Capitulo 23
6 de Febrero de 2013
—¿Dónde esta?—pregunta Harvey cuando Paige abre la puerta, la morena hace una mueca y deja entrar al chico. Su hermana estaba sentada en el sillón de la casa de Paige abrazada a una almohada, hace tan solo unas semanas, cuando en la casa de Harvey se desato todo el caos, a Aalyiah le hicieron sus análisis de VIH, los cuales estos fueron positivos, y sin avisar y nada, sus padres la llevaron a aquel internado que servía como centro médico.
Pero Aalyiah se había escapado, y ahora estaba en la casa de Paige.
—No me hagas volver ahí Harvey, ese lugar es horrible—dice Alayiah—Es tan frio, se que parece una escuela normal pero lo odio, no quiero ir ahí, quiero estar en casa, quiero estar con mis amigos.
—Y yo quiero que Quentin no se te acerque mas—dice el chico-—Te pusieron ahí porque pueden ayudarte con los medicamentos que necesitas.
—Puedo tomarlos aquí, puedo cuidarme aquí, no me hagas volver.
—No depende de mí, dependen de nuestros padres.
—Harvey, yo creo que deberían—empieza Paige pero es brutalmente silenciada por el chico de ojos grises.
—No pedí tu opinión
La morena lo mira fijamente con una expresión molesta, con los hombros tensos se dirige al patio cerrando de un portazo al salir afuera provocando que ambos hermanos peguen un pequeño brinco por el ruido.
—Volveré porque tu me lo pides—dice llamando la atención de su hermano—Pero no la trates así, se que estas enojado, pero no debes hacer que todas las personas carguen con tu mal humor.
—El viernes Paige y yo te llevaremos a la ciudad en la estación de trenes y nos quedaremos contigo el fin de semana—dice el chico y sale afuera. Paige estaba de espaldas a él mirando en algún punto fijo, Harvey se coloca detrás de ella y suspira, la abraza por la espalda apoyando su frente en su hombro. Paige no se mueve de su posición.
—A mi también me duele Harvey, es mi mejor amiga
—Lo se, tienes razón, no debí tratarte así, perdona—dice, ella no le contesta así que el chico continua hablando—Ya organice con Aly, el viernes los dos la acompañaremos de regreso. Nos podemos quedar el fin de semana con ella tal vez...
—Voy a extrañarla demasiado—susurra Paige acariciándose las manos.
—Yo también.
—Al menos te tengo a ti—contesta viendolo a los ojos con una tímida sonrisa, Harvey sonríe de lado besando su mejilla y la acerca a su cuerpo.
7 de Febrero de 2013
La familia estaba reunida y comiendo el almuerzo que Lauren había preparado. Gabrielle no comía, solo jugaba con el trozo de zanahoria mojándolo en puré, mientras escuchaba a la novia de su hermano contestar una pregunta que Logan le había hecho.
Blake miraba a su hermana de reojo, le dio unos pequeños pellizcos en la muñeca provocando que Gabrielle sonría un poco. Con su boca gesticula un "¿todo bien?" a lo que la adolescente solo se encoge de hombros mientras seguía comiendo sin muchas ganas.
—Por cierto—habla Lauren trayendo la mirada de todos los presentes en la mesa—Debo hacer un viaje de trabajo mañana, volveré el domingo, Blake ¿podrías venir a ayudar a tu padre con la posada?
El cuerpo de Gabrielle se tensó ante esa noticia.
—Si, puedo pasarme en la tarde—dijo el chico.
—¿Viaje de trabajo?—pregunta ella atrayendo la mirada de su mamá—¿Dustin irá?
—Creo que irá luego, me adelantare a enviar unos papeles que me pidió que entregara, me alcanzara cuando llegue.
La castaña aprieta sus labios antes de levantarse murmurando que no tenía hambre, ante la mirada de todos termina por irse arriba con una mueca de tristeza.
Sin embargo, no se va a su cuarto, se asegura de escuchar que su madre seguía hablando con su hermano y su cuñada antes de caminar hasta el cuarto de sus padres. Gabrielle necesitaba pruebas, pruebas de que Lauren no haría ningún maldito viaje de trabajo y solo de placer para estar con Dustin. La chica rebusco en su maleta, en hojas, en carpetas.
