Capítulo dos | Una entre un millón
Una entre un millón. Una posibilidad de encontrar a Jung Kook entre un millón. Y quizás esa noche, Yoon Gi encontró esa posibilidad.
Su corazón bombea más rápido la sangre y siente como su lobo está más que inquieto en su interior. Seok Jin y él ahora están caminando -de nuevo- por el pasillo de puertas para ir directo al salón del gran espectáculo.
Sus manos siguen temblando y siente un nudo en su garganta que le impide tragar saliva; porque su cabeza solo está en Jung Kook.
—Le aseguro que será de las mejores voces que podrá escuchar en su vida, señor Min —menciona Seok Jin, distrayéndolo de sus pensamientos.
Yoon Gi solo asiente, deteniéndose una vez llegan con los Deltas que cuidan la puerta doble.
—Buenas noches, jefe —dicen ambos Deltas, abriendo a la vez, las puertas del lugar misterioso.
Yoon Gi mira con curiosidad el interior de aquella sala. Siendo grande, con mesas y un gran escenario al frente del lugar. Ambos Alfas pasan y enseguida -atrás de ellos- son cerradas las puertas.
El lugar está lleno, con varios Betas y Alfas de servicio, sirviendo a las personas, antes de que el gran show comience. Pronto, un Alfa se coloca enfrente de ellos, dándoles una reverencia como bienvenida.
—Por favor, permítanme a acompañarlos a su mesa.
—Gracias, Jae Hyun —responde Seok Jin, siguiendo al Alfa hasta una mesa enfrente del escenario.
Yoon Gi toma asiento cuando llegan a la mesa y se da cuenta que tiene una gran vista del lugar desde ese asiento. Solo distrayéndose cuando Seok Jin le pregunta qué beberá.
—Vino tinto —responde, pasando ligeramente su lengua por sus labios.
—Bien. Jae Hyun, por favor trae una botella de vino de mi reserva, que sea la mejor —le dice al joven Alfa, quien asiente y se va—. Al parecer ambos tenemos un gusto por el vino.
Menciona Seok Jin, viendo al pálido con una ligera sonrisa.
—Sí, es un gusto que compartí con mi madre y que ahora no me puedo deshacer de él. Pero no me quejo, hay buenos vinos que me acompañan en mis peores momentos —responde simple, aligerando un poco sus hombros.
—Lo entiendo, hay veces en las que también tomo vino para sobrellevar malos momentos —suspira Seok Jin, viendo cómo llega Jae Hyun con una botella de vino y dos copas.
Y mientras el Alfa menor sirve el vino en las copas, Yoon Gi aprovecha para sacar por un instante su teléfono y ver que tiene un mensaje de Ho Seok de hace veinte minutos, diciéndole que pasaría el rato con Nam Joon. Chasquea la lengua, pero lo deja pasar, porque, aunque Yoon Gi no conozca a aquel Alfa, sabe que Ho Seok está súper colado por aquel chico.
Apaga su teléfono y lo deja sobre la mesa. Y mientras toma un trago del vino y cierra por un instante los ojos, a su alrededor se escucha como se contiene la respiración y enseguida cambia el ambiente del lugar. Cuando abre los ojos, se da cuenta que las luces cambiaron a un color morado y el telón del escenario se está levantando lentamente.
Su estómago se revuelve y siente ganas de vomitar, además de llorar como un pequeño cachorro. Su lobo se inquieta cuando una figura aparece en medio del escenario, siendo un poco difícil de verlo pues hay una gran luz blanca alumbrando atrás de él.
Pero pronto esa luz se apaga y se escuchan sus pasos hasta que se detiene enfrente de un micrófono. Yoon Gi contiene el aliento y deja la copa de vino en la mesa. Baja la mirada y piensa si realmente está listo de volver a ver a Jung Kook. De volver a ver al Omega que tanto amó y que sigue amando, pero que destruyó por completo.
De pronto comienza la melodía de una guitarra acústica de fondo, mientras que una luz suave alumbra a la persona en el escenario. Lentamente Yoon Gi levanta la mirada al mismo tiempo que la persona del escenario comienza a cantar. Y es ahí que lo logra ver. Su lobo aúlla y siente su estómago contraerse, así como sus ojos se cristalizan. Su boca se seca y su corazón se desata en una frenética carrera de latidos.
Es él.
Es Jung Kook.
Lo encontró, encontró esa posibilidad de entre un millón.
Quiere llorar, pero se muerde la lengua para evitarlo y lo único que hace es tomar una gran bocanada de aire, escuchando la hermosa voz del Omega.
