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Capítulo 2

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Una semana después.

Inglaterra.

Asher

Hace unos días había regresado a Inglaterra, he de admitir que no era nada familiar estar de regreso en este país frío y nublado que se encontraba al otro lado de mi país.

Esta primera semana había sido en cierta parte reconfortante, no por hecho de estar aquí, sino por el hecho de la emoción que albergaba mi cuerpo cada que pensaba en regresar a WR.

Había sido algo diferente a otras veces, esta vez había un nuevo habitante en mi casa.

Había un maldito mapache en la casa, como había entrado no lo sé, solo lo había encontrado dos días después, supuse que entraba por alguna de las ventanas o algo, aunque en realidad no estaba seguro de eso, pero se robaba mi comida cada que podía.

Una de las cosas que extrañaba de Lakeway era mi casa frente al muelle, normalmente en Lakeway casi no había sol, pero el verano era perfecto, caluroso y con pocos días soleados, pero bonitos.

Aunque realmente casi siempre estuviera viviendo en hoteles de distintos países del mundo no iba a pasar mucho tiempo aquí más que unos pocos meses.

Igual había invitado a mi madre a venir a casa, ya que aún no estaba seguro si podría ir a verme al primer GP en Australia, además de que tenía desde el año pasado que no la veía.

Así que podía pasar un poco de tiempo de caridad con ella antes de empezar la temporada, ya que sería una temporada algo complicada con mi regreso.

Tenía muchas cosas que hacer antes de regresar de lleno a las carreras como era ameritado, pero antes de eso necesitaba pasar tiempo con mi madre.

Siempre procuraba eso antes de comenzar las temporadas, ya que cada que me subía al monoplaza existía la mínima posibilidad de no regresara con vida, sonaba fuerte y lo era, sin embargo, ahora con todo lo que había ahora con las nuevas normas de seguridad era muy raro que pasaran accidentes muy desastrosos, llegaban a suceder, pero eran muy raros.

De igual forma siempre teníamos precaución.

Me había dicho mi madre que iban a aterrizar en una hora, así que aún tenía tiempo de acomodar un poco la casa, ya que si, lo había dejado para último momento, no había terminado de desempacar, algunas —muchas— cosas, ni siquiera mi ropa que es de uso diario.

Comencé acomodando la habitación donde se quedaría mi madre, me asegure de acondicionarla al cien para que estuviera cómoda. Igual me apresure a preparar comida, para que no quisiera cocinar en cuanto llegara, la conozco y esa mujer quiere hacer todo, nunca para.

Cuando termine de cocinar solo me di una ducha rápida, ya que si no me apresuraba llegaría tarde al aeropuerto.

Casi media hora después ya iba al aeropuerto, aun no me terminaba de acostumbrar a los autos europeos con sus estúpidos volantes del lado del copiloto, esa era la mayor parte de mi odio hacia estos autos, su volante en el lado incorrecto.

Nunca me terminaba de acostumbrar.

Llegué al aeropuerto con cinco minutos de tardanza, si tenía suerte mi madre apenas estaba bajando del avión.

Antes de que pudiera llegar a la entrada de los pasajeros me vi detenido por alguien.

—¿Asher Truswell? —la voz de una mujer llamó mi atención haciendo que me girara. —Eres Asher Truswell ¿Cierto? El campeón del mundo en fórmula uno— una mujer castaña y bajita se acercó a mí. Ya veía venir un poco de lo que se aproximaba y no me gusta para nada.

—Soy Sue Spencer periodista de Olympian Exclusive, te importa si...— antes de que siguiera tuve que detenerla, se me hacía tarde y no iba a responder preguntas ni nada de esa mierda, estaba cansado de los medios y sus estúpidas noticias.

—No, disculpa lo que sea que quieras no, estoy muy ocupado, igual muchas gracias, Sue— le respondí con tranquilidad intentando no sonar molesto, un poco de molestia que detectan en tu voz y se lanzan sobre ti como tiburones oliendo la sangre.

No pareció agradarle mi respuesta, pero tampoco tenía que hacerlo. Seguí caminando dejándola atrás y llegué a la puerta.

Ya había personas entrando por ella, siendo recibidos por sus familias con grandes carteles y como si no se hubieran visto en años.

No paso mucho tiempo cuando vi a mi madre entrar por la puerta, llevaba su maleta en la mano izquierda y en la derecha su teléfono mirando la pantalla como si no pudiera chocar con alguien.

Me acerque a ella pasando entre las personas, si algo era lo que detestaba de los aeropuertos era la aglomeración de personas que había y la forma tan desorganizada que manejaba el aeropuerto.

Cuando estuve frente a mi madre le quité el teléfono, provocando que inmediatamente volteara a verme.

Sus ojos azules me miraron instintivamente rápido, su molestia fue notoria, pero cuando se dio cuenta que era yo el causante su mirada se suavizo y me abrazo dejando su maleta de lado.

—Ashie casi te doy un golpe— fue lo primero que salió de su boca, ocasionando que riera mientras le devolvía el abrazo.

—Yo también estoy feliz de verte— respondí mientras nos alejábamos. Nuevamente me dio otro abrazo y reí por su ternura.

—Feliz cumpleaños atrasado, Ashie—

Hace unos días había sido mi cumpleaños, el tres de enero. No lo había celebrado, no tenía la costumbre de hacerlo, tampoco era como que tuviera con quien celebrarlo, Niki estaba ocupado con la nueva temporada y todo lo que venía con ellas.

—Gracias mamá, ya paso no te preocupes— murmuré alejándome de ella nuevamente.

Tome su maleta y le regrese su teléfono.

—Bien, ahora vámonos porque una periodista me quería hacer preguntas cuando venía— informé comenzando a caminar con ella a mi lado. Ella negó con la cabeza como si no tuviera remedio.

—Eso se llama invasión personal, estas personas de hoy no conocen el respeto por dios— se quejó mientras negaba con la cabeza, yo me encogí de hombros restándole importancia.

—Es su trabajo— comenté y ella asintió.

Claro a nadie le gustaba que invadieran su espacio personal, pero como mencione es su trabajo, de esa forma alimentan a sus familias si es que tienen una, no es tanto su culpa, aunque debería de haber una línea que divide los límites de lo que hacen bien y no.

Muchas veces juzgan a los pilotos cuando alguien les pide una foto fuera de la carrera y esta es denegada.

Siempre hay el tipo de comentarios de este tipo.

"Que le cuesta, es solo una foto"

"Que delicado, no es para tanto"

"Está mal lo que hizo"

He tenido compañeros a los que les han pedido fotos mientras pasan tiempo con su familia e invaden el espacio personal y no respetan ese límite, pero claro el piloto es un egoísta y tiene la culpa, no la gente que lo aborda mientras pasa tiempo con su familia a la que cabe recalcar que muy poco tiempo ve.

