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Una cosa llevó a la otra. Nada es predecible, asi que simplemente hay que dejarse llevar, no sabia como, pero terminó almorzando con Yongmin y su familia.
La sobremesa era puras risas y chistes, Eun-ho se sentia feliz y tranquilo.
-Cha cha chaaan- Decia el señor Lee. Apoyando en la mesa el gran álbum de fotos.- ¿Eun-ho quieres ver?- preguntó con una sonrisa divertida. Eun-ho miró a Yongmin, con cara de horror mirando aquel álbum.
-Si señor- dijo con una sonrisa enorme y asintiendo.
El señor Lee se levantó, corriendo feliz a donde estaba Eun-ho, dejando el álbum entre su esposa y el chico.
-¡Enserio, no quieres verlo!- decia Yongmin tratando de sacarles el álbum.
-Si quiere- dijo su hermana mayor, mirando con una sonrisa al pequeño que estaba junto a su madre.
-Esta fue una vez, en la que Yongmin se vistió para un acto escolar y...- Ahí empezaba el sufirmiento de Yongmin. Se escondió tras sus manos, escuchando las risas de sus hermanas, y también la de Eun-ho.
Después de ver todas las fotos, y avergonzar un poco a Yongmin, siguieron charlando, entre preguntas, chistes y anécdotas.
-¿Y a dónde irán para estudiar o qué?- preguntó curiosa Sun-Hee.
Eun-ho lo meditó un poco.
-No creo tener todos los libros necesarios, asi que iremos a la biblioteca, ¿Te parece?.- Miró a Yongmin, este asintió despacio.
-Eso si, me quiero acostar un rato, además de que hace frio.
El señor Lee interrumpió la conversación.
-Levantemos, suban y ven que hacen ¿Si?.
Asintiron, todos empezaron a levantar las cosas del almuerzo, Chae-young la hermana mayor de Yongmin, lo seguia, charlando con Eun-ho. Asi fueron levantando todo, hasta dejar la mesa vacia, solo con un mantel blanco.
-Listo, muchas gracias- agradecia Sun-Hee mientras abria la canilla para lavar los platos.
-De nada señora.- Caminó hacia el comedor, encontrandose con Yongmin, haciendole señas para que lo siguiera. Y eso hizo, subiendo hasta su habitación, Yongmin sentado en la silla del escritorio y Eun-ho dejándose caer en la cama.
-¿Entonces..?- la pregunta quedó en el aire, esperando a ser respondida.
-Creo que seria mejor, descansar un mini rato y luego ir a la biblioteca.
-Me parece bien... ¿Pongo una alarma?
-Si, por favor.
-Son las 14:15... ¿te parece a las 17:00?
-Perfecto.
Y activó la alarma. La dejó en la mesita de luz y se lanzó a la cama, a un lado de Eun-ho.
-¿Quieres dormir?- preguntó acomodandose.
-No... no tanto realmente- hablo bajito, jugando con sus dedos.
-¿Entonces...?.
-Nose- se encogió de hombros- no estoy mucho en la casa de otros compañeros que no sea Minho.
-Entiendo. ¿Quieres jugar con el gato?
Eun-ho se encogió de hombros nuevamente, asintiendo despacio. Le daba vergüenza pedir cosas en casa ajena.
-Va, entonces.- Se levantó Yongmin. En busca del gatito, un minuto más tarde, volvia con el gatito en mano.
-Gracias.- se acercaba a él, chasqueando los dedos para obtener la atención del felino. Yongmin caminó hacia su cama, sacando su móvil para jugar videojuegos un rato. Y así pasaron los minutos, cada uno en su mundo, en una atmósfera cálida, cómoda y acogedora.
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-Es hora.- avisó Yongmin apagando la alarma.
-Esta bien- respondió Eun-ho con el gatito durmiendo en su regazo. Lo tomó con cuidado, tratando de no despertarlo, agradecia que fuera un cachorro. Yongmin lo ayudó a pararse, luego dejaron al gatito en la cama, tomaron sus cosas y bajaron.
-Hijo- lo llamó su madre.
-Esperame afuera, Eun-ho.- Asintió y salió, Yongmin fue hasta donde su mamá.
-Acuerda lo que te dijo la directora, tratalo bien, o tendrás consecuencias. Ese chico me ha caido de maravilla.
Yongmin se quedó en silencio, asintiendo despacio.
-Si mamá.
-Ahora ve, que les vaya lindo.- Y desapareció por la cocina.
Yongmin caminó fuera de la casa, cerrando la puerta y haciendole señas a Eun-ho para que lo siguiera.
-¿La biblioteca más cercana?- Preguntó.
-Por hoy si, otro dia me gustaria llevarte a otra, en sí es muy completa, no hay un solo libro que no encuentres.
-Esta bien.
Caminaron en silencio, Eun-ho dejando guiarse por Yongmin, mientras miraba lo lindo que era ese barrio. Unas cuantas calles más y habian llegaron.
Una cafeteria moderna, o eso aparentaba. Adentro era una biblioteca, con un sector de bebidas, demasiado lindo e iluminado.
Los libros ordenados, destacaban en él. Una increible mezcla de colores azul y rosa pastel adornaban el lugar, mientras que afuera, unas tiras de hojas artificiales caian por las paredes y algunas ventanas y el cartel con letras blancas arriba de las puertas "The coffee roost". Un lugar maravilloso, que deleitaba con solo verle.
Eun-ho se quedó mirando maravillado. Yongmin sonrió leve, ese lugar era su favorito en el barrio.
-Vamos.- Bajó de su nube a Eun-ho, quien miraba asombrado el lugar.
Entraron tranquilos, una joven de cabellos ondulados y rojos los atendió.
-Bienvenidos a la cafeteria/biblioteca " The coffee roost". El lugar donde puedes leer y disfrutar de nuestro delicioso café al mismo tiempo, una experiencia única.- Decía orgullosa; con una sonrisa que no le cabía en la cara, y no era la única, Eun-ho tenia una sonrisa de oreja a oreja.- Enseguida los atiendo, por el mostrador.-Se hizo a un lado, guiándolos hacia la gran biblioteca.
Tomaron asiento en una de las mesas junto a la ventana, uno en frente del otro.
-Puedes buscar los libros que quieras, yo iré a pedir algo ¿Tu qué quieres de tomar o comer?.- Ambos dejaban sus cosas en las sillas.
-Un licuado de chocolate estaria bien, gracias.- Respondió parandose, llendo hacia los estántes, buscando libro por libro.
Yongmin tomó rumbo contrario, apareciendo en el mostrador, dandole una mirada coqueta a la pelirroja.
-¿Qué desea ordenar, guapo?- preguntó con una sonrisa pícara.
-Un licuado de chocolate y un café con dos tostadas, por favor.
-Claro, enseguida- caminó hacia la cocina, moviendo exageradamente sus caderas, para seguir llamando la atención.
Unos minutos después volvió con el pedido y la cuenta, para dejar todo pagado. Yongmin anotó su número celular detás del papel, la chica solo sonrió, recibiendo también la propina.
Caminó hacia la mesa donde estaban sentados. Viendo de lejos a Eun-ho, quien se veia pequeño con el enorme buzo, y que ahora llevaba puesto unos lentes. Recordó lo que su mamá le habia dicho.
"Tratalo bien, o tendrás consecuencias. Ese chico me ha caido de maravilla". Tratarlo bien... podia, no era un inadaptado, ¿O si?. No, por supuesto que no.
Caminó hacia Eun-ho, apoyando cuidadosamente las cosas sobre la mesa, corriendo unos cuantos libros.
Eun-ho dejó de escribir y levantó la mirada, sonriendo.
-Se ve delicioso.- se sacó los lentes.
-La verdad que si...- dudó un momento, de preguntar, pero lo hizo.- ¿Por qué esos lentes?
-Los uso para descansar la vista, aunque la tenga exelente me duele la cabeza..- contestó tomando el gran vaso con su licuado, dandole un sorbo. Una sonrisa se volvió a colar por sus labios.
-¿Empezamos?- preguntó Yongmin, Eun-ho asintiendo al instante, tomando sus lentes y colocandoselos nuevamente.
1193 palabras.
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