Capítulo 1.
Massachusets, pueblo de River House - 10:07 am.
Mike entrecerró los ojos con fastidio cuando los rayos del sol atravesaron el cristal del techo abovedado del patio de comidas del centro comercial y le dieron un puñetazo en el ojo. Deslizando su silla de plástico amarilla un par de centímetros hacia la izquierda, Mike se agachó cuando un dardo de foum salió disparado hacia su cabeza. Se las arregló para esquivar el proyectil esponjoso y deseó estar en cualquier lugar menos donde estaba. Frotándose la cara, Mike parpadeó con los ojos secos y ásperos. Su cabeza se sentía tan pesada que no estaba firme, su cuello y hombros tenían la fuerza para sostenerla. Hombre, estaba cansado. Estaba muy cansado.
- Lo que necesito son unas vacaciones.- pensó Mike.
mientras construía ociosamente una pequeña tienda de campaña en la mesa frente a él, usando sus servilletas y su vaso de papel. La idea de unas vacaciones reales provocó un resoplido audible de Mike, y provocó un ataque en la construcción de la servilleta. Como si. Las vacaciones eran para la gente con vida. La gente con dinero, Mike no tenía ninguna de las dos cosas. Si no fueran unas vacaciones, Mike se habría asentado con un poco de paz y tranquilidad, pero tampoco iba a conseguir eso. Ciertamente no aquí.
A los guardias de seguridad del centro comercial solo se les dieron veinte minutos para su hora de almuerzo, por lo que Mike y sus compañeros de trabajo solo tenían dos opciones para pasar su descanso del tiempo de la píldora. Podían refugiarse en la lúgubre sala de descanso de los guardias, que apestaba a salchichas y lejía, no era una buena combinación, o podían ir a la zona de comida, que solía ser preferible, pero hoy Mike no estaba tan seguro de que pudiera haber sido la mejor opción.
Un niño estaba celebrando felizmente su fiesta de cumpleaños, mientras los monos gritaban y se volvían locos, algún imbécil le había dado al cumpleañero un par de pistolas de dardos de espuma, y el área de comida se convirtió en una zona de batalla caótica de asaltos ineptos y risueños. Dentro y alrededor de los pequeños jugadores, los compradores del centro comercial devoraban una variedad de comida rápida, los aromas que rodeaban a Mike eran otra batalla internacional, las salsas italianas luchaban con las salsas mexicanas que chocaban con los olores de los rollos de tarta de queso y las hamburguesas chisporroteantes mientras que las fosas nasales de Mike se inundaron con una mezcla tintineante de curry, jengibre, orégano, canela y eneldo.
Mike enrolló el envoltorio de papel de burrito de frijoles refritos que acababa de comer sin probarlo primero, ahora que estaba en su estómago, se dio cuenta tardíamente de que la salsa picante en el burrito era demasiado picante. Un infierno comenzó a arder en el suplex solar. Mike arrojó el envoltorio en forma de bola a un bote de basura cercano, docenas de grandes recipientes de mayas de acero intercalados entre las filas de mesas cuadradas que salpicaban la extensión del comedor del patio de comidas del centro comercial y La bola de papel de Mike golpeó el borde trasero de la lata y luego cayó junto con el resto de los envoltorios de comida grasienta, servilletas y trozos de papel.
— Puntuación.— Mike pensó tontamente. Lástima que no fuera alto.
Durante unos segundos, Mike bloqueó los gritos de los niños e imaginó que se trataba de alguien muy diferente a lo que él era. A los 25 años, Mike estaba bien con su edad, era genial y su apariencia lo era también. Medía 1 metro con 65 metros de altura y estaba en muy buena forma, aunque no tenía mucho tiempo para hacer suficiente ejercicio. No pensaba que su cabello castaño chocolate, sus pecas apenas visibles en sus mejillas, sus ojos color limón y sus rasgos regulares fueran particularmente atractivos, pero tampoco eran feos. Incluso en una de las raras citas que había tenido en la escuela secundaria, una chica le había dicho que sus ojos eran intensos debido al pronunciado arco de su frente.
También dijo que tenía la mandíbula apretada, incluso pensó que ella había leído demasiadas novelas románticas y seguramente esperaba de él mucha más caballerosidad de la que era capaz de hacer. No había querido una segunda cita, ahora ni siquiera podía recordar el nombre de la chica.
