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Yongmin
Eun-ho, queria saber si hoy por la tarde puedes venir a mi casa, para ayudarme como tutor.
11:30 am
Hola Yongmin. Claro, dime a que hora..
11:31 am
Mmm.. ¿A las 18?
11:31 am
Si, ahí estaré.
11:31 am.
Bien, enseguida te paso
la dirección.🙋🏻♂️
11:32 am
ᶠⁱʳˢᵗ ˡᵒᵛᵉ
-¿Pasó algo?- preguntó Minho, llevandose otro pedazo de budin a la boca.
-Nada..-suspiró- Solo que, Yongmin quiere que vaya a su casa, para ayudarle y todo eso.- Hacia gestos con las manos, restandole importancia.- fue la conversación más corta que he tenido en mi vida, asi por mensaje.- dijo apagando el aparato.
-Tienes que llevar algo- tragó- comida.. un regalo. Algo Eun-ho.
-Conocimiento y libros ¿cuenta?- preguntó riendo, agarrando una galleta. Minho le tiró un envoltorio.
-No bobo. Tsk, ¿sabes qué? Tu amigo favorito te salvará el pellejo- dijo agarrando su celular, abriendo los ojos de manera graciosa haciendo reir a Eun-ho.- Le pediré a mi mamá que cocine unas galletas, comerás en mi casa y de ahí iras a la casa de Yongmin ¿Te parece?- lo miró.
-Claro..- sonrió chiquito.
Siguieron comiendo y hablando, común, lo que hacían en todos los recreos. Hasta que la campana volviera a anunciar, el fin de este.
El resto del dia siguió tranquilo, sin nada sobresaliente, nada fuera de lo común. Asi que, tranquilamente, podrian ir a casa.
ᶠⁱʳˢᵗ ˡᵒᵛᵉ
Caminaron hacia la salida, destruidos, una hora atrás habian tenido Educación Fisica... y el único ejercicio que ellos se permitian hacer era ir al colegio y volver.
-Tomemos ese autobús, nos dejará en la puerta de mi casa.- Dijo Minho, señalandolo. Subieron al micro y pagaron sus boletos, notando que este estaba repleto de gente, se quedaron parados.
Charlaban bajito para no molestar a los demás, poco a poco el micro se vaciaba, pero no del todo. Una llamada los interrumpió, el celular de Minho sonó, mostrando una llamada de su primo.
Hablo un pequeño rato. Luego de eso colgó y con una mueca cansada y triste miró a Eun-ho.
-Era mi primo, dice que quiere que pase a buscar unos papeles.. ¿Qué quieres hacer?
Eun-ho lo pensó un momento.
- Voy a tu casa, y te espero. ¿Te parece?¿O a mi casa?.
Minho sonrió.
-Me bajo en unas cuantas calles. Cualquiera está bien, cualquier cosa llamame ¿Okey?
-Okey.- sonrió también.
Se despidieron, Minho bajó, dejandolo solo. Se puso los auriculares, así se distrairía un rato.
En ese autobús siempre habian compañeros suyos, del equipo, de otros cursos, más grandes y más chicos. Cerró los ojos unos momentos, cansado.
Una mano se coló por su cintura; haciendo que despertara de golpe, mirando la mano que lo afirmaba, luego al dueño de esta... ¿Yongmin?.
No entendió, no hasta que vio el ceño fruncido de este, mirando a un costado suyo.
Un señor de más de treinta y cinco años. Miraba a Yongmin con mala cara, alejandose y bajando del autobús.
Pausó la música, y lo miró.
-Perdón.. -dijo- Es que...
-No pasa nada -sonrió- muchas gracias.
Se quedaron mirando unos momentos, sus corazones latían muy rápido, y no sabían el porqué. La diferencia entre Yongmin y Eun-ho era mediana. Yongmin le llevaba dos cabezas y media, y eso hacia, que Eun-ho se viera más adorable para el resto.
Se quedaron en silencio unos segundos más, hasta que por fin Yongmin habló.
-¿Hacia dónde vas?- dijo soltando su cintura.
-A la casa de mi tia.- sonrió para si mismo.
-Ya veo..- miró al rededor. Seguian parados, Yongmin tenia las piernas adoloridas, el entrenamiento lo habia dejado cansado, queria sentarse.
Vió unos asientos libres y los señalo.
-Sentemonos ahi- Tocó la espalda de Eun-ho para que este se moviera. Caminaron hasta los asientos, sentandose. Eun-ho junto a la ventana.
Siguieron en silencio un momento más, mientras Eun-ho guardaba los auriculares.
-¿Qué te parece si vienes a comer a mi casa?- propuso Yongmin.- Seria más fácil, ¿no?.
Eun-ho lo meditó unos segundos.
-Bueno...- aceptó. Sacó su celular para decirle a Minho que no se preocupara, que surgió algo repentino y no podria ir, una respuesta rápida llego, "ok".
-¿Tienes sueño?- le preguntó Yongmin.
-Un poco- susurró mirando por la ventana.
-Duerme un rato, te avisaré cuando bajemos.
Eun-ho asintió, cerrando sus ojos, apoyandose contra la ventana. Unos minutos después estaba completamente dormido.
Mientras tanto, Yongmin le avisaba a su madre que llevaria a su tutor, que cocinara un poco más de comida. Gracias al instituo no llevaban uniforme, solo ropa casual. Guardó el celular en su bolsillo, mirando a Eun-ho, quien tenia varios mechones en la cara.
Se acercó para tomar su carita con cuidado y apoyarla contra su hombro. Agarró su mochila y la puso en el suelo, afirmandola contra sus piernas.
Se sentía raro, pero cómodo. Sin darse cuenta, se durmió también, sobre la cabeza de Eun-ho. Cualquier persona que no los conociera pensaria que son pareja, porque esa imágen daban en el momento... la de una pareja.
ᶠⁱʳˢᵗ ˡᵒᵛᵉ
-Eun-ho.. -sintió como un susurro se colaba por sus oidos, frunció el ceño, estaba realmente cansado y queria seguir durmiendo. No sabe sobre qué se habia quedado dormido, pero le pareció el lugar más cómodo del planeta tierra. Y ese susurro lejano volvió- Eun-ho, despierta.
No tuvo más opción que abrir los ojos, despacio, acostumbrandose a la luz. Sintió una mano en su hombro derecho.
-Por favor, faltan unas cuadras- Y la voz seguia. De repente escuchó una tercera, esta de una mujer mayor.
-Joven, ¿porqué no lo llevas en brazos? Se ve chiquito y bonito... ¿Acaso es tu novio?- Levantó la cabeza de golpe, todavia somnoliento y con el pelo revuelto.
-N-no señora.. es un amigo.
Con los ojos hinchados, por la reciente siestita, lo miró.
-Vamos, despierta.- le revolvió más el pelo.
-Ssi.. si.- hizo un puchero.
-Hacen una linda pareja- Seguía la señora- desde lejos se ven como una, una muy adorable.- Yongmin queria bajar ¡YA!. Otro comentario de la anciana, agarraba sus cosas, las de Eun-ho y a este mismo; y bajaba lo más rápido posible.
-¿Ya Eun-ho?- ignoró el comentario de la mujer.
-S-si..- se fregó sus ojitos.
- Entonces vamos.- le tomó la mano y se paró. Eun-ho terminó de abrir los ojos, notando que Yongmin cargaba ambas mochilas. Miró sus manos, estaban entrelazadas, bajó la cabeza ruborizado.
Bajaron del autobús, todavia con las manos entrelazadas. Eun-ho corria de puntitas, para que Yongmin no se fuera con brazo y útiles.
-¡Espera!- dijo. Yongmin lo miró y frenó, soltando sus manos, ruborizado al notarlo.- No tengo piernas tan largas, camina más despacio por favor..
Yongmin rió.
-Esta bien.
-Mmm... ¿Me das mi mochila?
-No- negó con la cabeza, su pelo moviendose de un lado para otro.
Eun-ho hizo un puchero.
-¿Por qué no?
-Porque en el autobús me di cuenta de que estas muy chiquito- rió. Eun-ho puso su mejor cara de indignado, haciendo reir más a Yongmin.- Perdón, fue un mal chiste. Igual no me molesta llevar dos mochilas...
Eun-ho se tapó la boca, para no abrir la bocota. Casi casi se le salía un "¿No te molesta, porque estás acostumbrado a traer a las babosas del equipo de porristas?".
Caminaron un rato más, el sol frio de medio dia sobre sus cabezas.
-Ya casi llegamos.- Avisó Yongmin.
Eun-ho asintió cerrando sus ojos.
Era un barrio sencillo, pero muy bonito, los árboles sin hojas debido a la llegada del invierno.
-Ven.
¿Era solo Eun-ho o Yongmin estaba más pegajoso que nunca?. Se paró atrás de Yongmin, esperando a que abriera la puerta, lo escuchó suspirar. Y se dió vuelta.
-Mi familia se puede... emocionar, demasiado. Asi que perdonalos si se pasan.- Eun-ho asintió, al menos se emocionaban y no...
Yongmin suspiró una vez más, y abrió la puerta.
Se oían algunas voces, pero en sí todo estaba tranquilo. Se veia un pequeño gato sentado en las escaleras, Eun-ho sonreia. Yongmin entró a la casa también, viendo la enorme felicidad de Eun-ho.
-¿Te gustan los animales?.- Sonrió, de todas las personas que llevó a casa, todas ignoraban al pobre gatito, diciendo que preferian a los perros.
-Me encantan- Dijo. Sonrió hasta que sus ojos se hicieron unas lindas y pequeñas medialunas.- Me encantan todos los animales, asi, en general... exepto los bichos.- Yongmin cerró la puerta, una voz resonó en el lugar.
-¡Llegaron!- Yongmin se cubrió la cara con las manos, y Eun-ho... él queria que el pequeño gatito se acercara a él, no habia escuchado a la mujer.
-Si mamá... llegamos.
Sun-Hee dio un pequeño gritito.
-Lo quiero ver.- Llegó corriendo a donde se encontraban, Eun-ho estaba sumergido en su mundo, haciendo ruiditos lindos, para atraer al felino. Sun-Hee se colocó al lado de su hijo- Es hermoso- se secó una falsa lágrima.
Cuando el gatito por fin estuvo en sus manos, se levantó acariciandolo, notando por primera vez, que la madre de Yongmin estaba allí y se ruborizó.
-Hola señora, un gusto- la saludó.
-Encima educado- dijo para sí.- Hola, bienvenido- dejó parado a su hijo y fue a abrazarlo.
Eun-ho no recibia muchos abrazos, la última vez que recibió uno que no fuera de parte de su abuela, fue a los diez años.
Se separaron del abrazo. La mujer sonriendo de oreja a oreja, tomandolo de los hombros.
-Aver... sonrie cariño.- Eun-ho sonrió al ver la cara roja de Yongmin, llena de vergüenza. Sonrió hasta que, como de costumbre, sus ojos se hicieron dos medialunas.- Dios, hijo sonrie como un ángel.- Se dió vuelta para mirarlo.
-Si mamá- dijo cubriendose la cara.- Ven Eun-ho, dejaremos las cosas en mi habitación.
-Esta bien- sonrió- ¿Puedo subir al gatito?.
Yongmin sonrió.
-Claro.
Yongmin fue el primero en subir, seguido de Eun-ho. Caminaron hasta la última habitacion.
El lugar estaba lleno de posters, libros y la cama. Muy ordenado.
Yongmin dejó las mochilas a un lado de la puerta, y fue a buscar algo en el placard. Eun-ho seguia acariciando al gato, admirando todo lo que habia.
-Ten- lanzó un buzo a la cama.- Pontelo, hace frio, y eso es muy liviano..
-Está bien.- dejó al gatito a un lado, y se sacó su buzo marrón.
-A mi me queda dos tallas más grandes- explicaba mientras se sacaba las zapatillas.- A ti te ha de quedar enorme..
-Sip- pasó el brazo por la manga- un poquito- hizo el diminutivo con sus dedos.
-¡A comer!- se escuchó desde abajo. La cabeza de Eun-ho salió a la luz, su suave pelo rebotando levemente tras ponerse el buzo.
-¡Toy! - dijo sonriendo tímidamente.
-Bajemos entonces.
Bajaron por las escaleras, siendo seguidos por el gatito. Luego de haber ido a lavarse las manos, caminaron hacia el comedor, un delicioso olor a comida inundó sus fosas nasales.
-¡Hola! ¿Tienen hambre?- la gran aparición de su padre, era pasar vergüenza de manera asegurada.
-Hola señor- sonrió chiquito.
-Vamos, sientense. Iré por algo.
-¡No! ¡Papá!- dijo Yongmin, elevando un poco la voz. Se avecinaba lo peor.
Llegó corriendo a la mesa, la hermana mayor de Yongmin tomando un lugar, seguida de su hermana menor, tomando lugar al lado de ella. Su madre llegó de la cocina, trayendo consigo la comida, tomando asiento e indicandoles que tomaran asiento.
-Vamos sientense.- dijo con una sonrisa. Habian dejado dos lugares, uno al lado del otro. Yongmin estaba rojo hasta las orejas, tratando de no reclamar.
-Si mamá- fue lo único que contestó. Camino hacia los asientos. Sentados uno al lado de otro, era una competencia ¿Quién tendria más vergüenza?. Al momento de traer a cualquier ser humano a casa, era vergüenza asegurada.
A los pocos minutos llegó su padre, con un álbum de fotos en las manos, ellos aprovecharian cualquier momento para avergonzar, se cubrió la cara con las manos.
2000 palabras. Pensé que no me alcanzaria je..
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