Capítulo 5
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Bakú, Azerbaiyán.
Asher.
Bakú siempre es uno de mis lugares favoritos, no solo por el contraste que tiene con el país donde vivo actualmente, sino porque es uno de mis circuitos favoritos. Circuito callejero, días soleados y lugares hermosos. Además, es el circuito con la segunda mejor estructura gracias al castillo.
Salude a algunos patrocinadores. Personal de la Fia que reside aquí se encargó de organizar una fiesta antes del GP en honor a nosotros. Eso es cada año, sin embargo, Bakú nunca deja de sorprender. Mientras charlaba con algunos patrocinadores pude sentir una mirada sobre mí.
Gire discretamente mi cabeza, aun sosteniendo mi Martini. Busque con cautela a quien me miraba hasta que mis ojos se toparon con un azul eléctrico demasiado inexpresivos para mi gusto.
El vestido azul rey que adorna su cuerpo le sentaba tan jodidamente bien que pegué un respingo al tener que admitirlo.
No me sonrió. Yo tampoco le sonreí. Aún estoy molesto con ella, tal vez es una estupidez, no obstante, es más fácil estar enojado con ella y ser indiferente que tener que ser amigos.
Los flashes no faltaron esta noche y para antes de la media noche mi cuerpo me comenzó a exigir mis horas de sueño.
—¿Por qué me seguiste en Instagram? —el tono neutral en su voz me provoco un escalofrío. Mire de reojo a Chloe, de cerca se notaba aún más como la tela de su vestido envolvía perfectamente su cuerpo.
—Especulaciones, sunshine, todos hablaron sobre si somos amigos porque no nos seguimos en Instagram— ella se quedó en un silencio sepulcral por unos minutos, al parecer estaba meditando lo que dije.
—¿Sunshine? —interrogo y de todo lo que dije fue lo único que escucho. Rodé los ojos. Ay Dios.
Guardábamos una distancia correcta entre ambos.
—Eres igual de molesta que los rayos de sol que entran por mi ventana por las mañanas— conteste con tranquilidad mientras miraba hacía al frente. No puse mi mirada sobre ella nuevamente o terminaría con una erección al ver lo bien que se ajustaba a su culo.
Solo de pensarlo la idea de voltear no fue mala, sin embargo, necesito hacer esto bien.
—Muy gracioso de tu parte, McQueen— dijo irónicamente. Alce un poco las comisuras de mis labios en una pequeña sonrisa divertida.
Aw, la Barbie diabólica me estuvo investigando.
—Y yo que creí que no me investigabas— me burlé. Le di un pequeño trago a mi copa casi llena. Disfrutando como el áspero sabor de hierbas resbalando por mi garganta.
—Al menos yo no la paso pendiente en los tweets que hacen de nosotros— touche. No borré mi sonrisa. Solo me limite a responderle de una forma tranquila, aunque mi tono iba cargado de veneno.
—Por lo menos a mí me aman gracias a esa infantil y descarada burla— escuché un bufido de su parte y sonreí aún más para mis adentros.
Asher 1. Chloe 0.
—Por lo menos soy más profesional y no me ando acostando con la agente de relaciones públicas— instantáneamente gire la cabeza para verla. Maldita Barbie diabólica
Ella fingió sorpresa y cubrió su boca con la palma de su mano.
—¡Lo siento! Pensé que ya media comunidad de Motosport sabía que habían pasado pascua juntos —¿Qué mierda? ¿De qué carajos habla?
Borró su expresión de sorpresa fingida y en sus apetecibles labios cubiertos de lápiz labial rojo se formó una sonrisa repleta de sorna y altanería.
Tensé la mandíbula mirándola con frialdad. Cualquier rastro de burla se desvaneció de mi mirada.
Quise borrar aquella sonrisa de una forma muy poco profesional.
Y me recordé que la odio.
Antes de que pudiera argumentar algo para responder ella me giño un ojo, me quito mi Martini de la mano y se largó dejándome solo, con el enojo haciendo que la vena de mi frente palpitase y con la polla dura.
¡Perfecto!
Asher 1. Chloe 1.
Paso un mesero y antes de que se fuera de largo tome otro Martini.
Parte de lo que siguió de la noche fue tranquila. Charlas entre algunos pilotos, patrocinadores y por supuesto mi jefe.
Algunos me deseaban una buena carrera desde el fondo de su ser, mientras otros solo lo decían hipócritamente para no verse mal.
Agradecí no haberme topado con Chloe nuevamente. Aunque espere encontrarme, aunque sea con Niki unos momentos en la barra, necesitaba un momento de risa y tranquilidad y quien mejor que Niki Fleming en una fiesta llena de gente más hipócrita que nosotros.
—Tuviste el peor inicio de temporada, pero ¡Mira! Estas a pocos puntos de superar a tu compañero— Lenny, uno de mis ex patrocinadores parecía algo ebrio. Le di media sonrisa sin siquiera esconder que es falsa.
—Gracias por los ánimos— le dije sarcásticamente, sin embargo, con el nivel de alcohol que hay en su sistema estoy seguro de que no sabe lo que hace. Aun así, cuando vi la oportunidad de dejarlo solo lo hice.
Me alejé de él y agradecí cuando vi a Niki en la barra. Me acerqué a su lado.
—Los patrocinadores son unos idiotas— murmuró de mal humor mientras bebía su wiskhy. —Uno de ellos me pregunto cuando me retiraría, porque según él, ya estoy viejo para esto, ¡Joder tengo veintinueve años! —gruño lleno de exasperación e hice una mueca.
