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Capítulo uno | All for us

03.02.22

Cuando entra al lugar, enseguida sus oídos se agudizan, al igual que su olfato, oliendo un agradable y atrayente aroma, pero el cual ignora y simplemente sigue a su amigo hacia un sofá en medio del lugar.

Se escucha una canción suave de fondo, haciendo el lugar un poco más cómodo. Mira a su alrededor, viendo las decoraciones, algunos Betas de servicio, un pasillo con varias puertas y, en medio del gran salón, unas puertas dobles cerradas que son cuidadas por dos tipos grandulones. Que por su apariencia y el ligero olor que puede percibir Yoon Gi, diría que son Deltas.

De pronto siente curiosidad por lo que habrá atrás de aquellas puertas, quizás algún Omega quitándose la ropa o haciendo algún acto sexual. Realmente puede pensar en muchas posibilidades, al ser un lugar donde se busca placer.

—¿Acaso está nervioso, Yoon Gi hyung? —Ho Seok lo distrae de sus pensamientos, ocasionando que lo voltee a ver.

—Claro que no —responde, con una ligera sonrisa en sus delgados labios—. Solo que hace mucho que no estoy con algún Omega y mucho menos he estado en este tipo de lugar. Es nuevo para mí.

—Oh, entiendo... —dice el menor, tomando su barbilla con su mano izquierda— Pero no se preocupe, aquí no solo puede estar con Omegas, sino también con Alfas, Gammas y Deltas... Aunque, con un Delta creo que sería mucho conflicto —empieza a divagar el Alfa menor, no prestando atención a la mirada de Yoon Gi—. ¡Pero no lo juz-...!

—Ho Seok —lo detiene en seco cuando se cansa de escuchar las boberías de su menor, poniendo su mirada seria—, me refiero a que no he tenido sexo en un largo tiempo.

—Oh... Lo siento, hyung —se disculpa con vergüenza, reprochándose mentalmente que debería de dejar de hablar tanto y comenzar a escuchar más a los demás. Sobre todo, a sus mayores.

Yoon Gi solo asiente y sigue observando a su alrededor. El lugar es realmente elegante y lujoso, sin contar que todas las personas que entran por la puerta de entrada son sumamente imponentes, que, sin duda, podrían tener fácilmente en el banco bastante dinero a su nombre.

—La primera vez que llegué a este lugar, quedé igual que ustedes hyung —Yoon Gi de nuevo le presta atención al Alfa menor, quien observa a las personas que siguen entrando al lugar—. Es impresionante ver a tantos Alfas de sangre pura, Omegas dominantes y Deltas genéticos en un mismo lugar, ¿cierto?

—Sí... Creo que hasta me siento un poco abrumado.

—Oh, no se abrume Yoon Gi hyung, porque al pasar la noche aquí, en lo único que se preocupará es en dónde meter su pene —dice simple Ho Seok, regalándole una brillante sonrisa al mayor.

Yoon Gi abre la boca con la intención de reprender a Ho Seok, pero enseguida recuerda que esa es la principal razón por la que fueron al club. Entonces, cierra la boca y se muerde la lengua.

—Tienes razón —suelta de sus labios con una ligera sonrisa.

Ho Seok asiente, satisfecho con la contestación de la mayor, solo desviando su atención cuando siente como vibra su teléfono.

—Disculpe, hyung, pero debo de atender esto —señala el menor a su teléfono.

Yoon Gi solo le hace un movimiento con la mano para que vaya tranquilo a contestar la llamada. Mientras que él se queda sentado en el sofá, sintiendo como sus entrañas se revuelven por los nervios. ¡Joder! ¡Lleva seis años sin sexo y esa noche por fin tendría ese placer!

Sus manos sudan y su pecho vibra con cada una de sus respiraciones. Pero, aun así, sigue pensando si debería de hacerlo. Aún se siente culpable de lo que pasó con Jung Kook, el amor de su vida, quien era su Omega.

