t r e i n t a (iv)
Noté cómo pasaban por encima de mí. Oí un golpe en el suelo seguido de unos cuantos pasos torpes. No abrí los ojos; estaba demasiado cansado y empezaba a sentir lo que la gente llamaba ''resaca''. Por el momento no era tan terrible como la pintaban, pero sabía que empeoraría de un momento a otro. Por eso me quedé en la cama. Me acurruqué al notar que no estaba abrazando lo que fuera que estaba abrazando. No recordaba cómo ni cuando me había quedado dormido, pero sentía algo entre mis brazos. Al notar que ya no estaba, busqué la almohada para abrazarla. Volví a escuchar un golpe, como el de un cajón cerrándose. Entreabrí los ojos y giré la cabeza en dirección a al ruido.
Me costó reconocer a Aerin. Acababa de cerrar uno de los cajones de la cómoda y se ponía rápidamente una camiseta blanca. No reparó en mí. Hice como si no hubiera visto nada. Volví a acurrucarme entre las sábanas y cerré los ojos hasta que escuché a Aerin ponerse sus zapatos y abría la puerta del apartamento. Se marchó.
Volví a abrir los ojos. Fijé la mirada en el techo. Todavía podía notar el olor afrutado del pelo de Aerin... Entonces me acordé de que ella había dormido conmigo. No, yo había dormido con ella. Bueno, daba igual. Intenté dormir a pesar del dolor de cabeza que empezaba a intensificarse. Me froté los ojos, cansado, y me reincorporé despacio. Vi un vestido tirado en el suelo. Obviamente, no era mío. Entorné los ojos para verlo mejor. Chasqueé la lengua. Era el vestido de Aerin, hecho un desastre. Había una especie de borrón en mi memoria, y al ver el vestido negro el suelo, intenté recordar para asegurarme de que no había hecho ninguna estupidez con ella. Se estaba poniendo su ropa cuando me desperté. Era bastante sospechoso.
Lo último que recordaba era a Soyoung llorando borracha. Sí, hice que esa zorra llorara. En el fondo no me importaba. Se lo merecía. No me acordaba muy bien de lo que le dije, pero estaba seguro de que tampoco fue para tanto. Intenté hacer memoria una vez más, pero la cabeza empezaba a dolerme demasiado. También tenía sed. Opté por quedarme en la cama al ver lo lejos que estaba el frigorífico. Gruñí, me dejé caer en el colchón y me tapé hasta las orejas con las sábanas.
No podía quedarme dormido. Aún así, me quedé en la cama, intentando encontrar una posición cómoda. Me dolía todo el cuerpo. Me pregunté varias veces por qué había aceptado todas las cervezas que me habían ofrecido en aquella mierda de fiesta. Resoplé. Paseé la mirada por el apartamento, iluminado por la fuerte luz del sol de abril. Me quedé observando el vestido. No pasó como en las películas. No recordé nada de la noche anterior, y seguía pensando por qué el vestido de Aerin estaba en el suelo. Tenía una única hipótesis y esperaba que no fuera cierta. Miré hacia la cómoda con tal de dejar de pensar. Alguien -puede que un yo muy borracho- había colgado una nota de uno de los cajones. Intenté leerla desde la cama, pero la letra era demasiado pequeña. Después de cavilar mucho rato la idea, me levanté.
Arranque la hoja blanca para poder leerla. Al principio me costó enfocar la vista. No reconocí la letra como mía.
« he dejado tu sudadera en el cajón. me llevo tus pantalones porque me NIEGO a llevar el DESASTRE en el que se ha convertido MI vestido de 60000 won. un desastre que TÚ has hecho. no te guardo NADA de rencor. »
Di la vuelta al folio con la esperanza de encontrar alguna firma, aunque supuse que la nota sería de la estúpida de Aerin. Era la única persona capaz de escribir con tanto sarcasmo. Lancé de mala gana la nota de vuelta a la cómoda. Aproveché para beber medio litro de agua y tomarme un par de pastillas para el dolor de cabeza. Por alguna razón, mis ojos siempre terminaban clavados en aquel vestido. Caminé hasta que mis pies estuvieron a punto de pisarlo. Me acuclillé para cogerlo. Lo estiré.
Sí, estaba hecho un puto desastre. Arrugado, algo húmedo y con manchas de comida. Fruncí el ceño. ¿En serio había hecho yo eso? Lo dejé en el respaldo de la silla de mi escritorio. Quizá Aerin volví a por él.
Dormí unas cuantas horas más. O días. O semanas. Cuando me desperté, no había tanta luz como la primera vez. Con un quejido, alargué el brazo para alcanzar mi teléfono y mirar la hora. Tenía siete mensajes. Seis de la puta pesada de Soyoung, uno de Aerin. Ni siquiera miré los mensajes de la primera. Los borré directamente. No me interesaba lo que quería decirme y tampoco quería saber por qué me había vuelto a hablar. Le dejé claro que no volviera a molestarme, pero lo hacía igualmente.
Suspiré. Miré el mensaje de mi única amiga.
Aerin
qué tal la resaca? 😉
10:45
Necesito café
16:08
no me digas que te acabas de despertar ahora
16:10
¿Y qué esperas que haga?
16:10
¿Me traes café o no?
16:10
no
16:10
Eres una mala amiga
16:11
aguanté tus ronquidos toda la noche
16:11
Yo no ronco
16:11
Audio (00:32)
16:11
y ahora es cuando me dejas en leído porque no vas a aceptar que roncas como un viejo de setenta años
✔✔Leído a las 16:11
Aerin
17:06
Me estoy muriendo
17:06
Necesito café
17:06
Eres mi amiga
17:06
Una mala amiga
17:06
te jodessssss 🙆💕
17:07
Pienso escupir en tus putas Adidas todos los días de mi vida
17:07
y si no las llevo?
17:08
Romperé todos tus iluminadores
17:08
cómo has dicho que quieres tu café?
17:08
americano?
17:08
Sí
17:09
Que no esté frío pero tampoco caliente ni templado
17:09
No quiero azúcar refinado
17:09
Y tampoco lo agites
17:09
vaaaaaaale
17:10
Dejé el teléfono bajo la almohada. Sabiendo como era Aerin, seguro que se presentaba en el apartamento en unos escasos diez minutos.
Me equivocaba. Me dio tiempo a echarme otra siesta, a ducharme y a volver a dormir algo menos de media hora. Escuché el irritante sonido del timbre casi tres horas después de que Aerin me enviara el último mensaje. Me acerqué a la puerta a regañadientes. De no ser porque ella llevaba una bolsa de papel con dos vasos de café dentro, le hubiera cerrado la puerta en las narices.
— Ya era hora.
— Es sólo el comienzo de mi venganza. — dijo. Pasó al apartamento como si fuera su puta casa, se quitó sus archiconocidas Adidas rosa chillón y las lanzó contra mis zapatos. — Toma, tu café.
Me tendió la bolsa. Se la arrebaté de las manos y saqué uno de los dos vasos blancos. Le quité la tapa para ver si de verdad era el café americano que le pedí. Bufé. — ¿Qué mierda es esta?
— Latte con leche de almendra. Te vendrá bien para la resaca. — me dedicó una sonrisa fingida. — ¡Anda, mi vestido! Qué considerado, ¿no, Yoongi? Te has dignado a ponerlo en la silla. — hablaba con recelo. Con rencor. Rodé los ojos y me guardé cualquier comentario que tuviera que ver con lo fea e irritante que era su voz. Retumbaba en mis oídos.
— Joder, estaba borracho. ¿Crees que me acuerdo de lo que hice? — espeté.
— ¿No te acuerdas? Tranquilo. Te lo explicaré todo. — se dejó caer en la cama desecha. Dio un par de palmaditas a su lado sin dejar de sonreír maliciosamente. — Siéntate, querido amigo, y escucha las aventuras de ''Yoongi, el borracho con un trastorno disociativo de la identidad y su mejor amiga la reina Aerin''.
Giré la silla del escritorio y me senté en ella, mirando de frente a Aerin. Me pregunté si realmente quería escuchar o no.
— Bien, todo comenzó cuando a nuestro querido Yoongi le dieron unas cuantas cervecitas de más. — continuó — La reina Aerin partió en su busca, porque a pesar de que unas cuantas zorras digan que es una egoísta no es verdad, y encontró al borrachito rogando por ayuda. Marcharon en una difícil empresa de vuelta a sus casas, pero, ¡oh! Empezó a diluviar.
— Ve al grano.
— Te subiste a mi espalda y estuviste toda la noche llamándome ''Aerinnie''. — soltó, mirándome bastante cabreada. — ¿Sabes? Eres muy pegajoso cuando estás borracho. O eso, o sigues echando de menos al peluche con el que dormías de pequeño. Estuviste abrazándome todo el rato. Después me dijiste que si podías besarme otra vez.
No pude evitar reírme. No podía decirlo en serio. — Estás de coña.
— Uh, no. — hizo un gesto apático con la mano. Después movió el índice de lado a lado con ese aire descarado tan suyo. — No estoy de broma. Roncaste como un jodido viejo, estuviste a punto de ahorcarme por la cintura y, si te hubiera dejado, me hubieras soltado todas tus fantasías con Soyoung.
— Eso último es mentira.
— Sí, pero podría no serlo. — dijo. Sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón vaquero y me lo tendió, con la pantalla encendida. — ''Yoooo, Aerin, ¡me han dicho que somos amigos!''
— Dame esa mierda.
— No, que a lo mejor lanzas el teléfono a la basura y lo estropeas como el vestido. — replicó. Sólo entendí ''rencor, rencor, rencor, rencor''. — Me hablaste de Kumamon y de tu amor por ese dibujito. ¡Ah! Y también rapeas bien, seguro que te escogen en alguna de las tres grandes.
Enarqué las cejas. Así que se lo he contado.
— Voy a abrirte la puerta... Así te vas yendo.
Suspiró. — Sí, mis padres estarán esperándome para cenar ya. — Aerin se levantó de la cama. Estiró la espalda, alzando los brazos y tirando de ellos hacia arriba. Se volvió para echar un vistazo al vestido. — Mmh... Me lo llevaré. Intentaré que vuelva a ser el vestido que era antes.
No dije nada. Sólo quería que se marchara de allí. Pasó a mí lado, aunque no se detuvo. Cogió el vestido negro y lo llevó entre sus brazos. Cruzamos una mirada rápida. Estaba seguro de que Aerin quiso decir algo. Se despidió de mí con la mano, con un gesto alegre, se puso sus horribles Adidas y se marchó dando un portazo.
Abrió la puerta nada más cerrarla. ㅡ Lo siento, no quería cerrar tan fuerte... ㅡ se rió con suavidad. Asomó la mano y la agitó otra vez para despedirse. ㅡ Ciao, bellisimo.
Me senté al borde de la cama cuando Aerin se fue. Apoyé los codos en mis rodillas y me froté la cara, cansado y algo arrepentido.
Chasqueé la lengua por enésima vez. Después del arrepentimiento llegó la etapa de morirse de vergüenza. Enterré la cara en la almohada, pero fue peor. Todavía guardaba el olor de Aerin.
Apoyé la cabeza contra la pared. Suspiré. Empezaban a gustarme demasiadas cosas de ella.
*****
Yoongs 🎹🎶
No siento lo del otro día porque lo único de lo que me arrepiento es de beber por la resaca, pero lo siento.
23:00
fue divertido
23:00
No era mi intención
23:02
Lo juro
23:02
por kumamon?
23:05
No te pases 😒
23:05
bah
23:06
no pasa nada
23:06
sólo te guardo un poco de rencor por estropear mi vestido
23:06
Tienes otros tres prácticamente iguales
23:39
pero no es lo mismo 😢
23:39
Bueno, pues lo siento.
23:39
por qué tengo la sensación de que estás molesto conmigo?
23:40
heyyyyyy 😤
23:40
es porque invadí tu espacio vital??
23:40
porque tardé mucho con el café? 🤔🤔
23:40
joo yoongs 😣
23:40
no seas así conmigo
23:40
No estoy molesto
23:59
no me mientas 🌚
00:00
puedes decírmelo
00:00
aunque tenga que ver con alguna de las zorras
00:00
Buenas noches
00:10
yoongi, no me gusta estar así con la gente a la que aprecio 😑😑
00:12
me niego a que estés molesto sin que yo sepa la razón
00:12
me caes bien, y si estás cabreado por mi culpa solo dímelo para que lo arregle
00:12
porque no me gustaría que nuestra amistad se fuera al traste por alguna de las gilipolleces que he hecho o dicho
00:12
aunque si no quieres, no me lo digas
00:12
haré lo posible para que dejes de estar con cara de haber chupado un limón
00:12
no me gusta verte así
00:13
tienes una sonrisa muy bonita!
00:13
**********
AAAAAAHHHHHH
NO TENGO PALABRAS CHIKS ESTOY ALTERADA CASI ME DA UN INFARTO DE MIOCARDIO 100% REAL NO FAKE
AH SI TENGO PALABRAS OSEA DONDE ESTÁN LAS LÍNEAS DE JHOPE EN SPRING DAY VAMOS A VER BIGHIT QUIERES PELEA?!?!?
(Btw tenéis que escuchar la canción de ynwa that shit is good shit)
A parte del M A R A V I L L O S O comeback de BTS, he de anunciaros que -por votación popular- ya tenemos cara para Aerin (y digo sólo cara porque es orientativo y el cuerpo no tiene nada que ver con cómo lo describo a parte del 1'70 que mide Hyejeong de AOA aka Aerin) (y no tenéis por qué imaginaros a Aerin como ella)
Pd. El último chat es varios días después de que yoongi estuviera borracho, así que #Aegi se han visto en clase antes de hablar por el chat
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