Sarah es una joven obsesionada con la belleza. Todo el tiempo ella intentaba cambiar su apariencia, comiendo poco o comiendo cosas que consideraba baja en calorías y siempre soñando con comprar ropa cara o incluso realizando cirugía en, según ella, su horrible cuerpo.

Su objetivo es ser parte de "Las Hermosas", un grupo de chicas de su escuela que destacan por su belleza y popularidad. Su mejor amiga, Abby,
trata de convencerls, sin mucho éxito, de detener esta obsesión, de dejar de tratar de ser aceptada por personas tan superficiales y simplemente ser ella misma.

Un día, después de un incidente en el que quería teñirse el pelo, Sarah pasa por un depósito de chatarra camino a casa. De repente, ella nota un brazo sobresaliendo de la cajuela de uno de los autos desgastados, con un pequeñq mano de metal blanco y sus dedos extendidos. Con dificultad ella logra abrir el baúl, descubrió lo que ella pensó que era una muñeca,
pero su altura (que era un poco más alta que Sarah) la hizo dudar que tal vez sea una marioneta o un robot.

Lo que sea que fuera, tenía brillantes ojos verdes, mejillas rosadas, una cara pintada de blanco como un payaso, cabello rojo con coletas, un cuerpo plateado, un cuello delgado, una cintura pequeña y unos brazos y piernas largas.

Sarah no puede creer que alguien haya tirado algo tan hermoso y decide llevárselo a casa. Una vez en su habitación, Sarah procede a limpiar el robot para quitar el polvo y suciedad que había recogido. Luego, encuentra un interruptor de "encendido / apagado" en su espalda, y decide activarlo. Al principio no pasa nada, pero cuando Sarah se da vuelta, la cintura del robot se mueve y comienza a hablar en un voz femenina, pero claramente robótica, presentándose con su nombre:
Eleanor.

En agradecimiento por rescatarla, Eleanor le dice que lo hará: cumplir cualquier deseo que ella pida. Escéptica pero sin nada que perder, Sarah decide pedirle que la haga hermosa, lo que Eleanor felizmente acepta y le pide 24 horas para planificar todo.

A la tarde siguiente, Eleanor le da a Sarah un collar en forma de corazón. Según el robot, el deseo de Sarah es bastante grande y solo será capaz de cumplirlo poco a poco, pero gracias a ese collar ella despertará cada mañana más bella que el día anterior, con la condición que ella, bajo ninguna circunstancia, se lo
quite. Para que el collar trabaje, Eleanor tiene que cantarle una canción para dormir. A pesar de ser temprano Sarah acepta, y cuando el robot canta con su voz suave, se queda dormida.

A la mañana siguiente, sucede algo increíble: Sarah se despierta con sus brazos más delgados y tonificados, su piel suave y brillante, demostrando que Eleanor estaba cumpliendo su promesa. Este ligero pero impresionante cambio fue suficiente para poner a Sarah de buen humor todo el día, incluso algunos niños comenzaron a notarla.

Durante los días siguientes, Eleanor continuó cumpliendo su promesa: recordándole cada vez que no se quitara el collar. Después de sus brazos, fueron sus piernas, luego su torso, y finalmente su cara, donde ella pudo deshacerse de su nariz grande, gorda y con forma de papa. Su nuevo cuerpo le permite a ella para ser parte de "Las Hermosas", e incluso salir y establecer una relación con el chico que le gusta, aunque todo este cambio la lleva más lejos de su amiga Abby.

Un día, mientras el grupo estaba en la cafetería, Sarah se resbala cuando estaba va a deshacerse de los restos de su bandeja. El resto de las chicas de "Las Hermosas" comienza a reírse de su pequeño blooper, mientras trata de levantarse. Sin embargo, ella tiene dificultades para hacerlo. De repente, la risa de las chicas se vuelve a gritar. Sarah, alarmada, toca su cuello: el collar que nunca se tuvo que despegar se ha ido, se había soltado en el otoño.

Finalmente alguien decide echarle una mano para levantarlo; es Abby. Una vez arriba, Sarah puede ver qué está pasando: sus piernas no eran más que engranajes, radios, tapacubos y piezas oxidadas de metal. Abby, con lágrimas en los ojos, le devuelve el collar. Estaba en el suelo, mirando con horror lo que se estaba convirtiendo su amiga.

Agradecida con Abby, Sarah huye de la escuela y se dirige a casa para mirar para Eleanor, ella sabría qué hacer. Mientras corre a casa, su cuerpo sigue transformándose en algo que pertenecería a un depósito de chatarra, chirriando con cada movimiento que hace, mientras la gente y los conductores la miran con miedo. Ella trata desesperadamente de ponerse el collar de nuevo, pero sus dedos se han vuelto tan rígidos que es imposible.

Finalmente, se las arregla para llegar a casa. Ella entra a su habitación, pero Eleanor ya no esta en su rincón habitual. Sarah la busca en la casa, ahora llamándola con una voz horrible. Cuando llega al garaje, se encuentra con un armario y lo abre con dificultad gracias a sus nuevas manos, esperando encontrarla oculta.

Pero al hacerlo, una avalancha de bolsas de plástico cae al suelo. Primero no puede identificar el contenido dentro de estas, hasta que lo hace: miembros humanos, casi quirúrgicamente cortado; piernas, brazos, entrañas e incluso lo que apareció ser un hígado, con sangre acumulada debajo de las bolsas. Sarah no puede entender lo que está pasando hasta que ella reconoze una gran nariz gorda, en forma de papa en otra bolsa.

De repente, oye una risa metálica detrás de ella. El cuerpo de Sarah está tan rígido que está prácticamente inmóvil, pero se arrastraba lo suficiente como para encontrarse cara a cara con Eleanor. Riendo, el robot dice que ha hecho realidad los deseos de Sarah y, a cambio, ha hecho sus deseos realidad.

De repente, oye una risa metálica detrás de ella. El cuerpo de Sarah está tan rígido que está prácticamente inmóvil, pero se arrastraba lo suficiente como para encontrarse cara a cara con Eleanor. Riendo, el robot dice que ha hecho realidad los deseos de Sarah y, a cambio, ha hecho sus deseos realidad.

En ese momento, Eleanor presiona un botón en forma de corazón sobre el cuello de ella, asimilando el collar que tenía Sarah. Entonces, ella mira como el robot delgado y pálido se transforma en un ser humano; en Sarah, en la vieja Sarah, esa joven que quería deshacerse de ese cuerpo que no era tan desagradable después de todo.

Entonces Eleanor toma algo de la ropa vieja de Sarah y se la pone; ella abre la puerta del garaje y sale corriendo, agitando la mano en despedida y con una sonrisa en su rostro. De repente, el cuerpo de metal de Sarah comienza a
colapsar, mientras mira en un espejo. Ya que se había convertido en nada más que un montón de basura. Primero siente tristeza, después miedo...

Entonces nada.