Sus manos temblaron tras ver un papel de divorcio, no contentos con eso, el manuscrito de la posada. De su hogar.
—¿Qué haces?—pregunta la voz de su madre, al ver a la chica se le acerca con el ceño fruncido sacándole la carpeta.—No deberías estar hurgando
—¿Vas a divorciarte de papá?—pregunta ella enojada—¿También vender la posada? ¿todo por Dustin? Pensé que solo era tu amorío de una noche.
—No perderé mi tiempo explicándote algo que no entenderás—dice Lauren guardando las carpetas en su maletín de color marrón.
—Si tu vendes la posada jamás te lo perdonare
—No entenderías nada Gabrielle, no hables como si fueras la adulta aquí
—¿Amas a mi papá?—pregunta ella, su madre la mira y suspira pesadamente. Gabrielle cree ver a su madre llevándose su mano a su vientre, sin embargo se peina hacia atrás y se acomoda el cabello de color rubio viéndola fijamente.
—Las cosas no son las mismas desde el accidente de tu padre, nunca se lo dijimos a Blake y a ti porque no queríamos que se pusieran mal—dice viéndola—Quise a tu padre pero...
—Pero como esta invalido no te puede dar lo que Dustin puede, entonces te cansas, y cuando te cansas de una persona la dejas y te vas con uno con un aparato reproductor funcional, ¿no?
—Ten más respeto conmigo niña—dice Lauren señalando a su hija de manera amenazante.
—¿Todo bien?—pregunta Blake dando un ligero golpe en la puerta. El chico observaba a su madre y a su hermana al mismo tiempo, sus ojos azules vagando por ambas como si intentara descifrar algún código que no sabía.
—Todo bien cielo, tu hermana solo me ayudaba a acomodar—contesta la mujer dado por terminada la charla entre madre e hija, con el rostro comprimido y enojado, Gabrielle se retira de la oficina para irse a su habitación de donde no saldría en toda la tarde.
29 de Enero de 2015
Cuando el día del accidente se acercaba, se podía sentir un aire tensó en el ambiente. A todos le pesaba el recuerdo de aquellos fantasmas que ahora vagaban por las calles sin rumbo, ya no existían pero alguna vez lo hicieron, y sus vidas fueron arrebatadas de una forma tan cruel.
Para Gabrielle, era un día sumamente difícil de atravesar, recordaba todo con atención que le dolía en cada momento. El año anterior, su hermano junto a su cuñada llevaron a su padre en la silla de ruedas al cementerio, pero ella no fue, se quedo por largas horas en el muelle mirando las olas del mar romperse al tocar las rocas mientras balanceaba sus piernas, se quedo tanto tiempo ahí que si Kale no la hubiera buscado, estaría segura que su cuerpo aun pertenecería en aquel lugar.
Para Harvey, era un día en el que se sentía demasiado odioso y enojado. No había dolor en su pecho, no había tristeza, había demasiada rabia, un fuego que se contenía en el interior de su corazón que parecía a punto de exterminar todo a su paso. Odiaba aquella piedra como un tonto homenaje donde las personas pasaron a ser simplemente nombres, odiaba no haber evitado las cosas, odiaba todos los recuerdos que le producía aquella estación de trenes, la cual ahora construían un edificio encima de un cementerio.
Ambos sabían que perdieron una persona importante en aquel cruel accidente, ambos sabían lo difícil que era hablar de aquello. Por eso solo se conformaban con la compañía del otro. Aquella tarde en la que su humor parecía el mismo, ambos se agarraron de las manos e ingresaron a la cafetería donde iban a juntarse con los amigos de la chica.
El grupo ya estaba reunido, pero la chica de cabello corto alza su mirada al ver a la pareja sentarse junto a ellos.
—¿Por qué están aquí?—pregunta Eris interrumpiendo la historia de Kale que le contaba a Andrew sobre lo que paso en el anime que estaba viendo.
—Eris, no hay necesidad de ser grosera—la reprende Sophie mientras que Gabrielle miraba con enojo a su amiga.
—Tampoco debo pretender que me agrada.
—Somos dos—dice Harvey tirando una nuez hacia arriba y la atrapa en el aire con su boca. Gabrielle pasa una mano por su cabello algo incomoda por la declaración, mira a Andrew quien también se remueve incomodo.