Y no, el problema no era la apariencia de Mike, sino sus circunstancias o tal vez era él. La mayor parte del tiempo Mike se decía a sí mismo que su vida era un problema, porque la tragedia le había robado una infancia normal y le estaba robando la edad adulta. Pero la verdad... La tragedia no era el verdadero problema, el problema había venido antes de la tragedia.
Mike era el problema, cómo sería la vida si hubiera sido el tipo de hombre con el que las mujeres querían salir en la escuela secundaria, qué estaría haciendo ahora si hubiera ido a la universidad. No era alto, pero si era rápido, tal vez podría haber jugado baloncesto o béisbol, o tal vez podría haber estudiado arquitectura y diseño para quedarse después de la escuela y trabajar en sus proyectos. Siempre le había gustado construir cosas, podría haber hecho muchas más si no hubiera tenido que quedarse en casa y...
— escucha esto. — Mike parpadeó y miró al otro lado de la mesa, frunciendo el ceño.
Había olvidado que Jeremaia estaba allí y eso le llevó algún tiempo, Jeremaia no era el tipo de persona que se queda en un segundo plano. Jeremaia era un tipo afroamericano del tamaño de un linebacker y con un peso que atestiguaba su amor por las hamburguesas y su copioso consumo de refrescos, una camisa azul de guardia de un centro comercial de espuma de poliestireno y pantalones a juego colgando holgadamente de su cuerpo desgarbado, con sus enormes hombros y su gran barriga estirando las costuras de su uniforme.
Jeremaia era un buen tipo, no ponía de los nervios a Mike como la mayoría de los otros guardias, y la gente en general. El afroamericano bebió un fuerte sorbo de refresco de cola del enorme vaso de papel que yacía sobre la mesa de plástico azul frente a él. Agitó el libro de bolsillo que sostenía en sus manos, se aclaró la garganta y leyó en voz alta.
— Y aunque el soñador permanezca dormido, camina a través de la memoria como si la experimentara una vez más, de nuevo, ya no es un pasajero, sino un participante activo.— Jeremaia frunció el ceño.— ¿Por qué participante activo está en mayúsculas? ¿Es como un título o algo así? ¿Cómo alcanzar el nivel de gran señor en un videojuego?.—
Mike pensó que la pregunta de Jeremy era retórica, así que no la respondió. Jeremaia cerró el libro y miró la cubierta azul claro sobre la imagen abstracta de un ojo cerrado, el título del libro "Teoría del sueño" se extendía en diagonal en una fuente parpadeante, como si las palabras mismas se estuvieran quedando dormidas. Jeremaia volvió a agitar el libro.
—¿Enserio es esto real?.— preguntó el afroamericano, levantando una ceja mientras Mike se encogía de hombros.
— bueno... Hay mucha gente que piensa que si lo es, supongo... Que depende de lo que creas.— respondió seriamente.
Jeremaia asintió, dejando caer sus párpados sobre sus redondos ojos marrones mientras miraba más allá del hombro de Mike.
Mike se dio cuenta de que Jeremaia no estaba viendo el tiro de dardos de espuma, sino que estaba perdido en sus pensamientos y después de unos segundos, suspiró.
— En el verano de 1982 cambié una tarjeta de novato de Carl Ripgleen Jr. en perfecto estado por una copia usada de McCromman. Esa tarjeta probablemente valga 800 dólares ahora. Dios, me gustaría participar en ese recuerdo. Ahora me pateo el trasero todos los días por una decisión sumamente estúpida.— Se echó a reír a carcajadas, luego se tranquilizó y dio unos leves golpes en el libro. — ¿Puedo quedarme con esto?.
Mike extendió la mano y le arrebató el libro de la mano a Jeremaia.
— No.— Los labios de Jeremy cayeron por un segundo, pareciendo un cachorro oprimido y de gran tamaño.
—Lo siento— dijo Mike. — no he terminado con esto.— La habitual sonrisa despreocupada de Jeremy regresó. — Tengo un problema —.
Sintiéndose mal por criticar a Jeremaia, Mike dijo
— Creo que tenemos tiempo para unos batidos, ¿te gustaría uno?. Yo Invito —.
Jeremaia se iluminó.
— ¿De verdad?, por supuesto, gracias, amigo mío, claro.—
Mike se puso de pie y se acercó al mostrador cromado rojo brillante del Dayli Freeze en el patio de comidas. Una mujer que llevaba demasiado perfume floral estaba en el mostrador y tan pronto como Mike escuchó lo que estaba diciendo, ya estaba empezando a arrepentirse de haberle comprado un batido a Jeremaia.
— Quiero un sundae de 3 bolas — dijo la mujer con un acento mitad sureño, mitad británico — Pero en lugar de 3 cucharadas llenas de sabores, quiero media cucharada de 6 sabores. Quiero turrón con pasas, nuez de plátano, dulce de nueces, tarta de queso de fresa, sorbete de limón y regalis, y encima del turrón con pasas quiero jarabe de fresa encima de la mantequilla de maní con chocolate, quiero cobertura de malvavisco en el.........—
Mike arrastró los pies, respiró hondo y se dio la vuelta, tratando de silenciar el sonido de la interminable orden de la mujer. Había dejado atrás los ingredientes y estaba describiendo cómo quería que el helado se colocara en el tazón. Aunque la fiesta de cumpleaños había terminado, los niños seguían jugando entre las mesas del patio de comidas, algunos de los niños, un grupo de 5, se hacían pasar por policías y ladrones al borde de la calle.
Mesas cerca del elemento central del recinto de comida y una fuente decorativa en forma de vaso grande para bebidas con una pajita que sobresalía del medio, con agua brotando de ella y quedando atrapada en luces multicolores saliendo por el borde de la taza. Sí, la fuente era un poco cursi, pero a Mike le gustó.
—¡¡Manos arriba!!— Uno de los niños gritó cerca de la fuente. El sonido provenía de una niña de cabello morado, que tenía las manos apretadas alrededor de una pistola de juguete y un niño de cabello negro atrapado en su mirada, levantando los brazos.
—¡¡Déjalos a un lado!!— La niña le gritó a otro chico y un chico pecoso con el pelo puntiagudo se acercó al niño de pelo negro, fingiendo ponerle las esposas mientras Mike sonreía.
— Je, las cosas que los niños obtienen al ver la televisión —. pensó Mike mientras observaba cómo el niño pecoso comenzaba a llevar al niño de cabello negro esposado a...
La sonrisa de Mike se desvaneció abruptamente. Un poco más allá del supuesto policía y del presunto delincuente, yacía un niño de unos 6 años, que estaba apretado contra la media pared de un borde del patio de comidas. La parte superior de la media pared estaba llena de plantas que colgaban suavemente enredadas en la pared.
El pequeño de pelo rubio y rizado, enmarañado y cayendo sobre sus ojos, se acurrucó bajo las hojas de una especie de elecho. Su ceño fruncido, su boca comprimida y su mirada moviéndose de izquierda a derecha mientras sus frágiles brazos se envolvían con fuerza alrededor de un pingüino de peluche. Era obvio que aquel niño era una viva imagen del miedo.
Mike frunció el ceño
— ¿Por qué ese niño parece tan asustado?— pensó. — ¿estará acaso en problemas o algo por el estilo?—.
— ¿2 de mantequilla de maní con chocolate? —, preguntó una animada voz femenina.
Mike grabó su voz, pero aún mantenía su atención en el chico. Hasta entonces, alguien le tocó suavemente el hombro.
El castaño se giró rápidamente y miró a quien lo tocaba. Una mujer sonriente y de cabello gris señaló el mostrador de Daylie Freeze.
— Creo que tú eres el siguiente—. Dijo. Su voz era cálida y amable, lo que brevemente le trajo recuerdos de...
— Quieres lo de siempre, ¿no? —. Esta vez, Mike se volvió hacia la voz.
— Oh... Hola Cyntia.— Él dijo —Lo siento—.
Cyntia le dedicó a Mike su amplia sonrisa. Una bonita estudiante universitaria, que trabajaba en Daylie Freeze para pagar sus clases y se especializó en economía, eso es lo que le había dicho a Mike, a pesar de que él no había experimentado ningún interés en su vida personal, era una chica muy amigable con todos. Sin embargo, según Jeremaia, Cintya había prestado especial atención a Mike y no se había dado cuenta.
Mike volvió a fruncir el ceño pensando en el asustado niño, preguntándose si estaba perdido o por qué demonios estaba solo.
— ¿Lo mismo de siempre?—repitió Cintya mientras que Mike se centraba fijamente en ella, observando su largo cabello plateado que estaba trenzado el día de hoy.
Cyntia colocó su bola de helado encima de un recipiente de chocolate con mantequilla de maní.
— s-si.... Seguro —. Dijo Mike. Más vale que consiguiera algo ahora que estaba aquí — y también dame un batido de chocolate para Jeremaia—.
— Jeje, entiendo— rio un poco Cintya.
