Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO SEIS.

CAPÍTULO SEIS:
Sid.



      Freya se encontraba en su habitación, bailando al ritmo de la música mientras intentaba ordenar su habitación. La música estaba lo suficientemente alta como para no tener que escuchar el llanto de su hermano, lo que implicaba que la música se escuchara hasta afuera de la casa.

      Por lo tanto, la pelirroja no escuchó cuando Tony golpeó la puerta antes de entrar. Y claro que no se percató que él la estaba observando desde la puerta hasta que se giró hacia él y se petrificó por la vergüenza.

      — ¿No tocas, Tony?—, exclamó la chica, tomando rápidamente la manta que se encontraba sobre su cama y utilizándola para cubrir su cuerpo porque sólo tenía puesto una musculosa y una tanga —. Maldita sea, te odio.

      —Sabes que no me odias, y toqué. Tres veces—, aclaró con una sonrisa antes de agregar —. ¿Qué haces bailando con tan poca ropa?

      —Cometí el error de creer que tenía privacidad en mi propia habitación, perdón por eso—, contestó la chica, aún con las mejillas rojas.

      —También noté que no llevas corpiño—, agregó el azabache, ganándose que la chica le arrojara la pequeña almohada que tenía cerca al rostro —. No me culpes por tu elección de vestimenta.

      —Como sea, ¿qué quieres?

      —Venía a invitarte a mi concierto de coro.

      Freya juntó las cejas, soltando una risa —. Concierto de coro, eso me suena a la cosa más aburrida del mundo.

      —Oh, pero este no querrás perdértelo—, aseguró el azabache —. Vamos, ve a apoyarme. Alimenta un poco mi ego.

      —Estoy segura que no seré la única allí alimentando tu ego—, rió la chica al recordar las decenas de chicas que formaban parte del coro —. Pero iré. Sólo porque es mi obligación por ser tu mejor amiga.

      Tony rió —. Gracias, y podrías ir justo como estás vestida ahora. Incluso podrías dar uno de tus númeritos de baile para que sea aún más interesante.

      La chica alzó un dedo, señalando al chico —. No tengo otra almohada, Tony. No me provoques porque la única otra cosa que tengo para tirarte es un cuadro.

      —No te atreverías—, negó el ojiazul.

      —Oh, sólo provócame—, asintió Freya antes que Tony se sentara en la cama a su lado —. ¿Qué haces ahora?

      Tony se encogió de hombros —. Puedo ayudarte a ordenar. Esto es un desastre y, además, no tengo problemas con verte un rato más.

      —Cerdo—, lo acusó Freya, golpeándole en el hombro en forma de juego puesto que sabía que el chico sólo bromeaba.


──────────────


      — ¿Y qué haces tú aquí de todos modos?—, inquirió Sid a Chris mientras el grupo ingresaba al edificio.

      —Escuché chicas de coro y vine—, contestó Chris, girándose por un momento para ver a la pelirroja de arriba a abajo y chasquear la lengua —. Esas piernas, Frey.

      La mencionada rápidamente se acomodó la falda, bajándola para cubrir lo mejor posible sus piernas mientras le dedica una mirada al chico —. Yo no soy una chica de coro, Chris. Contrólate.

      Chris rió mientras el grupo buscaba un lugar donde sentarse. Entre tanto, Michelle le dedicó una sonrisa a la pelirroja, algo que la tomó desprevenida puesto que últimamente la chica estaba bastante distanciada de ella. Y a pesar de que parecía estar de buen humor ese día, Freya optó por sentarse entre Sid y Chris, esperando que la chica no se ofendiera.

      El concierto comenzó justo cuando encontraron asiento, y el grupo se unió a los aplausos que emanaban por parte del resto del público.

      — ¿Dónde está Tony?—, susurró Sid.

      —No lo sé. ¡Mierda! Espero que estemos en el concierto correcto—, respondió Michelle.

