II ─. Knowing a little about you
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capítulo dos:
conociendo un poco de ti
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Al finalizar la clase abandonó el salón junto al joven Yorkie con el que compartía matemáticas, casi pega un grito al cielo cuando salió de ese infierno. En vez de eso, cuando se hubo encontrado lo suficientemente alejada del aula, alzó sus brazos al techo en señal de júbilo.
─ ¡Por fin!
Comenzó a agradecer a todo aquello que se le ocurriera por permitir que la clase transcurriera rápido, entre ello a su amigo, quien fue el principal causante de que aquello sucediese al sacarle siempre tema de conversación, y el cual reía abiertamente ante su actuar, solo le faltaba ponerse a cantar el Hallelujah. Definitivamente los números y ella nunca se llevarían bien.
Cuando todo aquel acto, el cual género que varios alumnos a su alrededor los observaran extrañados -principalmente a la chica-, finalizó y Eric pudo volver a respirar volteó a verla con una radiante sonrisa esperando obtener una respuesta satisfactoria ante lo que llevaba pensando desde hace un par de horas.
─ Escucha, amm... Estaba pensando, ¿tienes con quién ir al baile?
Brianna había captado a lo que quería llegar con ello, ahora su dilema era ¿cómo decirle que no sin hacerlo sentir mal?
─ Oh, el baile... ─hizo una pequeña mueca. Aquella no iba a ser una respuesta satisfactoria para el chico─. Hice planes para ese día. Mi mamá está en Boston y acordamos en que me visitaría... justo llega ese día. Lo siento.
De verdad se sentía mal al rechazarlo, más aún al ver cómo la sonrisa de este se desvanecía, pero no quería crearle falsas ilusiones ni quedar mal con Angela, de la cual había notado gustaba del asiático.
─ Tranquila, no pasa nada ─le restó importancia a pesar de la decepción─. Bueno, te dejo, debo ir a biología. Nos vemos, Brie.
Luego de despedirse de su amigo ingresó al salón de historia, la última clase del día. Si no fuese porque había planeado buscar trabajo después de la escuela, habría estado más contenta por ello ya que podría ir a su casa, vestirse con algo más cómodo y descansar. Por lo menos ya el martirio escolar acabaría por ese día.
─ Usted debe ser la señorita Rossier ─le saludó el profesor con una amable sonrisa la cual ella devolvió junto a un asentimiento, mientras que, tal cual hizo con los demás profesores, le entregó aquel papel que debía firmar para poder entregarlo luego en secretaría─. Puede sentarse en el asiento libre al lado del señor Hale.
La chica volteó a ver a donde el hombre señalaba, encontrándose con el rubio de los hermanos Cullen el cual desde el momento en que la vio ingresar al aula no pudo despegar su mirada de ella.
─ Gracias ─respondió al profesor tomando la hoja de regreso, para posteriormente dirigirse a donde el joven se encontraba.
─ Hola ─saludó con emoción, aunque en un tono bajo para no llamar la atención, cuando se hubo sentado el asiento vacío girando a ver a su nuevo compañero con una sonrisa mientras le extendía su mano─. Me llamo Brianna, pero puedes llamarme Brie o como desees, estoy abierta a apodos.
Aquello último logró sacarle una sonrisa al chico, el cuál junto su mano con la de ella para estrecharla con cuidado.
─ Es un placer, mi nombre es Jasper. Y déjame decirte que te tomaré la palabra, Brianna ─la forma en la que pronunció su nombre provocó que un extraño hormigueo recorriera el cuerpo de la mencionada, principalmente donde las pieles de ambos entraban en contacto, pudiendo notar lo helada que era la de él.
Las miradas de ambos no se apartaron por un rato, extrañamente aquello seguía ocurriendo cada que sus miradas se encontraban entre sí, atrayéndose con la otra como si imanes se trataran. Le tomó de mucha fuerza de voluntad a Brianna para poder despegar su mirada de él al igual que su mano, comenzando a sentirse ligeramente nerviosa, lo cual tal como llegó, al instante aquel sentimiento desapareció.