Se muerde el labio inferior y frunce ligeramente el ceño, sintiendo como una presión se forma en su pecho. Quizá no debería estar ahí... Quizá debería de estar buscando a Jung Kook y darle la explicación que tanto merece.

Suspira y lleva ambas manos a su rostro. De nuevo se está sintiendo como la mierda. Quizá si debería de irse. Pero, cuando se levanta del sofá, llega Ho Seok, acompañado de un hombre alto y de hombros anchos.

—Yoon Gi hyung, perdón la tardanza —se disculpa con vergüenza el menor, llegando hasta estar enfrente del pálido junto con el otro hombre—. Te presento a Kim Seok Jin, dueño del club.

El hombre alto asiente con la cabeza, viendo fijamente a Yoon Gi.

—Seok Jin hyung, él es Min Yoon Gi, mi mejor amigo y dueño de Hybe labels.

—Es un gusto conocerlo, señor Kim —dice Yoon Gi.

—El gusto es mío —le responde el alto, con una ligera sonrisa—. Y, por lo que tengo entendido, es que le gustaría ser miembro del club All for us, ¿cierto?

—Sí, es exactamente por lo que vinimos —responde enseguida Ho Seok con una gran sonrisa.

Yoon Gi se queda con las palabras en la garganta y solo asiente.

—¡Perfecto! —responde con emoción Seok Jin— Señor Min, por favor acompáñeme a mi oficina para que pueda leer el contrato.

—¿Contrato? —habla por fin Yoon Gi.

—Así es, señor Min. Este club no solo tiene un contrato con los trabajadores, sino, también, para nuestros clientes para evitar algún inconveniente y esté de acuerdo con nuestras normas —responde con simpleza Seok Jin, aun manteniendo la sonrisa en sus gruesos labios.

—Está bien, vamos —asiente al final Yoon Gi, todavía pensando sí debería de hacerlo.

—¡Perfecto, hyung! Yo lo estaré esperando en el bar —dice Ho Seok hacia Yoon Gi, para después voltearse hacia Seok Jin—. Nam Joon está disponible, ¿cierto?

—Sí, ahora mismo creo está terminando su baile, después puede estar contigo —responde Seok Jin.

—Gracias, hyung —dice por último Ho Seok, dándose media vuelta para irse al bar.

—Por favor sígame, señor Min.

Yoon Gi deja de ver la espalda de Ho Seok cuando Seok Jin comienza a caminar hacia el pasillo con muchas puertas. Camina atrás de él, viendo su ancha espalda cubierta por su saco negro. Y enseguida piensa en que Kim Seok Jin es un Alfa de sangre pura. De eso no hay duda.

Detienen sus pasos cuando llegan al final del pasillo, enfrente de una gran puerta de roble. La cual abre el más alto y le permite el paso a Yoon Gi.

Cuando Yoon Gi está dentro, ve una oficina común, con escritorio, una ventana con vista a la ciudad y un sofá en la pared, a un lado de la puerta de entrada. Simple y cómoda.

—Por favor, tome asiento, señor Min —cuando Yoon Gi toma asiento en la silla frente al escritorio, Seok Jin camina hacia un estante de metal para tomar unas hojas de papel y caminar hacia su asiento, atrás del escrito—. Lamento no haberle dado una buena bienvenida como corresponde, señor Min... Pero bienvenido sea usted a All for us, un lugar codicioso, tanto o más como nuestros clientes.

Yoon Gi asiente, viendo como Seok Jin deja en el escritorio las hojas de papel, dándose cuenta de que es el contrato.

—Como se lo expliqué antes —retoma Seok Jin, mirando fijamente al pálido—. El contrato sirve para que usted esté consiente de las normas que se deben de seguir en el club, además de que es una garantía sobre la gran experiencia que tendrá aquí, por supuesto. Y mucho mejor aún, nuestro club cumple con la función de proteger los datos personales de nuestros clientes, ya que, al ser personas influyentes, nosotros no encargamos de que sea un lugar seguro y fuera del ojo público.

—Me parece bien. Pero ¿Cuáles son aquellas normas?