Y claro que es molesto que ese tipo de cosas pasen, pero al final te terminas acostumbrando, te empieza a dar igual lo que digan e incluso te burlas de esas cosas.

Después de un rato de ponerme al día con mi madre y contarle la locura de estas ultima semanas llegamos a la casa.

—Tengo un mapache— le dije mientras bajábamos del auto. —bueno, no es mío, aun, solo que entra en la casa como que, si es suya y se roba la comida, por si te lo llegas a topas tranquila— ella rio con calma mientras entrabamos.

Ella conocía esta casa, había venido algunas veces en años anteriores, pero tenía un año sin venir así que ambos nos des familiarizamos de ella.

—Vaya, un año sin venir y ya tienes mascota nueva— yo me encogí de hombros mientras llevaba la maleta a la habitación que había designado para mi madre. —Asher, ya conocí al mapache— grito desde la sala. No pude evitar reír.

—Tranquila no muerde— pausé y lo pensé un segundo —Creo— murmuré más para mí.

Salí de la habitación y fui a la sala donde estaba mi madre.

La imagen del mapache en el sofá con una uva era muy divertida ciertamente, pensé en sacar mi teléfono para tomarle una foto, pero antes de que pudiera hacerlo se había ido.

Fui a la cocina para calentar la comida y comenzar a comer.

—Deberías comprarle un comedero y comida— comentó mi madre sentándose en la isla de la cocina.

—Es lo que había pensado, supongo que allá afuera pasa frío así que en las noches le dejo la ventana abierta— le informé para que no se asustara si escuchaba ruido, la segunda noche yo pensé que se había metido alguien a robar por el ruido que hizo el mapache.

—Por cierto, ¿Te molestas si salgo en la noche y te dejo sola? —ella me miró con diversión.

—Prefiero que salgas a que las traigas— no pude evitar reír y asentí —Y sal, no vine a quitarte tu libertad— asentí mientras comenzaba a servir la cena.

Susan me había mandado mensaje en la mañana diciéndome que si íbamos por unos tragos en la noche. Y no tiene nada de malo, así que acepte, solo serían unos tragos.

La comida paso bastante bien. Nunca tuve mala relación con mi madre, como he dicho siempre me apoya, aunque no esté de acuerdo y rara vez peleamos y si lo hacemos es por mi culpa siendo sincero.

Pasamos la tarde charlando sobre su trabajo y él mío, de los últimos meses, que haríamos estos días, posibles lugares a los que ella podía ir en lo que yo estaba en WR incluso le reserve una cita en un spa.

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Unas horas más tarde ya estaba manejando hacía el bar en el que me había citado Susan.

Desde afuera lucía muy sofisticado y tranquilo, esperaba no aburrirme, aunque ciertamente lo dudaba, parecía que ella tenía bastante charla para ambos.

Baje del auto del auto y entre.

Las luces eran tenues, había algo de gente sentada en las mesas. Pude notar que Susan estaba en una de las mesas esperándome, si mi puntualidad era escasa, más cuando hay mucho tráfico en este país.

Me acerque a la mesa donde estaba y la salude.

—Asher, llegaste— pause y se levantó para saludarme con un beso en la mejilla.

—Si lo siento, había algo de tráfico— me disculpe mientras me sentaba frente a ella.

Me dio un asentimiento a forma de respuesta, haciendo que su larga cabellera oscura se meciera.

—Y que lo digas, es un horror— respondió mientras me daba una de las dos cartas que había sobre la mesa.

Tenía que admitir que se veía muy guapa, su cuerpo es escultural, enserio me preguntaba porque trabaja en relaciones publicas y no como modelo, supongo que le iría muy bien ahí, pero eso sería tema para después.

Pasamos unas horas charlando sobre un poco de nuestras vidas, tampoco íbamos a contarnos todo desde un principio.

Me di cuenta que le gustaba leer y que enserio le gustaba su carrera, también de que sabía sobre lo que había pasado en mi accidente del año pasado, eso no me sorprendía, quien no lo supiera era porque o no veía noticias o realmente le importaba un pepino la fórmula uno.

—De hecho, es un total desastre, he trabajado con pilotos que dios mío, no te imaginas— no pude evitar reír.

—Espero no ser un peso más para ti— comente y ella rio mientras le daba un trago a su copa.

—Tranquilo, si lo eres ya estoy acostumbrada, no te imaginas de los líos que he sacado a algunos pilotos—

—Si me imagino, recuerda que soy un piloto— ella rio y asintió dándome la razón.

—Cierto, eres uno y gran parte de la parrilla son tus amigos— asentí sin profundizar el tema.

Esa era otra parte de conflicto, muchos piensan que por estar en la parrilla todo somos amigos y no señoras y señores yo desmiento eso, cabe decir que convivir con ellos para una foto o un video no nos hace amigos.

A mí por ejemplo hay pilotos los cuales no me caen nada bien, sin embargo, normalmente ese tipo de cosas no salen a la luz por los medios, por la imagen y todo lo que implica y si se llaga a filtrar todo es como un rumor.

Después de unas horas ya iba de regreso a mi casa, tenía que levantarme temprano mañana y aún tenía que ver la lista de posibles preguntas que me harían mañana en la entrevista que íbamos a tener.

Sería la rueda de prensa oficial con el anunció de mi regreso a la fórmula uno.

Estaba seguro de que sería un día extremadamente ocupado y lleno de periodistas.

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Por la mañana se me hizo tarde, había olvidado de poner la alarma anoche y gracias a dios que mi madre estaba aquí, sino no sé qué habría sido de mí.

Me apresuré a vestirme, me puse unos jeans negros y tenis con una camisa blanca, no me arregle mucho ya que allá me iban a dar la camisa de WR una gorra y todo eso de promoción ya saben.

Termine saliendo de la casa y me apresure a manejar.

Cuando llegué ni siquiera me había terminado mi café, aun lo tenía en mi vaso.

Entre a la sala donde se haría la rueda de prensa.

Ya en la entrada me estaba esperando Susan con una camisa en sus manos una playera y una gorra color negro con detalles verdes.

—Buenos días— le salude mientras ella comenzaba a caminar a mi lado. Me dio la gorra y me quito el vaso de café, ya había algo de gente por aquí.

—Buenos días, ponte tu gorra, vamos a vaciar tu café en uno de los vasos de Wagner y allá atrás te van a dar unos retoques de maquillaje y la camisa allá te la cambias— me explico mientras me guiaba por el salón. Asentí levemente mientras miraba mi gorra, tenía bordado el número 03 en la visera, el escudo de WR en la corona al igual que algunos logos de patrocinadores en los costados.

