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Capítulo 6

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Reino unido.

Asher

Entre al gimnasio. Se supone que a esta hora estaba desocupado, sin embargo, Ride de Twenty one pilots resonaba incluso fuera de esas cuatro paredes. Conocía a los cantantes, son americanos, pero su música no es mi favorita. Es agradable debo de admitirlo.

Espere que mi entrenador ya estuviera ahí y fuera el quien tuviera esa música.

Dejé mis cosas cerca de los casilleros, vi a Chloe quien se encontraba frente al espejo.

Tenía una pesa sobre sus hombros. Conforme bajaba a hacer las sentadillas su trasero se ajustaba perfectamente a sus leggings. Gire la cabeza hacía otro lado para dejar de verla.

Ayer la mejor opción fue mentirle y decirle que no recordaba nada. Fue la opción más viable y la mejor para ambos.

Así que ahora otra de mis opciones más viables era ignorar lo que había pasado y concentrarme en él hecho de evitarla.

Constantemente me encontraba repitiéndome las palabras que me dijo Albert el día que llegue a WR como si de un mantra de vida se tratase.

Sino ambos estaríamos en problemas los cuales ninguno necesita. 

Espere un rato más a que llegara mi entrenador y lo hizo.

Hice toda la rutina como la pedía y una hora después terminé todo el ejercicio y estaba dispuesto a irme a casa. Por lo menos con lo pesada que es mi rutina pude olvidar quien se encontraba ahí en esos momentos y solo concentrarme en el hecho de resistir el entrenamiento.

Esta semana es el Grand Prix en Mónaco y dios estaba tentado a prepararme mentalmente para lo que vendrían estos días. Las especulaciones sobre lo que paso el año pasado regresarían más fuerte que nunca y sin duda alguna tendré a los medios encima.

Pase mis manos por mi rostro y medite un poco el hecho de tener que soportar todo eso esa semana. Sé que puedo ganar esa carrera, solo necesito desempeñarme como se debe y todo saldrá bien, no puedo permitirme errores en la clasificación ya que es muy complicado adelantar en ese circuito debido a lo estrechas que son las calles por donde el circuito pasa.

Tomé mis cosas y salí del gimnasio.

Las canciones de Twenty one pilots siguieron aun después de que salí del gimnasio.

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Termine de darle de comer a Rocket. Junte lo que había en la mesa. Deje a un lado la hoja con toda la dieta que tengo que hacer alrededor de la temporada.

Esto siempre será lo que más me disguste de las temporadas, tener que cuidar cada aspecto de mi vida diaria, cuánta agua bebo, cuanta comida como, cuanto peso. Eso es crucial, todo lo es, pero el peso es increíblemente crucial, no puede haber kilos de más y kilos de menos, debe de ser un peso exacto.

Otra de las razones es que no puedo beber mucha agua antes de la carrera, sin embargo, no puedo beber poca agua porque me puedo deshidratar.

Deje las cosas en el lavaplatos. Esta tarde vendría Ania, la mujer que había contratado para el servicio.

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Chloe

Termine de comer y lave el plato dejándolo en su lugar. Fui a mi habitación a buscar mi laptop para ponerme a editar algunos anuncios que habíamos tenido que hacer en días pasado con los pilotos.

Luego de eso anote las estrategias que tengo para los próximos video o anuncios y generar aún más marketing. Tengo prevista una sesión de fotos con los pilotos, aun no tengo muy bien definido la temática o en donde serán. Aunque comenzaba a creer que Mónaco puede ser un buen lugar.

Subí un video a YouTube y luego me aseguré de preguntarles a mis compañeros si subieron el contenido que habíamos programado.

Teníamos a dos personas haciéndose cargo de diferentes partes, Instagram, twitter, YouTube, Tik Tok.

Sin duda alguna la mayoría de estrategias que estoy creando están funcionando. La carrera funciono para algo al igual que todas esas noches que me desvele para aprobar los exámenes y proyectos importantes.

También había hablado con papá sobre la merch más exclusiva de los pilotos, sin duda algo que atraería la atención de los fans y con los muchos fans que tiene Asher estoy segura de que las ventas estarían por los cielos.

Así que ahora no solo tengo que hacer ediciones y post de Instagram bonitos, sino que también me puse el compromiso de hacer una colección de merch exclusiva para el gran premio de Alemania.

Deje mi libreta de lado unos segundos, algo cansada. Mire la pantalla de teléfono dándome cuenta que tenía un mensaje de Ali.

Sin duda alguna, extraño cuando mi única preocupación era a qué hora íbamos a llegar al país del gran premio que correspondía.