—A mi tampoco me agrada muchas de tus amistades y no soy grosera con ellas—dice Gabrielle con cierto fastidio, Eris rueda los ojos.
—Te la pasas con cara de fastidiosa todo el tiempo así que no haces mucho la diferencia si somos honestas, como sea, me largo—comenta parándose. Sophie se para para seguirla, Gabrielle la imita rechazando el toque de Harvey para que se quede. La castaña camina en paso apresurado hacia sus dos amigas.
—¿Puedo saber cual es tu problema?—pregunta la castaña cuando salen afuera, Eris la mira con atención encogiendose de hombros como si no fuera la gran cosa.
—No tengo ningún problema, no me agrada tu novio, ¿y que? No es la gran cosa, a muchas amigas no le agradan el novio de la otra.
—Bueno, pero no por eso son desagradables, ¿que acaso estas molesta conmigo porque te gusta o algo así?
—¡No!
—Entonces no entiendo cual es tu problema Eris, si somos amigas podrías decirme y yo intentar entender porque razón Harvey no te agrada. No te agrada desde...
Gabrielle saco cuentas, cuando su cabeza entendió todo, Eris fue la que le conto sobre el VIH de Aalyiah, siempre siente rechazo cuando mencionan a la hermana de Harvey y todo lo que tuviera que ver con el chico. Eris siempre mira a Quentin como perrito mojado.
—Oh no me digas que...—Gabrielle suspira acariciandose la frente—Te gusta Quentin, y odias a la hermana de Harvey porque tiene VIH, y siempre lo andas acusando de que él también lo tiene.
—No seas ridícula—dice la chica antes que se le escape una risa nerviosa.
—No lo soy, y no me lo desmientas, anda, te da asco Aly, y te da asco Harvey de la misma forma. Y te pones de lado de Quentin porque estas negada a verlo como el hijo de puta que es.
—Bien chicas, mejor vamos a respirar y tratar de hablar con normalidad—empieza Sophie viendo a sus dos amigas.
—Cuando Harvey te contagie y se vaya, no vengas diciendo te lo dije
—Tu sigue creyéndole a Quentin, y ya veras como te va
Eris frunce el ceño enojada antes de irse por su lado, Sophie mira a sus dos amigas antes de seguirla dejando a Gabrielle sola. La castaña suelta un suspiro agotado dandose la vuelta para volver a ingresar al café cuando se choca con el pecho firme de su novio, alza la vista mirando los ojos grises del muchacho.
—¿Escuchaste mucho?
—Escuche todo.
—Harvey...
—No es la primera vez que tratan asi a mi hermana, y estoy seguro que no será la ultima Gabrielle, eso no signifique que deje de doler claro.
—Podemos irnos si quieres.
Harvey suelta un suspiro abrazándola y la acerca a su cuerpo aferrándose a ella mientras la castaña rodeaba su cuerpo con los brazos.
**
Kale intentaba abrir una bolsa de osos de gomita, el horario escolar ya había terminado, y se juntaría con Ryan en la plaza del pueblo. El rubio decidió esperarlo mientras comia unas golosinas, pero la bolsa parecía tan bien sellada que era casi imposible abrirla. Su mamá lo regañaba diciendo que nunca había que usar los dientes para abrir envoltorios, pero Kale estaba por ir contra las palabras de su madre para intentar abrir aquella bolsa de gomitas.
Hasta que una mano le retiro la bolsa, y de manera ágil se la abrió para luego dársela. Kale levanta la vista y luego frunce el ceño viendo a Jason delante suyo. Estaba haciendo muy bien su trabajo de ignorarlo durante clases, tenia la vista baja y era de los primeros en salir como un torbellino para no quedarse solo, o para que no tuviera oportunidad de llamarlo.
—Siempre me pregunto cuando tendríamos un momento a solas—habla Jason, se había cortado su cabello pelirrojo, a Kale le gustaba mas largo. Se lleva un oso de gomita a su boca.
—Bueno...ya me viste. Adiós—dice dispuesto a darse la vuelta para desaparecer cuando la voz de Jason lo de tiene.
—¿Por qué huyes de mí?
—Creo que fui muy específico, cuando te dije que me hiciste mierda, no puedes curarme con palabras bonitas y tus ojos viéndome con lastima Jason—dice negando—Tu me utilizaste de la peor forma posible, y yo me sentí como un cuerpo con el que solo tenías placer de encuentros esporádicos para tener nada.
