Para sorpresa de Sirius, Harry le pregunto si podían recibir a Tom Riddle para la cena de Nochebuena. Si bien no lo conocía personalmente, había oído del Consejo Escolar que el chico estaba tomando por asalto Hogwarts, que era el modelo de estudiante perfecto. Sin embargo, a partes iguales, se rumoreaba que era alguien de temer. Un peligro. Un futuro Señor Oscuro en ascenso.

Así que, como eventualmente coincidirían en algún momento, que mejor lugar que en un terreno neutro como su hogar. Además, Sirius confíaba plenamente en el juicio de Harry, así que no dudo en aceptar.
Pero eso no significaba que estuviera ciego, solo que albergaba la esperanza de que tal vez su ahijado fuera una buena influencia para con él. No obstante, lo más relevante a la hora de tomar la decisión fue saber que eran cercanos. Amigos.

Llegado al punto, una vez con Tom y Harry en la mesa, los observo interactuar. Al menos, para su consuelo, Harry parecía el de siempre. Amable, cálido y muy hablador. Saco a relucir a Riddle y sus logros en múltiples ocasiones; y Sirius quedó genuinamente impresionado, el chico había logrado bastante en sus cinco años en Hogwarts.

Para su incomodidad, Tom era perfectamente educado. No lo malinterpreten, únicamente no estaba acostumbrado, semejante comportamiento le era impersonal. Este aceptaba los elogios de Harry con gracia, pero seguía siendo frío y distante ante toda la situación. Sirius sabía que era la máscara Slytherin, tenía suficiente de ella en toda su familia como para poder reconocerla donde y cuando sea. Así, Tom no se deslizó, ni por una vez, en lo que resto la cena– incluso cuando su cachorro despotricó sobre el Quidditch durante 15 minutos de seguido.

Pensó, inocentemente, que debido a que eran buenos amigos Tom no precindiría de una máscara en presencia de Harry, que él podría ser él mismo. Bueno, se equivocó. En su fuero interno, no entendía como, de alguna manera, Harry llegó a ser amigo de alguien que fingía en todo momento. No tenía sentido, no era un rasgo agradable en absoluto.

Después de cenar, los niños se desplazaron a la sala de estar para intercambiar tranquilamente sus regalos. Una vez a solas, Sirius se acurrucó en el comedor con el fin de continuar una lectura ya olvidada. Sin embargo, para su sorpresa y, en un movimiento para nada practicado, observo que si se inclinaba ligeramente hacia atrás podía tener un panorama estratégico de la sala. No que llegará a usarlo. Y aunque lo hiciera, y se sintiera mal por espiar, lo utilizaría únicamente para saber que veía Harry en Tom Riddle que él no para así darle de una vez por todas el beneficio de la duda. Aunque, también deseaba asegurarse de que su ahijado no estuviera en mala compañía y, que de alguna manera, llegarán a lastimarlo. Nunca se perdonaría si algo le sucediera en su presencia.

Así, observo como ambos se sentaban, uno frente al otro sin ninguna prisa, y cada uno con un regalo envuelto en su regazo. El de Harry no estaba bien forrado más tenía un brillante papel verde que abrazaba la caja de tamaño mediano. En cambio, la de Tom se mostraba perfecta, incluso llevaba lo que parecía un lazo casero en la parte superior de un espléndido rojo, muy bonito y más pequeño que el regalo de Harry.

En ese instante, un muy sorprendido Sirius aprecio como la máscara y el lenguaje corporal que estuvo manteniendo Tom se derretía, seguramente pensando que ya estaba a solas con su ahijado. Los hombros del niño se relajaron y la espalda se encorvo un poco, su cara se veía más expresiva y se lo notaba un poco nervioso pero lo bastante feliz– eso teniendo en cuenta que era la primera vez que  Sirius estaba 'en presencia' del chico.

Tom le sonrió a Harry, y era una sonrisa tan sincera que lo hacía ver más jóven, más acordé a su edad. Le quedaba bien.

Harry siendo Harry, le entrego primero su regalo, con una pequeña mueca en su rostro mientras pasaba la mano inquietamente por su desordenado pelo. Fue entonces cuando Sirius supo que él también estaba nervioso. Ahí notó que estaba sonrojado y tenía un poco sudor en la frente, nada muy visible si no lo conociera tan bien.

Sirius observo cómo Tom desenvolvía cautelosa y cuidadosamente el regalo de Harry, le estaba prestando toda su atención, casi como si nunca hubiera recibido uno antes. Curioso. Desnudo la caja marrón parsimoniosamente y luego retiro la tapa de la misma. Ahí, miro fijamente el contenido dentro del regalo y no dijo nada durante un largo rato. Su expresión estaba en blanco.

No lo había notado, pero Harry todo el tiempo estuvo mirando atentamente a Tom y, sin despegar la mirada de él, dijo: "Lo logré, sin usar magia. Me llevo mucho tiempo" Se rió torpemente. "¿Te gusta?"

La pregunta pareció sacudirlo de su shock inicial porque miro profundamente a Harry, y Sirius pudo ver qué su mirada aunque acuosa, brillaba con fuerza.

"Me encanta, gracias" respondió Tom. La respuesta podría haber sonado corta, pero no dudaba del sentimiento que cargaba. Y Harry al parecer tampoco. Tom quiso decir cada palabra.