Mike se apartó del mostrador y miró más allá de los niños, cuyo baile había degenerado en un festival de risas. Dio un paso a su derecha para poder ver la zona junto a la jardinera en la media pared, mirando al elencho. Pero se dio cuenta de que el niño...... Se había ido.
Mike escaneó rápidamente el área consciente de que su respiración se estaba acelerando, podía sentir un sonido acelerado en sus oídos ... Lo cual reconoció al instante. Era el sonido del pánico.
— Entonces, ¿cuándo piensas traer aquí a tu hermana Abby? — preguntó Cyntia.
Mike escuchó a la peliplateada, pero no la reconoció, ya que todavía estaba tratando desesperadamente de espiar al niño.
— Tenemos un nuevo sabor, una explosión de arcoíris. Apuesto a que se volverá loca por eso —. Cyntia continuó.
Mike se alejó del mostrador de Daily Freeze, esquivando a un par de niños y preadolescentes que estaban peleando y pasó por delante de una fila de mesas.
—¿Miachel? —. La llamada de Cyntia obsesionó a Mike mientras comenzaba a trotar hacia el lugar donde había visto al niño por última vez.
Su mirada era una sonda láser de fijación, que ignoraba todo lo que veía el hombre de cabello castaño. Exceptuando..... Allá.
Mike pudo ver al niño a unos 40 centímetros de distancia, pasando por delante de la maceta en la mitad de la pared hacia la fuente. Ahora estaba casi de espaldas a Mike, pero Mike reconoció perfectamente los risos rubias sueltos y una aleta de pingüino que sobresalía del codo huesudo del pequeño. El niño caminaba torpemente por el patio de comidas en dirección al vestíbulo principal de la plaza. Y ya no estaba solo, ya que Cuando Mike se acercó al infante, vio que un hombre rubio alto y sucio tenía su mano alrededor de una de las muñecas del niño, arrastrándolo por el pasillo del centro comercial y obligándolo a un ritmo que obviamente era demasiado rápido para un niño pequeño.
— HEY!!! — gritó Mike.
Echando a correr, empujando a una pareja joven tomada de la mano, empujando sillas, mesas y pasando a cualquiera que se interpusiera en su camino. Solo dándose cuenta marginalmente de que las cabezas se volvían hacia él, seguidas de gruñidos molestos y protestas airadas mientras corría por el área de comida. Debido a que aquel hombre se vio obstaculizado por el niño que se tambaleaba torpemente, Mike rápidamente cerró la brecha entre él y el hombre.
— ¡¡¡¡HEY TÚ, DETENTE!!!!—. gritó Mike.
Al igual que la mayoría de las personas que rodeaban al castaño, el hombre comenzó a girarse hacia él, Mike registró ligeramente las cejas arqueadas del hombre antes de lanzarse a través del último metro de espacio entre él y el imbécil que intentaba llevarse al niño, Cuando Mike se disparó contra el hombre, retiró el brazo y apretó el puño dirigiendo un rápido puñetazo a la nariz del hombre, escuchando un crujido cuando sintió que el cartílago cedía bajo sus nudillos. Al mismo tiempo, el impulso de Mike resultó en una colisión con el hombre.
Ambos se desplomaron en la base de la fuente y cuando Mike cayó al agua, perdió la capacidad de procesar lógicamente lo que estaba haciendo. Algo primitivo en él se apoderó, algo, que convirtió sus brazos en pistones que seguían impactando en la cara del hombre. Cuando este se defendió lanzando un puñetazo a lo largo de la mandíbula de Mike y golpeando con una rodilla su vientre, la ira de Mike se aceleró, lanzándose hacia el hombre haciendo que los dos cayeran al agua. A pesar como resultado de las replesalias del hombre o de la furia descontrolada de Mike, Mike se mordió el labio probando la sangre y sintiendo esta misma en los nudillos a la par que el calor contrastaba con el agua helada de la fuente.
Por el rabillo del ojo, Mike observó cómo filamentos rojos se arremolinaban en el agua clara y cristalina de la fuente. El rojo, desencadenó un abrumador recuerdo que oscureció de golpe los pensamientos de Mike.
Tan oscuro, que parecía..... Como si estuviera cayendo en un negro vacío.
Continuará......
Hasta aquí el capítulo del día de hoy gente, espero que les haya gustado tanto como a mi.... Y antes de irme se les deja un saludo muy entrañable para las siguientes personas, que son:
No se olviden como siempre de dejar un votito ricolino y comentar, ya se la saben....
Yo soy DSiXergio, y nos vemos hasta la próxima....
Bye.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro