Para una pequeña Son Chaeyoung la vida era una de las cosas más preciadas que tenía en la vida, cosa que cambió levemente cuando sus padres se fueron, sabe muy bien que alguna razón tuvo que haber para que ellos ya no estén a su lado y que tenga que cuidarse a si sola, mientras más crece más ganas tiene de saber que es lo que pasó, ¿por qué le quitaron lo que más quería? Sigue preguntándose hasta el día de hoy pero hay una sola cosa que puede que sea la razón por la cual sucedió.

Y vive en la casa que está frente suyo, mira de un lado a otro sintiéndose nerviosa con mariposas en el estómago que se transforman en hermosos pájaros que vuelan de un lado a otro, siente nervios porque sabe muy bien como está Mina, después de casi golpear a Tzuyu para que le diga en realidad no fue así pero si que le insistió, le dijo así que por fin tomó la decisión de presentarse siendo la culpable de muchas cosas que le han pasado a la mayor a su casa porque siente que así deben ser las cosas, tiene la responsabilidad de solucionar las cosas.

Toca el timbre y la puerta se abre en menos de cinco segundos, casi que se le salen los ojos al ver a una señora de brazos cruzados y expresión molesta, creyó que sabía quién era así que lo primero que hizo fue juntar las manos para pedir perdón por todas las cosas, no le importaba que le gritara o le cerrará la puerta en la cara, ella lo único que quería era solucionar las cosas con Mina.

— Perdóneme —, la señora la mira raro y ella no entiende muy bien el por qué.

— ¿Quien eres? —, suelta el aire al saber que no sabe de quién se trata.

— Soy S-...Chaeyoung —, la idea era no decir su apellido porque si lo hacía tal vez iba a romper cada una de las cosas que tenía pensada hacer y debía escalar alguna casa para poder entrar a la de Mina para pedirle perdón, ¿Sería capaz de eso por Myoui? Siente que se está volviendo loca pero si sería muy capaz de hacerlo y como ochenta veces si es necesario.

— Mucho gusto —, hace una reverencia extrañada por como actúa, — soy la madre de Mina... —.

— Yo soy una de sus compañeras de la universidad —, sonríe y con eso se gana el corazón de la señora que la deja pasar, — Muy linda casa —, dice sin pensar.

— Muchas gracias —, parece estar orgullosa de que su casa sea así, las mejillas de Son se sonrojan tanto que se cubre un poco, — Eres muy adorable —, Mina que está viendo la televisión con su padre se extraña de lo que dice su madre así que con un poco de cuidado para no despertar a su papá que se quedó dormido en el minuto quince del programa, si que no tiene resistencia.

— ¿Quién es? —, pregunta y cuando se topa con Chaeyoung casi que se le sale el corazón, — Ho-hola —, la señora Myoui al darse cuenta lo que está sucediendo lentamente se va para dejarlas solas.

— Hola —, ambas desvían la mirada, una sintiéndose en las nubes y la otra regañandose porque no sería la primera vez que siente lo que está sintiendo, bueno, se podría decir que si porque nunca había sentido lo que ahora mismo le está diciendo su corazón, — Vine porque quería saber de ti —, Myoui asiente.

— Pues estoy bien —, al parecer Chaeyoung ya sabía muy bien lo que iba a decir porque señaló hacia afuera.

— Un paseo estaría perfecto en un hermoso día como este —, Myoui no lo duda y sale, —Me encanta cuando no hace tanto sol pero tampoco está muy nublado —, camina despacio al lado de Mina que está viendo todo en silencio, — Creo que me he vuelto algo adicta a lugares así —, señala el parque.

— ¿En serio? —, pregunta con sarcasmo.

— No era alguien que salía mucho pero me di cuenta que cuando más encerrada me siento debo salir para despejar mi cabeza —, sin querer incomodar apoya las manos en la silla de ruedas y es ella quien comienza a moverla.

Mina no dice nada, tampoco sé molesta, solo se deja guiar por Chaeyoung, sería la primera vez que deja que alguien que no sean personas muy cercanas a ella hagan eso porque la verdad es que antes le molestaba tanto que solo ella podía hacerlo, en este caso las cosas cambian y sonríe es como si estuviera siendo guiada a un hermoso lugar junto con alguien con quién no pensaba que iba a llevar a sonreír.

— Espero que...no te incomode —, Myoui niega con la cabeza.

— Así descanso las manos —, las apoya en sus piernas y sonríe tímida, es la primera vez en esta vida que lo hace y es entonces cuando la borra por completo y se recompone, — ¿Vienes a pedirme perdón por lo que pasó? —, le gusta bastante ser directa más de lo que debería ser, — Si es así no tienes por qué pedirme perdón, lo hiciste de buena manera solo que pues...me afectó —, Son se detiene y se pone frente a ella.

Con cuidado se agacha y la mira a los ojos, — Prometo que voy a medir cada cosa que haga porque no me gustaría saber por Tzuyu que te está pasando algo —, saca el teléfono y al poco tiempo le llega una notificación a Mina, — No mates a Tzuyu pero me dió tu número —, se levanta y sonríe, — así que cuando desees hasta insultarme solo escríbeme o llámame yo estaré ahí para escucharte —, Myoui traga saliva y baja la mirada a sus piernas, si pudiera sentirlas estarían temblando.

— Gracias —, para ella no era tan fácil decirlo hacia las personas que no le cayeron tan bien, — Supongo que ahora somos amigas —, Son se encoge de hombros.

— Podemos ser lo que la ocasión amerite —, eso sorprende a Myoui que casi se le salen los ojos, — ¡Carajo está lloviendo! —, se quita el suéter y cubre a Mina, — Vamos a un lugar seguro —.

Y de la nada las gotas que caían sobre ellas se convirtieron en risas, las mismas que harían eco en toda la calle y se quedarían ahí siendo uno de los lugares testigos del comienzo del final.