Lección 5: Lean on me
La noticia se esparció como pólvora y solo podía pensar en qué hacer para que supiera que también lo sentía por su mejor amigo. Aun así mientras retorcía mis dedos nerviosamente en el asiento de atrás del coche de mi madre no podía dejar de sentirme inútil.
Le había dicho que siempre estaría ahí para él, y ahora me congelaba con solo intentar una simple llamada. Por lo visto no era la única al acecho de la recuperación de uno de los miembros de BTS.
Todo un ejército de reporteros estaba a la espera de que una pluma callera delante de la fachada del hospital y sobre todo que el propio J-Hope despejara las especulaciones que ya circulaban en las redes sociales.
Como si había sido premeditado, si era el objeto de una banda del metro y otras cosas a las más lógicas y descabelladas de comprender. Aun así mi egoísta corazón solo pensaba en cómo le afectaría a él.
Era obvio de que sus hyungs como solía llamarlos lo eran todo para él y sinceramente me preocupaba su estado de ánimo después de haber sufrido tanto por Lena.
Un movimiento rápido en las puertas del parking comunicó que uno de los miembros llegaba al hospital. Enseguida reconocí el convertible negro de Suga y minutos después, él y quien sin dudas sería su novia ingresaban en medio del avispero de periodistas.
Genial, ella estará cerca y yo aquí reconcomiéndome los sesos. A quién quiero engañar. No vale de nada que me pregunte si está bien cuando no he logrado traspasar la frontera de una simple conocida.
Jungkook lo intenta, pero estoy segura de que no me ama, no como lo hacía con Lena. En sus ojos no hay estrellas deslumbrantes las pocas veces que me mira, en sus labios la sonrisa no es tan profunda cuando hemos estado juntos.
No, solo es agradecimiento o esa amabilidad que lo caracteriza. Si pudiera conformarme con ser utilizada, con solo el mero hecho de que él pueda sanar su corazón partido aun cuando el mío perecería para siempre.
Pero soy demasiado egoísta para eso, por eso no lo pienso más y le digo a George que me lleve de allí. Al menos entre los deberes y los pasillos atestados de gente será más fácil respirar.
No he podido pegar el ojo en toda la noche. De un lado está el hecho de que es muy incómodo dormir sentado y del otro la preocupación. Estoy enojado conmigo mismo y hasta ahora lo sé.
Después de que Jimin y yo decidiéramos turnarnos para vigilar el sueño de Hobi, el reloj de pared de la habitación se convirtió en mi torturador personal. Pensé en tantas cosas que bien podía haber entrado en un estado quiescente y haberme alejado del mundo. Ahora solo sabía que me dolía el cuello a horrores y eso que Jimin se había negado a recostarse.
—Hola.
Escuché la voz de Lena al otro lado del umbral. Tenía una sonrisa en su rostro decorado con ojeras y aun así yo la encontraba perfecta. Hasta cuándo me duraría ese maldito sentimiento que lograba confundirme.
Si bien habíamos conversado un par de veces después de lo de aquella noche, para mí seguía siendo extraño conservar una amistad mientras las cenizas del fuego que había guardado en mi corazón se avivaban cada vez que le veía.
—Por lo visto, ustedes son del mismo equipo de cabezotas sin remedio. Suga tampoco ha pegado el ojo durante toda la noche. Por no hablar de su mal humor.
Sonrío casi sin ganas mientras dejo la silla que me ha torturado toda la noche. Lena me sostiene la mirada con un gesto similar hasta que la distancia se reduce a unos veinte centímetros entre nosotros.
—Deja de culparte Kookie...
Lo dice de una forma que me estrangula la garganta. Por qué me culpo. Por ser egoísta, porque Hobi casi hubiera muerto y no poder hacer nada, por herir a alguien que parece quererme de verdad, por no poder dejar de amarte...
—La fila ha sido infernal...Malditos adictos al café...ah...Hola, Kook.
Yoongi se ha unido a la extraña escena que protagonizamos en el umbral. Lleva una bandeja con cuatro vasos plásticos. Sin dudas ha asaltado la cafetería del hospital sin miramientos. Vuelve a sentirse tenso cuando estamos los tres juntos y por eso me entretengo despeinando mi flequillo. Jimin aparece con la cara aun húmeda detrás de nosotros.
—¿Aún no ha despertado?-pregunta el platinado tomando uno de los vasos que reparte Yoongi.
La sala de espera de la habitación de Hobi ahora es un salón de reuniones. Jimin solo se había movido para lavarse el rostro después de estar toda la noche en vela y disipando la tormenta en redes sociales. Yo por mi parte intenté mantenerme fiel a la idea de que todo era un mal sueño y cuando se abriera la puerta nuevamente Hobi entraría sonriendo como de costumbre.
—La enfermera me ha expulsado físicamente cuando intentaba entrar. Supongo que debemos esperar más.
Dijo Suga ofreciéndome un vaso de café a lo que hice una mueca desanimada. Lena sonrió nuevamente mientras le susurraba algo a su novio en el oído. Jimin y yo miramos a otra parte.
—Me pregunto cuándo le darán el alta. Quizás si logramos convencer al médico...
—¿No quieres tomar un poco de aire?
La pregunta me deja estupefacto. Lena no me deja contestar mientras tira de mi brazo sin preámbulos. Yoongi y Jimin comparten una extraña sonrisa.
—Hey, espera, puedo ir solo...-protesto mientras alcanzamos el pasillo. A decir verdad comienza a dolerme la cabeza.
—Vamos, Kookie, últimamente has estado deprimido y estoy segura de que Hobi haría lo mismo que yo.
—Lena...
—Es verdad, he llegado al punto de no reconocerte. No sé quién es este y qué ha hecho con el alegre Kook, por favor, no te hagas de rogar y échalo todo fuera ¿Sabes que puedes contar siempre conmigo y con los demás?
Conmigo y con los demás...si Lenie, quizás ese sea el problema. Contigo me hubiera bastado miles de universos, solo que esa persona es Yoongi y ya no puedo hacer más que aceptarlo y alegrarme por ustedes. Qué estoy haciendo. Intento algo parecido a una sonrisa, creo que he alcanzado una mueca triste por la forma en que ella me mira. Lo intento mejor.
—Está bien, está bien...vayamos a tomar el aire o lo que sea que eso signifique...
Veo a Kook y a mi chica desaparecer por el pasillo. No debo de tener celos pero es inevitable.
—Vaya que has progresado en la confianza, hyung, ya no te enfurruñas como antes.
—Por lo visto ni una mala noche te quita las ganas de meter la nariz donde no debes.
Jimin sonríe como un gato mientras se recuesta sobre la puerta de la habitación de Hobi. Tiene unos círculos morados alrededor de los ojos que bien lo harían parecer un mapache de no ser por el largo flequillo. Yo debo estar igual o peor.
Aun me pregunto qué pasará cuando el imprudente de Hobi recuerde todo lo que pasó o cuando se descubra quién fue el responsable de esta locura.
—¿Sabes si le darán el alta? Quisiera que estuviera en casa con todos, lo creas o no, ese idiota de ahí es como si fuera una parte de mi cuerpo. Ayer fue un infierno sin él...
—No lo sé, Yoon, pienso lo mismo. Tae, Moni y Jin querían disimularlo pero solo era comprobar sus caras cuando el médico apareció en el pasillo. Es como si la amenaza que le hubieran hecho estuviera sobre nosotros también. No sé, hay cosas que no me cuadran aun...
—¿Qué estás insinuando, Jiminnie?
El platinado mira un punto fijo en el piso. Yo no me pierdo detalle de la postura tensa que ha adquirido. Como si algo se nos hubiera escapado todo este tiempo.
—Quizás esté paranoico, pero creo que ese chico del metro tiene que ver. He estado toda la noche pensando en ello. El propio Hobie confesó de que veía venir una agresión porque se sentía vigilado cada vez que iba al underground, solo que...No sé hyung, está muy raro que ese chico en lugar de avisar directamente a la policía o al hospital nos haya contactado primero, no sé, me pone los pelos de punta pensar en que esto solo sea parte de algo más grande...
Las palabras de Jimin caen como un jarro de agua fría sobre mí y ahora comprendo la agitación del maknae cuando llegamos. No es para ponerse paranoicos, pero es obvio que algo se nos pasa.
Alguien llama a la puerta y pronto la habitación se hace reducida para Rapmon, Tae y Jin. Todos con los mismos signos de preocupación.
Decidimos llamar a Jungkook para que no suceda como la última vez que guardamos un secreto, por ahora solo podemos hacer esto. Apoyarnos los unos en los otros en tanto la oscuridad ronde por aquí.
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