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20 de mayo, 2018
Grand Prix, Mónaco
Ultima Vuelta.
Asher

Los gritos desde las gradas se escuchaban distantes, ni siquiera podía distinguir lo que decían, mi cerebro estaba procesando lo más importante en este momento; ganar.

La velocidad a la que iba me impedía prestar atención a algo más ahí afuera lejos de la pequeña cabina en la que estaba.

La presión sobre mi cuerpo sofocante, el calor era horrible ¿, mi traje estaba mojado por mi sudor.

Además, la respiración me faltaba en cada curva, cada frenada o aceleración, pero ya estaba acostumbrado a eso, así que eso no era demasiado problema, sino que, las ganas de vomitar y los temblores no eran para nada normal.

No había sido buena idea querer encajar con algunas personas anoche, ya que el coctel de sustancias ilícitas comenzaba a afectar mi sistema.

—Trus llevas la delantera, Fleming va a 549 décimas atrás de ti— indico mi equipo por la radio. Me limite a murmurar una respuesta y seguir aferrándome al volante, intentando que las fuerzas G no me afectaran más de lo normal.

Ignoré mis malestares y todo mi instinto que me decía que debía parar, seguí adelante pisando el acelerador, intentando recordar en que parte estaba la última curva.

Solo me faltaba la última curva del sector tres, seguro que podía llegar.

No tenía opción, no podía darme el lujo de salir de la carrera y perder los puntos, los necesitaba si quería ser campeón esta temporada.

Solo un poco más... puedo resistir más.

—Muy bien Trus, vas perfecto, no dejes que te adelanten, ya casi obtenemos el podio— habló Hans por la radio.

No respondí, me sentía muy mal, no recordaba el circuito, mi mente lo olvido en pocos minutos, mis estomago parecía que se vaciaría en cualquier momento, el sudor me incomodaba demasiado, me sentía más sofocado de lo normal y el temblor no paraba.

Pero me confié, justo cuando me enseñaron a no confiarme de nada sabiendo que en un momento puedo estar en la gloria y al otro en la nada.

Es irónico como un momento en tu vida puede cambiar todo en cuestión de segundos y en mi trabajo los segundos son eternos y esto no fue la excepción, fue como si todo pasara en cámara lenta.

Mis manos temblaron aún más lo que provoco que el volante se saliera de mi control y mucho menos pudiera reaccionar lo suficientemente rápido para frenar y no estamparme en la pared.

La fuerza con la que impacte en la pared me entumió y provoco que el monoplaza rebotara hacia el circuito, causando que Niki no tuviera tiempo de frenar e impactara conmigo, causando que mi monoplaza se impactara por segunda vez contra la barrera y cuando el de Niki se impactó en el mío nuevamente mi cuerpo sufrió una sacudida que agradecí estar muy bien asegurado al asiento ya que de no haber sido así habría sufrido un accidente sobrenatural gracias a toda la fuerza que ambos monoplazas tenían.

—¡Parece que Fleming y Truswell se han impactado! — alcance a escuchar ya que los estruendos me habían ensordecido.

Tome una fuerte bocanada de aire, el olor a quemado llegó a mis pulmones calando en mi sistema incitando a mi sistema de alerta a que quisiera salir del auto.

Pero estaba atascado gracias a los impactos, para mi suerte Niki llego y comenzó a forcejear con el cinturón ayudándome a salir. Cuando por fin estuve fuera del monoplaza me quité con rapidez el casco y la balaclava, ignorando el hecho de que mi monoplaza se estaba incendiando.

Ya no pude soportar más y vacié mi estómago a un lado del circuito.

Todo iba de mal en peor y eso solo fue una parte.

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Chloe

El caos inundaba el circuito, los gritos no paraban y la forma sobre natural en la que los monoplazas habían chocado no la había visto nunca.

Todo mundo esperaba noticias.

Me había sorprendido la fuerza con la que se colisionaron y me sorprendió aún más que fueron dos pilotos de la misma escudería, aunque eso solía pasar era muy raro.

Ambos pilotos salieron de los autos como si nada, mientras que el primer auto que se estrelló comenzó a arder en llamas.

El olor a quemado había inundado el ambiente al igual que las caras llenas de sorpresa y preocupación por los pilotos de Lambert Point Racing.

El piloto que salió del monoplaza que ahora ardía en llamas comenzó a vomitar en el circuito, apenas y podía ver su rostro desde la posición en la que me encontraba.

Aunque sabía que era Asher Truswell y su compañero de equipo Niki Fleming.

Había escuchado multíplices veces que Asher era el campeón del mundo y que contaba con más victorias que la mayoría que los pilotos aquí.

Así que carajo si me sorprendió muchísimo ver cuando cayó al suelo y comenzó a convulsionar. Estaba igual de sorprendida que la gente de aquí, era la primera vez que veía algo así.

Ahí fue cuando el público se alarmo aún más, los gritos no cesaban, Niki estaba intentando ayudar a su compañero, pero las ambulancias ya iban, se escuchaban las sirenas.

Por inercia comencé a morder mis uñas, nunca había visto un accidente como este, más bien creo que en las veces que había venido nunca había presenciado un evento de tal magnitud como este.

Me sorprendía como los pilotos amaban esta vida de riego y peligro, pero no los juzgaba, ya que alguna vez yo quise ser como ellos.

Aunque ahora que veía todo este caos una parte de mí se alegraba de no ser yo quien estuviera en ese lugar.

Hay una razón por la que dicen que los pilotos de fórmula uno no son de este planeta y eso que acaba de suceder es la razón.