017.
— Entonces te vemos acá.— Taehyung hablaba por la línea. Se escuchaba agitado.— ¡Yah! ¡Hyung, espérame!
— ¿Están en COEX, en serio?
— Sí, el que está situado en Gangnam. ¡Apresúrate!
— Ya voy, ya voy.
Jungkook guardó el celular en su chaqueta y esperó a que la luz del semáforo cambiara a verde para arrancar. Estaba cerca de Gangnam, estando ahí, sería fácil llegar al centro comercial donde se encontraría con sus amigos. Después de eso, el plan era ir a cenar.
Aparcó la moto en el estacionamiento dedicado a ese tipo de transportes y bajó de ella; revisaba sus mensajes mientras caminaba a la puerta que estaba en el estacionamiento con acceso al centro comercial.
Stradivarius.
Decía el más reciente mensaje de Taehyung. Jungkook no tenía idea de dónde estaba esa tienda, después de buscar un mapa del inmenso lugar y encontrar la locación de esa tienda, emprendió marcha hasta allá. Se llevó la sorpresa que era una tienda de chicas. ¿Qué demonios hacen mis amigos aquí? Pensó a la vez que daba un fuerte suspiro y entraba a la tienda.
Adentro se encontró a Jin buscando entre las prendas, Taehyung bobeando en la sección de los lentes de sol y bueno, Hyeji estaba también, sentada en uno de los sillones, con los audífonos puestos, ojos cerrados y balanceando su cabeza suavemente, escuchando gustosa la canción de su celular.
— ¡Miren quién está aquí!— Gritó Taehyung al ver a Jeon bajo aquellos cristales azules.
— ¿Por qué llevas puestos tres?— Preguntó burlón mientras se recargaba en el estante de cinturones.
— Porque los tres son cool.— Dijo y presumió los lentes que llevaba en los ojos, cabeza y nuca.
— ¡Jungkookie!— Seokjin se acercó con dos blusas iguales en mano.— ¿Cuál prefieres, azul o rosa?
— Tú rosa, pero sabiendo que es el regalo de cumpleaños para tu madre.— Suspiró.— Azul.
— ¿Qué? ¿Por qué? La rosa es hermosa.
— Sí, pero ese tipo de azul queda con la tez de tu madre.
— Mmh...— Jin dio un fuerte suspiro viendo aquellas dos prendas.— Hyeji
— Azul.— Dijo ella sin siquiera voltear.
— Ugh, bien, no será la azul.
— ¡Yah!— Taehyung se unió a la plática.— ¿Por qué no pides mi opinión también?— Miró a Seokjin.
— ¿Quieres que le pida opinión al chico que corta con tijeras sus ropas?
— Okay, me callo.
Jungkook tuvo el descaro de reírse y burlarse de Taehyung un buen rato. Seokjin los mandó a callar y fue a la caja para pagar la prenda, después de dos minutos, los cuatro se encontraban caminando por el centro comercial. Jin y Taehyung a la delantera, discutiendo algo, Jungkook los escuchaba desde atrás y una que otra vez opinaba, y entonces al final y un poco separada, estaba Hyeji, aún escuchando música. En una de esas ocasiones, Jungkook se giró a verla, ella lo miró, él sonrió y agitó su mano suavemente, Hyeji apartó la mirada de nuevo.
— ¿Quieren ir por un helado?— Preguntó Seokjin, los dos chicos asintieron, Hyeji lo miraba perdida sin entender lo que decía, por lo que Jin le hizo señas para que se quitara los audífonos.— Que si quieres ir por un helado, niña.
— Ajá.— Dijo simple y volvió a ocultar los cables bajo su largo cabello.
— Mira hyung,— Taehyung señaló una tienda que pasaron.— ¿Eso no le gustará a tu madre, también?
— ¿Uh?— Jin se detuvo y apreció los jeans tras una vitrina de cristal.— Uh Tae, después de todo fuiste útil. ¡Vamos!— Lo tomó de la camiseta y tiró de él.— ¡Jungkook, tú y Hyeji adelántense!
Jungkook tardó dos segundos en procesar todo y terminó asintiéndole a la espalda de Seokjin. Dio un fuerte suspiro y giró su cabeza, cuando se encontró con Hyeji, hizo un movimiento de indicación para que caminara, así lo hizo, con lentos pasos, y cuando se puso a la par de Jungkook, él empezó a caminar también.
Unos metros más de caminata en silencio y todo se tornaba cada vez más incómodo. Hyeji iba con la cabizbaja, con las manos escondidas en las bolsas de su grande suéter, mientras Jungkook, también tenía las manos en su bolsillos y miraba a todas partes en busca de algo que ni siquiera él sabía qué era.
Decidió romper el hielo.
Con cuidado le quitó un auricular a Hyeji y se lo colocó en su oreja.
— ¿Qué escuchas?— Preguntó alegre, ella se contenía las ganas de golpearlo y lo miraba molesto.— Oh, yo conozco ésta.— Siguió.— Stressed Out, ¿no? Mi amigo Derek siempre la escuchaba.
— Es buena.— Murmuró, mirando a otra parte.
— ¿Eres así de seria siempre?
— ¿Quitas así los audífonos siempre?
Jungkook soltó una risita que terminó en una gran sonrisa y asintió. Hyeji lo miraba con una mueca por la sonrisa tan grande que él lucía.
— Creo que se ha hecho una costumbre.
— Deberías dejar de hacerlo.— Dijo Hyeji.— Algún día dejarás sin oreja a alguien.
— Oh, no seas exagerada.— Le dio un empujoncito, pero debido a que Hyeji era muy pequeña, literalmente le llegaba un poquito más abajo de la altura de los hombros a Jungkook, la chica recibió eso con un empujón.— ¡Lo siento, lo siento!
Hyeji volvió a acercarse y se colocó el audífono que había quedado colgando de la oreja de Jungkook.
— Sin duda dejarás sin oreja a alguien.
— Eres una enanita de jardín.— Sonrió de nuevo.
— Deja de sonreír así, Jungkook.— Pidió irritada. Ahora no estaba seria, parecía molesta o a punto de molestarse.— Das miedo.
— ¡Wow, te sabes mi nombre!
— Te recuerdo que el que iba borracho aquel día, eras tú, no yo.
Jungkook rió y asintió, ninguno dijo nada más, caminaron tranquilos hasta la heladería escuchando la playlist de Hyeji; que por cierto, Jungkook se dio cuenta que tenía un buen gusto musical. Finalmente, después de recorrer casi todo el centro comercial, llegaron al área de comida, donde lo primero que se veía, era la heladería. Hyeji guardó los audífonos junto con su celular en sus pantalones, pero en ese momento el aparato vibró y ella se frustró porque recién lo guardaba.
Nos tardaremos un poco más. No nos compren helado.
— De todas maneras no lo haría.— Murmuró. Jungkook se giró a verla confundido.— Eh, dice Jin que se tardarán y que no les pidamos nada.
— Ni lo iba a hacer.— Se burló él seguido de girarse. Hyeji sonrió por eso.
Fueron los siguientes y Jungkook se encargó de todo. Le preguntó el sabor a Hyeji y ella dijo lo primero que se le vino a la mente, su concentración estaba en la cajera linda que coqueteaba con Jungkook. Era impresionante el trato de Jungkook, le sonreía amable, era alegre, pero la rechazaba con sus respuestas. Era sutil y cuidadoso, como si tuviera miedo de herir a la chica, lo cual era ridículo porque aquello era un simple coqueteo que seguro tenía como meta conseguir un número telefónico. Al final, lo único que obtuvo la chica fue que Jungkook dejara un par de monedas en el bote de propinas.
Hyeji seguía sin decir nada por estar pensando en lo sucedido recientemente.
Bueno, era de esperarse, Jungkook era guapo ante los ojos de Hyeji y ante los ojos de todas las chicas del centro comercial. De hecho, todos los amigos de su primo, Jin, eran guapos y lindos, pero Jungkook era diferente. Todo lo que caminaron de Stradivarius a la heladería, captó por lo menos diez chicas que se detenían un momento para ver a Jungkook o lo atrapaban con los ojos desde lejos. Eso le impresionó. Pero le impresionó más el hecho de que Jungkook no lo notara, o eso hacía creer, y sobretodo, el cómo era el trato que tenía hacia esas chicas que osaban en romper la barrera de la timidez y hablarle.
La mayoría de los chicos en situaciones como las de Jungkook o similares, se comportaban engreídos e incluso patanes en algunas ocaciones. Como ejemplo, los chicos de su clase, que por tener tres chicas tras de ellos, ya eran unos pesados. Esto la hacía llegar a una conclusión;
Jungkook era un caballero.
No sólo eso, era una persona que sabía tratar a los demás, y eso, era algo que Hyeji deseaba hacer. No tener el miedo de rechazar, por el simple hecho de no saber hacerlo como lo hizo Jungkook. O acceder a algo con el miedo de arruinar la situación o que las cosas rebasen el límite.
— ¿Qué pasa por tu mente, enana de jardín?— Jungkook habló, sacándola de sus profundos pensamientos.
— ¡No me llames así!— Le reprimió molesta.— No pensaba en nada.
— Sí claro...
— En nada importante.— Dijo para convencerlo.
— Bien. Aprovechando que ahí está el baño...— Señaló el cartel a más o menos cinco metros.— Iré. Ya vuelvo, no te vayas a perder.
Hyeji lo miró entrar por el pasillo que daba a los baños y suspiró. Se giró sobre su talones, viendo la tienda donde se había quedado. Un maniquí portaba un lindo vestido casual de mezclilla; ella no solía usar ropa de ese estilo, pero eso no significaba que no le gustaran. Simplemente no la hacía sentirse confiada como lo hacían sus jeans y grandes polos.
— Miren a quién tenemos aquí.— Una voz chilló tras de ella. No Dios, por favor no.— ¿Hyeji, linda, eres tú?— Aquella mano huesuda la tomó del hombro y la hizo girar.— ¡Claro que eres tú, no has cambiado nada!
Fantástico, su séquito viene con ella.
Song Gaeun, no exactamente la enemiga de Hyeji, pero sí la que más le caía mal de toda su clase. Era la chica más pesada, inoportuna y narcisista que se podían imaginar. No hay que olvidar a su séquito de falsas, Ahn Jigoo, la chica más insegura, que solía conseguí sentirse mal al lado de Gaeun y la otra, pero se sentía importante por ser parte del grupo, y Cho Hani, casi la copia de Gaeun, intentaba ser como ella en todo sentido, sin duda, muy en el fondo había odio además de envidia.
El séquito de las falsas, como las llamaba Hyeji.
— Han pasado dos meses solamente, ¿qué cambio habría de haber en mí?
— Bueno, pues, ¿no lo notas en mí?— Sonrió, haciendo que su nariz se viera puntiaguda.
Hyeji entrecerró los ojos.
— ¿Te operaste la nariz?
— ¡Sí!— Festejó, dando aplausos, sus amigas chillaron también y Hyeji trataba de no poner los ojos en blanco.— Hani hizo cirugía en sus ojos, por cierto.
— Ya veo...
Eso era que le importaba menos que la historia, el crecimiento de una planta y las rocas.
— Es lindo, ¿no?— Preguntó Gaeun y Hyeji la miró confundida.— El vestido.
— Ah, sí, eso creo...
— ¿Lo comprarás?
— N...
— No lo hagas.— Sonrió con falsedad. Hyeji hizo una mueca.— Te lo digo por tú bien... No te queda. No va conti...
— No quiero sonar pesada.— De hecho sí.— Pero, ¿por qué me están hablando?
Las tres borraron sus sonrisas hipócritas y cambiaron sus rostros a unos en blanco y perdidos. Jigoo abrió su boca para decir algo.
— Pues como sabrás, Gaeun es una chica muy buena, y al verte sola, como siempre, quiso venir a charlar.
— ¿Sola?
— Ya sabes...— Gaeun le sonrió con compasión, según ella.— Con eso de que no te juntas con nadie y no tienes amigos...
Hyeji sintió su sangre hervir y apretó sus puños, conteniéndose de no soltar un golpe en la nueva nariz de Gaeun, iba a protestar, pero cerró su boca de golpe al sentir un peso sobre sus hombros y como era pegada a un gran cuerpo.
— Ella me tiene a mí.
Jungkook. Pensó al instante. Levantó la vista y se encontró a él, sonriéndole a las chicas de una manera inexplicable, volvió su vista al séquito y una inmensa felicidad nació en ellas al ver sus rostros, Gaeun ahora estaba molesta y las otras dos chicas miraban como bobas a Jungkook. Sí, él es lindo. Y no está con ustedes. Gaeun intentaba hablar, pero se quedaba callada cada vez que Jungkook abrazaba más a Hyeji. Y sin poder decir nada, las tres chicas se fueron con fuertes sonidos de tacones chocando en el piso mientras movían sus caderas de una manera exagerada.
— Parecen caballos, míralas.— Jungkook se reía al verlas.
Hyeji se dio cuenta que Jungkook no era sólo, agradable, humilde, guapo y gracioso, además de todas esas cualidades, la palabra confiado se añadía a la lista.
Y entonces Hyeji lo supo.
Él es el indicado.
••••
¿Indicado para qué? 👀 ¡No se pierdan el próximo capítulo! ;; ahr, sonó de re novela wtf 😂
¡Y sí! ¡Hyeji es la elegida! Prepárense, que las cosas ya van en serio, y si se enamoraron de Jungkook en That's Enough, ahora les saldrá el amor por los poros.
Canción de la semana:
B.A.P – Badman 💀
DIOSSSSSS, COMO AMO ESTA CANCIÓN ;; tenía tiempo sin escucharla, hace unos días la encontré en spotify y ahora no dejo de escucharla. Recordé el por qué la amaba tanto 🤔, jé.
PEACE OUT.
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