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Mire a mi hermano, a Asher y a papá. Susan también se encontraba en esta sala de juntas, ya que el objetivo de esta era la publicidad que se haría esta semana por el premio de Mónaco, las liverys especiales para los cascos y otras actividades en las que Magnus y Asher tendrían que participar juntos.

Mire como papá se rascaba la nuca ante la poca participación de ambos hombres que se miraban furtivamente. Ninguno ponía de su parte y si no comenzaban a ser cooperativos ninguno iba a salir feliz de esta reunión.

—¿Estás diciendo que quieres ponernos a jugar futbol soccer? —inquirió Asher luego de que papá les dijera que iban a jugar en el partido benéfico anual de Mónaco.

No pareció agradarle la idea, pero a la mierda, le pagan para hacer este tipo de cosas y la palabra clave de todo esto es "benéfico".

—Es exactamente lo que digo, Truswell— Asher resoplo y miro por un momento el bolígrafo que sostenía entre sus largos y delgados dedos.

—Piensa en los niños a los que van a apoyar si ambos juegan en el partido— hablé por primera vez en lo que iba de la junta. Los tres me miraron y papá me dio una sonrisa.

—Bien— pauso —Con que nadie de mi propio equipo me quiebre el tobillo "accidentalmente" todo está bien —Recalco. Claro. Nunca iba a superar que Magnus lo haya chocado de forma estúpida y accidentalmente.

Rodé los ojos ante el comentario. 

—¡Ya se! —chille emocionada por la idea que acababa de venir a mi mente. La atención se centró en mí otra vez —La sesión de fotos, ¿Por qué no un estilo James Bond? Podríamos hacerlo en el casino, grabar algunos videos ahí y porque no de paso promocionar los autos Wagner— una sonrisa llena de suficiencia abordo mi rostro. Soy increíble lo sé.

Papá lo medito unos segundos.

—Vaya, nunca creí estar de acuerdo contigo, pero no es mala idea— murmuro Asher mientras miraba en mi dirección.

—Sí, podrían ir antes de lo planeado y comenzar con eso para no reajustar nuestra ya tan apretada agenda— dijo papá luego de unos segundos. Asentí lentamente, mientras ambos hombres se quejaban de tener que ir un día antes.

Miércoles sesión de fotos.

Jueves partido anual y ruedas de prensa de WR y conjuntas.

Viernes FP1, FP2 y grabar videos en el yate.

Sábado FP3 y Qualitify. Sesión de fotos de presentación de liverys.

Domingo carrera, entrevistas y festejo en el yate (si alguno gana).

Mierda sí que es un fin de semana largo. Luego de esa junta tuve que ir a mi piso para empacar todo ya que el vuelo que saldría hoy en la noche. Me apresure a conseguir el casino.

Llamadas y más llamadas, incluso cobré favores que apenas recordé que me debían. Pero después de diez llamadas logre alquilar el casino. Definitivamente esto amerita un aumento de sueldo. Esperaba que papá lo agradeciera.

Aunque en realidad debo admitir que mi trabajo me gusta y mucho.

Unas horas después estaba en el Jet, sentada frente a Asher, con Magnus frente a mí.

—¿Puedo cuidarlo? —le pregunte a Asher mientras miraba como Magnus jugaba tranquilamente con su mascota. El mapache era demasiado lindo, más con esa pequeña camisita que decía Fuck. Asher me miró con una ceja alzada, pero asintió lentamente. Se lo quite de las manos a Magnus con cuidado de no lastimarlo.

Mi hermano se quejó, pero no hizo por quitármelo.

Pronto Asher y el mapache se quedaron dormidos.

—Él es más amigable que su dueño— susurró Magnus tranquilo mientras señalaba a Rocket quien dormía tranquilamente en mi regazo.

—Lo sé, es tan lindo— sonreí arrugando la nariz.

Y vaya que lo es. Sin duda este pequeñín es mil veces mejor que Asher y podría decírselo a la cara sin remordimiento alguno.

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Unas cuantas horas después llegamos a Mónaco. Dios amo Mónaco y esa esencia old money que exuda. Tome una respiración profunda y me repetí a mí misma que lejos de las discusiones que tendría con ambos pilotos este fin de semana tengo que disfrutar mi estadía aquí.

—¿Consiguieron hotel? —interrogó Asher hacía nosotros mientras metía sus maletas a un auto.

—Nope— pause a sabiendas que papá me había dicho que si no encontraba reservación para hoy podría decirle a Asher ya que él tiene una casa aquí. Aunque me daba algo de pena decírselo. Y es que este lugar es tan exclusivo que no encontramos reservaciones en los hoteles.

Suspiro.