—Sabes que no fue asi...
—Pero así se sintió, así me hiciste sentir, ¿acaso eso no importa?
—¿Todo bien?—pregunta una tercera voz, Kale se voltea para encontrarse con la mirada castaña del muchacho. Sin dejar que Jason hable comienza a caminar agarrando la mano del chico para alejarlo diciendo que la función ya empezaría.
Ryan siguió su caminata intentando no tropezarse con sus propios pies debido a la velocidad con la que el rubio se movía ignorando también el pequeño cosquilleo que había en sus manos al tocarse.
—Kale, mas lento, no camino tan rápido—dice intentando seguirlo—¿Esta todo bien?
—Si...bueno no...
—¿Quieres contarme?
El rubio se detiene soltando un suspiro, aun no soltaba la mano del castaño quien sin duda tampoco le molestaba su agarre.
—Mis mejores amigas pelearon porque descubrí que Eris es una chica que no le gustan las personas con enfermedades sexuales y cree que todo la contagiara, Andrew tuvo un raro ataque de ansiedad en la cafetería y yo no pude hacer nada para ayudarlo porque no se como ayudar en estos casos y para colmo, no pude abrir mi bolsa de golosinas y viene el idiota de mi ex a poder abrirlo. Un ex que fue un romance de verano según sus palabras, y ahora es mi profesor de historia y debo verlo en todos lados.
—¿Eso no es ilegal?—pregunta Ryan haciendo una leve mueca.
—Era solo un estudiante cuando comenzó todo entre nosotros, eso no importa, la cuestión es que todo es una mierda.
—Ey—susurra Ryan acariciando las manos del rubio dándole una sonrisa reconfórtale—Tranquilo, todo va a solucionarse, en lugar de agarrar mil cosas a la vez se puede agarrar una. A veces hay cosas que no están en nuestro control y solo podemos acomodarnos ante eso. A veces esta bien decir que no sabes hacer algunas cosas o equivocarte, es de humanos, los problemas de tu amigas se resolverán, y con tu ex...creo que pronto lo entenderá.
Kale suspira asintiendo mientras miraba sus manos, el castaño las retira algo avergonzado agachando su mirada provocando una sonrisa del rubio, busca su mano de nuevo donde sus dedos se entrelazan.
—Bueno, ahora solo se que quiero ir al cine a ver la película.
—Bien, vamos—dice Ryan llevándolo.
**
Gabrielle mira a los dos chicos, ella estaba sentada en el muelle, mientras que Harvey y Andrew estaban a unos pocos metros de ella tirando unas piedras que Andrew se encargo de juntar como niño pequeño en la arena. Luego de aquella discusión con Eris, cuando los dos adolescentes volvieron a buscar a sus amigos, Andrew parecía algo nervioso y frustrado mientras se pasaba la mano por su cara.
A la salida del café, ninguno de los tres había hablado, Andrew parecía algo nervioso y buscaba sus cigarrillos de marihuana. Harvey le dio los suyos comunes, no eran marihuana, pero Andrew acepto encantado con llevarse algo a los labios.
Una brisa fresca acaricio la piel de la chica que seguía sentada en el muelle moviendo sus pies. Harvey la mira, le susurra algo a su amigo que solo asiente mientras sigue tirando piedras en el mar y se sienta.
—¿Esta bien?—dice ella refiriéndose a Andrew. Harvey asiente.
—Si, lo estará—dice Harvey llevándose su cigarrillo a los labios mientras lo prendía, echa la cabeza hacia atrás expulsando el humo mientras que ella lo miraba atentamente.
—¿Sabes que lo hizo ponerse así?
—No, y esta bien, a veces algunos quieren sus secretos—comenta, ambos miraron al castaño quien tiro algunas piedras, Andrew les devuelve la mirada al sentirse observado y les sonríe sentándose junto a ellos. Los tres se quedaron en silencio, mirando las olas del mar romperse en las rocas con demasiada fuerza mientras el frio del invierno acariciaba sus pieles.
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Gracias por darle tanto amor a esta historia, no seremos muchos, pero me gusta que la disfruten.
Espero que tengan un lindo día <3
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