Cuando llegué al área donde me indico Susan me senté en una de las sillas donde ya me esperaban. Me dieron unos cuantos retoques de maquillaje, Susan me dio mi café en el vaso de WR.

—Es una costumbre americana ser impuntual, cierto— afirmo Magnus detrás de mí. Rodé los ojos cansado.

En realidad, no me cae bien Magnus, siendo sincero enserio, no me agrada.

—Es una costumbre alemana ser exasperante, cierto— afirme de la misma manera que él.

Su risa no tenía nada de gracia.

—Jodete Truswell— gruño con molestia.

Yo reí.

—Lo mismo para ti, Wagner— respondí con sorna terminando de levantarme de la silla.

Tomé la playera y fui al vestidor para cambiarme.

Esta era color verde con detalles negros, los logos de patrocinadores. Cuando me la puse deje mi camisa sobre la silla y en la que había estado.

A Magnus y a mí nos llevaron a la sala principal, donde sería la conferencia, ahí ya estaba Albert, Susan y Andrea la encargada de relaciones públicas de Magnus.

Albert estaba en medio, en el lado derecho estaba una silla con él nombre de Magnus y en el lado izquierdo una con él mío. Y seguido de ambos estaban las sillas Andrea y Susan.

La sala estaba repleta de gente, la mayoría periodistas y supuse que los demás eran miembros del Paddock club.

Nos sentamos en nuestros respectivos lugares esperando a que la rueda de prensa diera comienzo.

Entre los asientos pude ver a Chloe, más bien en primera fila.

Llevaba lentes oscuros y el cabello suelto, también llevaba una camisa blanca de manga larga y unos pantalones color verde y acampanados.

Le dio una sonrisa a su hermano y este se la devolvió.

La rueda de prensa se dio unos minutos después.

—Primero que nada, buenos días y muchas gracias a todos los que asistieron, como ya saben esto lo hicimos con él fin de presentar al nuevo integrante de nuestro equipo— Albert se giró un poco para verme y me dio media sonrisa.

—Asher Truswell se reincorpora esta nueva temporada con nosotros ocupando uno de los asientos de la parrilla— anunció mientras tomaba el pequeño micrófono.

Las voces inundaron la habitación como susurros, nadie hablaba en voz alta, pero se escuchaba el barullo.

—Pueden comenzar con las preguntas— anunció Susan con una sonrisa amable.

Todos sabían cómo era esto así que el primer reportero salto a hablar.

—Cuéntanos Asher, ¿Cómo fue que regresaste? —pregunto el chico, no mayor de los veintiséis.

Susan me hizo una señal de que podía hablar.

—Bien, me llamaron de Wagner Racing porque querían hablar conmigo y al día siguiente ya estaba firmando mi contrato— comenté tranquilo.

Hace mucho que los nervios me habían abandonado a la hora de este tipo de conferencias, igual que todo te terminas acostumbrando.

—Albert, ¿Por qué Asher? —interrogó el mismo periodista, pero ahora a mirando a Albert.

Todos los ojos estaban sobre nosotros.

—Asher es un piloto capacitado, ha sido campeón del mundo seis veces y yo creo que puede dar más de él y que mejor que con nosotros— respondió Albert sereno. La entrevista tuvo un buen comienzo.

—Y qué paso con el accidente en Mónaco, ¿Estas limpio, Asher? —ahora fue otro reportero el que le quito la palabra al primero.

Susan asintió a modo de señal de que podía responder.

—El accidente en Mónaco quedó en el pasado, estoy limpió, en mi vida solo he consumido drogas una vez y esa fue la primera y última vez, me he mantenido sobrio desde ese momento y así seguirá— confirme con calma, hoy en día ese tema ya no me fatigaba, así que podía hablar sosegadamente sobre eso.

Lo que me indigna son los comentarios absurdos de las personas estúpidas que no comprenden lo que es estar detrás del volante.

—Y Magnus ¿Cómo te estas tomando esto de tu nuevo compañero? No es secreto que eres alguien competitivo y Asher también lo es— habló otro periodista. Yo rasque mi nariz con diversión al ver como Magnus aguanto hacer una mueca de hastió.

Creo que a alguien le acaban de dar donde más le duele.

Ups.

Magnus fingió una muy buena sonrisa, aunque esa alegría no abarcó su mirada.

Le di un sorbo al popote de mi vaso esperando la respuesta proveniente de Magnus.

—Mejor de lo que muchos piensan, soy un adulto, se manejar esto, así que bien, hemos tenido buenos inicios—

La sonrisa de diversión creció en mi rostro, entiendo el nivel de hipocresía que muchas veces usamos nosotros los pilotos, no obstante, no dejaba de ser muy graciosa la forma en la que la usamos.

Aún más cuando sé que no está cómodo con que yo sea su compañero de equipo.

—Wow eso suena realmente bien. Albert ¿Qué opinas sobre que tus pilotos compitan entre ellos? —hubo un intervalo de segundos entre la primera frase y la pregunta hacía Albert.

Esa es sin duda una pregunta muy importante para todo el equipo.

Puedo afirmar que es un punto muy importante que debemos dejar claro antes de comenzar la temporada.

—Eh sí, he pensado mucho eso con parte del equipo, hemos llegado a la conclusión de dejarlos competir por el campeonato, lo merecen, por un lado, tenemos a Magnus quien es un piloto en ascenso, es competitivo y tiene el potencial para ganar, ya lo ha hecho, del otro lado tenemos a Asher, un piloto competente, experimentado y ganador de seis campeonatos. No pienso reprimir el potencial de estos dos.

No hace falta decir que me encontraba satisfecho con esa respuesta, el saber que nos dejaran competir por el campeonato es fascinante.

—¿Asher que es lo que veremos de ti en tu regreso? —interrogó otro reportero.

—Esfuerzo. Mucho esfuerzo y competitividad, saben que no me gusta perder

Muchos cuchicheos en la habitación me hicieron imposible entender lo que se dijeron entre ellos, aunque supongo que es sobre nosotros.

Cabe mencionar que ya me encontraba ansioso por regresar a un monoplaza.


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—Lo manejaron increíble— comentó Susan caminando en medio de Magnus y de mí, pasando su brazo por mi cintura, como si fuéramos mejores amigos de toda la vida.

De repente Chloe apareció en nuestro campo de visión mientras las pequeñas ondas en su cabello se mecían con su andar.

—No se mataron en la entrevista, que alegría— bromeo mientras se acercaba. Magnus soltó una risa tensa, por mi lado me limite a pasar por su lado dejando a los tres atrás.

Cuando llegué afuera respiré el aire fresco de la tarde. Me dirigí a mi auto y me fui a casa.

Al llegar me sorprendió escuchar todo muy en silencio, bueno, aunque no me debería de sorprender, mi madre estaba sola, ¿con quién hablaría?

Entre tranquilamente a la casa dirigiéndome a la sala.

Me sorprendió mucho la imagen que vi.

Mi madre estaba en el sofá con el mapache sentado a un lado de ella mientras que mi madre le daba nueces para que comiera.

Mi madre no es una amante de los animales, en realidad nunca me dejo tener un perro porque decía que era mucha responsabilidad para mí. Así que si me sorprendió mucho verla sentada en ese sofá dándole nueces al mapache que se escapa cada que me ve.

—¿Qué hace el aquí? —pregunte confundido, sin siquiera moverme para no asustarlo, parece que está viendo la televisión con mi madre. Ella me miro con una sonrisa que pareció de una niña pequeña que acaba de hacer una travesura.

—¿Cómo qué qué? Es tu nueva compañía, lo adopté, es tuyo— fruncí el ceño, alzando una ceja confundido.

Lana Truswell me está diciendo que es mío después de nunca dejarme tener un perro porque se me iba a morir, ¿Qué se fumó?

—¿Tienes fiebre o algo? —pregunte tocando su frente, ella quito mi mano de su frente mirándome mal.

—Claro que no, Ashie, necesitas a alguien que te acompañe mientras yo no pueda a tus carreras y es Rocket— la miré incrédulo intentando no burlarme del nombre que le puso al mapache.

—Hasta nombre tiene— murmuré sentándome al lado de ella, mientras tomaba a Rocket entre sus brazos poniéndolo sobre su regazo.

Me anime a acariciar su pelaje después de que ella lo comenzó a hacer.

Me sorprendió que su pelaje increíblemente suave y su tenue olor a fresa. Miré a mi madre confundido, ella me sonrió alegremente, tanto que se formaron unas leves arrugas al final de sus ojos.

No la había visto así de feliz desde que gane mi último campeonato.

—Oh puedes llamarlo Rocket Truswell

No pude evitar reír por la creatividad de esa mujer.

—Hola Rocket— murmuré mientras yo lo tomaba en mis brazos, abrazándolo como a un bebé pequeño.

—Ya le he comprado las cosas que necesita, por cierto, lleve al auto lavado el Porsche— me informó mientras le seguía pasando nueces a Rocket.

Como dije esta mujer es impresionante.

—Gracias, mamá— ella sonrió.

Antes de que dijera algo más o de que olvidara lo que quería preguntar lo hice.

—¿Por qué Rocket? —le cuestione acariciando el suave pelaje del mapache. Mamá alzo las comisuras de sus labios, ocasionando que entrecerrara un poco los ojos.

—Recordé que en tu película favorita hay un mapache que se llama Rocket—

Sonreí mirando a mi mapache. Es cierto. Rocket Raccoon de Los guardianes de la galaxia Vol. 1.

Es increíble como las madres se acuerdan de esos pequeños detalles a pesar de que uno casi los olvide por completo.

Al pensar en eso mi mente viajo a esos viejos recuerdos, en los que ella me llevaba a comprar comics de súper héroes para ver si así dejaba de aficionarme por la formula uno, sin embargo, no funciono y solo creo a un campeón del mundo fan de los comics y películas de Marvel.


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Pasamos buen rato viendo la televisión mientras empezaba mi entrevista de hoy, ella quería verla y yo no iba a ser un aguafiestas y decirle que no.

Luego de eso cenamos, acomode las cosas de Rocket, investigue los tramites que tenía que hacer para que Rocket pudiera acompañarme a todas las carreras e hice las citas que tenía que hacer para el papeleo.

Intente organizar un poco lo que haría estos días antes de irnos a Australia para no olvidarlo, ya que ahora que había comenzado con los trámites para poder sacar un pasaporte animal necesitaba llevar a Rocket al veterinario.

Incluso investigue como domesticarlo un poco para que sea más fácil llevarlo conmigo a mis viajes.

Pase un rato más investigando sobre los cuidados.

Después de varias horas decidí ir a acostarme un rato.

Mañana iría por todo mi equipo a WR, tendría sesiones de fotos nuevamente con Magnus y en unos pocos días más comenzaría la pretemporada.


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Después de desayunar me dirigí a Wagner Racing. El hecho de que en un par de días estaría nuevamente dentro de un monoplaza me mantenía extasiado. Tuvo que pasar todo un año para este momento y no tengo planes para arruinarlo.

Unas horas después Susan y Chloe estaban explicándome el nuevo plan de Marketing que se le había ocurrido a la rubia.

—¿Y eso de que servirá? ¿Acaso no me verán mañana con el uniforme y casco puesto? —cuestione mientras iba por la caja donde se encontraba mi nuevo equipo. No solo se trataba del overol, era la camisa, el overol, el casco, los guantes, la balaclava y los zapatos, además de las camisas oficiales.

—Marketing para la marca, Asher, te lo ha dicho cinco veces— solté el aire que retuve en mis pulmones los últimos cinco segundos, froté mi rostro con mis manos en un gesto desesperado.

—Bien hay que hacerlo, pero tengo entrenamiento después de esto, así que por favor hay que apresurarnos— Chloe no le dio tiempo a Susan para que dijera algo cuando habló.

—Bien, entonces quiero que actúes natural, sin guiones o ese tipo de cosas y como es el primer video de la temporada incluiré a Magnus— esto no podía ser peor.

Tener que confraternizar con Magnus durante otras horas no me complace no obstante esto también era parte de la formula uno, no siempre se tiene que estar dentro de un monoplaza.

Acepte sin oposiciones debido a mientras más nos apresuráramos más rápido me iría a la sesión de entrenamiento.

Chloe fue por Magnus y nos indicó que debíamos de ir a la terraza de WR.

Ahí había una mesa de madera y dos sillas juntas y una frente a esas sillas. Detrás de la mesa había un sofá beige y unas macetas con plantas.

El día estaba nublado y esperaba que pudiéramos haber la grabación por el viento que había en esos momentos.

—Bien les dije a los chicos que no quería ruidos aquí, yo los voy a grabar— pauso Chloe mientras entraba a la terraza abriendo la puerta corrediza y dejando pasar a unos ingenieros con las cajas de nuestros uniformes.

Luego de eso los dos ingenieros salieron de ahí, Chloe trajo una cámara con un trípode con la cámara, un par de camisas y gorras y por supuesto unas tarjetas que detrás decían "Wagner Racing Team".

—Bien pónganse esto mientras voy por los micrófonos— nos dio una camisa y una gorra a cada uno para luego colocárnosla. Ella salió de la terraza y aprovechamos para cambiarnos de camisa. Termine de ponerme la camisa. Esta es color verde con detalles negros, similar a la que utilice en la rueda de prensa, la diferencia es que esta tiene mi apellido y mi número, que es el 95. También llevaba el jaguar representativo del equipo y unos cuantos logos de las marcas que accedieron a ser patrocinadoras. Y algo más que note fue el cambio del cuello este era un cuello de una camisa polo.

Hablando de la gorra esta es color negro con la parte interna verde, la visera curva y en el costado derecho la bandera americana. En la parte posterior de la visera estaba bordado el número 95 mientras que en la parte interior estaba bordado un rayo McQueen.

Ese detalle me robo una sonrisa.

No me di cuenta en que momento había salido Magnus hasta que alce la cabeza encontrándome solo, pero mi soledad no duro mucho debido a que Chloe entro por la puerta con los micrófonos en las manos. Ella miro a todos lados en busca de su hermano.

—¿Y Magnus? —interrogó dándome un micrófono. Yo me encogí de hombros a modo de respuesta. —Bueno ponte eso en lo que viene— me explico cómo ponerlo, pero al darse cuenta que en realidad lo puse mal rodó los ojos y se acercó a mí.

—Deja te ayudo— murmuró acercándose mientras yo intentaba quitar el micrófono.

—Yo puedo— rebatí mientras ella comenzaba a ayudarme, sin embargo, claro seguro que eso no bastaba para que se alejara de mí.

Termine dándome por vencido cuando ella metió sus manos dentro de mi camisa para acomodar el maldito micrófono. Ella evito hacer el contacto con mi piel lo cual agradecí aun así su cercanía era innecesaria, desde ahí podía oler su perfume chanel n° 5.

Terminó retirando sus manos del interior de mí camisa para luego acomodar el cuello de mi camisa. Fruncí el ceño por el acto y me alejé un poco de ella poniendo distancia entre ambos mientras el "No te acerques a mi hija" de Albert retumbaba en mi mente. Por más hermosa que Chloe Wagner sea mi carrera depende de mantenerme alejada de ella.

Magnus regreso en ese momento. Nos miró con recelo mientras alzaba una ceja.

—¿Pasa algo? —Chloe rodó los ojos antes de girarse.

—Claro que no, solo le ayudaba con su micrófono, es un poco torpe— susurró eso ultimo y le di una mala mirada.

—Te escuché— murmuré mientras iba a sentarme en mi respectivo lugar. Magnus se sentó a mi lado mientras Chloe nos daba unos exactos para abrir las cajas.

—Bien en tres comenzamos— murmuró mientras nos pasaba las tarjetas con lo que íbamos a decir. Explico que Magnus iba a comenzar mientras que yo seguía viendo lo que ella había puesto en esas tarjetas. Ella se paró detrás de la cámara y comenzó el conteo con sus dedos.

—Hola chicos, Magnus aquí— quería reírme de lo ridículo que sonaba esto, pero me trague la risa antes de hablar.

—Asher aquí— comenté después de contuve la risa.

—Hoy traemos con ustedes esta nueva sección llamada "one lap con los pilotos" —explico Magnus con una sonrisa en su rostro.

Por mi parte evitaba no reír a toda costa.

—Y nuestra primera actividad en One lap será preguntas y respuestas para conocernos mientras abrimos nuestro nuevo equipo para esta temporada— indique mientras ambos nos levantábamos de las sillas para poder subir las cajas para a la mesa y comenzar a abrirlas. Deje mis tarjetas sobre la mesa donde pudiera verlas bien.

—Bien, la primera pregunta es para Asher, ¿Cuál fue tu primer podio y cuando fue? — termine de abrir la caja y pregunte.

—¿En general o desde que empecé la formula uno? —

—Formula uno— respondió tranquilo, aunque en realidad se sentía una leve incomodidad entre ambos. No nos terminaríamos de llevar bien nunca seguramente.

—Fue en mi primera carrera en casa, en dos mil nueve, remonte desde la décimo octava posición y fui el piloto del día— comenté con una leve sonrisa al recordar ese día, esa emoción que sentí cuando escuché que anunciaron mi nombre.

—Wow ¿Dos mil nueve? ¿Qué tan viejo eres? —un deje de burla teñía su voz. Gire un poco la cabeza para mirarlo y ver que había ago de diversión en su rostro por lo que terminaba de decir.

Lo primero que saque de mí caja fueron los guantes de color verde y a la medida.

—Lo suficiente para saber que puedo ganarte— sonreí relajado, aunque sentí como la tensión entre ambos incrementó. Chloe lo noto y esperó unos segundos para ver la reacción de su hermano.

—¿Es un reto? —interrogó Magnus mientras dejaba sus guantes de lado. Yo le di una sonrisa relajada.

—Tómalo como gustes— Magnus no dijo más sobre eso, saco su camisa mostrándola a la cámara y me dijo que yo seguía con la pregunta.

—¿Hace cuánto que estas en formula uno? —pregunte mostrando mi camisa a la cámara. Esta es de color negro con el logo de WR.

Magnus hizo como que contó los años que lleva en las formula uno, seguramente solo era un chiste.

—Tres años— comentó con una sonrisa relajada. Yo había calculado que tenía por lo menos cinco años, aunque no recuerdo desde que carrera me enteré que había entrado seguramente porque siempre iba detrás de mí.

—¿Cuántos años tienes? —pregunte confundido. Yo le calculaba unos veintiséis años.

—Veintidos ¿Y tú? —interrogó con la mima curiosidad que yo mientras me volteaba a ver.

Creo que esa era la pregunta más sincera que nos hacíamos el uno al otro.

—Veintinueve— respondí. Saque el overol dejando ver el color verde y los detalles. La bandera estadounidense estaba justo en la parte del abdomen con mi nombre bordado en él.

Los detalles de color negro contrastan con él color verde. He de admitir que me gustaba el overol.

—¿Cómo sería tu día perfecto? —Magnus siguió con sus preguntas dejando de lado nuevamente sus tarjetas.

Solté un suspiro mientras sacaba mi gorra oficial. En realidad, no era una pregunta difícil.

—Subir al podio y que me digan que obtuve otro gran Chelem— conteste mirando el detalle de la gorra que también es el Rayo McQueen bordado, solo que con la visera negra unos cuantos detalles en verde como mi número y los logos.

—Tengo otra pregunta para ti, ¿Por qué ese rayo McQueen en tu gorra? —preguntó nuevamente con curiosidad y sinceridad en su voz. Al parecer él no sabía por qué.

—Bien, la mayoría lo sabe, pero cuando comencé de piloto en Lambert Point mi uniforme, mi auto y todo era rojo además el número 95 es de rayo McQueen, después varios fanáticos comenzaron a llamarme así y bueno lo demás se explica por si solo— terminé de hablar. Magnus asintió lentamente.