      Freya se acercó a ellos —. Es este. Acompañé a Tony cuando hizo su audición y era este mismo lugar—, comentó, recibiendo una mirada de Michelle que la hizo volver a su posición anterior.

      Freya no comprendía por qué la chica la había comenzado a tratar con frialdad. Aunque no era siempre, ella había notado que a veces recibía miradas por su parte —justo como la que le acababa de dedicar—. Claro que ella entendía que Michelle podría estar celosa porque ella pasaba mucho tiempo con su novio, ¡pero siempre había sido así y hasta entonces nunca había mostrado tener algún problema con ello! ¿Por qué de repente pareció cambiar de opinión sobre su relación?

      La chica se cruzó de brazos y suspiró. Después de todo, Tony era su mejor amigo, y ella era su mejor amiga. Michelle tendría que aceptarlo, le guste o no.

      —Frey tiene razón. Definitivamente es aquí—, asintió Sid, mostrándole el panfleto que habían recibido al ingresar al lugar a Michelle.

      De un momento a otro, las chicas se movieron de su posición para dejar que ingresaran Tony y Abigail y se colocaran al frente, llevándose la atención de todos. La pelirroja sonrió desde su lugar. Ella estaba segura que había sido idea del propio Tony el hacer una gran entrada en lugar de estar desde el comienzo con el resto de las personas.

      Freya escuchó a su amigo cantar y se maravilló de su talento. Aunque ya lo había escuchado cantar anteriormente, verlo cantar sobre el escenario era completamente diferente. Ella sonrió inconscientemente hasta que se percató que Tony la estaba mirando mientras cantaba.

      La chica pestañeó al darse cuenta y rápidamente bajó la mirada al suelo. Se llevó un mechón de su rojizo cabello detrás de la oreja, inmediatamente nerviosa porque sabía que Michelle lo tomaría a mal. Y en efecto, cuando ella miró de reojo a la chica, se encontró con una fulminante mirada por su parte.

      Ella se aclaró la garganta, acercándose un poco más a Chris con la intención de evitar cruzar miradas con Michelle antes de volver a mirar al escenario. Tony le guiñó un ojo cuando sus miradas se volvieron a encontrar antes de acercarse a Abigail y tomar sus manos entre las de él.

      Freya siguió observando la presentación tranquilamente cuando, de repente, Tony se comenzó a acercar cada vez más a Abigail. La chica frunció ligeramente el ceño, pero pensó que sólo era parte del acto.

      Y de un momento a otro, Tony tomó por el cuello a Abigail y la besó.

      La boca de Freya se abrió en incredulidad antes de mirar a Michelle, quien parecía haberse convertido en mármol mientras observaba a Tony besar a otra chica frente a sus ojos.

      Cuando se separaron, la presentación había terminado y fueron recibidos por aplausos. La pelirroja se percató de cómo Tony esta vez miró a Michelle, dedicándole una sonrisa de lado.

      Michelle se levantó en cuanto vio que Tony se retiraba junto con Abigail y Sid la siguió de cerca. La pelirroja suspiró antes de tomar a Chris por la muñeca y ambos siguieron al resto.

      Freya se abrió paso, esquivando al grupo de chicas que comenzaron a golpear a Sid y Chris ya que habían ingresado al cambiador. La pelirroja estaba a punto de alcanzar a Michelle cuando ella abrió la puerta, revelando a Tony tocando los pechos de Abigail mientras la rubia cantaba.

      La chica optó por esperar a que Michelle hablara con Tony, sabiendo que su presencia allí probablemente sólo molestaría más a la chica. Ella esperó pacientemente hasta que Michelle salió.

      —No quiero que me vuelvas a hablar.

      Freya frunció el ceño —. ¿Qué?

      —Lo sabías—, acusó Michelle —. Siempre lo supiste y no fuiste capaz de decírmelo. Estoy segura que sólo estabas esperando a que fuera tu turno de cogértel--.