—Si los ignoras es mejor, no creo que necesites que un encabezado que diga que agrediste a un patrocinador ayude— el me dio la razón con un asentimiento. —además son viejos frustrados y ebrios, mejor darles el avión— me encogí de hombros mientras me terminada mi Martini. —Bien, me voy, necesito dormir— le dije y él se despidió con un asentimiento de cabeza.
Ya estaba por irme cuando pasé por uno de los balcones y fruncí el ceño al ver algo conocido. Retrocedí y vi a Chloe de espaldas. Miré que nadie se diera cuenta y salí al balcón.
—¿Qué carajos fue eso, Chloe? ¿De qué demonios hablabas con lo de pascua? —le interrogué desde que entre. Ella pegó un brinco sorprendida y luego se giró. Se recargo en el barandal y las clavículas se le marcaron.
Mi mente viajo al día que la conocí, definitivamente nada que ver con su verdadera personalidad.
—¿Qué fue qué? Y sobre pascua, sabes de lo que habló, es poco profesional que salgas con la agente de relaciones públicas, haz de tu vida lo que quieras, pero no pongas en riesgo todo por lo que mi padre ha trabajado— se cruzó de brazos. El enojo era evidente en su mirada, aunque intentaba cubrirlo bastante bien.
—No sé dé donde has sacado que salgo con Susan o que pase pascua con ella. Yo estuve en las vegas— pause mientras me cruzaba de brazos de la misma forma que ella —Y no te preocupes mamá no debes de cuidar cada paso que doy— dije esa última oración con el sarcasmo incluido. Más bien con veneno.
—¿Las vegas? —pareció confundida.
—Con Niki— pauso y negué con la cabeza y me vi como estúpido dándole explicaciones —¿Sabes qué? A ti que carajos te importa, no somos amigos, no me caes bien y no te debo ninguna explicación.
Ella se acercó unos pasos a mí, tanto que pude oler su perfume floral.
—Me preocupa que eches a perder todo— tensé la mandíbula y di un paso al frente.
Me recordé lo insoportable que es.
—Eso no te da derecho de entrometerte en mi vida sexual o personal, si la tuya esta por los suelos pues busca otra marioneta y no te atravieses en mi camino— ella se acercó aún más y la cercanía comenzó a ser peligrosa. Su aliento chocaba con él mío y nuestros pechos subían y bajaban con rapidez tanto que casi se tocaban.
Tal vez si...
—¿Y si no? ¿Qué? —interrogó con ese tono irritante. Sus pupilas de dilataron e inevitablemente mi mirada bajó a sus labios que aun llevaban ese labial carmín.
Regrese la mirada a sus ojos.
Antes de que pudiera responderle nos vimos interrumpidos.
—Chloe creí que...— el acento de su amigo causo que me alejara de ella, como sí tanta cercanía quemara. La miré con frialdad y enojo.
—Mete la nariz en tus asuntos, Chloe— le dije antes de entrar a la sala pasando por un lado de Alain.
En ese momento estaba tan furioso que mi sangre hervía. La tensión acumulada en cada musculo de mi cuerpo me incomoda y la forma en la que mi corazón late es anormal.
No obstante, no estaban tan enojado con ella, sino conmigo, por haber hecho demasiadas estupideces seguidas en menos de cinco meses.
Me despedí rápidamente de las personas con las cuales debía de hacerlo y no espere más para atravesar la puerta e irme.
Cuando llegué a mi habitación de hotel me di una larga y necesaria ducha de agua fría.
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Para el jueves de Paddock todo mundo ya había olvidado el video de Chloe, ya no hubo preguntas al respecto.
Aunque de todo lo que se empezaba a hablar es sobre los seis puntos que me alejaban de Magnus. La presión se comenzaba a acumular en Magnus y los periodistas son como los tiburones; si notan un pequeño rastro de miedo o algo similar van por ti.
Hace mucho tiempo que ese tipo de cosas dejaron de afectarme, luego de tener más de una década aquí te terminas acostumbrando, al final solo te burlas de los comentarios absurdos y disfrutas de poner en su lugar a periodistas despiadados.
Estos últimos días Susan se ausento, lo cual causo que tuviera que posponer la charla que tendría con ella ya que regresara. No pregunte donde estaba, no me interesaba, solo quiero terminar con el desastre que hice.
Fotografías, frases con doble filo en forma de aliento y autógrafos. De eso fue mi día.
Firme gorras, camisas, incluso debí escuchar que alguien se iba a tatuar mi firma.
En menos de cinco carreras las personas habían vuelto a amarme, tal vez me juzgaron después de lo de Mónaco y ahora me "apoyaban" otra vez, pero si generaban un mínimo porcentaje de mi paga mensual a la mierda sus idioteces, ya no me afectan.
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Tres vueltas más y superare a Magnus en puntos. Solo dos puntos más, pero ayudaría para abrir la ventaja.
Casi pude acariciar el podio. El calor comenzaba a ser demasiado incomodo, el rugir de los motores se escuchaba lejano gracias a mi casco y los auriculares.
—Magnus está a 1.598 segundos de ti. Cuidado— escuche la voz de mi ingeniero a través de la radio. Murmuré un "okey" y pisé el acelerador entrando a zona de DRS.
La adrenalina atravesaba mi cuerpo ayudando a mejorar un poco mi conducción.
Pronto por el rabillo del ojo un destello verde se asomó.
—Magnus está a tu lado— murmuré una maldición. No iba a dejar que me pasara. Pise el acelerador, me aferre al volante mientras el sudor me mantenía disgustado, al igual que el piloto a mi lado.
Llegamos a la recta del último sector. Dos vueltas más. Magnus no desistía. Agradecí internamente mi parada a pits hace unos minutos.
Cruzamos el speed trap. Pasamos la meta. Le cerré las entradas que tenía para adelantarme. Cada vez presionaba más sobre mí monoplaza y seguro tenía estrategia para no ir absorbiendo el aire sucio que dejaba a mi paso.
Todo se complicó en la curva uno. Un pequeño empujón a mí monoplaza logro sacarme un gruñido.
—¿Qué mierda le pasa? Díganle que nos va a joder la carrera a todos si me golpea nuevamente— gruñí de mal humor mientras no soltaba el acelerador. Llegamos a la curva dos y tuve un pequeño respiro.
Pero todo empeoro llegando a la curva del castillo. Ni siquiera tuve tiempo de disminuir la velocidad.
Un fuerte impacto contra el neumático trasero me mando contra el muro de piedra de la columna del castillo. El fuerte azote contra mi cuerpo se vio disminuido gracias a los cinturones que me pegaban al asiento. Pero no fue todo. Nuevamente un impacto en la parte trasera hizo que la parte lateral de mi monoplaza se estrellara contra la pared sacudiendo mi cuerpo violentamente.
A lo lejos escuche otro impacto. Mi cabeza dio vueltas por unos segundos y tuve que pestañear para aclarar mi visión.
El dolor de cabeza se hizo presente. Al igual que una leve punzada en las costillas que tuve que mandar a la mierda y apresurarme a salir del auto por si daba en prenderse en fuego. Suena a broma, pero no me sorprendería que así fuera.
—¡Hijo de puta! ¿Qué carajos le pasa? —gruñí mientras sacaba el volante. Sí, tenemos que cuidar el maldito volante porque cuesta el doble de mi salario anual.
—Oh parece que la bandera roja se ha desplegado, al parecer hubo un fuerte impacto entre Asher Truswell y Magnus Wagner—
¿Fuerte? Fuerte será el golpe que le daré en el rostro cuando salga de aquí. Desabroche mis cinturones y logre salir del auto. A lo lejos vi a Magnus.
Entorne la vista entre mi monoplaza casi destruido y él. Reuní toda la fuerza del mundo para no acercarme y golpearlo a medio circuito.
No iba a hacerlo aquí, no iba a decir nada aquí. No necesitaba otro escándalo. Sin embargo, mi sangre estaba hirviendo, mis puños seguramente estaban blancos por la fuerza que estoy ejerciendo al apretar mis puños con tanta fuerza.
Estoy completamente seguro de que mi rostro estaba rojo debido a la furia. Mi mandíbula comenzó a doler debido a la fuerza con la que la apretaba.
La frustración inundo mi cuerpo, las ganas de gritar se atascaron en mi garganta. Iba a ganar de no haber sido por su insensatez. Involuntariamente mis ojos escocieron. Ojalá pudiera controlar este tipo de acciones, el no poder descargar mi ira terminaba demostrándose de una forma que para nada me agrada.
Las lágrimas, las putas lágrimas de maldita ira.
Tome una fuerte respiración.
Nos llevaron al garaje de WR.
Cuando llegamos ahí nos metimos en mi garaje. Los ingenieros y Albert.
—¿Qué carajos te pasa? —le ladré intentando no gritar para no hacer un show. Para esto ya no llevaba mi casco ni la balaclava. El me miró con calma contenida. Quise golpear su estúpido rostro con mí puño.
—Fue un accidente— espeto. Yo entrecerré los ojos. ¿Un accidente? ¿Un puto accidente? Un accidente seria que haya perdido el control y hubiera chocado, no que se haya lanzado sobre mi auto.
—Me jodiste la puta carrera, nos jodiste la puta carrera por no poder adelantarme ¿fue un accidente? —cuestione haciendo ademanes con las manos para intentar contener las ganas de golpearlo. —No estamos jugando a Mario Kart, Magnus, si el golpe hubiera sido con más fuerza o en otro circuito pude haberme fracturado y quedarme sin temporada. Otra vez. —
—¡No es mi culpa que tu alter ego no pueda permitir que te gane! —grito tan molesto que su rostro enrojeció. Entrecerré los ojos. ¿Mi ego? Por dios mi ego esta donde debe de estar.
—¡Era mi puta carrera! ¡No es mi jodida culpa si no eres lo bastante bueno como para adelantarme! —grite de la misma manera y antes de que siguiéramos Albert se entrometió para que no nos matáramos a gritos ni llamáramos la atención de la prensa.
—Ya—ni siquiera grito, estaba intentando calmarse. —Sí, fue una estupidez lo que hiciste Magnus, no fue el momento ni el lugar para intentar un adelantamiento, pero no necesito que mis pilotos se estén gritando en el garaje— no lo miramos, pero nos quedamos en silencio con las palabras suspendidas en el aire. La tensión se quedó a nuestros alrededores.
Mire con ira contenida a Magnus. Hijo de puta. Solté un gruñido y tomé mis cosas para dirigirme al driver room. Mientras me dirigía allá intente calmar mi ira, sin embargo, no logre hacerlo. Aún seguía preguntándome que mierda era lo que le pasaba.