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Después de casi dos horas terminamos de hacer el video. Tome mis cosas y me dispuse a bajar a la planta baja para ver a Xavi mi nuevo entrenador, para que me indicara la nueva rutina.

—¿Sabes dónde está el gimnasio? —interrogo Chloe caminando a mi lado mientras tomaba su bolso color beige que combinaba perfectamente con sus tacones. Su cabello rubio se ondeaba mientras caminaba a igual que su pantalón color negro baggy, mientras que la camisa del equipo se ajustaba perfectamente a su figura.

Era bastante bella, a decir verdad. Borré esos pensamientos de mi mente negando con la cabeza.

—No— respondí tajante evitando mirarla nuevamente. Tomé mi mochila y la colgué en mi hombro listo para irme. Chloe comenzó a caminar a mi lado en silencio. Esperaba que no continuara hablando, pero al parecer mis planes no eran similares a los de ella.

—Te llevó— no fue pregunta, fue afirmación en un tono muy decidido.

Chloe parecía tener ese valor y esa valentía que a muchas personas les faltaba, incluyendo a su hermano.

—No pedí ayuda— respondí de forma tosca mientras nos adentrábamos en el elevador. Ella entrecerró los ojos mientras me miraba con fastidio mientras apretaba el botón de uno de los pisos. No me fije cual.

—Se dice gracias, animal— murmuró eso último en voz baja, aunque logre escucharla, pero antes de poder responderle continúo hablando—¿Acaso tu madre no te enseño modales? —su tono estaba teñido de fastidio y no era para menos.

Me encogí de hombros restándole importancia a lo que había dicho.

—Como te lo dije, no te pedí ayuda— hice un puchero fingido. Ella se cruzó de brazos soltando un bufido lleno de molestia.

Murmuró algo en su idioma natal que no logre entender, tampoco me interesaba saber que era lo que había dicho.

Agradecí cuando las puertas del elevador se abrieron mostrando el pasillo.

—Al fondo— dijo molesta, podía ver sus mejillas sonrosadas por lo mismo.

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Chloe

A decir verdad, el acompañar a Asher no fue amabilidad. Para mi desgracia o ventaja ser miembro de WR me permitía entrenar aquí y siendo sincera los entrenadores de los pilotos estaban más que buenos.

Cuando llegamos al gimnasio me aseguré de ir a uno de los casilleros por mi ropa de entrenamiento también saqué mis cascos y fui por una botella de agua.

Entrenando se encontraba Bruno Nori el piloto de reserva junto con su entrenador. Asher saludo a Elliot su entrenador y luego fue a los vestidores. Yo me apresure a ponerme mi ropa deportiva y salir del vestidor antes de encontrarme con él.

Asher es todo un patán malagradecido. En vez de darme las gracias el muy idiota fue un borde total, no obstante, eso no le quita lo buen piloto que es y que seguramente será un buen elemento para Wagner.

Comencé a hacer mis ejercicios mientras escuchaba a Twenty one pilots de fondo. Muchos se preguntaran ¿Quién carajos hace ejercicio con Twenty one pilots de fondo? Pues mucho gusto, yo soy esa persona.

Holding on to you resonaba en mi cabeza en ese momento, no era una canción para hacer ejercicio, pero sí de mis favoritas.

Comencé a escucharlos gracias a un ex novio que tuve, siempre tenía su música en el auto y bueno, las canciones comenzaron a gustarme. El dejo de gustarme, pero Twenty one pilots no.

Por el reflejo del espejo pude ver cómo había empezado su entrenamiento de resistencia con la skillbake. Lo sabía porque Magnus tenía un entrenamiento similar.

Note como la fina tela de la camisa deportiva comenzaba a absorber el sudor que desprendía su cuerpo y se pegaba a su abdomen. Mordí mi labio inferior mientras notaba como con cada uno de sus movimientos se marcaban las venas de su cuello o manos.

Bruno y su entrenador salieron del gimnasio obstruyendo mi vista a su paso. Yo alce las mancuernas para disimular.

Minutos después el entrenador de Asher salió después de haber ajustado los intervalos de velocidad.

Yo me quedé embobada observando como una acosadora cada movimiento y la sexi forma en la que se contraían sus músculos.

Por un momento creí que tal vez Asher era el hijo perdido de una mezcla de Adonis y Afrodita.

—Si sigues observándome así creeré que te has enamorado de mí sin que siquiera te preste atención— su voz agitada retumbo dentro de esas paredes. Yo deje de mirarlo por el espejo sintiendo como mis mejillas se encendían gracias a que me ha pillado observándole.

—No te sientas muy importante, no te he observado a ti— respondí mintiendo obviamente ya que no admitiría por lo menos en voz alta que lo estaba observando, eso solo haría crecer su ego.

—¿Ah no? Si parece que me acosas. Digo me has traído hasta acá y te has quedado, seguramente le pagaste a los chicos para que se fueran y poder violarme tranquilamente con la mirada— lo observe boquiabierta por esa gran imaginación suya.

No supe que responderle, sin embargo, me obligué a hacerlo para no dejarle ver que sus palabras me habían sorprendido. Cabe recalcar que lo que decía no era cierto.

—No te estoy violando con la mirada— defendí—Además no he pagado nada, ¿Acaso no puedo venir a hacer ejercicio? —cuestione cruzándome de brazos mientras lo miraba a través del espejo. Asher paro de pedalear apago la máquina, tomo su botella de agua y le dio un sorbo. Pude ver como se movía su manzana de adán mientras bebía. Bien seguramente la falta de sexo me estaba pasando factura.

Termino de beber y cerró la botella y se acercó quedando a centímetros de mí.

Puso su mano izquierda sobre mi cintura desnuda. Su toque ardió contra mi piel, provoco que mi respiración se ralentizará y que mis latidos fueran inquietos.

—Pues tu cuerpo dice algo diferente, Chloe— susurró cerca de mi oído. Mi piel se erizo por completo. Mi corazón latió con tanta fuerza dentro de mi pecho que creí que se había salido. Alejo su mano de mi piel dejando esa sensación de vacío. Espere a que saliera del gimnasio para poder soltar el aire que había estado reteniendo en mis pulmones durante esos segundos.

Asher Truswell me había puesto más nerviosa que cualquier otra persona. Asher Truswell me había tocado y se sentía como si el infierno hubiera ardido en esa área de mi cuerpo.

Me senté en el tapete para intentar calmarme, pero no pude hacerlo así que fui a darme una ducha rápida para irme a editar el video de hoy y tenerlo listo para mañana en la mañana.

Mañana era la presentación de los monoplazas así que tendría el día prácticamente libre.

Me despedí de mi nuevo equipo de trabajo y comencé a manejar a casa. Un lindo y no muy grande apartamento cercas de West End. Uno de los mejore lugares para vivir si me lo preguntas.