      — ¡Michelle!—, la irrumpió Freya, sin poder creer lo que le estaba diciendo —. ¿De qué diablos hablas? Yo no sabía nada. Es más, yo era la única que detenía a Tony de engañarte y--.

      —No hiciste un muy buen trabajo, entonces.

      La pelirroja negó, no queriendo decir algo que no sentía —. Estás enojada, Michelle, y lo entiendo. Pero no te descargues conmigo porque yo no tengo la culpa de lo sucedido. Y quiero que quede claro que yo no sabía nada de esto.

      Michelle miró por un momento a la pelirroja a los ojos antes de bufar e irse. La chica inspiró profundamente antes de girarse en dirección a la habitación en la que estaba Tony, justo cuando Sid se estaba yendo y Abigail estaba a punto de entrar.

      —Espera—, llamó Freya y Abigail se giró mientras sostenía la puerta abierta —. ¿Me permites un momento con Tony?—, pidió, manteniendo la calma aunque era lo último que quería hacer.

      La rubia miró a Tony, deseando simplemente cerrar la puerta en la cara de la pelirroja, pero sabía que si había algo que no podría hacer frente a Tony era tratar mal a Freya. Cuando el ojiazul asintió, Abigail se corrió del camino —. No tardes mucho.

      —Tardaré lo que sea necesario—, respondió Freya antes de cerrarle la puerta en la cara, girándose a Tony —. ¿Qué diablos fue eso?

      —Mi concierto de coro—, sonrió Tony —. ¿No te pareció entretenido?

      —Estoy hablando en serio.

      —Yo también. Tú querías que no sea aburrido, así que lo hice entretenido para ti.

      Freya quiso gritar, pero prosiguió hablando con una voz calmada, como si estuvieran teniendo una conversación normal de todos los días —. ¿Entonces engañaste a Michelle para que no me aburriera?

      —No la engañé, fue todo parte del acto—, señaló el chico y, entonces, el rostro de Freya cambió por completo. Tony supo en ese momento que la había cagado y se acercó —. No te enojes.

      La pelirroja dio un paso atrás, evitando el contacto con el chico —. ¿Que no me enoje? Estoy furiosa contigo, y no quiero imaginarme cómo debe sentirse Michelle. Lo que hiciste fue muy bajo.

      —Vamos, Frey, fue sólo un juego—, insistió Tony, tomando a la chica por el brazo, pero ella rápidamente se soltó de su agarre.

      Y, entonces, comenzó a gritar. Había perdido la calma por completo.

      — ¿Un juego? Rompiste el corazón de Michelle. No, no sólo rompiste su corazón, sino que la humillaste frente a todo el mundo en tu estúpido concierto de coro.

      —Eso no fue una humillación--.

      —Así se sintió, Anthony.

      El rostro del ojiazul cambió cuando escuchó su nombre completo salir de los labios de la chica. Él inspiró aire antes de alzar las manos, acercándose a la chica pero no tocándola, sabiendo que eso sólo la molestaría más.

      —Frey, por favor, seguimos siendo amigos—, sonrió Tony con confianza, aunque por dentro estaba aterrado —. No te hice nada a ti. Nosotros estamos bien.

      —No, no estamos bien. Me mentiste. Me prometiste que no engañarías a Michelle y lo hiciste frente a mis ojos. No sólo eso sino que rompiste su corazón de una forma completamente enferma y cruel—, habló rápidamente la chica antes de retomar la calma —. No quiero que me hables más.

      Tony rió —. Estás exagerando un poco, ¿no lo crees?

      —No, no estoy exagerando ni un poco. ¿Sabes? Muchas personas me cuestionaban por qué era tu amiga, me decían que no debería confiar en ti como lo hacía. Pero siempre mandaba a la mierda a esas personas. Te defendía y decía que eras una buena persona a pesar de lo que todos creían. Siempre dije que en el fondo eras una increíble persona. Pero ahora ya no lo sé. Ahora creo que sólo me engañaste todos estos años.