—Síganme, los llevare a mi casa— murmuró mientras subía a su auto. Antes de que pidiera que le diera a Rocket hui al auto que rentó mi hermano. El me miró y me saco el dedo medió a lo cual le di una sonrisa dulce.

El aire salado golpeo mi rostro y sonreí. En lo general amo Mónaco. Magnus siguió a Asher por las calles de monegascas hasta que nos acercamos al Monte Carlo country club.

Asher aparco frente a nosotros en una zona privada. Era una residencia. Ambos bajamos del auto y Asher tomo sus maletas y nos llevó hasta la puerta. Nos dejó entrar.

Oh. Por. Dios.

Sin duda alguna puede llegar a tener las mismas medidas de su casa en Londres. Frente a nosotros estaba un pasillo que daba directo a la sala y cocina. Asher paso frente a nosotros.

El beige era el color dominante aquí.

—Las habitaciones están arriba, tienen baño y supongo que ya tienen todo lo que puedan necesitar, la principal es la mía, pueden escoger la suya.

Se encogió de hombros restándole importancia. Se acercó a mí y su cercanía me golpeo en seco. Su olor masculino y su mandíbula definida. Me quito a Rocket de las manos mientras este despertaba.

—Ven pequeño, te daré de comer— susurró Asher en un tono bastante tierno, pero mande eso al fondo de mi mente. Y me dije que Asher Truswell es todo, menos tierno —Aun necesito una niñera para ti— murmuró aún más bajo mientras lo llevaba a la cocina, mi corazón se ablando un poco y hable sin pensar.

—Yo puedo cuidarlo— Asher giro la cabeza para verme.

Magnus ya había subido a buscar su habitación muy tranquilamente y como que si esta es su casa y no la del hombre al que se supone que odiamos.

Al parecer él no tenía problema con eso, ni con lo que le acababa de decir así que me pidió que lo siguiera a la cocina, donde muy pacientemente me explico cómo debía de cuidar a Rocket y con que lo iba a alimentar. Para nuestra suerte no peleamos. Gracias a dios.

Luego de eso me fui a descansar ya que dentro de unas horas empezaría nuestro día.

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Gracias a dios nadie puede leer mis pensamientos, porque lo que pasa por mi mente ahora no es para nada decente o apropiado.

Mierda.

Asher Truswell con un esmoquin se ve mucho mejor que Daniel Craig en Casino Royale y mierda que eso es mucho decir.

El traje se ajustaba perfectamente a su cuerpo, resaltando cada parte. Pero me dije a mi misma que solo era por el traje y en realidad Asher no se ve así de bien normalmente. Todos los hombres son guapos en traje.

Mentirosa. Me grito mi subconsciente, pero aleje ese pensamiento y me force a concentrarme en mi trabajo.

Sus ojos negros me miraron por un segundo. Incluso puedo decir que me miró con algo más que odio. Sin embargo, fue tan rápido que si lo decía en voz alta me juzgarían de loca y seguro yo misma me juzgaría así.

En mis brazos Rocket se hallaba tranquilo.

La sesión de fotos comenzó, cada foto mejor que la otra, a decir verdad. Yo les indicaba un poco sobre como quería que fueran estas. Aun así, mi mirada no se podía despegar de Asher, no me importaba Magnus, a decir verdad. Sin embargo, todos estaban demasiado ocupados, frustrados o cansados por el viaje de última hora que nadie notaba que miraba a Asher con ganas de acorralarlo en una cama y subirme a su regazo para fo...

Bien esto es demasiado. Sentí como mis mejillas se enrojecieron, me obligué a ir por agua helada.

Asher no es tu amigo.

Asher no es tu amigo.

Asher no es tu amigo.

Me repetí tantas veces que casi se me sale decirlo en voz alta, pero tener pensamientos calientes con Asher no está en mis planes. 

La sesión termino con una grabación con unos autos clásicos de Wagner. Muy James Bond. Di indicaciones de como editarlos y también repartí el trabajo. Agradecí a cada curso de edición y Photoshop profesional que tomé.

Para las cuatro de la tarde ya íbamos de regreso a la casa de Asher. Mi estómago protestaba ante la falta de comida, pero con tanto trabajo ni siquiera le había prestado atención hasta ahora.

Cuando llegamos al piso de Asher me fui apresurada a darme una rápida ducha para tomar mis cosas bajar a la sala y ponerme a trabajar.

Algunas ediciones que yo me he obligado a hacer porque a veces no me gustan las que hace el equipo.

Y joder sí que se convirtió en una tortura ver fotografías de Asher donde luce tan guapo. La forma en la que la tela del traje se ajustaba a sus brazos o abdomen. Ay dios mátame.