Comencé a manejar con calma por la calles frías y húmedas debido a las recientes brisas. Cuando llegue a mi edificio deje mi Wagner Illusion en el estacionamiento subterráneo.

Sinceramente no me gustaba que una marca de autos llevara mi apellido, no obstante, no podía hacer nada para cambiarlo, era muy caro el proceso y seguro que mi padre me deshereda.

Subí por el elevador directamente a mi piso. El piso 18. Caminé por el pasillo hasta llegar a mi puerta y la abrí dejándome abrazar por el calor.

Me quite los zapatos en la entrada y ahí los deje. También me quite mi abrigo colgándolo en el perchero. Dejé mis cosas sobre la barra y fui a quitarme la ropa que llevaba para ponerme una camisa larga y cómoda. Mi habitación es más pequeña que la de nuestra casa en Alemania, sin embargo, esa casa la compro papá y este apartamento lo pago con mi dinero. Además, era acogedor. Tiene una ventana juntos a la cama que da una vista perfecta hacia afuera. Mi cama matrimonial con edredones color rosa pastel y negro. También contaba con un escritorio a un lado de mi cama y una televisión en la pared frente a ella.

Al salir de mi habitación se encontraba la puerta del baño. En la sala estaba un sofá y una puerta corrediza para salir a la pequeña terraza, una televisión en la pared frente al sofá.

Y en la cocina que solo estaba a medio metro de la sala esta la encimera con cuatro bancos para desayunar ahí y la cocineta detrás de esta. Si bien si era un espacio pequeño, pero para mí sola era perfecto.

Además, nunca recibo visitas. Mi único amigo es un piloto mexicano de una escudería rival con un muy lujoso apartamento en Mónaco que muy rara vez me visitaba. Y mi hermano, que en realidad no es mi amigo.

Mi escasa vida social se da a que siempre me la pasaba de viaje en viaje con papá y Magnus. Estudiábamos desde casa así que no podía adaptarme a ningún lugar. Aunque de los diez a los doce tuve algunas amigas luego de que comenzara todo el caos deje de verlas. Siempre eran las giras por el mundo con los pilotos de formula uno que a veces nos llevaban al karting y a veces nos dejaban decirles tíos. Eran buenos tiempos dejando de lado lo asocial que era para que mis únicos amigos fueran pilotos que me doblaban la edad.

Claro mucha gente debe de pensar que es genial y al principio lo es, pero luego te das cuenta de lo sola que estas, que no tienes compañía femenina y luego terminas en un baño sola sin saber que hacer porque te ha llegado el periodo por primera vez.

Por suerte tenía confianza en papá y llamo a la esposa de uno de sus pilotos, la cual con mucho gusto me ayudo y me informo más sobre el periodo que mis clases en línea.

Y para cuando me empezó a crecer las tetas y el culo papá decidió que era tiempo de mandarme a vivir con la abuela. Lo cual me agrado, pero luego ella murió y tuve que vivir sola desde los diecisiete años en Alemania.

Deje de pensar en eso y saque mi computadora para irme a la sala y comenzar a editar el video para subirlo mañana.

Dure un total de seis horas ahí hasta que el video estuvo totalmente listo. Si bien las clases de Marketing no me enseñaron a editar videos, eso fue gracias a algunos cursos de edición que tome en varias vacaciones.

No era un trabajo exactamente profesional, pero eso era lo que le daría el toque. Mi idea de estar trabajando en WR va más allá de lo normal. Tengo muchas ideas y espero explotarlas al máximo.

Mi estómago gruño de hambre cuando di por terminado mi trabajo. Recordé que se debía a que no había comido nada desde el medio día que llegué y ya eran las siete de la noche. Aún faltaban unas horas para que comenzara a oscurecer.

Medite la idea de ir a comprar algo para cenar, pero mi pereza me gano y decidí ir a ver que tenía en el refrigerador.

Me di cuenta que tenía todos los ingredientes para preparar Schichtsalat una receta de ensalada que me enseñó a hacer mi abuela. Aunque de ensalada no tenía nada.

Era un conjunto de manzana, jamón, maíz, piña, huevo, queso rallado, apio y varitas de puerro con mayonesa.

Dure algunos minutos preparándola y cuando termine de hacerla la acompañe con unas galletas saladas que eran mis favoritas. Saqué una soda de uva de mi refrigerador y fui a sentarme al sofá. Encendí la televisión y puse Criminal Minds.

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Asher

Después de otra sesión de fotos por fin hoy jueves nos encontrábamos volando hacia Cataluña, España para el test de pretemporada. Me hallaba algo nerviosos por saber que nuevamente iba a subir a un monoplaza. Había estudiado los botones del volante así que ya casi me los aprendía.

Llevaba los audífonos puestos durante el viaje para no escuchar al equipo, solo por esta vez nos toca viajar juntos a Magnus y a mí, claro y a Chloe. Después de lo que paso en el gimnasio me mantuve al margen sin hablar con ella o darle algún otro motivo como el de ese día.

Aunque no me arrepiento, no obstante, debo recordarme constantemente que no puedo hacer este tipo de jugueteos con ella o perderé mi asiento sin siquiera haber empezado la temporada.

Imagine Dragons resonaba en mis audífonos causando que no escuchara absolutamente nada de lo que hablaban los hermanos.

Gracias a dios. Pensé. Ya que Chloe y Magnus era demasiado similares y por lo tanto hostigantes.

Tres horas duro el vuelo. Desde ahí tomamos una camioneta que nos llevó directo al hotel Balmoral. Nos dieron las mejores suites del hotel. También escuche unos comentarios de que los pilotos de Lambert estaban aquí en este mismo hotel.

Nos dieron media hora para arreglarnos y que nos llevaran al autódromo. Hoy es jueves de Paddock. Tendríamos algunas entrevistas pasearíamos por el Paddock para dar algunos autógrafos, daríamos el típico recorrido por el circuito para familiarizarnos y nos darían indicaciones para mañana comenzar el test.

Cuando llegamos al circuito esperamos a que nos dejaran entrar. Ya todo estaba montado en su lugar. Estar en la calle del Paddock era refrescante. Se sentía como si no hubiera estado aquí en diez años.

El sol estaba en su punto más alto, aunque el clima era seco el calor era agonizante. Susan y yo caminamos por la calle del Paddock. Ya muchos pilotos estaban aquí tomándose fotos, dando entrevistas, yendo y viniendo.

En el camino Susan me tomo algunas fotos para mi cuenta de Instagram, algunos fotógrafos hicieron lo mismo. Me tomo algunas fotos con fans y firme autógrafos.

Se sentía como estar en casa otra vez, a decir verdad, los circuitos se volvieron mi casa desde que comencé a correr en karts.