─ Que curioso... ─Jasper la observó atento esperando a que continuara─. Tus manos son muy frías.
Pudo darse cuenta de la ligera incomodidad que albergó a su compañero ante el comentario. Aquellos se le hizo extraño, puesto que no creía haber dicho algo malo como para hacerlo sentir de aquella forma.
─ Sí, soy de extremidades frías ─una duda cruzó por su mente, por lo que volteó hacia la rubia con su ceño ligeramente fruncido con algo de preocupación─. ¿Eso es malo?
La joven no dudó en negar, sonriendo para tranquilizarlo─. Para nada. En realidad me parece algo normal. A mi también me sucede, pero con los pies, normalmente parecen dos témpanos de hielo.
Una leve risa surgió de los labios del contrario, algo que a los oídos de la chica pareció una melodía, quedando un poco hipnotizada ante ella.
─ Así que... Eres de Boston ─volvió a hablar el rubio luego de un rato de estar ambos escuchando lo que el profesor explicada, sin estar realmente atentos a ello, estaban más pendientes de sentir la presencia del otro y buscar un tema para no acabar con la conversación, siendo él el primero al que se le ocurrió algo.
─ Algo así ─el chico Hale la observó con curiosidad, por tanto no se abstuvo a aclararle─. En realidad soy de Nueva York, pero a mi madre le salió un mejor trabajo en Boston, por lo que siendo aún muy pequeña nos mudamos y crecí ahí.
Jasper asintió almacenando la nueva información de la chica en su memoria─. Entonces... Te gusta lo frío ─intentó adivinar añadiendo otra duda─... ¿La lluvia?
Brianna no pudo evitar reír ganándose una mirada entre confundida y divertida de su compañero. Las personas no solían sacar como tema de conversación el clima, por ello le hizo gracia, no obstante lo dejó pasar.
─ Sí, me encantan. Ambas cosas ─respondió junto a un par de asentimientos sin perder la sonrisa, es más, esta se ensanchó un poco─. Siempre he sido de las que piensan que es más fácil resguardarse del frío que del calor. Si lo analizas, para quitarte el frío fácilmente te puedes abrigar o tomar una bebida caliente, pero para escapar del calor ─por su rostro apareció por unos segundos una mueca de horror antes de volver a su estado anterior─... Prefiero congelarme que derretirme.
El chico de encontraba divertido por la joven, y aquello se notaba a millas debido a la expresión de su rostro. El Hale también pudo darse cuenta del brillo que se formó en los ojos de su compañera, quedando inmersos en estos cuando esta siguió hablando.
─ Y la lluvia... Siempre la he amado. Cuando llovía fuerte salíamos de la casa y jugábamos debajo de ella, no nos importaba que quedáramos empapados o si al día siguientes amanecíamos enfermos, siempre valía la pena ─finalizó con una sonrisa recordando aquellos momentos en familia, los cuales sabía no volvería a conseguir en algún tiempo.
Jasper pudo darse cuenta de la nostalgia de la rubia, así como también que no era un sentimiento malo gracias a la pequeña y casi imperceptible sonrisa en los labios ajenos. Le gustaba que Brianna le confiara aquellos recuerdos, como si ya apenas conociéndolo confiara en él, y eso de cierta forma lo sorprendió, pero le agradó.
El resto de la clase transcurrió entre comentarios y pequeñas risas de ambos rubios, hasta que esta finalizó.
Brianna recogía sus cosas con calma dando tiempo a que el tumulto de alumnos salieran para no verse atropellada por ellos para así ella poder hacerlo. A su costado Jasper también guardaba sus cosas. De lo que se dio cuenta fue que lo estaba haciendo a la misma velocidad suya, como si deseara esperarla, aquello la emocionó sin saber porqué.
Cuando terminó el chico le hizo una seña para que salieran, dándole espacio para que pudiese abandonar el salón tal cual caballero para después hacerlo él y emprender su caminata hacia el estacionamiento, no sin antes haberla acompañado hacia secretaría para entregar su hoja de asistencia.
