Capítulo 3
Deseo. Posesión.
Eso era lo que los ojos de Chanyeol trataban de decirle y lo que él no supo ver. De hecho, al parecer era el único que no lo sabía, ya que cuando habló con Yixing del asunto, el beta le dedicó una mirada lastimosa y una sonrisa triste que indicaban condescendencia. A Baekhyun no le hacía gracia.
Toda su vida había sido independiente. Se había esforzado mucho en demostrar su valía, que era capaz a pesar de su estatura y su complexión, y no iba a tirar a la basura todo aquello porque Park Chanyeol dijera que eran pareja. Incluso en el caso de que Baekhyun lo creyera y fuera real, cosa que se negaba a admitir fuera cierta, él había visto a alfas emparejarse con alfas, y casi siempre terminaba en que uno de ellos se sometía al otro y abandonaba el rol activo en la manada. Ya fuera mujer u hombre, dos personalidades fuertes chocando siempre entre sí eran inestables, por lo que el que tenía el carácter más débil o apacible solía dejarse someter, pasando a ser más un beta que realmente un alfa. Baekhyun no veía a Chanyeol del tipo sumiso, y se negaba a siquiera pensar en someterse al alfa alto y con el pelo rojo fuego; mucho menos cederle el liderazgo de su Clan, como presumía Chanyeol ansiaba.
Por lo tanto, y a pesar de que sus clanes se habían unido temporalmente en aquella alianza, Baekhyun trataba de encontrarse lo mínimo posible con el líder del Clan del Fuego. Una vez recuperado, mandó a Sehun junto a Yixing a las reuniones de distribución de recursos, que básicamente eran encuentros en los que se distribuían las zonas y las patrullas. Baekhyun siempre argumentaba alguna clase de excusa para no ir y tener que enfrentarse a los ojos de Chanyeol. Yixing fruncía los labios cuando su mejor amigo y superior le contaba la excusa semanal por la que no podía ir a la reunión, pero nunca decía nada y simplemente acataba las órdenes. Baekhyun lo agradecía, no quería sermones y prefería centrarse en su entrenamiento tanto en sala como al aire libre.
En ese momento, Baekhyun era un lobo negro fundiéndose con las sombras del bosque acotado cerca de la mansión de su madre, un territorio seguro para entrenar. Sabía que en aquel momento se estaba celebrando la quinta reunión táctica a la que no asistía, pero le había dicho a Yixing que sentía a su lobo debilitarse y que necesitaba fortalecerlo con un poco de caza. Ya que después le tocaba una de las patrullas más largas y peligrosas, necesitaba fortalecerse, le dijo. Era cierto que notaba a su lobo algo sediento por una buena cacería, pero tanto Yixing como él mismo sabían que no era nada terriblemente urgente y que sólo estaba huyendo. Por quinta vez.
Baekhyun cerró los ojos en su forma lobuna y trató de dejar de pensar y concentrarse. Ya que había huído, al menos intentaría hacer lo que se suponía que iba a hacer. De cualquier forma, era cierto que últimamente se notaba un poco menos en sincronía con su lobo y notaba a éste algo débil y ansioso. Suponía que una buena sesión de caza bien podía arreglar eso. Se adentró un poco más en el bosque, las mullidas patas pisando silenciosamente la hierba bajo sus pies, a la espera de un sonido o un olor que le indicaran que alguna posible presa estaba cerca.
De repente, un olor embriagador colapsó su sistema. Era dulce, excitante y atrayente, había también algo picante en aquel olor. Jamás lo había sentido antes, pero no pudo resistirse a intentar seguir su rastro. Le fue bastante difícil, el olor lo embriagaba en cierto modo y lo rodeaba; nunca había olido a una presa tan suculenta y estaba deseando darle caza. Llegó un punto en el que pudo notar que el olor estaba concentrado, toda la esencia emanaba de allí, por lo que se preparó. La presa estaba tras unos arbustos así que no podía verla, pero sus otros sentidos suplían la falta de visión. Se preparó, dispuesto tan sólo a derribarla y no despedazarla, pues quería ver qué clase de criatura había conseguido cautivar a su lobo de aquella forma.