“Bueno, ¡entonces póntelo! Está destinado a ser usado. Así que espero verte con él todos los días a partir de hoy” bromeó Harry. Sirius se dio cuenta de que estaba tratando de aliviar el ambiente entre ellos. Asumió que Harry sabía que Tom no se sentía cómodo mostrando tanto sentimentalismo. Le estaba dando una salida.

Tom sacó lentamente de la caja una hermosa bufanda de tonalidad esmeralda. Se notaba que estaba hecha de hilo grueso, muy cálida y suave, lo bastante larga y de un color intenso. Sirius podía decir que era hecha a mano, pero con mucho cuidado y energía. Harry no estaba bromeando, debió haber pasar horas haciendo la bufanda.

Aprovechando la situación, se concentro en el obsequio. Sostuvo la bufanda y, como si temiera romperla, pasó las manos sobre ella delicadamente. Y no fue hasta que Harry se acercó y la agarró, que Tom aparto la mirada y se centro esta vez en Harry. En cambio, Harry sólo la tomó y comenzó a envolverla alrededor del cuello de Tom, aún cuando esté lo miro todo el tiempo– ahí, Sirius pudo ver claramente la admiración y el agradecimiento en sus ojos.

"Nadie me había hecho algo así antes" dijo Tom en voz baja.

"Bueno, ahora sí" respondió Harry. "Aunque no estaba seguro de que te gustará la ruta casera."

Tom sonrió "En realidad, me encanta todo lo que me das. Siempre y cuando venga de ti."

Harry le sonrió suavemente ante el comentario. Era fácil saber que ahora estos dos se habían desconectado completamente de la realidad, embelesados el uno en el otro. Y, en ese instante, Sirius se dio cuenta de por qué invitaron a Tom.

Harry está locamente enamorado de él.

Abruptamente, Tom se decidió por entregarle de una vez su regalo a Harry. Luciendo de pronto muy nervioso.

"No estoy seguro de que te vaya a gustar, no se parece en nada a lo que me obsequiaste" continúo Tom.

"Estoy seguro de que me encantará."

Harry desenvolvió su regalo con más vigor que Tom, revelando al terminar un joyero. Algo confundido, arqueó una ceja hacia Tom, quien solo le devolvió la mirada aún más nervioso que antes, si era remotamente posible. Así, Harry levantó curiosamente la tapa y cuando vió el contenido del mismo, jadeó.

"Tom, no puedes hablar en serio. De ninguna manera. Acabas de recibir esto, no puedo quitarte-" comenzó Harry, sofocado por las emociones que lo inundaban.

“No me lo estás quitando; te lo estoy dando. Quiero que guardes esto por mí, ya que eres la única persona en la que confío para hacerlo” declaró Tom. Ahora sonando más que seguro.

Y, en el instante en el que Harry retiro la pieza del joyero, Sirius entendió perfectamente. Era el relicario de Salazar Slytherin. La última vez que se supo de él, este era custodiado en Gringotts, esperando que el próximo heredero lo reclamará. Esto significaba, bueno, que Tom era el heredero legítimo de la línea Slytherin. Sirius negó, su mente no era capaz de procesar la información reciente. No podía.

"Sé que aún no he hecho pública mi herencia, pero quiero que tengas esto. Piensa en el como una parte de mí que puedes llevar contigo, así nunca me olvidarás.." y si bien Tom comenzó con fuerza al decirlo, terminó en un susurro, como si en realidad tuviera miedo.

Harry lo miró, todo suave y lleno de amor. "Si significa tanto para ti, por supuesto que lo usaré" confiando, le entregó el relicario y se dio la vuelta "¿Podrías ponérmelo, por favor?"

Sin prisa alguna, Tom desabrochó el guardapelo y lo deslizó alrededor del cuello de Harry quién se retorció ante el choque de temperaturas sobre su piel. Entonces y al cabo de unos minutos, lo abrochó. Harry no tardó en darse la vuelta, con una expresión nerviosa nublando su rostro.

"¿Cómo se ve?"

Tom miró a Harry y no dudo al decir: "Te ves hermoso, cariño. Combina perfectamente con tus ojos." Apuntó enfatizando sus palabras.

Harry le sonrió a Tom y luego comenzó a inclinarse, su mano enredándose en su cabello y halando de él.

Con todo su cuerpo tenso, Sirius se volteó bruscamente y centro su vista en el libro. Bien. Ya sabía que espiar el intercambio de regalos de su cachorro estaba mal, pero había un límite entre eso y verle a él y a su novio besarse.

Entonces, comenzó a procesar correctamente lo que acababa de ver. Tom Riddle no solo era el heredero de Slytherin, sino que también estaba enamorado de Harry. Y Tom acaba de darle a Harry un artefacto invaluable como regalo de Navidad. Tom, claramente, le contó a Harry todos sus secretos, por lo que deben ser muy cercanos.

Íntimos.

Sonrió para sí mismo. Harry había encontrado a alguien que lo amaba casi tanto como Sirius. Por lo tanto, sabía que ya no tendría que preocuparse tanto al respecto, Tom no lastimaría a Harry (Sirius ahora era conciente) Al contrario, apostaría a que Tom sería el que lastimaría a cualquiera que atentará contra Harry.