Allí estaba la chica del cabello verde, tocando con destreza el instrumento. Con Dylan intercambiamos miradas. No fue necesario soltar palabra entre nosotros, pensábamos lo mismo.

—No creo que le guste. No parece su tipo —advertí con temor luego de detener mi andar hacia ella, con Dylan a mi lado.

—¿De qué hablas? A Brad le gusta cualquier chica que toque un instrumento.

—Punto para ti.

Conversamos varios minutos con Demi, la chica del cabello verde. Nos contó que su padre le enseñó de pequeña a tocar batería. Que ese fue el último recurso utilizado por él, puesto que era una niña muy inquieta y necesitaba hacer algo con toda esa energía. Después de rendirse con los deportes, su padre descubrió que la música era lo que necesitaba.

Demi dijo que en los últimos dos años le habían ofrecido unirse a algunas de las bandas locales, pero que rechazó cada ofrecimiento porque sabía que le costaría trabajo adaptarse al estilo de esas bandas. Cuando dijo eso, presentí que con Brad se llevarían bastante bien. Lo mínimo que podría salir de allí sería una amistad.

Invitamos a Demi a nuestro próximo show, en Cleveland. Le prometimos que conseguiríamos que entrase gratis. No sabía cómo íbamos a conseguir eso, pero Dylan me aseguró que sería sencillo.

Salí del local sintiéndome algo más liviano producto de la conversación con Dylan. También sentí que conocer a Demi estaba escrito en nuestro destino. Era una sensación similar a la que sentí cuando conocí a Brad y al resto de los chicos.

Detuve a Dylan avanzadas un par de cuadras hacia la parada del autobús. Necesitaba dejarle en claro algo.

—No estoy conspirando contra la banda —dije muy seguro de mis palabras—. De verdad quiero que sea tan popular como pueda llegar a ser, sin perder nuestra esencia... esa que la hace especial.

—Descuida... Te creo.

El ambiente se sentía pesado camino al recinto donde nos esperaban el resto de los muchachos.

Las manos de Dylan temblaban mientras viajábamos en el autobús. No supe si por la abstinencia o por nerviosismo. Quizás fueron ambas.

Finalmente, apenas nos bajamos del transporte, me soltó aquello que lo tenía inquieto.

—Agradezco que me hayas contado sobre tus miedos con respecto a la banda. —Su cabello se movió producto de la ráfaga de viento que dejó el autobús al iniciar su marcha. Me limité a escucharlo en silencio—. Entenderé si quieres dar un paso al costado. Me enfurecería como no tienes idea, pero lo entendería... Por supuesto que lo entendería. No quiero que estés haciendo esto porque sientas que me debes algo, ¿de acuerdo? Quiero que lo hagas porque así lo deseas tú.

Asentí con desconcierto. Nada pude hacer para evitar que la culpa volviese a invadirme sin clemencia mientras lo veía caminar con prisa.

Dylan era un tipo increíble que seguía asegurándose de que las personas a su lado estuvieran a gusto. Nadie más que yo era el idiota de la historia. El idiota que lo arruinó todo. Y no solo eso, le había causado una herida tan grande que todavía no podía recuperarse.

Fui una mierda de persona. Una mierda de amigo y una mierda de compañero de banda. A veces sentía que continuaba siéndolo porque no sabía qué hacer o decir para ayudarlo a salir del hoyo en el que estaba.

Tenía que repetirme a mí mismo que nada se podía hacer si esa persona no ponía de su parte, más que estar allí para brindarle apoyo y compañía. Era muy probable que Dylan entendiera eso mejor que yo, por su historia con Connie, tan solo que se había desviado del foco.

En el backstage, los chicos nos estaban esperando con hamburguesas.

Brad lucía su mohicano con confianza, como si hubiese nacido con ese corte de cabello.

Mientras comíamos, agrupados en una mesa pequeña, les comenté sobre Demi. Les dije que para el próximo show esperábamos tenerla allí con su cámara y que ese debería ser un elemento a incorporar en nuestra travesía. También mencioné que Rachel quería hacerse cargo de la página en Facebook.

No percibí ni una pizca de entusiasmo en ellos. Fue decepcionante. Quizás fui poco claro o simplemente no les gustó la idea.

Esas cosas resultaban mejor cuando Dylan las comentaba. Él era capaz de convencer a cualquiera de allí cuando se trataba de temas de la banda.

Me hubiese gustado contar con su participación en la conversación, en su lugar, Dylan solo se expresó con monosílabos y apenas comió de su hamburguesa. Lo que sí hizo con entusiasmo fue beber tres botellas de cervezas.

Más tarde, cargamos los instrumentos y nuestras cosas en la van. Hacíamos eso tan seguido que lo teníamos casi perfeccionado. De tardarnos una hora y fracción, llegamos a tardarnos alrededor de treinta minutos.

Cuando estábamos cercanos a comenzar un nuevo viaje, el celular de Dylan sonó con ese ringtone que hacía que sus ojos brillasen de esperanza.

—Hola, mamá —contestó casi como un murmuro. No era el llamado que esperaba.

Se alejó de nosotros para conversar en privado. Quien también hizo eso fue Cristopher al contestar su propia llamada.

Nos miramos nerviosos con el resto de los muchachos. Expectantes. Esperábamos una llamada de confirmación por parte de Martin y era muy probable que Cristopher la estuviese teniendo en ese mismo instante.

El próximo show en Cleveland sería el último que daríamos como teloneros de Blind Deer, por ende, esperábamos alguna orden proveniente de Martin que nos indicara el siguiente paso a seguir.

Movernos a ciegas y mendigar por un espacio para tocar nuestra música era el plan «B», el que nadie quería tomar.

Por medio de Cristopher, Martin nos confirmó que podríamos seguir en ruta una vez que se terminase el tour de Blind Deer. Él continuaría costeando el combustible y la alimentación. De paso, nos confirmó un show en un pequeño local en Cincinnati, en el mismo Estado de Ohio.

Quedamos tan contentos que ideamos realizar un desvío de nuestra ruta a modo de celebración. Cleveland podía esperar.

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¡Actualizaré el próximo domingo!

Luego de eso actualizaré cada dos semanas. Necesito ese lapso de tiempo para corregir lo que llevo escrito y terminar la obra.

♥ Gracias por la comprensión ♥

Espero que les esté gustando este spin-off 

:)