—¿Sucede algo, señor Min? —Seok Jin lo voltea a ver, notando como la respiración de Yoon Gi es irregular.
—Hum... —parpadea un par de veces y tratar de sonreír ligeramente antes de responder—: Sí, solo que me deslumbró un poco la luz de antes. Es todo.
—Bien. Sí se siente mal, por favor hágamelo saber para poder ayudarlo —Seok Jin le devuelve la sonrisa, solo volviendo su vista hacia Jung Kook cuando recibe un asentimiento de cabeza por parte de Yoon Gi.
Min suspira y trata de tranquilizarse, viendo de nuevo a Jung Kook. Observa lo hermoso que se ve con aquel pantalón negro y blusa de seda blanca. Su cabello está igual de negro como lo recuerda, solo que un poco más largo. Lamenta no poder ver sus ojos ya que una venda negra los cubre, pero, aún así, puede pensar que siguen siendo tan hermosos como los conoció.
La luz blanca encima de él, lo hace ver como un ángel. Un ángel roto que busca sus alas. Porque Yoon Gi recuerda todas esas veces que el menor cantó para él y sin duda, ahora canta como alguien vacío.
Un nudo se forma en su garganta y de nuevo se muerde la lengua para evitar llorar.
—Tengo una nueva cura para la soledad y si me das lo que quiero, te daré lo que te gusta —se le corta la respiración a Yoon Gi, escuchando atentamente la hermosa voz del menor—. Cuando se apagan las luces, llagan las estrellas a mis ojos. ¿Esto es amor? Tal vez algún día. Así que no enciendas las luces, te daré lo que te gusta.
Sigue cantando al mismo tiempo que mueve su cadera en un suave y lento baile, así como también utiliza sus manos para acariciarse el pecho, para seguir con sus hombros y correr sus dedos por su cuello.
A Yoon Gi se le saca la boca y solo puede tomar otro trago de vino, creyendo que ya está controlando todas las emociones que está sintiendo.
—Es cautivador, ¿cierto? —la pregunta de Seok Jin lo saca de su pequeño estado de shock, provocando que lo voltee a ver.
—Sí.
Es su única respuesta, teniendo su rostro perplejo, volviendo a ver al Omega en el escenario. Seok Jin sonríe satisfecho, creyendo que aquella expresión es por fascinación, además de que el olor que desprende el pálido, de pronto, se volvió un poco dulce. Pero, en realidad, el olor de Yoon Gi se volvió dulce, porque su lobo está emocionando por encontrar de nuevo a su Omega. Y si no fuera porque ya no tienen un lazo que los una, su lobo jalaría de él, para que Jung Kook supiera que su Alfa está ahí.
—Te daré una última oportunidad para abrazarme, si me das un último cigarrillo. Pero ahora es temprano por la mañana y ahora que te di lo que querías, todo lo que quiero es olvidar.
Jung Kook sigue con su baile de caderas y sus movimientos de manos, dejándose envolver por la música y los recuerdos. Yoon Gi sigue cada uno de sus movimientos, suspirando sin darse cuenta. Seok Jin nota aquel suspiro y cómo Yoon Gi está totalmente enfrascado en el show.
—Tengo esta escena en mi cabeza, no estoy seguro de cómo termina. ¿Esto es amor? Tal vez algún día. Así que no enciendas las luces, te daré lo que te gusta —Jung Kook termina de cantar, al mismo tiempo que se apaga la luz que lo alumbra y el telón lentamente baja.
Los aplausos no se hacen esperar. Todos en la sala aplauden a la hermosa presentación del Omega, como en todas sus presentaciones. Yoon Gi, por otro lado, aún sigue viendo hacia al frente, procesando que en verdad ha encontrado a Jung Kook.
—Veo que Jung Kook le fascinó por completo, señor Min —dice Seok Jin. Yoon Gi parpadea un par de veces y ve al Alfa de sangre pura, solo logrando asentir—. Me alegra saber que se ha interesado por él, en realidad, es el Omega más exclusivo en este lugar; por lo que su precio es más alto y solo unos cuantos pueden acceder a él.
—¿Cuánto? —pregunta sin pensar, rápido y muy alto.
Seok Jin se sorprende y frunce un poco sus cejas, dando una expresión perspicaz. Aunque en realidad, es casi la misma forma que reaccionan todos sus clientes que conocen a Jung Kook, por lo que relaja su semblante.
