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Camus regresó a los dos días con una herida en el labio inferior y unos cuantos hematomas en su rostro, Milo le insistió que le dijera la causa de esas heridas pero el pelirrojo se negó diciendo "bebí demasiado, no me acuerdo de nada", luego de esa respuesta no quiso investigar más, Camus tendría sus razones para ocultar lo ocurrido.

Los siguientes días todo paso muy normal o al menos para todos dentro de aquella casa, el trabajo, los descansos, las constantes salidas de Camus, sin embargo eso no era lo más importante en ese lugar, Shura y Milo comenzaron a charlar mucho más de lo común, mientras Afrodita y Ángelo se limitaban a ver como el español había cambiado, se le veía mucho más feliz, lleno de vida, una vida que Grecia le había devuelto, estaban más que agradecidos con el rubio por haber sacado a Shura de ese lugar.

Muy dentro de Milo se albergaba aun el dolor de haber pasado cerca de dos años con aquel muchacho quien solo le mostró la parte mala de una relación pero también iba creciendo un sentimiento mucho más allá de la amistad hacia Shura, le aterraba la sola idea de volver a enamorarse, de volver a sentir el miedo, de volver a probar el sabor de un golpe más a la par crecía el deseo de volver a verse en brazos de una persona amorosa y volver a sentir las mentadas mariposas en el estómago.

Shura pasaba gran parte de la mañana con Death y Afrodita, la rutina del trabajo en el café por las tardes, un poco de platica con Milo y su constante propuesta para marcharse, la que siempre se veía respondida por una negativa, ahora entendía como se sentía el italiano cada vez que él le daba la misma respuesta, finalmente su libertad arriba de u escenario en uno de los bares de Grecia, también a él le estaba afectando la cercanía de Milo, no porque le molestara, no, eso no, si no porque comenzaba a sentirse extraño, nervioso y muchas otras cosas que tenía intenciones de averiguar, desde aquel beso intento incontables veces volver a hacerlo sin poder lograrlo hasta que simplemente... uno de esos días fue el propio Milo quien lo hizo de nuevo.

Todo estaba en calma, constantes roces entre Shura y Milo que acababan con besos inocentes; Camus había cambiado desde aquel día, ya no era el mismo y Milo trato de averiguar aquello detrás del mal humor de su amigo pelirrojo, logrando nada en absoluto, hasta ese día...

Una mañana tranquila, se podía decir, justo dos semanas después de la llegada del italiano y el sueco, ellos en compañía de Shura habían salido, Milo había preparado un desayuno simple para él y Camus, al verlo entrar se preocupó mucho más de lo que estaba, Camus tenia las hebras rojas hechas un desastre, debajo de los ojos tenía unas terribles ojeras y estaba aún más estresado.

- ¿Sucede algo Cam?

-Nada de tu incumbencia, Milo - se moría, Camus se moría por decirle que estaba en peligro, que él había vuelto, que era mejor salir de esa maldita ciudad pero también estaba muerto de miedo, aquella vez se lo topó cara a cara con el causante del sufrimiento de aquel griego y su experiencia era digna de una película deterror con él como el protagonista de la catástrofe.

- ¿Acaso no confías en mí? ¿Puedo ayudarte en algo? - estaba preocupado, si, muy preocupado por el pelirrojo pues o quería como a un hermano

- ¡BASTA! - Gritó Camus, hastiado de querer aguantar sobre sus hombros el peso de aquello que había sucedido - ¡ÉL HA VUELTO!

No, no podía ser verdad, muy en el fondo, Milo se sentía inseguro pero no tanto como para ser aquel muchacho el causante, pero ahora... ahora ya no tenía la más mínima duda, cayó de rodillas abrazándose así mismo, derramando amargas lágrimas y preguntándose una y otra vez que mierda estaba pagando para que le sucedieran esta clase de cosas; la puerta principal se abrió dejando ver al trío de hombres que alcanzaron a escuchar el golpe que provocaron las rodillas del griego.

La escena era un golpe profundo, una puñalada al corazón, un balde de agua fría en la espalda, el español vio como Milo se ponía en posición fetal negando una y otra vez con la cabeza, una imagen que le hizo volver al pasado, viéndose a el mismo en la misma situación, sintiéndose lo más horrible y vil del universo, un bastardo como su padre le decía, pero ahora era aquel que le enseño la libertad, apresuro el paso y lo acuno entre su brazos, Camus salió dando un empujón a la pareja que veía todo desde lejos, sin involucrarse, en primero porque no sabían que estaba pasando y en segunda era un asunto que no comprendían y que posiblemente no les correspondía.

Se quedaron así un largo rato, Shura limpiaba las lágrimas del griego repitiéndole una y otra vez que todo iba a estar bien, Afrodita y Death buscaban la manera de ayudar al español, diciendo cosas positivas como "nada malo te pasara" o "estaremos contigo, no te preocupes" entre otras.

※※※

La llamada de Aioria lo tomo de sorpresa, todo había salido de acuerdo a lo planeado, solicito que aquellos tres vigilantes se presentaran cuanto antes en su oficina, era hora del pastel, hora de ponerle fin a todo lo que sentía, aunque fuera un demente, aquel muchacho se sentía traicionado, desplazado, remplazado y olvidado por aquel griego al que alguna vez amó con todo su corazón, por el que desarrolló una dependencia emocional que lo había llevado casi a la locura pero que según él, había sido el culpable de todo y debía pagar por ello.

Los tres muchachos entraron, Shaka y Aioria con una sonrisa que denotaba que estaban felices con su logro pero en conjunto con el otro chico, con la mirada llena de preocupación por aquel que yacía sentado detrás del amplio escritorio de caoba.

-Es hora de dar la sorpresa, preparemos todo, llegó la hora de que el pecador culmine su penitencia. - una sonora carcajada salió de sus labios, sin más remedio se dispusieron a realizar sus tareas, menos uno, quien se quedó un poco más con una clara intención.

- ¿Puedo hablar contigo? - pregunto con un poco de miedo aquel chico.

-Claro que puedes.

-No me lo tomes a mal pero, ¿no crees que es demasiado?, digo, Milo no vale la pena, no vale lo que estás haciendo, no vale tu atención, tu cariño, no es digno de ti, ¿puedes parar todo esto?, no me gusta verte así, no a ti, no porque yo... - se quedó callado, no podía decirle lo que sentía no todavía, no después de lo que había dicho pues posiblemente desataría la cólera de aquel chico.

-Tienes razón, alguien como Milo no lo vale, pero necesito mi venganza, necesito aliviar mi corazón para poder seguir, ¿estás conmigo?

-Como toda la vida, sí, estoy contigo.

Se atrevió a dejar un suave beso en la mejilla de su jefe para luego salir de ahí, por supuesto que lo apoyaría, lo amaba incondicionalmente y verlo feliz aunque no fuera a su lado sería lo mejor, ¡dioses! ¿Por qué el amor es tan complicado?, ¿Por qué amas a quien no te ama y desprecias a quien lo hace?, ¿Por qué siempre la venganza es la salida más fácil?, ciertamente nunca sabremos las respuestas verdaderas pero vamos, todos aquí sabemos que esto no terminara bien, pero nadie puede hacer nada para modificar el destino que ya se ha escrito, solo nos queda afrontarlo de frente.

Dan R

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De Nuevo la autora con sus avisos, bueno esta historia ya casi llega al final.

y ahora les hago un pequeño espoiler, en el capitulo siguiente conoceremos a nuestro querido antagonista (el chico obsesionado con Milo) y al informante que falta

dejen aquí su lista de sospechosos... (No me ignoren porque se siente feo :(, quiero ver quien se les viene a la mente)

ademas tendremos un momento bien cursi de Shuris y Milo.

Gracias a todos por leer y por apoyarme

ya saben, cuídense mucho.

Dan R

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