Pudo haber esperado, sin embargo, quería adelantarme en la puta curva más cerrada que se encontró.
Antes de entrar al driver room me sobresalte al escuchar la voz de Chloe.
—¿Estas bien? —fruncí el ceño y giré un poco la cabeza para verle. No parecía preocupada. Sin embargo, en este momento no quería más peleas.
—Ajá—respondí mientras abría la puerta. Necesito estar solo. Mis costillas comenzaron a doler.
—¿No te has fracturado? —la miré entrecerrando los ojos.
—¿Eres doctora? —pregunte con sarcasmo. Su semblante se endureció y vi que preguntaba enserio. —Solo un golpe en las costillas— del cual ya había comenzado a sentir el dolor gracias a que la adrenalina salió de mi sistema hace unos minutos cuando comencé a gritarle a Magnus.
—¿Puedo ver? —interrogó. Termine de abrir la puerta y le hice una seña con la cabeza para que entrara al driver room. Ella entro primero y yo al final. Se sentó en la pequeña cama que hay en el reducido espacio.
Deje mi casco y mi balaclava a un lado. Baje el zipper de mi uniforme hasta llegar a la cadera. Me quité la camisa de manga larga que va debajo del uniforme y me acerqué un poco a Chloe. Ella hizo una pequeña mueca. Bajé un poco la vista y vi que una mancha roja bastante grande comenzaba a cubrir parte de mis costillas. Hice una mueca disgustado,
—¿Duele mucho? —interrogó mientras se levantaba. Se acercó un poco más a mí y deslizo las yemas de sus dedos por la parte dolorida. Emití un leve quejido a la vez que me estremecía gracias a su tacto frío.
—Algo— respondí en voz baja.
Ella es demasiado confusa. Un día nos gritamos y al otro estamos aquí, haciendo algo que no deberíamos de hacer, porque si alguien la vio entrar comenzaran a especular y no necesito a Albert sobre mí. Sin embargo, no podía ni quería alejarme.
—No me caes nada bien, Asher— murmuró acercándose un poco más. Tuve que bajar la cabeza para poder mirarla. Su mirada era tan intensa, aunque no podía alejar mi mirada de la suya.
Su mano subió a mi cuello, mientras que con su pulgar comenzó a acariciar parte de mi mejilla. La palma de su mano subió un poco conforme comenzaba a delinear en contorno de mis labios robándome un poco la respiración.
—Tú tampoco eres mi persona favorita, sunshine— ella sonrió de forma divertida. Acortó el poco espacio que nos separaba, pero no me besó, ni yo lo hice, porque muy en el fondo sé que no está bien.
Pude sentir su respiración cerca de mis labios, ni siquiera había dejado de acariciarlos con su pulgar.
—Asher— los golpes a la puerta nos sacaron de aquella burbuja. Me aleje de Chloe como si me quemara tenerla cerca.
Era la voz de Albert. Mierda.
—¿Qué pasa? —interrogué aclarándome la garganta intentando sonar lo más tranquilo que podía mientras volvía a ponerme la camisa.
—Necesito hablar, te veo en la cafetería—
—Okey— respondí y espere unos cinco minutos y señale la puerta con mi cabeza.
—No lo vuelvas a hacer— le pedí a Chloe, tensó un poco la mandíbula, pero no se opuso. Ella sabe que tengo razón.
Salí yo primero asegurándome de que no hubiera nadie más. Antes de que pudiera decirle otra cosa a Chloe mi teléfono vibro en la palma de mi mano. Cerré la puerta del driver room y ella prácticamente huyó cuando vio que tomé la llamada.
—Hola mamá—le respondí mientras emprendía mi camino hacia la cafetería, agradecí que toda la zona estuviera despejada.
Sé porque me llamó, así que me apresure a decirle lo que quería escuchar.
—Estoy bien, solo fue un leve golpe, nada de qué preocuparse— le tranquilice. Solo escuchaba su respiración al otro lado de la línea. Soltó un suspiro aliviada y entonces habló.
—¿Seguro? Apenas pude ver la carrera y vi que fue un fuerte golpe— y lo fue, no obstante no paso a mayores, ha habido peores accidentes que este, puedo decir que esto es algo mínimo.
—La televisión exagera mamá— pause— ahora tengo que dejarte, mi jefe quiere verme, te llamo luego— le dije antes de colgarle.
Mantuve mi ritmo hasta que llegué a la cafetería. A esta hora estaba vacía ya que los fanáticos se encuentran viendo la carrera, la cual aún no termina.
Entre en el pequeño establecimiento, me acerqué a la mesa en la que se encontraba sentado Albert Wagner, sin embargo, no se hallaba solo. Magnus estúpido Wagner estaba sentado a su lado. Igual que yo aún llevaba su uniforme. Estuve a nada de girarme e irme antes de que esto terminara en gritos y peleas estúpidas.
Pero dimití ante la idea, no soy un cobarde y tengo que enfrentar lo que sea que se me plantee en estos momentos.
Me senté frente a Albert. Le di una media sonrisa sin ni una pizca de alegría a modo de saludo.
No estaba feliz de tener a Magnus frente a mí, ni de respirar el mismo aire que este idiota, aun así, es parte de mí trabajo.
Esperé a que el fuera el que hablara primero.
—¿Qué hacemos aquí, Albert? —interrogo Magnus en un tono bastante controlado. Me fije en el hecho que no lo llamo "papá".