No sé qué hora era cuando escuche la puerta de la entrada abrirse.

Visualice a Asher entrando a la cocina con bolsas en las manos. Me evite fruncir el ceño ante la curiosidad.

—¿Has comido? —su voz sonaba cansada, pero gélida. Ni siquiera me había volteado a ver mientras sacaba dos platos con comida de la bolsa. Dejo uno sobre la mesa y lo arrastro hacía mí.

Hizo lo mismo con una bebida.

—Gracias—murmuré por lo bajo. A pesar de mi orgullo y todo lo que fuera en contra de mí en esto momento mi estómago solo me exigía comida e iba a dársela. Podía hacer las paces con él durante este momento.

No dijo nada más. Simplemente salió de la cocina hacía la terraza, donde estaba la piscina. Pude ver como se sentaba en uno de las sillas de playa. Agradecí que Rocket ya se haya dormido. Asher había querido llevárselo temprano, pero a decir verdad no lo deje ya que no quería estar sola.

Solté un suspiro y comencé a comer lenta y pausadamente.

El silencio profundo me invadió y me frustro, no acostumbro comer sola, casi siempre hago video llamada con Ali, Mag e incluso papá, necesito mantener una conversación mientras lleno mi estómago. Me levanté del banco y fui a la terraza con él.

Me senté a su lado y como si mi boca tuviera vida propia la pregunta salió involuntariamente de mí boca.

—¿En serio no recuerdas nada de la noche en España? —interrogué. Aunque no retire la pregunta tras haberme dado cuenta de mi error, ya no había vuelta atrás.

—Nope— pauso —¿debería hacerlo? —cuestiono. Ni siquiera me miraba y eso fue frustrante. Mire atenta como picaba sus vegetales con pocas ganas de comerlos, casi como un niño que odia que su madre le de vegetales de comer.

—¿No te gustan? —cuestione nuevamente cambiando de tema y de pregunta. Desee poder callarme en un instante.

—Sí, pero me canso de comer vegetales toda la temporada, creo que hay sacrificios que hacer— respondió encogiéndose de hombros—ojalá fuera una hamburguesa con doble queso— murmuró por lo bajo. Apenas y logre escucharlo.

—Cuando termine la temporada te invitare una hamburguesa— por primera vez en la noche desde que llegó me miró. Si. Yo también me hallé sorprendida por esa respuesta, si él no la esperaba yo menos.

Sus ojos negros me atravesaron como si intentara quemar mi alma. Vi un poco de duda en su rostro.

No sé de donde salió el valor, pero se lo había dicho y no para molestarlo.

—Si no me matas antes de llegar a la mitad de temporada acepto— no pude evitar reprimir una carcajada por aquello. Una apenas muy notoria sonrisa apenas logro curvar sus labios.

—Es muy linda tu casa, tiene ese toque hogareño— murmuré removiéndome en mi lugar, intentando borrar la imagen de esa apenas perceptible sonrisa.

—Mi madre la adorno, le gusta venir de vacaciones— algo nuevo sobre Asher, bueno, sobre su madre a la cual casi stalkeo hace unos meses en Instagram de no ser porque tiene su cuenta privada.

Asentí lentamente.

—¿Y a tu padre? Me imagino que el la acompaña— de reojo vi que apenas y se tensó ante la mención.

—Solo somos mamá y yo— pauso y pareció pensar si podía decirme lo siguiente o no, hasta que por fin lo hizo —él nos abandonó cuando mamá se enteró que estaba embarazada, en lo que a mi concierne no tengo papá— murmuró mirando el cielo. Como si buscara la luna o las estrellas, sin embargo, no las encontraría, las luces y todo el destello de Mónaco las opacaba.

Además, solo había nubes muy oscuras cubriendo el cielo, como si predijeran lluvia.

Me di cuenta que había una pequeña cosa que teníamos en común.

Y me odie por sentir la necesidad de hacérselo saber.

—A nosotros nos abandonó nuestra madre, Magnus no lo sabe papá no quiso decírselo— murmure mirando mis manos. Sentí su mirada sobre mi cuerpo. Pero no dijo nada, por el momento.

Decirlo en voz alta me confirmaba que no estoy en un sueño, es como una cubeta de agua helada que necesito. Aunque eso no hace que deje de doler.

—Mierda. Eso es más jodido— murmuró y agradecí que no se disculpara, no me gustan ese tipo de disculpas, me hacen sentir desgraciada cuando he tenido todo lo que deseo gracias a papá, todo su amor y cariño, aunque nunca fue realmente suficiente.

Muy en el fondo siempre anhele ese cariño maternal y esos abrazos.

—Lo sé— pause y comencé a mirar hacia el cielo—pero nada que una infancia llena de lujos no solucione— respondí en un mal intento de hacer un chiste. El cual no resulto muy bien al ver que Asher hizo una mueca.

—Muy graciosa— sonó sarcástico. Rodé los ojos.

Asher termino de comer y tan pronto como lo hizo dejo de lado el plato de comida.

Vi como sus músculos se contrajeron cuando alzó el dobladillo de su camisa y se la quito de un tirón. Muy Christian Grey y juro que causo el mismo impacto en mí que en Anastasia.

Se quitó los tenis y luego se acercó al bordo de la piscina que se encuentra iluminado por luces led blancas y azules.

Vi como en la parte donde inician sus hombros en el centro, justo encima de la columna vertebral había unas letras en tinta negra.

하나의 , 하나의 기회

No sé lo que significa y me vi tentada a preguntarle.

Metió sus pies en el agua luego de eso saltó hacía ella soltando un leve gemido que me hizo estremecer. No fue un sonido sexual, no, sin embargo, mierda escucharlo había hecho que todo dentro de mi ardiera en llamas.

—¿Estas bien? —interrogué. No sé de donde salió mi voz, pero lo hizo y sonó mucho mejor de lo que espere.

—Solo esta fría— murmuró a modo de respuesta. Tome una respiración profunda y luego me arme de valor para levantarme y acercarme a la orilla de la piscina, donde solo me senté con los pies dentro del agua esperando a que no fuera algo molesto mi presencia. Aunque me dije que no me importaba si lo era, no me iba a mover por ahora.

—¿Qué significa? —interrogué tranquila mientras seguía comiendo. Él se giró dentro del agua. Pequeñas gotas de agua resbalaban por su pecho y su cabello mojado lo hacía ver súper sexy. Mordí mi mejilla por dentro e inhalé profundamente para poder calmarme a mí y la palpitación entre mis piernas.

Agradecí que la luz no dejara vez lo rojas que estaban mis mejillas.

—Una vida, una oportunidad— respondió con calma. La luz azul hacía sombra en sus rasgos marcados haciéndolo ver de una forma increíble.

Asentí lentamente y me obligué a levantarme y llevar mi trasero a la silla de la cocina para terminar mi trabajo. No me despedí ni él lo hizo, simplemente terminé de comer en la cocina. Me dije a mi misma que era demasiada interacción para personas que se odian.

Esa fue la primera vez que termine de cenar en silencio total después de tantos años.

Y lo odie por completo.

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Asher

¿No dieron una patada en el culo en el partido de soccer? Por supuesto que sí. Somos pilotos de formula uno, no futbolistas y en lo que a mí concierne en mí país el futbol se juega con un gran equipo pesado, golpes que te pueden noquear y con un balón en forma de huevo, no con uno redondo, rodilleras y calcetas largas.

Todo sea por lo niños.

Además, decir que me atacaron los periodistas durante las entrevistas es quedarse corto. Una bomba nuclear de preguntas sobre mi "adicción" y el fin de semana de hace un año en Mónaco casi me explota la cabeza.

Aunque he de decir que lo sobrelleve todo muy bien, he de decir que estoy muy orgulloso de cómo lo maneje, con calma y serenidad necesaria, sin decir palabras incorrectas. 

—¿Asher y hay alguien en tu corazón en estos momentos? Se rumorea que has regresado con Deion ya que la semana pasada se les vio en el Paddock muy cariñosos

Vaya. Creí que todos lo habían olvidado, pero al parecer no es algo que se olvida en unos días. 

Aclare mi garganta y tome el micrófono.

—No. Por ahora nadie. Y sobre Deion y yo solo somos amigos, nunca dejamos de serlo. Ahora solo quiero enfocarme en mí temporada, ser campeón del mundo por séptima vez es la meta— sonreí con egocentrismo. Los flashes centellaron, y los murmullos incrementaron. Algunos sonaban algo así:

Planea quitarle el campeonato a su compañero, que descaro.

Como volver loca a la prensa en un solo paso; diles que pelearas por el campeonato y te amaran y odiaran en partes iguales.

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—Por lo que ahora concierne es que Asher Truswell y Magnus Wagner estarán disputándose por la pole position — habló el comentarista mientras escuchábamos por los altavoces del garaje.

Mónaco siempre es un circuito importante, no solo para los escasos pilotos monegascos que conformaban la parrilla, sino para todos.

El primer Grand Prix de Mónaco fue en 1929. Representa el glamour, el peligro y la tradición. Estas hermosas calles han sido testigos de carreras tan icónicas hasta carreras tan trágicas.

Aunque sin duda este circuito es difícil, requiere mucha habilidad al igual que paciencia, con muchos giros y vueltas en la carretera estrecha y rectas demasiado angostas es complicado adelantar, sin embargo, me encanta este tipo de retos.

El ambiente que lo rodea sin duda es precioso y sin dejar de lado que la dificultad del circuito también te deja boquiabierto.

La primera parte de la clasificación comenzó. Fue el primero en salir de garaje y comenzar mis vueltas, ya que no queríamos perder tiempo por si el clima cambia repentinamente y no tengo tiempo de hacer más vueltas. 

El aire golpeaba mi casco con exigencia. Apenas y podía ver el circuito frente a mí debido a mi escasa visión proporcionada por mi casco.

Aparte del ruido de los motores mi respiración es lo único que escucho.

En cada frenada sentía como las fuerzas G amenazaban con hacerme trizas, sin embargo, ya no es nada novedoso. En cada curva tuve que ejercer toda mi fuerza.

Mierda. Nunca me cansare de esa sensación.

—Asher vas a la cabeza— me aviso mi ingeniero. Sonreí levemente y me dediqué a conducir, aunque en algunas vueltas me vi afectado gracias al tráfico que comenzó a formarse en el circuito y ya que es muy difícil adelantar tuve que buscar maneras para hacerlo.

Mi posición no se vio afectada, más que dos veces, las cuales las recupere.

—Puedes hacer dos vueltas más— me anunciaron. Pisé el acelerador y comencé esa última vuelta. Las gotas de agua comenzaron a caer de repente, nadie me había dicho nada de lluvia. El sol se vio oculto por las espesas nubes grises y solté una maldición. Tan pronto como me vi empapado gracias a la lluvia el circuito se había mojado y eso no es lo peor.

Lo peor es que había perdido la visibilidad.

—Magnus va detrás de ti, ya le hemos informado— nuevamente ese aviso en mi radio me hizo tensarme. No me gustaba tener a Magnus detrás. —Tal vez puedas entrar por los neumáticos intermedios— aunque con estos neumáticos blandos estaba bien por ahora ya que solo tengo dos vueltas y sería pérdida de tiempo.

Pase el túnel entrando a la chicana.

—Asher, muévete. Los frenos de Magnus están fallando y no puede parar el auto— solté una maldición al escuchar ese aviso.

Pero fue demasiado tarde, porque sentí como mi auto fue empujado con demasiada fuerza hacía delante causando que chocara contra el muro. Murmuré una maldición.

Demasiado tarde.

Por lo menos no fue a media carrera o esto sería un desastre.

Ni siquiera tengo que ser un genio para saber que mi auto no podría competir en la Q2 y Q3.

Tome una fuerte respiración y le pregunte a Dios que fue el mal que hice para merecer esto.

Me resigné y me dije que no fue culpa de Magnus, sino que sus frenos fallaron, pues yo lo experimente en la primera carrera.

Salí del monoplaza y vi a unos metros a Magnus quien se había estrellado en otro muro.

—¿Estás bien? —le pregunte mientras me acercaba. La espesa capa de lluvia no me dejaba ver muy bien, aunque se giró y me miró.

—Perfectamente— gruño de mal humor.

En el garaje nos dijeron que yo saldría en la posición número 19 y Magnus 20.

La remontada de mañana iba a ser un puto reto que podría costarme todo y aun así estoy dispuesto a subir a ese puto podio.

El resto del día Magnus y yo nos vimos obligados a compartir tiempo con Chloe para grabar videos y para que pudiera subirlos a YouTube. También nos vimos en la obligación de postear en nuestras redes sociales sobre lo ocurrido.

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El himno americano estaba sonando. La bandera americana suspendida en la pantalla detrás de mí sin duda era mi orgullo en este momento. Levantar el trofeo de Mónaco coronándome en primer lugar luego de haber empezado desde el penúltimo lugar sin duda es de mis mayores logros.

La euforia que inundaba mi cuerpo era implacable y la sonrisa que tenía en los labios nadie la iba a poder quitar.

Una vez más soy una leyenda.

Termine en primer lugar, luego de una muy larga y difícil carrera lo logre. En cambio, Magnus quedó en décimo lugar.

Piloto del día.

Podio de primer lugar.

Punto extra por vuelta rápida.

Y la parada de pits más rápida de hoy.

Soy el mejor. Junto con mi equipo, claro.

A la mierda los trofeos, lo que más amo es estar bañado en champagne más cara que mi ropa. Niki y Charlie me rociaron con ella e hice los mismo mientras bajaba del podio. Todos gritaban y aplaudían nuestros nombres.

Amo esto.

Le di un trago a mi botella luego de que el gas se le terminara.

