008.
Un año...
He llegado muy lejos, estoy yendo a casa. Quiero regresar a cuando era pequeño.
En al algún momento, empecé a ver más el suelo que el cielo.
Estoy de pie solo al borde del precipicio, me voy a casa. Quiero regresar a como era antes.
Estoy harto de llorar, así que intento sonreír, pero nadie me reconoce que soy un perdedor.
A veces quiero dejarlo, quiero decir adiós.
Y es por frases como éstas que Jungkook se encontraba cantando Loser de BIGBANG en su clase de Canto. Todos lo miraban sorprendidos.
— Loser, wetori sen chok hanun gobjaengi, motdwen yangachi goul soge non. Just a loser, wetori sangcho punnin mojori, doroun ssuregi goel soge nan, I'm a loser, I'm a loser, yeahh, I'm a loser, I'm a loser...
El maestro y el resto de la clase aplaudieron cuando la canción terminó. Aplausos lentos y profundos. Jungkook había cantado muy diferente esta vez. Nunca antes se había expresado en una canción. El maestro llamó la atención de todos, carraspeando su garganta.
— Señor Jeon...— Soltó aire. Ni siquiera sabía qué decirle.— Hoy fue distinto, todos lo notamos.— Se acercó a él y apretó su hombro.— Lo felicito, a pesar que la canción es coreana, un idioma que sólo usted entiende de los presentes, logró transmitirme sus sentimientos y emociones.— Jungkook apretó sus labios y sonrió.— A todos, de hecho.
La campana sonó, todos se pusieron de pie y Jungkook se dirigió a guardar sus cosas, Derek lo esperaba en la puerta. Salieron juntos para irse al edificio D, donde estaba el salón de Análisis Musical; en el camino se toparon con Jaden y se quedaron un rato hablando con él hasta que se tuvo que ir.
— Hey, debemos entrar.— Derek le gritó a Jungkook desde la entrada del salón.
Kook tardó en contestar.
— Dile al maestro que tuve que ir a las oficinas.
Derek lo miró desconcertado, pero al ver el estado de ánimo que se cargaba Jungkook lo dejó irse sin más, no sin antes gritarle que sería bueno que fuera a la enfermería también.
Jungkook suspiraba cada escalón que bajaba. Era obvio que no iría a las oficinas; simplemente lo puso de excusa para no entrar a clases. No tenía ganas de nada, ni si quiera de caminar y por eso se sentó bajo el primer gran árbol con el que se topó. Estaba pasando por una leve depresión; a pesar de que lo elogiaron por la canción que cantó, también le dijeron que logró transmitirlo todo, logró expresar toda aquella tristeza, frustración y ansiedad que tenía en esos momentos, las caras y aplausos de todos lo confirmaban.
Se sentía asfixiado.
Tenía desde la madrugada escuchando Loser, canción que se reprodujo en aleatorio. Nunca antes había escuchado con atención la letra, o mejor dicho, nunca se había sentido tan identificado con ella.
Y gracias a eso se quedó cuestionando todo lo que vivió hasta que amaneció, todo eso estaba ligado a la pregunta: ¿en verdad soy feliz?; Un año había pasado de su estadía en Los Angeles, y desde sus primeros meses hasta ahora, las cosas habían cambiado mucho. Tenía a Alex, que era la chica con la que mantenía una relación o algo así, ya que nunca lo habían formalizado y no había planes en ello. También estaban sus amigos; todos ellos, sobretodo Derek que era casi un mejor amigo; realmente le gustaba pasar el rato y no podía estar más agradecido por haberlos conocido y por todo el apoyo que le daban. La universidad, las clases, en todo le estaba yendo de maravilla, le iba tan bien y era algo que nunca imaginó. Había conocido lugares, personas, gustos y ambientes nuevos; Los Angeles era una ciudad con sorpresas en cada esquina y eso le encantaba a Jungkook. Se había atrevido a aventurar con sus amigos y Alex, visitando desde playas a las ciudad y condados más cercanos a Los Angeles. La fotografía estaba siendo un hobbie de tiempo y gusto completo, de verdad que disfrutaba capturar paisajes, objetos y personas hermosa e interesante con su cámara. Estaba viviendo otra vida, una totalmente diferente.
Pero siempre al terminar el día, la sonrisa que tenía en su momento, ya no estaba y él volvía a sentirse vacío.
Extrañaba a Jinyoung.
Extrañaba a Taehyung y el resto de sus amigos.
Extrañaba Corea.
Extrañaba su antigua vida.
Extrañaba ser feliz... Ser feliz de verdad.
Un año y medio...
Su cama estaba tendida correctamente, su mochila con todo lo necesario dentro, sus maletas hechas y él listo para partir al aeropuerto.
— Pensé que terminarías aquí la universidad.— Derek lo miraba con tristeza.— Sigo sin creer que regresas a Corea.
— Ese era el plan inicial.— Jungkook lo miró.— Pero las cosas cambian.
— Y mucho.
