se encontraba más tranquila al saber que había ahora alguien que conocía en el lugar.

─ Huele delicioso ─comentó la rubia cuando se detuvo a un lado de su amiga, Jasper al costado de esta que se encontraba más lejos de la castaña intentando mantener distancia y de esta forma, control─. ¿Hicieron comida? ¿Por qué no me dijiste que estaban haciendo comida? ─gimoteó hacia el varón de los Hale, lamentándose por no haberse enterado antes de ello, varios teniendo que aguantar sus risas ante su reclamo y la expresión que tenía al observar la comida que se encontraba en el mesón.

Sin embargo, su atención hacia esta se vio interrumpida al escuchar un carraspeo, que luego se dio cuenta provenía del patriarca de los Cullen que tomó la palabra.

─ Disculpa. Jasper es nuestro nuevo vegetariano, es algo difícil para él.

Brianna, al notar que estaba haciendo el amago de comentar algo pero se le estaba dificultando debido a su autocontrol, comenzó a impartir caricias con su pulgar en la mano que se encontraba entrelazada con la propia, pudiendo Jasper de esta forma saludar, aunque de manera forzada.

─ Tranquilo, Jasper. No le harás nada ─dijo Alice en apoyo a su mejor amigo, palabras que ocasionaron una mueca en Edward para posteriormente comentar hacia Bella con intensión de escapar de la situación.

─ Creo que te llevaré a conocer el resto de la casa ─dijo.

Brianna ya iba a dar un paso para saludar como corresponde a la familia, cuando un papel largo y rectangular se atravesó en su campo de visión, el cual cuando logró enfocar bien en este pudo darse cuenta que trataba de un billete de cinco dólares que Edward le extendía.

─ Por adivinar aquel primer día en la cafetería ─explicó ante la interrogante que el rostro de la menor expresó luego de que tomara el billete─. Estabas en lo correcto.

La rubia, permitiéndose observar detenidamente el billete intentando entender a lo que el castaño se refería, exclamó volviendo a observarlo cuando lo obtuvo y al comprender lo que aquello significaba.

─ ¡Lees la mente! ─señaló, alzando su índice hacia el Cullen─. Eso es asombroso. Pero estoy segura recuerdo que me arrepentí y pensé que mejor me den diez dólares en vez de cinco.

Edward, en el que antes se encontraba una leve y divertida sonrisa, se vio a sí mismo ahora con una mueca adornando su rostro arrepintiéndose por haberle recordado aquello y de mala gana sacando un nuevo billete -esta vez el correcto- de su cartera y extenderlo a la humana, quién inmediatamente lo tomó.

─ Un gusto hacer negocios con mi mente ─comentó, guardando ambos billetes en uno de los bolsillos traseros de su pantalón y dirigiéndose a abrazar a Alice para saludarla, ignorando la mano de Edward que aún se encontraba alzada esperando que le devolviera el primero.

─ Saliste estafado, hermano ─burló Emmett observando la cara de desconcierto de su hermano, quién a los segundos se alejó junto a Bella para darle un recorrido por la casa dejando atrás las sonrisas divertidas de su familia por aquella interacción entre el inmortal y la mortal.

─ Y entonces ─alargó, luego de haberse separado del abrazo con Esme estirando un poco su cuello de forma nada disimulada para observar la comida que habían estado haciendo─... ¿Qué estaban preparando?

─ ¿Tienes hambre? Hicimos comida italiana.

─ Por supuesto que sí ─contestó, respondiendo a la pregunta de la matriarca, e iba a acercarse a esta para bajar el escalón que separaba la habitación en la que estaba de la cocina cuando la voz de Jasper la detuvo.

─ Pero acabas de desayunar ─al instante en que dijo aquello sintió unas delicadas manos posarse sobre sus labios, fue inevitable que una de sus cejas se elevaran mirando con intriga y diversión a la humana portadora de estas.

─ Shhh... ─siseó en modo juguetón en un vago intento de no verse expuesta ante tal hecho, para posteriormente volver a observar a la matriarca de la familia quien, al igual que el resto, estaba aguantando la risa ante la escena que se presentaba entre su hijo y su compañera─. ¿Qué dijo que prepararon?

─ Fui el comandante más joven de la caballería Tejana durante la Guerra Civil ─caminaba junto a Jasper por el bosque luego de que este le diera una demostración sobre lo que podía hacer como vampiro cuando -llevada en su espalda- la internó más por los árboles deteniéndose cerca de una pequeña catarata, permitiéndole escuchar el agua salpicar de fondo mientras el vampiro relataba su historia a la humana.

» Fue cuando conocí a cierta inmortal. María. Iba hacia Gavelston luego de evacuar mujeres y niños, entonces las vi. De inmediato les ofrecí mi ayuda...

» Los ejércitos eran comunes en el sur, constantemente batallaban por control del territorio; ella las ganó todas. Era inteligente, cautelosa, y me tenía a mi. Era su mano derecha, mi habilidad de controlar emociones le era muy útil. Entrené a sus neófitos, aunque nunca los dejaba durar más de un año. Mi trabajo era deshacerme de ellos.

Hizo una pausa a su relato. Brianna pudo entender que aquello fue y seguía siendo duro para Jasper, incluso a través de los años era un recuerdo tormentoso que se había instalado tan fuerte en él que no lo dejaba tranquilo por temor a revivir aquello y lo termine consumiendo. Temor a volver a hacer las atrocidades que hizo en su pasado, temor de volver a convertirse en el monstruo que por años había trabajado por dejar atrás...

» Podía sentir todo lo que ellos sentía.

Pero aquel temor finalmente comenzaba a esfumarse...

» Creí que lo nuestro era amor, pero solo era su títere, ella jalaba de mis hilos. No sabía que existía otra vida. Hasta que supe de ti. Alice te vio venir incluso antes de haberme encontrado junto a Aaron. Me hizo esperar largos años, señorita.

El toque de sus dedos contra la piel de la palma de su mano, la sensación de sus dedos uniéndose en un delicado abrazo, su cálida piel contrarrestando la temperatura fría que él tenía, su sonrisa y carisma que iluminaba hasta el día más oscuro...

─ Le pido me disculpe, soldado.

Los susurros y caricias que podían agitar incluso su muerto corazón...

─ Aquello ahora será solo un feo recuerdo. Ahora estás aquí, y yo estoy aquí, contigo. No tendrás que volver a ello y ser alguien que no eres, y yo me mantendré a tu lado para apoyarte en ello.

Labios sellando el pacto que el destino había establecido desde tiempos inmensurables, dando paso a eterno amor del par de amantes.

De acuendo, chicuelxs, ¡aquí les traigo un nuevo capítulo!

Lamento mucho el haberme demorado tanto, estuve pasando por un bloqueo escritor y no podía remediarlo con nada, ¡pero finalmente pude!

Espero me hayan extrañado tanto como yo a ustedes 😉 y mucho más que les guste este nuevo capítulo.
No sé ustedes, ¡pero morí con el final!

¿Opiniones?
¿Qué se esperan de esta gloriosa pareja a futuro?