Nos tomaron algunas fotos y luego nos dejaron ir.

Mi cuerpo estaba dolorosamente cansado y solo ansiaba dormir, sin embargo, un yate lleno de gente, comida y bebidas embriagantes me esperaban para celebrar mi tan anhelada victoria en Mónaco.

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Cuando llegué a casa el encargado de la seguridad de todo el piso me aviso que había dejado los regalos que me habían mandado en la encimera de la cocina. Lo cual se me hizo algo extraño, hace mucho que no hacían eso. En serio, demasiado.

Le agradecí y me encaminé a la cocina. Dejé mis cosas sobre la encimera y vi varias cajas con vinos caros, no solo vinos, también vodka y wiskhy. Pero hubo una que atrajo toda mi atención.

Era una caja de madera, dentro había una hilera con flores azul rey en total seis. A un lado había una botella de Cîroc, una caja de chocolates godiva.

Wow.

Eso no era lo único. Encima de la caja de chocolates había una pequeña bolsa de tela. La tomé y la abrí vaciando el contenido en la palma de mi mano.

Vi el collar. Era un collar de perlas, para nada mi estilo, a decir verdad, pero había algo lindo en él.

Busque alguna tarjeta que dijera quien lo había mandado, sin embargo, no la halle y mi opción fue preguntarle al guardia quien había traído esta caja.

Cuando le pregunte me dijo que no lo sabía, que cuando había abierto la puerta ya estaba en el suelo.

No le di más vueltas simplemente mejor me fui a duchar me puse un pantalón de vestir y una camisa con algunos botones desabrochados y las mangas hasta los codos.

Miré el collar sobre el lavamanos. Suspiré y me lo puse.

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Chloe

Le di el último trago a mi copa. El olor salado del mar era reconfortante. A mi lado Ali lucía tranquilo y relajado, muy relajado para alguien a quien se le acaba el contrato este año.

Me dedique a mirar su perfil por unos segundos. Su mandíbula se marcaba perfectamente en una línea, su piel morena le daba un toque muy lindo, sus pestañas largas y sus ojos color miel resplandecían bajo los rayos del sol.

Summer Days se escuchaba por todo el yate.

La mayoría de pilotos de la parrilla estaba aquí, al igual que algunos otros que ni siquiera conozco, pero supuse que Asher sí.

Incluso por ahí vi a Deion Carabalí.

Algunos de los pilotos ya estaban en él agua disfrutando del día y el mar mediterráneo. Entre ellos vi a Asher. Ni siquiera llevaba ropa de playa, se había metido con la ropa que traía puesta.

Vi como el collar de perlas se ajustaba a su cuello de una forma muy sexy.

Mordí mi labio inferior. Cuando salió del agua su ropa se pegaba a su cuerpo y la camisa se veía más transparente de lo que me hubiese gustado.

No lo mires.

No lo mires.

No lo mires.

Solté un bufido dándome cuenta que mis ojos no podían despegarse de su torso. La forma en la que esa camisa se pegaba a su abdomen sin duda no me dejaba mucho a la imaginación y creo que no era la única que lo pensaba, ya que algunas mujeres que estaban por aquí se le quedaban viendo como si quisieran devorárselo, yo incluida.

Sus ojos negros se conectaron a los míos durante un momento efímero. Alejo la mirada de mis ojos y volvió a servirse una copa de champagne.

Ali regreso y me dio otra copa con champagne le di un sorbo rápido para poder echarle la culpa al alcohol de mi sonrojo.

—Lo bese— murmuré mientras miraba a alguna otra dirección que no fuera donde estaba Asher Truswell. Escuche un grito ahogado de parte de Ali. Le di un codazo.

Maldito chismoso. Si algo tiene Alain Castro es que es un chismoso de primera.

—Te dije que te vas a quemar si sigues jugando con fuego, Chloe— pauso y le dio un trago a su copa —Y linda déjame decirte que Asher Truswell es puro fuego— bufé al escucharlo y no pude evitar rodar los ojos.

Sin embargo, una parte muy profunda de mí deseaba quemarse, pero no iba a admitirlo en voz alta.

—Estaba borracha, además, no lo recuerda gracias a Dios— el me miró con sus cejas oscuras alzadas.

—Chloe como tu amigo solo puedo decirte que si no quieres que todo se vaya a la mierda deja de hacer ese tipo de cosas, sabes que no es profesional y tu padre te va a despedir si se entera que andas por ahí besando a su piloto— pauso. Su voz era un tono serio y sé que lo dice en serio. —No obstante, si te vale mierda, dátelo, te apoyo— sonrió con diversión cambiando radicalmente su semblante serio y reí negando con la cabeza.

Ese es Ali alguien que me apoya a pesar de todo y que también intenta cuidarme.

—Gracias Ali— pause— pero tienes razón, debo alejarme— murmuré dándole la razón puesto que si la tiene.

Un rato después fui adentro de la cabina del yate por una botella de agua.

—¡Eres jodidamente insoportable! —gruño la voz de Magnus.

—Y tú no sabes perder— la inconfundible voz de Asher me hizo bufar.

¿No pueden dejar de pelear?

—¿Son niños pequeños? —bufe cruzándome de brazos mientras entraba. Obtuve la mirada de ambos. Magnus parecía muy molesto y Asher parecía divertirse.

—Yo no empecé— murmuró Asher dándose vuelta para tomar algo del refrigerador. Magnus bufo. No dijo nada y paso por mi lado chocando su hombro contra mí de forma accidental. Me miro pidiéndome disculpa y solté un suspiro.

Ay Dios mío.

—Si ya lo conoces ¿porque le sigues el juego? —interrogué cruzándome de brazos. Una parte de mí molesta porque Asher le sigue el juego a mi hermano, sabiendo que es muy explosivo.

Desde pequeños Magnus ha tenido algunos leves problemas de ira, nada alarmante, simplemente su carácter es muy explosivo y con alguien como Asher a su lado es como un detonador.

Él se encogió de hombros y luego se giró. Me tendió una botella de agua. La acepte. La otra la destapo y la llevó a sus labios, vi como su manzana de adán se movía conforme bebía agua.

Mordí mi mejilla por dentro al darme cuenta de lo sexy que era eso.

Tome una respiración profunda. No debo de tener estas reacciones hacía él. Mi trabajo pende de un hilo gracias a las decisiones que tomé y que he tomado en el tiempo pasado.

Obligarme a odiar a Asher es más fácil que intentar ser su amiga. No quiero ser su amiga y mi padre muy en el fondo lo sabe, aunque después de años tal vez y ojalá lo haya olvidado. Pero yo no, si alguien supiera algunas cosas muy personales de mí sin duda creería que estoy loca.

Gracias a dios nadie más que papá, Ali y Magnus lo saben. Y seguramente por eso papá me había puesto reglas.

Asher chasqueo los dedos frente a mi cara, trayéndome a la realidad. Pestañee algunas veces volviendo a la realidad.

—¿Qué? —cuestione de mal modo por la forma en la que me chasqueo los dedos. Fruncí el ceño.

—Dije que tu hermano es un idiota y es patético que se comporte tan infantil en cada carrera— cerré los ojos un momento. Inhale profundamente.

Dios dame valor, porque si me das la fuerza lo asfixio.

—Si dejaras de seguirle el juego solo habría un idiota, no dos— le sonreí amablemente. El me devolvió esa sonrisa, pero más cínica.

—Tal vez— admitió aun con esa sonrisa. Me quedé quieta esperando a que se fuera. Su altura abarcaba gran parte del lugar haciendo que me sintiera pequeña. Tal vez no tenía los músculos de un boxeador o un quarterback de la NFL. Sin embargo, su cuerpo perfectamente definido y para nada exagerado lo hacía lucir muy bien.

—Deja de mirarme como si quisieras devorarme y no a besos— murmuró dando un paso hacia mí. Alce la cabeza para mirarlo. Mi corazón palpito como loco contra mi pecho y no solo eso palpito.

El olor del agua salada mezclado con su loción varonil no me disgustaba. Mis ojos se encontraron con los suyos, ese color café oscuro casi llegando al negro me miraban con suma atención.

Su piel besada levemente por el sol le daba un aire sensual.

—¿Te molesta? — no pude evitar que esa pregunta saliera de mis labios. Vi como paso su lengua humedeciendo sus labios. Ese simple acto envió corrientes a todo mi cuerpo.

—Me provoca— respondió en un tono bajo, casi un susurro. Mi corazón se detuvo por un momento. Abrí la boca para responder, aunque la verdad es que no hallaba las palabras para responder en ese momento.

—Asher creí que estabas en el agua— la voz de Deion me hizo rodar los ojos. Asher soltó una risa por mi acción, pero muy en el fondo agradecí la irrupción de Deion.

—Vine por una botella de agua— respondió tranquilamente y paso por mi lado rozando su mano con la mía. Contuve el aire hasta que estuvieron fuera.

Mierda.

Hace unas horas dije que me iba a alejar, que no quería quemarme, sin embargo, otra parte me gritaba que rompiera las reglas, que las destruyera y reconstruyera a mi modo. Que jugara mi juego.

Y mientras más pasaba el tiempo mi control se quebrantaba.


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