Saltó limpiamente, aterrizando encima de la espalda de algo mullido y cobrizo. La cosa cayó al suelo y se revolvió en su agarre, pero Baekhyun era un buen cazador y sabía cómo hacer que su presa no escapara, aunque fuera de mayor tamaño como le ocurría en ese momento.
- ¿Podrías no sentarte en mi espalda, Baekhyun?
Baekhyun casi se cae de la impresión. La voz que había resonado en su cabeza no le era desconocida, pero era una voz que nunca antes había escuchado en esas circunstancias.
- ¿Chan... Chanyeol?
Baekhyun se apartó para que Chanyeol se levantara. El lobo cobrizo que era Chanyeol se alzó, mirando desde arriba a Baekhyun quien pensó que era injusto que hasta en su forma de lobo el otro fuera más grande. Pero eso no era lo importante, se dijo, si no qué hacía el tipo en el bosque.
- Así que aquí te escabulles para no verme -comentó mirando alrededor.
- Yo no me escabullo, Park.
- Claro. Y no has ido a ninguna reunión en más de un mes porque casualmente siempre te surge algo que hacer.
Baekhyun gruñó. No le gustaba haber sido descubierto a pesar de lo endeble de su excusa, por lo que miró mal al alto cuando éste terminó de hablar.
- No eres quién para juzgar si debo hacer algo más importante que tus estúpidas reuniones tácticas, Park.
- ¿Estúpidas? - la voz en su cabeza sonó más alarmada que ofendida-. De esas estúpidas reuniones salen los planes para mantener vivos a nuestros clanes, Baekhyun - el lobo cobrizo lo miró de arriba abajo, juzgándolo con sus penetrantes ojos oscuros-. Si realmente es así como planeas liderar tu manada, espero que estén listos para el exterminio.
- Tú no sabes nada -replicó como un chiquillo enfadado el lobo de menor tamaño-. Tú no has tenido que pelear por tu puesto, don macho-alfa-sabelotodo.
Todo ocurrió deprisa. Chanyeol se abalanzó sobre él, derribándolo en el suelo e imitando la postura anterior donde la presa era incapaz de moverse, sólo que esta vez quien estaba atrapado bajo grandes zarpas era Baekhyun.
- No sabes nada de mi vida. Nada -la voz de Chanyeol en su cabeza sonaba llena de la misma furia helada que destilaban sus ojos-. No finjas que me conoces cuando ni siquiera quieres verme.
El lobo cobrizo se apartó, dejándolo alzarse de nuevo. Baekhyun sabía que si lo que decía Chanyeol era verdad y ellos realmente eran pareja, había tenido que pelear contra su instinto más básico para atacarlo de esa manera. Lo que significaba que le había tocado las narices mucho más de lo que pensaba.
Sin embargo, su orgullo no le permitió pedirle perdón al otro. Simplemente se quedó allí, mirándolo con sus ojos oscuros fijos en el lobo más voluminoso sin pestañear. Chanyeol no se amedrentó ni tampoco le pidió disculpas, Baekhyun sabía que el orgullo del líder del Clan del Fuego era tan grande como el suyo propio.
- Espero que al menos mañana cumplas con tu patrulla, Byun -remarcó de forma tranquila Chanyeol en su cabeza-. No me gustaría poner en riesgo a mi manada sólo porque tienes un berrinche de cachorro -casi creyó ver al lobo cobrizo sonreír-. Que tengas buenas noches, Baekhyun. Espero que te guste la sorpresa.
No le dio tiempo a gruñirle de vuelta o a preguntarle a qué narices se refería con lo de la sorpresa, pero no le gustó el tono de las palabras del otro. Había un deje de socarronería, de burla que hacían que Baekhyun tuviera un mal presentimiento. En cualquier caso, ahora tenía otros problemas.Por ejemplo, intentar comprender por qué el olor de Chanyeol le había resultado tan apetecible.
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