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Capitulo 2.

Toda esta, dolorosa, desgarradora, sanguinaria, tenebrosa, cruel, pero por sobre todo, tenebrosa historia, comienza, en una época no muy, pero sí considerablemente lejana. Hay que retroceder a los años del pasado, varios para ser un poco más exactos. Donde el mundo estaba muy diferente a comparación de la actualidad.

Nos encontramos en el año 1980. Todo empieza a partir de un macho, que ya había sido mencionado desde mucho antes. Steele Afton, un ser cuya presentación inicial no es suficiente aún.

Steele Afton, tuvo muchas ocasiones en las que llegó a ser alguien bastante ambicioso. Más sin embargo, toda esta historia se desata, a causa de que él se encontraba en su punto más hambriento de su vida. Claro que lo decimos en un sentido figurado. Esto desde luego, no era algo que fuera a terminar bien en lo más mínimo.

Se encontraba en el punto más urgido de toda su vida. En proceso de querer cumplir el sueño más grande de toda su vida, no había otra cosa que quisiera más que aquello, deseaba tan arduamente convertirse en alguien exitoso y adinerado. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera para que ese sueño se volviera realidad, por lo que desde hace ya varios años a lo largo de su vida, Steele se los había pasado preparándose para ese día, puesto que tenía un proyecto muy importante, que ya no podía esperar más para echar a andar.

Había algo que él tenía a su favor, que lo hacía sentirse más que seguro de que sería eso mismo lo que lo encaminaría, a ese camino de éxito, fama y dinero. Aquel talento e intelecto que siempre había poseído, Steele era un gran inventor, pero no un inventor cualquiera, gozaga de un gran conocimiento, tenía una mente más que privilegiada, sabía más de lo que uno podría llegar a imaginarse con respecto al mundo de la robótica y la programación de inteligencias artificiales. Esto por supuesto, no era cualquier cosa, se trataba de algo grande, previamente ya se había mencionado, que él tenía a tres hijos, con los que ciertamente no tenía una relación que se pudiera llamar buena tan siquiera. El mayor, se llamaba Michael Afton, la de en medio se llamaba Elizabeth Afton, y el más pequeño y joven de todos se llamaba Joseph Afton. Nombres que ellos no odiaban ni detestaban, pero que sin embargo nadie nunca llegó a conocerlos por estos, o bueno, casi nunca nadie los llevó a llamar así, más que en papeles importantes, sus documentos personales, cuando estaban enojados con ellos, y otras cosas por el estilo. Ya se había mencionado antes, que la mayor parte de su vida, la gente los llamó por otros nombres, el Señor Lobo, Porsha Crystal y Nick Wilde. Hijos que realmente, y aunque pueda ser muy doloroso tener que decirlo, para Steele, no eran más que errores, al menos hablando de los dos primeros, porque como ya se dijo, el menor era el único a quien quería en verdad. De entrada, el mayor problema de todos, era que no tenía ningún sentido que él tuviera hijos, porque a Steele, no le gustaban para nada los niños. Pero ahí estaban, sus pequeños que aún no habían madurado. Pero que tenía que cuidar, porque no tenía otra opción.

En el país de Estados Unidos, Steele junto a sus hijos, dejaron para siempre su hogar natal y se mudaron a otro estado, más concretamente, a Utah. Porque sería ahí, donde Steele llevaría a cabo su tan ansiado proyecto. Este proyecto, teniendo en cuenta todas las cosas en las que él era bueno, no era otro que el de comenzar a construir en lo esqueletos.

Se habían mudado a una pequeña ciudad dentro de este mismo estado y Steele ya estaba listo para comenzar a llevar a cabo su proyecto. Pero había un problema, no contaba con los ingresos suficientes para comenzar con el mismo, aún por más que había intentado ahorrar durante toda su vida. Es por esto mismo, que a Steele se le ocurrió una gran idea.

De inmediato se puso en contacto con un hombre, otro macho, animal mamífero. Cuyo nombre era Mufasa Emily, él era un león ya bastante maduro, y tenía un negocio muy importante, un restaurante de comida y tal parecía que Steele había llegado en el momento indicado, puesto que Mufasa, estaba en la búsqueda de una mascota para su establecimiento y así poder incrementar mucho mas sus ganancias. El negocio de Mufasa, tenía un nombre más que llamativo: "FREDBEAR'S FAMILY DINNER."

Steele se fue con Mufasa y le hizo una propuesta muy interesante. Él se ofreció a crear esa mascota que tanto necesitaba, Steele pensaba crearla con sus endoesqueletos, una gran idea decir verdad, pero luego se daría cuenta de que no era el único con conocimiento en ese campo tan complicado. Fue una gran sorpresa para él cuando supo que Mufasa, también tenía algo de conocimientos, con un nivel de experiencia considerable en el campo de la robótica de igual forma.

Sería de esta forma que los dos se aliaron y se volvieron socios, lo que a su vez daría paso a que juntos crearan a dos icónicos robots conocidos con el nombre específico de "Animatronicos". Pero en este caso aún no eran eso del todo, más bien, robots eran alguna especie de prototipo, que se conocería con el nombre clave de "Trajes Spring Locks". Unas invenciones más que fascinantes.

Estos trajes contaban con características únicas, la más interesante de todas: Podían usarse de dos formas distintas, se podían usar como trajes para las personas, es decir, que habría gente que se los pudiera poner encima, o también estaba la otra forma, que el traje se comandara solo, como estos trajes funcionaban a base de un ciertamente complicado sistema de resortes, estos mismos resortes también poseían la capacidad de comprimirse, de tal forma que el endoesqueleto se convertía en un Animatrónico, capaz de funcionar y moverse por cuenta propia.

Sería de esta forma que la alianza, tanto de parte de Mufasa Emily, de parte de Steele Afton, estaría oficialmente formada. Los dos eran de forma definitiva, unos socios.

Tanto Mufasa como Steele, habían terminado por diseñar cada uno a una mascota para el restaurante única en su tipo.

En el caso de Mufasa Emily, este León diseñó a una mascota, un robot, que se asemejaba a un tierno osito de color dorado, que sería conocido de ahora en adelante con el nombre de Fredbear. Un trabajo simplemente excelente.

Y en el caso de Steele Afton, el Husky de raza Alaska malamute, diseñaría a otro robot, la segunda mascota del restaurante, un también aparentemente tierno conejo, De igual forma también con el color del pelaje dorado y a quien en este caso, Steele le dio el nombre de Spring Bonnie. También, otro trabajo más que excepcional.

El proyecto no podría haber resultado de mejor forma, puesto que al parecer, fue gracias a estas mascotas robot, que seguían siendo conocidos por ellos como trajes Springlocks, que las ganancias del restaurante comenzaron a crecer rápidamente, dejándoles un ingreso a ambos más que bueno. Y por supuesto, esto también llevó a que rápidamente el restaurante se volviera de lo más popular en su momento. La clientela se había vuelto de lo más alta, todas las familias con hijos pequeños querían realizar las fiestas de cumpleaños de estos mismos, en ese restaurante, ya que había terminado convirtiéndose en el favorito de casi todos los niños.

Sin embargo, no todo era felicidad. Porque fui gracias a esta innovadora idea por parte de Mufasa y Steele, que al hacer crecer tanto la clientela de su restaurante, muchos otros locales de comida familiar, se vieron afectados de forma negativa, porque rápidamente comenzaron a perder a muchos de sus clientes leales de siempre. Así que desesperados, porque sus negocios no terminarán de declarándose en bancarrota, los dueños de estos otros restaurantes, fueron con Mufasa y Steele, para hacer lo mejor que todo negocio en una situación similar podría ser, pedirles a ellos que se hicieran socios. La cuestión aquí, era que para poder también ganar más fama y popularidad, todos estos otros restaurantes, también deseaban poder tener sus propios animatrónicos, para que fueran la más grande atracción del lugar y la gente se volviera a interesar en ellos. Una petición que, contrario a todos sus temores iniciales, fue aceptada por Mufasa y Steele, ya que ellos al final sí accedieron a crearles sus propios animatrónicos.

Sin embargo, claro que el dúo tendría una condición especial para hacer esto. La condición, no fue otra sino que todos los derechos comerciales de los personajes que crearían serían solo de ellos, en pocas palabras, que estos nuevos personajes que ellos elaborarían, les pertenecerían completamente.

Sería de esta forma, que cuatro nuevas mascotas nacerían se volverían sumamente famosas, provocando con esto, que todos los otros restaurantes así como otras empresas en crisis, recuperarán su fama y popularidad gracias al excelente trabajo de Mufasa y Steele.

Las cosas no podían ir mejor para estos dos, que pronto comenzaron a sentir, que era solo cuestión de tiempo para que llegaran a la cima y construyeran todo un imperio. La fama estos restaurantes, o más bien la fama de sus personajes mascotas había sido tal, que las ganancias eran casi inconmensurables. Mejor de lo que ellos habrían previsto antes en un inicio. Mucho mejor de lo que Steele se había esperado, muchísimo mejor de lo que él se había imaginado poder ganar con todo aquello. Sentía que pronto tendría todo lo que él quisiera.

Contrario a todos sus temores iniciales, tal parecía que la alianza con este macho, Mufasa Emily, había resultado ser todo un éxito y al parecer la mejor idea que Steel hubiera podido tomar en toda su vida.

Claro que él no pensaba detenerse ahí y tenía toda la intención del mundo en seguir expandiendo más y más este imperio que estaban creando. Desgraciadamente y como era de esperarse de él, tal parecía que esto seguía haciendo lo único que le importaba en la vida, así como lo único por lo que él estaba dispuesto a vivir ahora. Parece que para este punto de su vida, sus hijos ya parecían importarle cada vez menos. Simplemente no podían ser más irrelevantes para él, porque estos aún no se habían ido de la casa, ya que si él no los veía, literalmente, no recordarían lo absoluto que existían.

Tenía razón, en este punto de su vida, ellos ya eran casi irrelevantes para él. Ni siquiera tomaba en cuenta que a pesar de odiar a los niños, eran justamente estos los que hacían crecer su negocio. Como cualquier empresario sin embargo, estos no eran personas para él, solo consumidores.

Continuará...

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