Derek se puso de pie y le ayudó con dos maletas a Jungkook. Salieron del edificio y fueron directo al estacionamiento donde Jason los esperaba en su auto.
Las vacaciones habían iniciado y Jungkook estaba listo para volver a Corea. Volver para quedarse.
Tardó semanas en tomar una decisión, pero finalmente se dio cuenta que no quería seguir siendo alguien que fingía ser feliz, alguien que sólo era alegre en el momento y volvía a ser infeliz al final. Jungkook era feliz en Corea y sólo lo sería ahí, por eso volvía, para volver a ser el Jungkook de siempre.
Nadie lo sabía, ni siquiera sus padres. Todo sería una sorpresa.
— ¡Kook, no te vayas!— Jason estaba sentado en la cajuela del Camaro. Los demás chicos estaban ahí para despedirlo.— ¿Ahora quien insultará junto conmigo y mi familia a Trump, eh?
— Yo lo puedo hacer.— Alex habló a la vez que dio una paso a Jungkook para abrazarlo.
Cada uno se fue acercando a Jungkook para abrazarlo y despedirse de él. Era inevitable aquella triste atmósfera; después de todo, un amigo se les estaba yendo. Y a Jungkook les dolía dejarlos.
— Fuiste un gran compañero de dormitorio.— Derek lo abrazó y al separarse le sonrió.— Fue un gusto haber aprendido un poco de la cultura coreana.
— Derek, no te pongas gay.— Pidió Brent a lo lejos.
— ¡Madison, controla a tu hombre!— Gritó y se volvió a Jungkook.— Como sea, un día iré a visitarte y haremos una fiesta. Una. Gran. Fiesta.— Puntualizó.— Annyeong... Naega geuliulgeoya
Todos rieron por el pésimo coreano de Derek, pero Jungkook se sintió emocional por aquello. Derek en verdad se había hecho un amigo para él.
— En serio tienes que ir, las puertas de mi casa están abiertas.
Sellaron su amistad en un último abrazo y Derek se alejó para permitirle a Alex hablar con Jungkook.
— Soy tan mala que ni siquiera sé decir hola en coreano, lo siento.— Dijo apenada después de escuchar el detalle de Derek.— Pero eso no significa que no te voy a extrañar, Kook.— Soltó su primer sollozo.
— No llores, linda.— Él le sonrió con dulzura mientras le limpiaba sus lágrimas.— Yo también te voy a extrañar mucho.
Ella lo abrazó, hundiéndose en su pecho y apretándolo con fuerza. Jungkook la abrazó de la misma manera y con una mano le acariciaba el cabello.
— Vivimos tantas cosas juntos, divertidas y locas... De lo único que me arrepiento es no haber sido tu novia.
— Yo me arrepiento de no habértelo pedido, Alex.
Era triste, despedirse de la chica que lo hacía olvidar todos sus problemas. Era terrible, porque aunque él volvía entusiasmado a Corea, muchos problemas se le avecinaban y se sentía feo no tener a Alex.
Ella se paró de puntitas para besarlo por última vez. El beso duró, pero fue interrumpido por Brent y Jason, anunciando que tenían que irse ya al aeropuerto. Jungkook le dio uno corto y se alejó, una vez sentado en el asiento copiloto, bajó la ventana y se despidió de ellos con la mano, sus amigos le respondieron de la misma manera y segundos después el auto arrancó.
Derek y Jason le ayudaron con su equipaje mientras Jungkook fue rápido a asegurar que su motocicleta estuviera ya en equipajes pesados, una vez hecho, se reencontró con sus amigos en la entrada y tomó dos maletas.
— Hasta aquí podemos llegar.— Jason frenó sus pasos al visualizar la zona de chequeo.— Una vez más, fue un gustazo, Jeon.
— Ten preparada una cama para mí, en cuanto menos te lo esperes estaré en la puerta de tu casa.— Derek sonrió y Jungkook asintió.
— Adiós chicos, ¡gracias por todo!
El mismo proceso de siempre, los protocolos de seguridad obligatorios, después de todo eso, Jungkook se encontraba abordando el avión. Iba sonriendo; iba emocionado. Tomó asiento en su lugar correspondiente, una vez más junto a la ventana. Miraba el hermoso cielo, su sonrisa creció.
Después de todo, gracias Los Angeles.
Iba preparado mentalmente; tenía en cuenta que las cosas en Corea no seguían igual y entre ellas, sabía que Jinyoung ya había continuado su vida. Y estaba feliz por ella. Dolor, tristeza y problemas estaban por venir y él estaba listo para enfrentarlos como se debía. Al fin y al cabo, después de la tormenta sale el sol.
Aunque ahora estás con el hombre al que siempre perteneciste, voy a luchar por ti. Hora de cumplir mi promesa, Jinyoung.
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BULTAOREUNE🤑🔥🔥🔥💥💥💥💥💥🤘🏼🤘🏼👻👊🏼👅👅👅👀🌝😏😭
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