Albert soltó un suspiro pesado soltado todo el aire que retenía en sus pulmones. A mi parecer luce cansado y algo estresado, tal vez hasta molesto ante el hecho de nuestro choque, no era para menos, yo me encontraba peor, solo quería gritarle lo infantil e idiota que fue, pero me detuve.
Al final de cuentas es una persona que siente.
—Bien, chicos hoy fue un domingo complicado y creo que se deben una disculpa— alce ambas cejas. ¿Una disculpa? Ni en sus más putos sueños. Al parecer Magnus y yo estábamos de acuerdo en eso ya que lo miro como si tuviera tres cabezas.
—Si bueno, yo creo que no, si eso es todo me voy, mi cabeza va a explotar— me levante de la silla dispuesto a irme.
—¿Lo ves? Es un puto infantil—
Normalmente suelo ser alguien pacifico o por lo menos un sesenta por ciento. No obstante, en ese momento giré sobre mis talones me acerqué a él.
—¿Infantil? ¿Te recuerdo quien me embistió por atrás causando que saliéramos de la carrera? —ladre sin alzar demasiado la voz, pero este maldito mocoso me saca de mis cabales.
¿Me metería en problemas golpeo su estúpido rostro? Por supuesto que sí.
Aunque se quedó sin palabras, ¿Qué más puede decir? No puede defenderse cuando él me jodió la puta carrera.
—Si querías cogerme por atrás me hubieras dicho, no me jodas mis victorias—
Una risa seca salió del fondo de su garganta.
—Si dejaras de ser tan puto egocéntrico— negué con la cabeza y froté mi rostro obviamente frustrado. Quiero golpearlo.
—Si dejaras de sentirte el centro del universo, estoy aquí para subirme a ese puto podio y escuchar cada domingo como los fans se vuelven locos con mis victorias, no para hacerte feliz— mi tono salió con una pizca de veneno.
No me importa. Es la verdad. A la mierda con el daño que hacen las palabras.
—Ya basta— gruño Albert con la molestia raspándole la garganta. No lo miramos, había una batalla de miradas entre ambos.
Hasta que un golpe en la cabeza nos hizo girar la vista a Albert. Lo mire con los ojos entrecerrados por ese golpe en la cabeza.
—Ya paren ambos, parecen unos niños pequeños e inmaduros—sonó como un regaño. No, corrijo fue un regaño que sin duda nos merecíamos.
—A la mierda, no vine a esto— murmuré y me dirigí a la salida. Camine de regreso al driver room con la sangre hirviéndome y la tensión en mis hombros aun peor que cuando entre.
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Pasaron los días. Nuestra discusión en la cafetería había salido a relucir en todos los medios habidos y por haber. No era novedad, tampoco era algo que nos importase mucho ya que gracias a RP explicaron un poco lo ocurrido, no dieron muchos detalles, sin embargo, las especulaciones no paraban.
Nuevamente las palabras cargadas de odio innecesario y estúpidas acusaciones absurdas llenaron mi twitter ocasionando que abandonara mi cuenta por algunos días. Esa es una de las partes que más odio, como las personas te juzgan sin saber qué es lo que pasa o como fueron los hechos. Porque mierda, si ellos se subieran al puto auto y vieran el riesgo que es un choque a la velocidad que corremos se podrían en nuestros zapatos.
Pero ahora como yo fui quien insulto más a Magnus y Magnus es el primer piloto favorito, quien casi siempre se lleva el puesto de piloto del día a él es a quien defienden mucho más, a mí también, no lo niego, hay unos fanáticos que hablan a mi favor, pero ni todo eso borra las mierdas que hablan de mí.
No debieron de aceptarlo en WR es un problemático.
Solo trae problema ¿No recuerdan porque lo sacaron el año pasado?
Después de esa sobredosis y aún creen que puede estar ahí.
La FIA esta jodida por dejarlo montar un monoplaza nuevamente.
Debería de haber una regla que prohíba que alguien como él tenga la súper licencia.
¿Qué hace falta para que lo saquen? ¿Qué vuelva a tener una sobredosis muera y provoque un accidente catastrófico?
Ojalá todas esas malditas personas se dieran cuenta de la verdad, si tan solo creyeran en mi verdad dejarían de juzgarme. Si supieran que cada puto fin de semana tengo pruebas para verificar mi sobriedad tal vez pensarían antes de abrir la boca.
Solo tal vez si se pusieran en los zapatos de un piloto de formula uno muchos de nosotros dejáramos de recibir todo el odio que recibimos día a día.
Mientras pasaban esos días intente olvidar lo que había pasado con Chloe. No había sido nada, por lo menos nada más allá de un casi roce de labios y sus manos sobre mi piel. Aun así, es mejor dejarlo en el baúl y lanzarlo en lo fondo del mar.
El miércoles llegamos a España y ese mismo día Chloe nos hizo grabar con ella.
A diferencia de los demás videos este fue uno entretenido.
Una mesa llena de distintos platillos de comida española.
—Bien Sunshine, por primera vez estoy feliz de hacer un video— murmuré con una sonrisa seca. Magnus estaba al otro lado de la habitación atendiendo una llamada así que no escuchaba.
Chloe me dio una sonrisa de labios cerrados.
Cuando Magnus término su llamada ella nos indicó lo que haríamos. El tema de esto era probar platillos españoles debido a este Grand Prix, desde la Paella hasta el jamón serrano.
El ambiente entre Magnus y yo era tensó, así que si hay algo tensó entre Chloe y yo quedó en segundo plano gracias a nosotros.
Comenzamos el video, probamos algunos platillos, a ser sincero no todos me gustaron.
Sin duda la gastronomía española era algo que nunca olvidaría y que me gustaría probar más de una vez. Sin embargo, hoy no.
Magnus y yo solo nos estuvimos hablando hipócritamente mientras grabamos el video, las risas tensas fueron imperceptibles, pero las miradas cargadas de fastidio no faltaron, aunque claro, somos buenos disimulando o habló por mí.
Cuando terminamos de probar toda esa comida inmediatamente tuve que ir a vaciar mi estómago al baño. Demasiada comida no le había hecho bien a mi pobre aparato digestivo delicado. No me juzguen, mi paladar es similar al de un niño de diez años. En mi defensa es culpa de mi madre.
Seguramente no iba a comer comida española durante un buen tiempo. Termine de vaciar mi estómago, lave mi boca y limpie mis manos y mi rostro.
Todo bien. Ojalá los fanáticos españoles no se enteraran que vomite su comida, sino seria otra razón por la que me crucificarían.
Aunque en mi defensa no fue porque no me gustara, sino porque ingerí más comida de la que puedo comer y estoy seguro que mi nutriólogo me mataría si se entera que tanta comida ingerí hoy. Aun así, me iban a crucificar si se enteran que vomite la comida luego de comerla.
Antes de esto regresaría al hotel a vestirme.
Me apresure a hacerlo.
Media hora después y con los rayos del sol casi metiéndose llegue a la terraza del restaurante donde quedamos que nos veríamos.
Deion sonrió al verme.
—¡Asher! —Me recibió en un abrazo el cual correspondí.
No repare en la mirada furtiva que me dio su guardaespaldas. Si, sin duda él podría hacerme trizas en un segundo.
Me senté frente a Deion.
—Dei, ¿Cómo estás? —interrogué. Su cabello negro caía por sus hombros y el resplandor de sol en su piel seguía favoreciéndole demasiado.
—Increíble, trabajo por aquí trabajo por ella, las mejores marcas me están buscando— sonreí levemente ante su confesión.
Aunque sé que no le ha ido bien últimamente, he leído sobre los ataques racistas hacía su persona y si, la sociedad es una mierda e hipócrita.
Deion y yo terminamos nuestra relación cuando me entere que me engaño, a lo que se solo fue una vez eso me dijo ella y le creo, aun así, no terminamos en malos términos, en realidad nuestra relación era más una amistad que una relación de pareja, nunca hubo la química suficiente, pero obtuvimos buenos ratos.
Aun así, la sigo apreciando como mi amiga.
—He leído lo que ha pasado últimamente, las personas a veces olvidan que las modelos también son humanas y sienten— ella soltó el aire que retenían sus pulmones y con una expresión más relajada dijo.
—Lo sé, las personas son tan prejuiciosas cuando sienten que deben dictaminar la vida de otra persona, sin embargo, solo son personas vanas y que llevan una vida pusilánime— asentí dándole la razón.
—Por supuesto, siempre creen tener el derecho para juzgar vidas ajenas— murmuré mientras le daba un trago a la copa de vino que seguramente ella había pedido para mí.
Ella tenía razón en lo que decía.
—También he escuchado todos los líos en los que te has metido, Asher— sonrió levemente de esa forma tranquila y pasiva que solo ella tiene. —¿Qué tal todo en Wagner Racing? —solté un suspiro pesado mientras alzaba la mirada para ver el cielo.
Una mierda total con Wagner Racing, más con Magnus de compañero.
—Depende el día y la hora, la semana pasada estaba pensando en mil formas de asesinar a Magnus, hoy solo espero que no me joda nuevamente— ella soltó una leve risita y negó con la cabeza divertida.
—Vaya. ¿Y qué tal tu relación con tu RP? —rodé los ojos. Mierda sí que necesito terminar esto en cuanto antes, si ella lo sabía seguro medio mundo lo sabe.
—No salgo con ella, solo fue un momento de debilidad— ella se carcajeo como si mi vida fuera tan divertida.
—¿Y tú? ¿Qué tal tu vida amorosa? —se quedó en silencio e involuntariamente sus ojos se dirigieron a cierto hombre que se hallaba a unos metros detrás de mí.
Sonreí levemente.
—Es... —sus ojos me miraron por un segundo. —Difícil— murmuró algo abrumada. —Rhett— llamó y escuche las pisadas de su guardaespaldas a mis espaldas.
—¿Pasa algo señorita? —
—¿Puedes traerme mi bolso? Lo olvide en el auto— supuse que asintió y se fue ya que solo escuche sus pisadas alejarse. Cuando estuvo lejos del campo auditivo ella habló— Me está volviendo loca, Asher. Mierda es tan atractivo y a veces dice algunas cosas que me dejan pensando— murmuró exasperada y reí. Es muy complicado exasperar a esta mujer, por lo general es alguien muy amable y paciente.
Sin duda el tal Rhett desataba sus instintos más locos.
—Así es el amor, Dei, disfruta o condénate— ella bufo cruzándose de brazos e hizo una mueca.
—Prefiero tirarme desde mi edificio, eso aliviaría muchas cosas— bromeo y negué con la cabeza en forma desaprobatoria.
—¿Y dejar que otras mujeres gocen de tu guardaespaldas? —le respondí. Sus rasgos se endurecieron.
—Tienes razón, ese tonto no se librará de mí fácilmente— reí ante ese comentario.
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Chloe
Domingo
Deion Carabalí abrazó y besó la mejilla de Asher en cuanto esté bajo del monoplaza. La felicidad evidenciaba su rostro.
Asher correspondió ese abrazo. Tomaron algunas fotos y luego Asher subió al podio en segundo lugar. Magnus en tercero.
La distancia de puntos entre Asher y Magnus es un solo punto y aunque Magnus no lo acepte eso lo tiene demasiado tensó.
Gran parte de la carrera escuche los gritos de Deion hacía Asher, como una fan más. Sé que antes tuvieron una relación y comencé a creer que ambos habían regresado.
A pesar del segundo lugar de Asher el parecía feliz. Felicito a su amigo y cuando bajo del podio tomaron muchas fotos y llegó la hora de celebración.
Por mi parte estaba indecisa si ir a la fiesta. La idea de toparme con el desagradable rostro de Asher Truswell no me apetece para nada, sin embargo, Alain me convenció. Además, él no tiene por qué tener ese tipo de control sobre mí.
Las fiestas de celebración luego de las carreras a veces se ponían interesantes. A esas fiestas nunca dejan entrar a los periodistas y paparazis. Solo pilotos y amigos de los pilotos, lo cual todo lo que pasa en esas fiestas se queda en esas fiestas.
—Ese vestido es genial— opino Ali mientras le mostraba el vestido que planeo ponerme. Es color rosa con algunos brillos.
Lo suficientemente largo para cubrir mi trasero y lo suficientemente corto por si terminaba en el baño de la recepción con alguien entre mis piernas.
Sonreí levemente.
—Lo es— afirme tomando mi ropa interior y mi toalla para darme una ducha. Ali ya se hallaba vestido. Solo estaba esperándome.
La idea de divertirme esta noche era emocionante, no obstante, me tuve que recordar que mañana tengo mucho trabajo que hacer.
Me apresure a ponerme la ropa interior. Agradecí no usar sujetador con ese vestido ya que no lo necesito. Seque mi cabello y deje mis ondas naturales. Seguí mi rutina de skin care, me maquille, hidrate mi piel, me puse perfume, me cale los tacones del mismo tono y por ultimo tome mi diminuto bolso y guarde lo necesario.
Alain me llevó por las calles españolas hasta la recepción de la fiesta. Estuve agradecida de que él aire no fuera tan helado en España.
Cuando llegamos a la recepción me guio y entramos en el salón donde resonaba la música electrónica y se encontraba abarrotado de gente.
Las luces neón brindaban ese aire de discoteca al lugar.
Visualice a algunos pilotos por ahí, entre ellos mi hermano y otros pilotos.
Pronto nos dirigimos a la barra.
Esto es increíble.
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Asher
—Había olvidado como son las fiestas de los pilotos— habló Deion en voz alta para poder escucharla. Sonreí levemente.
—Yo también— le respondí con calma mientras le daba un trago a mi Gin tonic. Las tonadas de Martin Garrix resonaban por todo el lugar.
Hoy fue un buen día, tuve una buena competencia con Niki y la compañía y apoyo de Dei siempre ayudaba.
Sonreí levemente mientras ella discutía sobre la música.
Pasaron algunas horas.
Los gemidos de Megan Thee Stallion comenzaron a resonar en los altavoces. Mi sistema ya estaba algo plagado de alcohol.
Body comenzó a hacer su magia. Parejas se levantaban a bailar pegados y dios si es una maldita canción tan caliente.
—Amo a Megan— Deion sonrió mientras dirigía su mirada a una esquina de las habitaciones donde supuse que estaba su guardaespaldas.
—Bien, ya vengo— murmuró levantándose de su asiento y asentí mientras levantaba dos pulgares en su dirección.
—Si no follas esta noche fallaras como fiestera— le grite por encima de la música. Ella se giró y me dio una sonrisa cargada de diversión y me mostro el dedo medio.
Busqué a Niki con la mirada por todo el lugar, pero me llevé una sorpresa al ver a cierta rubia insoportable bailando con el hermano de uno de los pilotos de la parrilla.
El vestido rosa se ajustaba perfectamente a su figura. Las luces solo acentuaban sus rasgos. Su vestido era perfectamente corto como para poder subirlo un poco y tocarla. Alejé mi mirada y le di un trago a mí bebida.
No sé cuántos llevaba, pero mi cabeza comenzaba a jugarme mal, por supuesto a eso le eche la culpa.
Pedí otro trago antes de girarme nuevamente. Espere que Barbie diabólica ya no estuviera en medio de la pista bailando como si su vida dependiera de eso.
Mala idea. Ahí seguía.
Sus caderas seguían moviéndose al ritmo de Body y yo solo deseaba que la maldita canción terminara. Sus ojos se encontraron con los míos en una fracción de segundo, una sonrisa curvo sus labios y me giño un ojo.
Le di otro sorbo a mi bebida y dejé que el alcohol hiciera efecto. Tuve que respirar varias veces y pensar en cosas no sexuales para poder borrar su imagen de mi cabeza.
La forma en la que movía sus caderas, su cabello ondeando y sus manos deslizándose por su cuerpo.
Si. Estoy jodido. Pero sigo culpando al alcohol.
Me levante de mi banco dejando a un lado el vaso vacío. La canción dejo de sonar y fue reemplazada por la voz de Doja Cat.
Me dirigí al baño y antes de que pudiera entrar sentí como una pequeña mano se cerró alrededor de mi muñeca. Me gire para ver de quien se trataba.
Chloe.
—¿Qué? —no me importo sonar brusco o borde. Me he dicho mil veces que no debemos ser amigos ni nada más allá de eso.
Evite mirar su figura y la forma tan malditamente bien que le quedaba ese vestido. Sin duda parece una Barbie.
Una a la que podría poner contra la pared y...
—Me estabas mirando— sonrió con suficiencia.
El olor a alcohol brotaba por nuestros poros.
—Te atravesaste en mi campo de visión— mentí. Ella no abandono su sonrisa.
La luz en esta parte de la sala es casi nula, aun así, podía ver un poco de sus rasgos. Sus labios con algún color que desconozco pero que le queda bien.
Mi corazón resonó en mis tímpanos cuando ella estuvo peligrosamente cerca y a pesar de que mi instinto gritaba que me alejara de ella mi cuerpo me decía lo contrario.
Deslizo las palmas de sus manos por mi abdomen, mandando todo tipo de sensaciones a mi cuerpo y calentando mi piel a su paso
Se detuvieron en mis hombros, donde necesito ponerse de puntillas para alcanzarme.
—Al parecer tampoco eres inmune a mí— susurró tan cerca de mí oído que me estremecí.
Tensé la mandíbula.
Su perfume floral permanecía en su ropa y me mareo un poco.
Ella me marea.
Antes de poder replicar dejo un beso sobre mis labios. Corto y apenas fue un roce, se giró dejándome solo.
Reuní toda la fuerza para no ir detrás de ella y terminar con toda esta mierda.
Bufé molesto y entre al baño.
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Chloe
Al día siguiente.
Papá no encontraba a Magnus, ni a Asher. También oí por ahí que Niki tampoco había aparecido.
Había llamado a Magnus más veces de las que me gustaría, pero sigue sin atender mis llamadas.
Nuestro vuelo sale en unas horas, para mi mala suerte compartiré vuelo con Asher, Magnus y papá.
Llame a ambos pilotos más de diez veces.
Hasta que después de veinte llamadas Asher contesto.
—¿Qué? —ladró de mal humor. Los recuerdos de anoche me golpearon con fuerza. Mierda.
Estúpida. Estúpida. Estúpida.
—¿Dónde carajos estás? El vuelo sale en una hora— escuche como soltó un gruñido.
—En la recepción, tu hermano está aquí. Supongo que nos embriagamos más de lo esperado— murmuro eso ultimo más para el mismo que para mí.
—Voy para allá— murmuré.
Estaba furiosa, siempre llega tarde y ahora no solo era un imbécil, eran dos y por dios ya imagino el lugar abarrotado de paparazis en busca de algún rastro de algunos pilotos con resaca.
No es suficiente soportarlos en el trabajo ahora también tengo que hacerla de su niñera.
No me contrataron para esto, sin embargo, que papá lo considere un favor personal que pagara con creces.
Nuevamente me sentí como si tuviera diez años y Magnus ocho y tuviera que cuidarlo para que no cayera en la piscina mientras papá tenía sus reuniones en casa.
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Sacarlos de ahí fue un gran caos. Ya había paparazis y tuve que sacarlos por la puerta trasera, sin dejar de lado que Niki estaba con ellos. Así que dios fue algo casi heroico sacarlos sin que los vieran.
A la mierda capitán américa, denme la recompensa.
—¿Son niños pequeños? Hace dos horas que deben de estar en el aeropuerto. ¿Dónde putas esta la puntualidad? —cuestione molesta mientras manejaba apretando el volante. No quería gritar, sin embargo. Ese par saca lo peor de mí.
—A mí no me regañes por favor, yo ni siquiera te conozco, pero gracias por sacarme de ahí. — rogó Niki mientras masajeaba su sien y me compadecí de él. Solo de él. Por lo menos el parece más amable que su mejor amigo.
—Sí, lo siento, no estoy enojada contigo, con ellos sí—
El asintió levemente.
—Me duele la cabeza— gruño Asher mientras cubría sus ojos por la claridad.
—A mí también— susurró Mag. Me pregunte como termino con ellos dos si tanto odia a Asher. Tal vez luego le preguntaría.
—Verdammte verspätete Idioten, wie sehr ich euch hasse— (Malditos tontos impuntuales cuanto los odio) me queje aferrándome al volante y solo escuche unos quejidos a forma de protesta.
Idiotas.
Media hora después estaba esperando a ese par de hombres que viajaran conmigo hoy.
Asher llegó primero.
—Impuntual como siempre— murmuré con hastió. Escuche como emitió un gruñido a modo de respuesta. Se sentó en el asiento del copiloto. Las gafas oscuras cubrían los ojos oscuros.
Dude por un momento, pero hable.
—¿Recuerdas algo de anoche? —cuestione con una mano en el volante. El levanto la cabeza y me miró por una fracción de segundos.
—No— la sequedad y frialdad en su tono no pasó desapercibida, sin embargo, no sé qué fue lo que sentí en ese momento, si felicidad porque Asher me afirmo no recordar que lo besé anoche o decepcionada porque no lo recuerda.
Me dije a mi misma que eso fue lo mejor, así que no pensé más en eso y agradecí cuando Magnus llegó con sus maletas listo para irnos.
Había una notoria tensión en el ambiente. Y como no negarlo si Magnus se lleva mal con Asher y yo también.
Solté un quejido al darme cuenta de que sin duda alguna iba a ser el viaje más largo de mi vida.
Casi llame a Alain para huir.
Casi.
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