Cuando llegamos a nuestro a la calle de pits pude ver que estaban revisando nuestros autos ajustando algunas cosas.

Pronto me llevaron a la zona de los camiones donde estaban nuestras habitaciones. Susan me mostro mi habitación de tres por dos donde descansaría. Había un sofá que abarcaba una tercera parte de la habitación, un escritorio pequeño enfrente y un frigobar. Ahí estaba todo mi equipo y unas camisas de repuesto.

Seguimos toda la tarde paseando por el Paddock. Dando entrevistas, firmando autógrafos y tomándome fotos para mi feed de Instagram.

Al atardecer ya nos encontrábamos recorriendo el circuito con el director de estrategias, su asistente, Magnus y la entrometida de Chloe.

¿Acaso no podía dejar sus narices fuera de todo esto?

Parecía que no.

Parecía que iba a ser mi martirio durante toda la temporada.

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A la mañana siguiente estaba haciendo algunos ejercicios antes de la primera ronda que constaría de cuatro horas cada uno. Yo saldría primero para medir mis tiempos, mientras que Magnus saldría por la tarde para ver las tandas largas.

Tenía mi overol amarrado a mi cintura. Ivan, mi entrenador sostenía dos pelotas de tenis frente a mí y las dejaba caer a diferentes tiempos para medir mis reflejos.

A las siete de la mañana ya estaba en el garaje adentrándome dentro del monoplaza.

La adrenalina comenzaba a invadir is venas de forma rápida. Me coloque los guantes y la balaclava ya estando dentro del reducido espacio.

Me coloque el casco y tome unas cuantas respiraciones profundas.

El garaje se quedó vacío unos minutos mientras los ingenieros iban a arreglar unas cosas.

Estaba totalmente concentrado mirando algunas publicaciones de Instagram, algunas relacionadas conmigo.

—Espero que tengas suerte y que la edad no te haya afectado— la voz de Chloe hizo que alzara la cabeza encontrándome con sus orbes azules, tan intensos como el mar.

—¿La edad? No tengo cincuenta años— ladre en forma de respuesta. Ella sonrió con diversión mientras se apoyaba en el halo. —¿A ti te permiten estar aquí? Digo que yo sepa no dejan entrar a las niñas pequeñas e insoportables a un área como esta, no se tal vez podrían atropellarlas —ella frunció el ceño, sin embargo, la expresión de diversión seguía en su rostro.

—Casi soy la dueña de esto— sonreí con burla por su altanería.

—He ahí la palabra clave. Casi. No obstante, trabajas para tu padre, ahora aléjate o te atropello si te veo en la calle de pits— le dije en tono no tan serio como habría querido, ella sonrió con diversión. Sonreía mucho.

—Bien, me voy porque si me ven aquí me despiden, no porque me quieres atropellar— se retiró del monoplaza y antes de que se fuera me paso mi casco y le agradecí con una mirada. termino saliendo por la parte trasera del garaje mientras yo la veía irse por el espejo retrovisor.

Me coloque el casco mientras escuchaba como los ingenieros traían mi volante.

Comenzaron a retirar los calentadores de los neumáticos mientras yo ponía el volante. En unos minutos iba a salir.

Encendí el auto. Casi no podía escuchar lo que decían afuera, pero sabía que ya podía salir del garaje. Me dieron indicaciones de que no había peligro de chocar con otro monoplaza y salí.

El auto se ajustaba perfectamente a mí. Se sentía tan bien estar detrás del volante. Salí de la calle de boxes y aumenté la velocidad un poco para dar la vuelta de calentamiento.

Sentía como el aire rebotaba contra mi casto mientras me preparaba para aumentar la velocidad al final de esta vuelta, dándome cuenta que había unos monoplazas unos metros delante de mí.

—Tienes trafico adelante, ten cuidado— respondí con un "ok" y acelere un poco y me metí por el lado izquierdo para adelantar a quien sea que estaba frente a mí. Pise el acelerador mientras sentía como la adrenalina recorría mis venas. En algunos momentos hice algunas maniobras para adelantar a quienes estaban dentro de mí. al mismo tiempo intenta cuidar mis neumáticos para no tener que parar en pits tan rápido y perder vueltas.

El olor a goma de neumáticos quemada llegaba a mis fosas nasales. Era perfecto. Amaba esto a pesar de que terminara bañado en sudor.

El monoplaza se sentía bien, cada parte de mi estaba extasiado debido a esto, cada leve movimiento, cada frenada, cada acelerada me recordaba cuando me gustaba estar detrás del volante.

—Vas primero, no te detengas, vas muy bien— aviso uno de los ingenieros por la radio. Sonreí para mis adentros.

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Cuatro horas después salí del monoplaza posicionándome primero.

—¡Bien carajo! —Albert se acercó a mí y me dio un abrazo efusivo. —144 vueltas con él mejor tiempo de 1.20.165 minutos, estas en primero, Asher— felicito. Yo también estaba feliz por eso. Aun podía sentir la adrenalina recorrer cada parte de mi cuerpo como si fuera la primera vez que corría en un monoplaza. Todo el equipo me felicito por la forma en la que corrí hoy y por los altavoces de todo el lugar podía escuchar como los comentaristas soltaban halagos hacia mi persona.

Cuando salí del garaje todas las personas me tomaban fotos al igual que los periodistas.

Me dirigí a los camiones para ir a mi habitación. Una sonrisa de superioridad invadía mi rostro gracias a mi perfecta actuación de hoy.

Maldita sea que maldito perfecto soy.

Cuando llegamos a los camiones entre encontrándome en el pequeño pasillo con Chloe. Para nuestra suerte ya iba solo.

—Vaya, creo que te subestime— pauso quedando frente a mí. su olor a cítricos atrajo mi atención al igual que la camisa que llevaba con el número de su hermano junto con unos shorts negros que combinaban perfecto. Se veía muy guapa, a decir verdad, pero lo ignore.

Llevé mi atención a su rostro, sus labios iban pintado de un color rosado, no muy fuerte, la hacía ver natural y perfectamente besables.

No. No son besables. Deja de pensar en eso Ash.

—Nunca subestimes a un campeón séxtuple—sonreí con burla. Ella sonrió y se recargo en la pared.

—Deja de mirar mis labios, tal vez crea que me quieres besar— reí mientras negaba con la cabeza alejando mi vista de ellos.

—Deja de encontrarte tanto conmigo, tal vez crea que me acosas— pase por su lado y entre en mí habitación.

Bien, había sido perfecto en el primer test, pero debía de dejar los coqueteos con Chloe o quedaría fuera nuevamente para la carrera de Mónaco.

Nada de Chloe, por tan hermosa que es no caeré ante ella. Ni ahora, ni nunca.

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