Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16


Esa sensación desaparece en cuanto me voy a dormir. No sé por qué ahora me cuesta tanto conciliar el sueño. Me paso horas y horas dando vueltas en la cama y el resultado siempre es el mismo: me quedo mirando el techo y, harto, me levanto para caminar por la habitación o voy al baño. Desde la noche anterior, no me atrevo a salir de mi cuarto por si me pierdo.

Aunque sé que realmente lo que me aterra es encontrarme a Sophia de nuevo. Me aterra y me muero de ganas por verla otra vez. Es algo muy raro, pero lo peor es que Kyle no me ha preguntado nada acerca de ella aún.

—¿Qué has hecho después de estar con Ellie? —le había preguntado después de que Matthew, Melissa y Ted me acompañaran a la sala de inserción para encontrarme con mi hermano. Suerte que nos topamos con Gabe por allí; nos ayudó a encontrar la cabina de Kyle.

—Pues... nada, he estado aquí trabajando y actualizando esto un poco —dijo tranquilamente mientras utilizaba esa máquina para numerar mis recuerdos. «Seguramente ya sabe algo sobre Sophia», pensé—. Y tú, ¿te lo has pasado bien?

—Oh, sí, muy bien —comenté demasiado rápido—. ¿Qué has hecho con esos recuerdos? —La voz me temblaba y Kyle se dio cuenta de que me pasaba algo porque me lanzó una mirada de preocupación.

—Los he mirado y los estoy numerando, como siempre hago —explicó encogiéndose de hombros—. ¿Te pasa algo, Noah? Es que te noto tenso y nervioso.

—Estoy genial —dije esbozando una mueca que pretendía ser una sonrisa tranquilizadora.

—¿De verdad? ¿No quieres hablarlo? Si hay algo que te preocupe puedes decírmelo, Noah, ya lo sabes. ¿Tiene que ver con los chicos con los que has estado hoy a la hora de comer? ¿Te han dicho algo? Seguro que no era con mala intención, los Guardianes cuidan sus modales, pero quizá al ver que eres humano se han...

—¡Kyle! Estoy bien, en serio. —Abrí los ojos y asentí—. Y, en el hipotético caso de que me pasara algo, tú ya lo sabrías. —Señalé los recuerdos recién numerados que estaban encima del escritorio.

Dirigió su mirada hacia ellos y no me quedó muy claro si lo había convencido totalmente.

De todos modos, Kyle dijo:

—Está bien, tienes razón. —Dejó el tema, aunque parte de él reflejaba cierta preocupación.

Yo también intento apartar mi frustración del hecho de que Kyle no me diga nada sobre la aparición de Sophia en los siguientes días. Pero hay algo aún peor que eso: que me inserte los recuerdos sobre ella, sobre Mayda, sobre mi familia humana y sobre mis días en la superficie terrestre como cualquier otro mundano. Recuerdos que no me dejan dormir, recuerdos que me persiguen.

Me planteo la hipótesis de que me esté engañando y esté fingiendo no saber nada sobre Sophia, que solo esté actuando para hacerme sufrir y ponga esa cara de preocupación para que no sospeche de él. Pero su expresión es verdadera y realmente creíble.

Llego a una conclusión: estoy hecho un lío.

E intento solucionar ese estado de bloqueo cada día. Cuando acompaño a Kyle a diferentes sitios, estudio sus comportamientos; cuando voy con el grupo de Matthew, intento disfrutar al máximo con sus bromas y sus charlas que me hacen sentir mejor; cuando tengo algún hueco libre y puedo estar a solas mientras Kyle busca algo, intento encontrar una larga cabellera negra o unos ojos grises entre la multitud que me den algún indicio de Sophia.

Pero eso nunca ocurre. Por un lado, me aterra la idea de verla de nuevo. Se parece mucho a Mayda y eso me enloquece enormemente. Por otro, tengo un deseo irreprimible de decirle algo y oír su voz otra vez. Es algo que no puedo quitarme de la cabeza. El roce de sus manos, la necesidad de tocar su larga melena ondulada, su sonrisa contagiosa...

«¡Ya vale, Noah!», exclama una voz en mi cabeza. Creo que esa es la voz que se siente culpable por estar, de alguna forma, reemplazando a Mayda; la parte que aún la quiere.

Me estreso conmigo mismo.



Suspiro. Vuelve a ser una de esas noches horribles de insomnio.

Descarto rotundamente la opción de salir, pero ya estoy harto de estar mirando el techo durante toda la noche. Día tras día.

Entonces se me ocurre algo.

Me levanto de un brinco y enciendo la luz de la lámpara. Abro uno de los cajones de la mesita de noche y no me hace falta rebuscar mucho para encontrarlo.

El último recuerdo de Mayda reposa allí.

Un pequeño triángulo equilátero transparente e intacto, a excepción de un número ininteligible. Un objeto que hubiera pasado por alto de no ser por el gran valor emocional que tiene para mí.

«¿Qué voy a perder con esto?» , me pregunto, y eso me hace reaccionar.

Me clavo una de sus puntas en el brazo, justo por donde pasa una vena.

Lo último que recuerdo es la falta de oxígeno en mis pulmones al caer en el lago Washington.

«Es solo un recuerdo».

Y, por primera vez en días, consigo conciliar el sueño.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro