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Lección 4: Hyungs

Escucho como la llamada se corta y algo dentro de mí me dice que todo está mal.

—¡Hobi, Hobi! ¿Qué pasa, Hobi?

Grito preso del pánico en el justo momento que Rapmon y Jin aparecen en la sala de estar. Oigo gritos del otro lado de la línea hasta que finalmente se interrumpe. Mi corazón golpea dolorosamente. Algo va muy mal con Hobi. Los otros me miran aterrados.

—¿Qué pasa Jiminnie?

Rapmon me zarandea a fin de que salga de la especie de shock en el que entrado.

—Ho-Hobi…está en problemas…creo…creo que le han hecho algo…

Me cuesta respirar pero es suficiente para que el líder comience a marcar cosas en su celular y Jin llame a los otros. El tiempo pasa lento para mí mientras alcanzamos la camioneta. Parece una operación de espionaje. Recogemos a Tae y Kookie en el camino.

A esta hora Suga debe estar en medio de la dichosa cena. Le mando un mensaje diciendo que ha surgido algo con Hobi. Rapmon ya ha localizado su celular con el GPS pero no estamos seguros de que vamos a encontrar. No podemos llamar a la policía aún, o el alboroto sería mayor.

Rezo internamente para que esté bien y me culpo por haberle llamado, si no lo hubiera entretenido ahora, quizás…

—Hey…hyung, deja de atormentarte. Le encontraremos, ya lo verás.

Kookie me abraza por el cuello y otros cinco pares de ojos intentan calmarme. Jin sería el perceptivo pero cuando se trata de mis hyungs yo podría ser lo mismo que el hermano menor asustado.

Aprieto los dientes e intento aguantar. Vamos, Jimin, debes ser positivo, justo como lo es él. Las calles pasan hasta que el tono de mi celular me saca de quicio. Es Yoongi, le paso altavoz.

—¿Qué diablos pasó con J-Hope?

Nos miramos unos a los otros mientras intentamos hallar una explicación a lo inexplicable. Jin intenta una excusa para apaciguar el tono cabreado de Suga, pero soy yo quien decide recibir todos los daños.

—No lo sabemos aún, solo estamos dejándonos llevar por mi instinto…parece que le asaltaron o algo, porque…

—¿Y hasta ahora me lo dicen? ¿Dónde están, tontos idiotas?

—Ya vale Suga, no sabemos lo que nos vamos a encontrar, solo estamos tras la pista del localizador de su celular y tú estás en medio de algo importante…

—¡Es mi hermano también, Moni! ¿O acaso dudas de eso?

—Nadie dudaría hyung, pero la verdad es esa, es preferible que te quedes donde estás en caso de que Hobi decida contactar de otra forma…

—¿Desde cuándo mandas Kookie?

El aludido frunce el ceño y antes de que pueda replicar Jin interviene.

—No es momento para jugar al líder y sí para preocuparse. Así que deja de comportarte como un cavernícola y escucha a Kook.

Tengo ganas de reírme aunque sé que eso sobra ahora. Del otro lado de la línea se oye la voz de Lena y los infructuosos intentos de Yoongi por no preocuparla, algo que no logra porque es ella quien toma la llamada.

—Chicos ¿Qué ha pasado exactamente?
Intenta parecer serena pero es obvio que está nerviosa.

—Lo sentimos Lenie, por arruinarte la cena pero algo pasó con “nuestra esperanza” y le estamos pidiendo a Yoong’s que se calme y se quede por si contacta con alguien pero parece imposible.

Hasta ahora Tae no había dicho mucho desde que decidimos salir en plan avenger, sin embargo es obvio que está alterado, incluso más que yo.

—No es imposible, es solo que me reconcome los sesos que algo malo pueda pasarle a él, precisamente con lo amable que es…Por qué no a mí u otra persona…

Sin dudas, estaban en altavoz porque el regaño de Lena no se hizo esperar. La camioneta chirrió en el pavimento mientras nos deteníamos. Jin se encargó de cortar la llamada, aunque a regañadientes conseguimos mantener a esos dos locos fuera de esto. La parada del autobús donde el localizador se había detenido estaba desierta. Dónde podría estar.

La luz volvió a incorporarse a mis ojos con mucha calma. Me dolía la cabeza en el lado derecho y una mancha de sangre había decorado mi playera por encima del suéter. No reconocía el lugar en el que estaba. Recordaba con mucha dificultad, pues el esfuerzo de intentar ver bastaba para que me diera vueltas todo.

—¿Estás despierto? Espera, no debes moverte ¿Puedes hablar?

Una voz por momentos lejana me sacaba del torbellino que tenía dentro de la cabeza. Decidí concentrarme en solo hablar. Cerré los ojos y apoyé mi cuerpo por completo contra lo que deduje era un frío muro.

—Jung…Jung Hoseok…es mi nombre…

Hasta ahora no había reparado en que mi propia voz me sonaba extraña. Escuché la respuesta a medias mientras la otra persona me preguntaba si podía llamar alguien para que me llevaran de allí. A duras penas recordé el número de Rapmon.

La neblina volvió a caer sobre mí y me hubiera dormido de no ser por la otra persona cuyas manos me tocaban el rostro. Manos suaves y pequeñas que solo me hacían pensar en descansar.

—¡No te duermas, por favor, ya vienen en camino!

Fue lo que alcancé a escuchar antes de volver a perderme entre flashes borrosos. Lo próximo que percibí fue la sirena de una ambulancia y la cara llena de lágrimas de Jimin y Jungkook. Qué había pasado conmigo.


La pesadilla era peor de lo que mi instinto había predicho. Después de dar vueltas en vano alrededor del bus stop, llamaron a Rapmon. Su pálido rostro nos confirmó que era Hobi la razón detrás de la línea.

Bajamos al subterráneo y en el tercer andén apareció ese chico extraño, Sam. Traía una gorra negra que le tapaba casi toda la cara y hablaba sin mirar a nadie en particular. La verdad no confiábamos mucho pero cuando nos dijo que Hobi había sido golpeado en la cabeza por esos asaltantes, no pudimos más que creerle y en serio decía la verdad.

Una verdadera película de terror. Lo encontramos medio desmayado en el tugurio en el que vivía ese chico Sam, pero no era momento para esas pequeñeces, Jin llamó la ambulancia mientras Rapmon intentaba despertar a Hob.

Al final lo cargamos fuera del underground hasta que llegaron los paramédicos y nos embarcamos al hospital más cercano. No tuvimos tiempo de agradecerle a Sam como era debido porque ya Yoon nos atosigaba con preguntas y la dirección del hospital al punto de que él y Lena habían llegado primero que nosotros.

Vimos desaparecer a Hoseok tras las puertas giratorias y aun teníamos el corazón en la mano. La espera sería pesada como una cadena, pero al menos teníamos más esperanza ahora.


Mientras espero junto a los demás a que el doctor emita su evaluación no dejo de pensar en lo que ha pasado las últimas horas. Creía que mi mundo era complicado tan solo porque había cometido un error con una chica y me olvidaba de cosas más importantes como los amigos.

Hobi no merecía lo que había pasado. De hecho ninguna persona merecía ser atacada de esa manera y hasta ahora me había dado cuenta de que cualquiera podía estar en peligro en el momento menos pensado. Así de frágiles eran nuestras vidas y así de egoísta mis pensamientos.

Mientras llamaba a mis padres para decirles que todo iba bien y contactaba con su familia que venía en camino, no pude dejar de mirar a Lena y a Suga. Tomados de la mano como un solo corazón afligido. Incluso el hermano mayor de hyung había dejado la cena para interesarse por Hobi.

Rapmon no soltaba el teléfono y estaba seguro de que era su madre quien le hablaba del otro lado de la línea justo como la mía se había preocupado cuando le había comentado que mi amigo estaba en el hospital. Que frágil volvía a parecerme la realidad, como una pompa de jabón lista para abandonar su efímera existencia sin siquiera dejar rastro de que en verdad sucedió.

—Familiares de Jung Hoseok.

Un médico apareció en medio del pasillo, y la pequeña multitud que formábamos se puso de pie. Podía ver como Jimin se aguantaba las lágrimas otra vez. Como Tae se mordía los labios con un gesto de impotencia o los tics nerviosos de Suga y Moni. Solo Jin podía hacerse cargo como la madre preocupada que era.

—Somos nosotros, por favor, sea claro doctor…—nunca habíamos visto al mayor tan serio como ahora y hasta creo que el médico fue parte del silencio inducido que había conquistado su respuesta por la forma en la que prosiguió.

—No hay nada de qué preocuparse, el paciente sufrió una contusión, pero no hubo daño cerebral. Ahora está sedado y con el paso de los días podrá reincorporarse a la vida normal. Ya le atendimos esa herida en la frente. Así que dentro de unas horas podrá recibirlos de forma organizada.

No sabía que había dejado de respirar desde que el médico había aparecido pero escuchar que Hobi estaba fuera de peligro fue el mayor alivio para todos. Acordamos quedarnos por dúos hasta que le dieran el alta.

Así que Chimmie y yo estaríamos de primeros aun con las protestas de Suga y Tae. Alguien tenía que traer ropa para los que se quedaran y demás. Hitman y Moni pasaron primero antes de irse y según dijeron a excepción del vendaje Hobi estaba perfectamente.

No recordaba mucho de lo que había pasado y tenía ganas de ver a todos. Lena y Suga siguieron en orden hasta que Jimin y yo quedamos últimos y encargados de la guardia por si ocurría algo. El platinado se echó a llorar en cuanto entramos en la habitación.

—Lo siento…hyung…fue mi culpa…si no te hubiera llamado…

—Ahora estaría tirado en cualquier cuneta sabe Dios siquiera vivo…

—Hobi…

—No Jiminnie, gracias a esa llamada es que estoy vivo. De hecho hace días que sentía que algo iba mal con el underground.

El peli gris abrió los ojos como platos mientras yo me amarraba al respaldo de la silla. El largo flequillo de Hobi tapada el vendaje que envolvía su cabeza como una tira de hacer deporte. Mis manos se convirtieron en dos puños, quién sería el criminal que había ido tras de él aun sabiendo que iba a ayudar a la gente sin techo del underground con sus sesiones de baile callejero.

—¿Entonces dices que lo sabías?

—Más bien, era un presentimiento de que cada noche era observado. Supongo que sí puedo culpar a alguien es a la negligencia, pero qué vamos a hacerle, iba a suceder de una forma u otra…

—No tienes que ser positivo, hyung, sinceramente quisiera acabar con esos criminales con mis propias manos…

—Kookie…no juegues al superhéroe. Gracias a Dios y a la persona que me salvó todo fue bien, ahora solo debo concentrarme en la recuperación y…

— ¡Es indignante, Hobi! ¡Podías haber muerto, tonto positivista! ¿Y no quieres saber quién fue el cobarde que te atacó?

Salgo de la habitación. El portazo no llega a materializarse porque Jimin está en el umbral. Mis hipidos me traicionan mientras me escondo en la oscuridad del pasillo.

Por alguna razón, esto me duele más que a los demás y finalmente me derrumbo. Jimin no espera y me abraza, es un poco más bajo que yo, por eso acabo moqueándole el pelo, pero parece no importar. Solo dejo que me conforte sin palabras como Hobi también suele hacer.

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