─ Por cierto. ¿Por qué si tu familia sigue en Boston, no te quedaste con ellos? ─cuestionó con cuidado, esperando que aquella pregunta no incomodara a la rubia. No obstante hizo lo contrario, se veía emocionada, como una niña pequeña, algo que le causó ternura.
─ Me gusta viajar, conocer nuevos lugares. Tampoco me sentía muy cómoda allá, la ciudad a veces llega a ahogar, las personas suelen ser algo superficiales ─soltó una pequeña risa, algo que le sacó una sonrisa divertida al Hale─. Además, desde hace tiempo este pueblo atrajo mi atención, tiene una fauna y flora hermosa.
El joven la observaba atentamente, manteniéndose en silencio al dar cuenta de que tenía algo más que decir.
─ Y había algo que me llamaba a este lugar, como si hubiese algo aquí esperando por mi... como si debiera estar aquí ─continuó ya habiendo llegado al estacionamiento, ganándose miradas curiosas de los estudiantes y sorprendidas de algunos de ellos al verlos juntos y hablando, algo que también sucedió en los pasillos─. Sé que suena raro ─hizo una mueca mientras reía y volteaba a verlo cuando ya se hallaba al lado de su Jeep, encontrándose con su intensa mirada, quedando ligeramente perdida en aquellos extraños pero encantadores ojos dorados.
─ No me parece raro ─su corazón dio un pequeño brinco al escucharlo.
Ambos se quedaron viendo un rato más hasta notar que alguien se colocaba a su lado llamando su atención, y toda conexión entre los rubios se perdía. Cuando volteó a ver de quién se trataba pudo ver a aquella chica parecida a un duende o un hada mirarlos con emoción junto a un alto chico que había reconocido como la pareja de esta, como mencionó la Stanley.
─ ¡Hola! Tú debes ser Brianna ─la nombrada sonrió de forma amplia al escuchar el entusiasmo de la azabache.
─ Esa soy yo. Y tú debes ser Alice ─replicó risueña viendo como la chica asentía varias veces en respuesta─. ¿Es normal aquí que conozcan el nombre de uno sin que la persona se haya presentado primero? ─bromeó, ganando pequeñas risas de los presentes.
─ Es algo de pueblo. Al ser pequeño todos se enteran de las novedades, y tú junto a la otra nueva son la novedad ahora mismo ─respondió de forma jocosa el otro chico para posteriormente estirar su mano hacia ella─. Un placer, mi nombre es Aaron.
─ Eso había oído. Y bueno tú ya sabes mi nombre, pero me pueden llamar Brie si gustan, o como gusten ─respondió al saludo de forma amable─. Por cierto, debo decir que se ven muy lindos juntos ─hizo unos ademanes con sus manos para señalar a la pareja la cual agradeció con grandes sonrisas. Había que ser sinceros, era una pareja curiosa pero linda, le daba un poco de gracia la diferencia de alturas.
Alice por un momento observó a su mejor amigo, el cual se encontraba viendo satisfecho el intercambio entre la rubia y sus hermanos, antes de volver su vista a la chica Rossier y tomar sus manos.
─ Tu y yo vamos a ser grandes amigas ─dijo con entusiasmo el cual fue correspondido por la otra, la cual la veía de la misma forma.
─ ¿Qué comes que adivinas? Yo había pensado justo lo mismo ─exageró un poco en falso asombro pero sin camuflar la verdad de sus palabras, ya que ella se sentía de la misma forma con respecto a la azabache, para posteriormente reír al igual que sus acompañantes, hasta que recordó que se le estaba haciendo tarde y debía seguir con lo que había planeado: buscar trabajo.
─ Bueno me debo de ir. Fue un gusto haberlos conocido, a los tres ─observó a cada uno demorándose un poco más con Jasper, antes de volver a despedirse e ingresar a su auto.
Cuando lo puso en marcha pudo ver como los tres seguían viéndola sonrientes, y a Alice agitar en alto su mano para despedirla.
Había conocido a buenas personas ese día. Aquel pueblo ya le comenzaba a gustar.
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