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La habían pasado bien, cosa a la que Yongmin no le tenia mucha fé. Salieron del café/biblioteca, satisfechos, con apuntes y sonrisas.

Una pelirroja miraba con mala cara a ambos jovenes que salían por la puerta cada semana.

Y asi pasó el tiempo. Tres veces por semana, se juntaban para ayudar, y sin darse cuenta, se iban acercando más y más.

Habían cosas que no cambiaban. . . Yongmin era, una doble cara. Por un lado estaba un Yongmin amable, soportable, tranquilo, 0 violencia, que sonreia y era muy pegajoso y bueno con Eun-ho. Luego uno totalmente distinto, violencia al mil, insoportable, ignorante.

Era un juego interminable, tenian muchas discusiones en "The coffe roost". ¿Habrá sido la primera pelea la que desató todo?. Luego de un ardúo mes de tutor, Eun-ho habia quedado exhausto, sin ganas de nada, sin saber como sobrevivir a fin de mes.

Esa tarde, llegó más temprano que Yongmin, solo para tener un mini tiempo extra para pagar las cuentas de la casa, el médico diario de su abuela, la escuela y un montón de cosas más. Y aún con su trabajo de medio tiempo, casi no le alcanzaba.

Frustrado, sacó la calculadora, para confirmar los resultados de sus cuentas. Sentado, entre libros, cuadernos y cuentas se encontraba una ves más. Más agotado que nunca, esperaba a que Yongmin le cancelara, así podria hacer todo con más tranquilidad.

Cosa que no pasó... no vió a Yongmim entrar, tampoco cuando se le acercó por detrás, no hasta que este habló.

-¿Qué haces?- preguntó mirando la hoja, tarde, Eun-ho no podria decir otra cosa más que la verdad. Y no le gustaba, porque los chicos de su edad no andan preocupados por la vida por las cuentas, solo disfrutan de su etapa adolescente.

Eun-ho suspiró antes de hablar.

-Cuentas..- cayendo rendido, se apoyó contra la mesa.

-¿De?- Yongmin tomó asiento a su lado, bueno, al menos hoy esta en el lado soportable...

-Todo... casa, médico, colegio, etc etc.- respondió aún apoyado contra la mesa. Cruzó sus brazos y se apoyo contra ellos, tratando de no estresarse de más, o terminaria llorando.

Yongmin se preocupó. ¿Por qué él tenia que pagar las cuentas y no sus padres?.

-Tus... ¿Tus papás no se hacen cargo de las cuentas?.

Eun-ho suspiró, aún en su lugarcito seguro, sus propios brazos. Dudó en contar... era mejor solo contar una parte, y aun asi no estaba cien por ciento seguro.

-Mi mamá murió cuando tenia cuatro- comenzó diciendo, saliendo de su escondite, evitó mirar a Yongmin.- Después de eso mi abuela se encargó de mi, y a los trece tuvo que ser al revés.

Yongmin solo lo miraba, en silencio.

-¿Y tu papá?

Eun-ho bajó la vista, hasta ahí llego la anécdota.
Yongmin entendió, que el tema dió por terminado, asique solo sacó su cuaderno y esperó a que Eun-ho comenzara. Y asi se entretuvo un rato, dejando las cuentas de lado por momento.

-Si... hoy, ¿Lengua, no?- Yongmin asintió. Se acostumbró a verlo, con el pelo desordenado, esos mechones algo rubios colandose por su frente, y por primera vez en una biblioteca, algo que nunca habia pensado, solo sonrió al verlo. ¿Por qué? No sabia... habia empezado a disfrutar de esos momentos, admirando el perfil de Eun-ho, uno maravilloso por cierto. Él siempre del lado de la ventana, esos rayos de sol haciendo una magnífica imágen para Yongmin.

Un raro sentimiento se apoderaba de él, incontrolable, pero no le molestaba.

-Si, lengua.- afirmó Yongmin una vez más.

-Comenzamos entonces- Dijo Eun-ho acomodandose en la silla, mirandolo y poniendo los lentes en su lugar.

Y asi pasaron la tarde, hasta que marcaron las nueve.

ᶠⁱʳˢᵗ ˡᵒᵛᵉ

-Eun-ho..- dijo Yongmin, mientras Eun-ho guardaba sus cosas, menos las cuentas. Hizo un sonidito con la garganta, dando a entender que lo escuchaba.- ¿La pasas bien?- Eun-ho lo miró, alzando una ceja.

-¿Cómo?.

-S-si.. si la pasas bien en estas horas de estudio.- ¿Por qué se ponia tímido? ¿¡Por qué tartamudeaba!?. Eun-ho pareció pensarlo, cerrando la mochila y poniendo los brazos sobre la mesa.

-¿A qué viene esa pregunta?

-Responde.

-Mm.. si.. ¿Por?

Yongmin se encogió de hombros.

-Preguntaba... ¿ La pasas bien cuando estamos aqui juntos?.- lo miro fijo.

-¿Si...?

-Listo, era eso.-dijo restandole importancia.
Eun-ho abrió los ojos.

-No no, dime porque preguntabas.- Dijo tocandole el brazo y reclamandole.

-Me preguntaba...-comenzó- si quieres que seamos amigos.- Fue directo, mirandolo, y poniendose nervioso al instante. La cara de Eun-ho era graciosa, pero daba miedo.

-¿Enserio?, ¿¡Después de que me hayas golpeado!?- preguntó exhaltado con el ceño fruncido. Yongmin se sorprendió, habia olvidado... unos detallitos.

-Si, y perdón por eso. Pero para estar mejor cuando me ayudas a estudiar tenemos que tener un lindo vínculo, ¿no?- se rescó la nuca.

-¿Y si pongo condiciones?-jygaba con el lápiz, mirandolo curioso.

-¿Cuáles condiciones?

-Mm. Ambos podriamos poner condiciones, y si no las cumplimos, en mi caso le diré a la directora.

-E-esta bien.- En el curso, Eun-ho era el sinónimo de felicidad, y a pesar de que él le hizo daño siempre tenia una sonrisa.

-Uno: no me golpearas más.- se quedaron en silencio unos minutos, Yongmin esperando a que la lista siguiera.

-¿Y...?

-Ya ta.- respondió, haciendo levemente una boquita de pato.

-Bien.. yo no tengo nada la verdad. Creo que solo tu podras poner esas condiciones, yo estoy bien asi.

-Okey..- miró por la ventana, y luego volvió su vista hacia Yongmin.- ¿Trato?- estiro su mano.

-Trato.

Estrecharon sus manos con una sonrisa.

El celular de Eun-ho sonó, interrumpiendo el momento.

-¿Hola?, ¿Qué pasó tia?.- Yongmin estaba en silencio, solo lo observaba.- ¿Q-quieres que vaya para allá?. Si, si si... okey.. adiós.

Preocupado guardó el celular en la mochila, mordiendose el labio inferior como de costumbre.

-¿Qué pasa?- preguntó Yongmin, tenia esa rara necesidad de querer ayudarlo. Meses habian pasado, y Eun-ho cada vez se veia más nervioso.

-Nada, nada.

Colocandose los lentes, empezó a sacar cuentas para pagar. Ignorando a Yongmin, que seguía ahí, pero debió irse hace minutos.

-¿Y si te ayudo?- Preguntó apoyandose en su mano.

-¿Sabes contar?- Bromeó Eun-ho.

Yongmin mostró su mejor cara de indignado. Tocandose el pecho dramáticamente.

-¡Obvio tutor!- decia, acomodandose en el asiento.- Pregunteme cuanto es diez más diez.

Eun-ho asintió.

-¿Diez más diez?

-Cincuenta- bromeó. Eun-ho rió suave, aceptando la ayuda de Yongmin. Le entregó unas cuantas cuotas, la de la luz y la del gas.

-Sumalas y luego juntamos esas con estas- señalaba las del médico y otras tantas. Yongmin asintió.

Y asi, hasta que marcaron las diez, se quedaron ahí, Yongmin ayudandolo; cuando bien podria haberse ido, dejandolo solo y sumergido en la desesperación de las cuotas. Tan sumergidos en eso, que no notaron que habia empezado a nevar...

1148 palabras

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