—Antes de explicárselas, debe saber que nuestros trabajadores, así como nuestros clientes, protegemos su identidad. Por lo que nuestros trabajadores siempre tienen una venda en los ojos, para que eviten que nuestros clientes conozcan por completo su rostro, además de que ellos no sabrán quienes son ustedes —Yoon Gi asiente y traga un poco de saliva—. Entonces, las normas son estas que se marcan en el contrato.

Señala con el dedo, el área de las normas. Yoon Gi toma las hojas y las comienza a leer:

Uno: No quitarle la venda en ningún momento al acompañante.

Dos: Nada de datos personales por ambas partes.

Tres: En los encuentros sexuales siempre deben utilizar condón.

Cuatro: Siempre tener el consentimiento por ambas partes para un encuentro sexual.

Si alguna de estas normas es rota por el cliente o trabajador, se anulará inmediatamente su contrato y se prohibirá el acceso al club. Así como algún asalto sexual se irá a lo legal. En el caso de que el cliente o el trabajador resultara embarazado, el único que tiene la opción de elegir será la persona gestante, pero si éste es agredido o amenazado se irá a lo legal.

Termina de leer Yoon Gi, dejando de nuevo las hojas sobre la mesa.

—¿Este contrato tiene fecha de termino? —pregunta Yoon Gi, mirando fijamente al hombre frente a él.

—No la tiene, ya que es el cliente quien decide cuando se termina este convenio con el club... Entonces, señor Min... ¿Acepta ser miembro de All for us? —pregunta Seok Jin, extendiéndole un bolígrafo de tinta negra al pálido.

Yoon Gi inconscientemente lo toma, pero duda por un instante en firmar. De nuevo piensa en Jung Kook; aunque, ¿Cuál es la probabilidad de que lo encuentre? ¿Una entre un millón? Ya le ha roto el corazón y todas las promesas que un día hicieron. Sería muy estúpido pensar que lo perdonará... Y tal vez, el destino ahora le está diciendo que debe de seguir y olvidar aquel Omega, que quizá nunca vuelva a ver.

Firma el contrato, sintiendo la pesada mirada del Alfa de sangre pura sobre él.

—Listo —lentamente deja el bolígrafo sobre el escritorio y levanta la mirada.

—¡Perfecto, señor Min! —exclama con alegría Seok Jin, agrandando su sonrisa— Ahora usted es miembro de este club, bienvenido.

—Gracias.

Pronto, la atención de ambos Alfas es distraída por alguien que llama a la puerta. Que cuando Seok Jin da la indicación que pase, entra un Alfa de cabello rojo y ojos grandes.

—Disculpe que interrumpa, Seok Jin hyung —se avergüenza el Alfa al darse cuenta de que su jefe no estaba solo en la oficina.

—No te preocupes, Tae Yong. ¿Qué sucede? —lo tranquiliza, Seok Jin.

—Bueno, usted me pidió que le recordara asistir al evento principal de la noche.

—¡Es verdad! Gracias por recordármelo, Tae Yong. Ya te puedes retirar.

El Alfa asiente y da una reverencia antes de irse y cerrar la puerta. Seok Jin mira su reloj y se da cuenta que ya casi es la media noche. Y de nuevo devuelve su mirada y sonrisa brillante a su nuevo miembro.

—¿Le gustaría presenciar el acto principal de la noche, señor Min?

Yoon Gi traga saliva, de pronto se siente ansioso, al igual que su lobo interior. Algo está por venir. Pero, aun así, asiente

—¿Y qué es ese acto principal? —pregunta por mera curiosidad, esperando que esa sensación nerviosa que siente en el estomaga pronto desaparezca.

—Se trata de un acto de canto, de nuestro Omega estrella —responde Seok Jin, teniendo un tono diferente en su voz—. Se llama Jung Kook.

El corazón de Yoon Gi deja de latir y su respiración se corta al escuchar aquel nombre. De pronto sus manos comienzan a temblar abajo del escritorio. 

¿A caso es posible...?

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