—Lo suficiente, señor Min. Pero creo suponer que usted valora más la experiencia que lo que está pagando. Y con Jung Kook, tenga por seguro que la experiencia será mejor de lo que podría imaginar —responde con una sonrisa.
—Está bien, pagaré lo que sea necesario.
—En ese caso... —Seok Jin hace un movimiento con su mano en el aire, llamando al Alfa que los atendió anteriormente—. Jae Hyun, por favor acompaña al señor Min a la habitación de Jung Kook.
El Alfa asiente, volteando a ver al pálido.
—Por favor sígame a su habitación, señor Min.
Yoon Gi asiente hacia Seok Jin como despedida antes de levantarse y seguir a Alfa castaño.
Seok Jin toma lo último que le queda de su copa de vino, para después levantarse. Saluda a los Alfas de la mesa de al lado y camina hacia un costado del escenario, donde hay una puerta. Cuando entra al pequeño lugar, ve como Jung Kook está sentado en el sofá, sin la venda, pero con los ojos cerrados y su cabeza reposando en el respaldo del sofá. Está completamente solo.
El Alfa lo mira con ternura y una pequeña risa nasal sale involuntariamente de él, provocando que el menor abra los ojos y lo mire.
Jung Kook sonríe a su dirección, y vuelve a cerrar los ojos, sintiendo como a su lado Seok Jin se sienta. El Alfa enseguida toma la mano del contrario y entrelaza sus dedos, para después esconder su nariz en el cuello del Omega y olor su encantador aroma. Mandarina con un toque de miel. Jung Kook ríe un poco y de nuevo abre sus hermosos ojos.
—¿Le gustó mi presentación, Jin hyung? —la queda voz del menor, solo provoca que Seok Jin ronronee y esconda más profundo su nariz en el cuello del menor.
—Sabes que siempre amaré todas tus presentaciones, bebé.
—Lo sé, pero... Me gusta escuchar cuando me dice que lo hice bien —admite con vergüenza, frotando su mejilla con la cabeza del Alfa.
—Lo hiciste muy bien, tanto, que te daré un premio —dice con la voz ronca, levantando su mirada para ver al menor—. Una cena para nosotros dos, mañana por la noche. ¿Te gusta la idea?
—Mucho —responde, también viendo al mayor—. Pero porque no puede ser hoy. Usted me dijo que después de la presentación pasaríamos la noche juntos. ¿Acaso no terminó su trabajo?
Seok Jin suspira y levanta por completo su rostro del cuello del menor, viéndolo directo a los ojos.
—Hoy llegó un nuevo miembro al club y vimos juntos tu presentación —explica, mientras que, con su dedo pulgar, le otorga caricias a la mano del menor—. Él quedó completamente fascinado contigo, amor. Y quiere que pases la noche con él. Pero sabes que mi intuición es buena y no con cualquiera tengo la suficiente confianza como para entregarte.
—Está bien. Yo confío en usted, hyung, porque siempre me cuidará y hará todo lo posible para que nadie me dañe.
—Así es —sonríe ligeramente, deshaciendo el agarre de sus manos para poder ponerla en el rostro del menor—. Y lamento que no podamos estar juntos esta noche, pero te lo compensaré mañana. Además de que quiero que le des una buena bienvenida a este nuevo cliente, quiero que se quede completamente enamorado de este lugar. ¿Sí, pequeño?
—Sí, hyung —responde, colocando su mano sobre la del mayor.
Seok Jin asiente y solo se acerca al menor para besarlo. Jung Kook enseguida cierra sus ojos y corresponde al beso, aún ignorando la ansia que siente en su pecho y hace a su lobo removerse nervioso.
El Alfa lo besa delicadamente, para después romper el beso, pero solo para frotar sus narices. Jung Kook ríe un poco, mostrando sus lindos dientes de conejito.
—Bien, bebé, es hora de que vayas a la habitación.
Jung Kook asiente y se levanta del sofá para tomar su venda de la pequeña mesa. Seok Jin enseguida se levanta y se coloca atrás de él, tomando la venda de sus manos para él poder colocársela al menor. El Omega susurra un pequeño gracias al mismo tiempo que el Alfa hace un nudo atrás de su cabeza.
Cuando Seok Jin termina y toma su mano, le otorga un último beso al Omega en su mejilla.
—Vamos, yo te llevo.
Jung Kook asiente, suspirando y apretando el agarre de sus manos, de pronto sintiendo como desde su estómago siente una sensación extraña, que no solo lo inquieta a él, sino también a su lobo.
Esa noche será muy larga.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro