—Lo lamento chicos— me sentí mal por mentir— puedo ir con ustedes en otra ocasión.

Cancelé mis planes con Seungwoo y los chicos, poniendo una patética excusa de que debía ayudar a mi hermano con su trabajo. Nisiquiera ayudo a Ryuka a lavar los platos.

Devolví mis pasos hasta la academia, buscando una sala de prácticas vacía, no tenía ganas de volver a casa así que simplemente pondría música hasta que estuviera de ánimos para finalmente irme.

Puse el reproductor en aleatorio y me dejé caer acostada en el centro de la sala.

Luego sonó aquella estúpida canción que no me ayudaba en absoluto en momentos como este, pero ya me había acostado y las ganas de levantarme a cambiarla se reducían a cero.

Quiero ser el último, cariño, déjame ser tu último primer beso.

Que conveniente.

—Estúpido Jung Hoseok— suspiro, aunque no creo que realmente sea un estúpido— tal vez debí enamorarme del chico que vendía pasteles a dos cuadras de mi casa.

Aquello hubiese sido menos complicado y tendría pasteles gratis, engordaría, pero sería feliz y probablemente no hubiese tenido problemas para entender su actitud.

Creo.

«Te pertenezco y me perteneces»

—Debí habérselo puesto un poco más difícil—el techo tenía diseños coloridos, muy él— pero es Hoseokie, no puedo rechazarlo aunque sea correcto— niego con la cabeza repetidas veces— por eso estás como estás, Sewan.

Tal vez no debí haber audicionado, así me evitaba volver a verlo y cada uno seguía su vida como hasta aquel momento.

Pero, entonces no habría vuelto a ver a mi chico siendo un total idiota, con sus celos tontos... no habría sido besada de nuevo y nadie me amaría de la misma forma brusca que posee Hoseok.

—Debería regresarme a Gwangju con Hyeji un tiempo— la extraño mucho— me pregunto si Ryuka tendrá sus vacaciones pronto, así vamos ambos.

Tal vez estoy haciendo mucho drama y Hoseok está realmente muy ocupado.

—Igual es un idiota.

Apago la música y me levanto, hablar conmigo misma nuevamente no funciona, tomo mis cosas y asegurándome de que no se me olvida nada, decido que es mejor irme.

Al salir, me auto regaño pues el viento sopla horriblemente y la coleta que tanto me esmeré en mantener intacta se estropea con algunos mechones de cabello que se mueven de su lugar.

—Creí que ya estabas en casa.

No me sorprendo o asusto.

—Ya me iba— me despido— que pases buena noche.

Me sigue, porque nadie deja a Hoseok hablando solo y menos si sabe que están molestos a costa suya.

—Sewan— no respondo— ¿Quieres escucharme un segundo?

—No quiero.

—Muy madura, eh.

Detengo mis pasos.

—Déjame ser—  blanqueo los ojos, aunque no me ve, pues me niego a darle la cara— soy sensible, llorona y llevada de mi parecer, y necesito ser todo eso justo ahora así me vea muy infantil.

—Llegaste hoy pidiéndome tiempo y ahora me estás ignorando.

Bueno, aquello si me hizo voltear y verlo.

—No te pedí un solo minuto de tu preciado tiempo, fui a verte porque hace mucho no sabía de ti y me preocupé— suspira, viendo al suelo— pero no te preocupes, estás perfectamente así que dormiré tranquila.

—Sigues molesta.

—Ya te dije, ya te vi, no pasa nada— tiene esa expresión de "estás exagerando" que odiamos la mayoría de mujeres— nisiquiera me estás tomando enserio, no importa, puedes ocuparte de lo que tengas que hacer, puedo estar sin verte un tiempo más— cruzo mis brazos— no supe de ti durante años ¿crees que una semana más me afecta? no lo hace, para tu tranquilidad.

Se pasa las manos por el rostro y me observa, ahora si, dolido.

—Es precisamente por esa razón que siento que no tengo derecho a acercarme a ti— dice— estaba pensando ¿de acuerdo? estaba empezando a hacerme a la idea de que no es justo para ti, tampoco para mi.

Le devuelvo la mirada, confundida.

—¿Qué quieres decir?

—Me siento culpable— no... no debería— ha pasado mucho tiempo y ambos hemos cambiado en muchas formas, aún así... te amo, sigo adorandote como si nunca me hubiera ido de tu lado— bota aire— pero, sigues recordándome que lo arruiné, que no cumplí mis promesas y un sin fin de cosas más que sólo me hacen sentir peor.

—Hoseok-

—¿Crees que no sé que hice mal? lo tengo muy claro, Sewan— se muerde el labio inferior, está cuidando sus palabras— no tengo derecho a quejarme, pero aún así estoy molesto contigo, porque si bien yo debí cumplir mi palabra de volver... tu también podías venir y buscarme sin importar que tu intuición dijera que era muy tarde.

»Estoy cansado de sentirme mal, de sentirme culpable ¿quieres estar conmigo? probablemente si ¿yo quiero estar contigo? como un loco, lo anhelo a pesar de todo, la verdadera pregunta aquí es ¿superaremos todo esto o la brecha se hará más grande solo por errores del pasado? errores que, si queremos que no nos afecten, deberían quedarse en el pasado.