      Tony apretó los labios, formando una línea —. Frey, ¿qué estás diciendo? Somos mejores amigos, ¿no?

      —Ya no lo sé—, negó la chica —. Sólo sé que no quiero que me hables.

      La chica se giró con la intención de irse, pero Tony la tomó por el brazo y la detuvo —. Frey, por favor, no hagas esto.

      —Yo no hice nada. Tú mismo provocaste esto—, sentenció antes de marcharse.


──────────────


      Freya Flirth estaba sentada con Maxxie y Anwar. La chica tenía los brazos cruzados sobre la mesa mientras su mentón descansaba su brazo. Sus ojos se encontraban cerrados, no se encontraba de humor y despertarse temprano no ayudaba a la situación.

      — ¿Te encuentras bien, Frey?—, inquirió Maxxie a la chica, luciendo preocupado. No era usual que la pelirroja actuara de esa forma.

      —No—, negó antes de levantarse y estirarse sobre la silla —. Peleé con Anthony y no dormí nada en toda la noche.

      Anwar y Maxxie intercambiaron una mirada antes que el primero soltara una risa —. ¿Anthony?

      —Ese es su nombre, ¿no es así?

      Anwar alzó las cejas, prefiriendo no molestar más a la chica mientras que Maxxie se acercó más a ella y susurró —. ¿Qué pasó?

      —Oh, pronto lo descubrirás—, aseguró antes de agregar —. Me mintió.

      —Oh—, balbuceó Maxxie —. ¿Es muy grave?

      Freya guardó silencio antes de mirar a su amigo por primera vez a los ojos —. Ya no lo reconozco.

      El rubio bailarín frunció el ceño y estaba a punto de preguntar a qué se refería cuando Chris ingresó y se sentó, comenzando a gritar —. Escuchen. Ayer, increíble noche. Todo lo que pudieras desear de una noche lo tenías. Música, chicas de coro, disfraces coloridos, felaciones, conejos.

      — ¿Conejos?—, repitió Maxxie.

      —No preguntes, hombre—, negó Chris en respuesta antes de señalar a la pelirroja —. Freya tenía una increíble falda—, exclamó antes de mirar a la chica y notar su humor —. ¿Qué pasa contigo?

      —No dormí—, contestó Freya, dedicándole una sonrisa para restarle importancia.

      —La próxima sólo llámame, tengo la píldora perfecta para solucionar el insomnio—, prometió Chris antes de girarse y hablarle a Sid.

      La chica volvió a hundirse en su mente, ignorando a todo el mundo hasta el momento en que todos comenzaron a levantarse e irse del salón, devolviendo a la chica al mundo real.

      Cuando la pelirroja salió del salón, inmediatamente quiso volver a ingresar cuando se cruzó a Tony hablando con Sid. El azabache levantó la mirada en ese mismo momento, para la mala suerte de la chica, y le dijo algo rápido a Sid antes de dirigirse en su dirección.

      Freya se giró, caminando lo más rápido que podía aunque era difícil puesto que el resto de las personas se dirigían en la dirección contraria a ella. Parecía casi como si el mundo estuviera en su contra cuando Tony la alcanzó.

      —Hola, Frey—, saludó el azabache, pero ella no respondió —. Fui a buscarte esta mañana, pero tu madre me dijo que ya te habías ido—, más silencio en respuesta —. Oh, vamos Frey. No puedes ignorarme por el resto de tu vida.

      —Puedo intentarlo—, se encogió de brazos la chica, doblando en un pasillo.

      Tony frunció el ceño —. ¿A dónde vas? Tienes Algebra ahora.

      —No que sea de tu incumbencia, pero me voy.

      — ¿A dónde?

      La pelirroja se encogió de hombros —. Todavía no lo decido.

      —Freya—, suspiró el chico.

      —Te pedí que no me hablaras. Todavía no cambié de opinión sobre eso—, advirtió antes de cruzar la puerta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro