Capítulo 18
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Asher
Mi boca estaba seca y pastosa, mi garganta me dolía cada que intentaba pasar saliva y mis ojos me pesaban a tal grado que ni siquiera quería abrirlos, la claridad me iluminaba el rostro calando en mis parpados cerrados. Mi cabeza me pesaba y me punzaba a cada tres segundos.
Quería seguir durmiendo, no obstante, algo se sentía raro, no estaba en mi hotel, escuchaba pájaros cantando y no el sonido habitual de los autos pasando junto con el bullicio de la ciudad al que ya estaba tan acostumbrado.
Además, la cama estaba extrañamente cómoda, no juzgo las camas de los hoteles en los que me he quedado son cómodas, pero esta estaba aún más.
Quise abrir los ojos, sin embargo, sentía mis parpados pegados. Solté un suspiro frustrados y me force a abrir los ojos. Lo primero que vi fue un techo de madera. Al principio no le tome importancia, ya que estaba intentando recordar los últimos acontecimientos de hace unas horas atrás, pero por más que intenté recordar solo había un espacio en blanco.
Luego me levante de la cama alarmado, no estaba en mi hotel, ni siquiera creía que estuviera en México o Londres. Estaba en una habitación de cuatro por cuatro en una cama King size. Tal vez era una cabaña porque todo era de madera, vi maletas en la esquina de la habitación, eran seis maletas.
Caminé hasta la puerta corrediza y puse sentir la madera fría debajo de mis pies descalzos.
Abrí la puerta corrediza cayendo en cuanta de las montañas que estaban frente a mí, era una vista impresionante y aun había algo de neblina, ni siquiera había salido la luz del sol o apenas se había escondido, no lo sé.
A unos metros frente a mí en el mismo balcón vi una cama de red con algunos cojines. Todo era impresionante, pero estaba muy confuso.
No sabía cómo había llegado aquí y ni siquiera sé dónde estoy.
Regrese a la habitación y vi mi teléfono sobre la mesa de noche, lo tomé inmediatamente y llame a la primera persona que vino a mi mente. Un tono, dos tones y por fin respondió.
—Hola cielo—
—Mamá no sé dónde estoy desperté en otro país. Creo que me secuestraron— hablé bastante rápido como para confundir a alguien.
—A ver— suspiro al otro lado de la línea— ¿Cómo que estas en otro país Ashie? —interrogó mi madre con un deje desconfiado, como si le estuviera mintiendo o algo por el estilo, tal vez creía que era una broma.
—Sí, no sé dónde estoy, anoche estaba bebiendo tequila en México y luego hay un vació en mi mente— respondí y dudé de mí mismo.
La última vez que terminé en un lugar que no era mi hotel fui escandalo mundial, perdí toda una temporada y me gané el odio de medio mundo.
Así que sí dude de mí.
—Ashie... ¿Paso algo? ¿Consumiste algo? — inquirió de manera suave y tranquila. Me senté en el piso de madera. Me sentí perdido en ese momento, en mi cabeza la imagen de otro escándalo se comenzaba a construir.
"Nuevamente el piloto de formula uno Asher Truswell fue el centro de un huracán debido a su última y más reciente intoxicación, despertó en un país el cual no conocía y ni siquiera recordaba que era lo que había pasado"
—Asher, cielo, escúchame, inhala y exhala, date una ducha con agua helada, vístete y ven a Atlanta, te llevare al médico y hablaremos después, todo estará bien, avísame si sientes algún malestar como la última vez o algo parecido— me sentí un poco más tranquilo al escucharla tan tranquila y la forma en la que me hablaba me hizo sentir que tenía su completo apoyo.
Aun así, no podía dejar de repetirme y preguntarme que fue lo que hice mal o porque carajo lo hice. Mi cabeza en ese momento se volvió un campo minado, todas las posibles respuestas para la misma pregunta ¿Por qué lo hice?
Solté un suspiro y recordé que mi madre seguía en la otra línea.
—Gracias mamá, te amo, te marco más tarde— murmuré. Me levante del suelo. Mi cabeza era un lío, mientras más intentaba rebuscar en mi mente los recuerdos de anoche no podía, era como si hubieran borrado mis recuerdos a partir de la tercera botella de tequila. Nuevamente tome mi teléfono dispuesto a llamar a alguien.
La idea de haber consumido drogas anoche no se iba de mi mente, aunque no sentía ningún malestar como los que tuve en Mónaco, ni siquiera sentía algún tipo de resaca, simplemente me sentía muy cansado y somnoliento.
Respondió al primer tono.
—Necesito ayuda, no sé dónde estoy, no recuerdo que paso anoche y creo que metí la pata— dije buscando mis tenis y los tomé cuando los encontré. Salí de la habitación con prisa encontrándome con un pasillo que daba a las escaleras. Baje por esas escaleras.
—Asher baja a la primera planta— respondió Chloe. Fruncí el ceño confundido con su respuesta. Terminé de bajar los escalones y me encontré con Chloe.
Okey, no entendí ni un carajo.
—¿Podrías explicarme? —cuestione un tanto confundido y molesto. Ella asintió y me indico que me sentara en el sofá. Esto era todo un lío.
Asintió.
—Siéntate y escúchame, por favor cualquier cosa que quieras decirme puedes esperar a que terminé— asentí levemente. Ya no estaba tan seguro de lo que había pasado anoche y solo me sentía más confundido.
» Okey, por donde empiezo. Hum. Te secuestré con ayuda de Niki, de Ali y tu madre para que pudiéramos hablar, porque no quisiste hablar conmigo él día que te lo pedí y bueno estaba molesta contigo, con tu mensaje, con lo que me dijiste y conmigo porque fui injusta, cruel y una perra contigo cuando no lo merecías— soltó de una.
Me quedé en silencio mientras mi mente procesaba lo que había dicho. Me moleste un poco.
—¿Entonces no consumí drogas? —ella negó con la cabeza mirándome un poco confundida.
Solté un suspiro liberando la tensión que había retenido en la última media hora, pero una duda rondo por mi mente.
—Entonces sí solo bebí alcohol, ¿Por qué no recuerdo nada? —
—Bueno, no bebiste alcohol, solo te dieron agua mineral con dos mililitros de alcohol y luego te dieron doxilamina— la miré como si estuviera loca y tal vez si lo estaba.
Me quedé en silencio durante unos minutos.
Me dije que era perfecto el hecho de que solo me hubiera dormido y ya, pero, aun así, estamos hablando sobre que tres personas me medicaron para dormir.
—Hace diez minutos estaba entrando en pánico porque creí que había hecho una estupidez anoche y ahora me dices que me medicaste para dormirme, estás loca Chloe Wagner— murmuré mientras me levantaba del sofá dispuesto irme.
—Tal vez un poco, si, y perdón, nunca pensé que fueras a creer eso y le pregunté a tu madre si lo podía hacer, ¡Ella me dijo que sí! —
Hay por dios. No sé quién de las dos estaba más loca, mi madre por apoyarla o Chloe por tener la idea o Niki y Alain por ayudarle.
—Necesitaba hablar contigo, no sabía cómo hacerlo para que me escucharas y no me ignoraras o para que los medios se enterasen— comentó mientras se levantaba del sofá.
—Ya hablamos, ya viste que fue tiempo perdido, ya me puedo ir, ahora dime a donde me dirijo y donde estoy— dije sumamente molesto, pero sin levantar la voz. Subí de regreso a la habitación con mis tenis en la mano.
—Ni siquiera hemos hablado— habló a mis espaldas.
—Te aburrí, ¿No lo recuerdas? No hay nada que hablar— respondí entrando a la habitación. Me sentí molesto, no quería ser parte de este estúpido juego, no quería volver a "solo sexo" si es lo que ella quería, no necesitaba desestabilizarme aún más.
—No era cierto, Asher, te mentí ¿Okey? Si te mentí, tenía miedo de que me abandonaras, tenía miedo de que me dejaras y te fueras de mi vida como la mayoría de personas lo hacen y solo quería protegerme a mí antes de que me lastimaras— respondió. Por fin me gire quedando de frente de ella.
Sus ojos se habían cristalizado y miraba el suelo. No supe si me estaba siendo sincera o no, pero algo dentro de mí me decía que sí.
Aun así, no dije nada, simplemente me quedé en silencio. No quería creer lo que me decía, no quería creer en ella nuevamente y luego me dejara.
—No puedes tratar como mierda a las personas y luego creer que todo estará bien, así no funcionan las cosas, Chloe, por lo menos no conmigo— ella por fin me miro a los ojos, puedo decir con seguridad que nunca creí verla tan vulnerable.
La vi vulnerable cuando su madre fue al hotel, pero ahora era un nivel diferente, de verdad parecía arrepentida o eso es lo que me quería hacer creer.
—Lo sé, es poco justo y también fue un poco loco traerte aquí, pero no sabía que hacer— murmuró —Ya no quiero hacerte daño y no quiero estar lejos de ti— mordí mi mejilla interna. Una batalla interna comenzó a librarse en mi interior.
Durante casi dos meses estuve a punto de rogarle, me sentí mal y todavía el domingo me sentía mal, pero ahora, no sé qué pensar, lo único claro que tenía en mente era que no quería volver a ser solo sexo ocasional.
—Chloe no quiero volver a lo que éramos, no quiero eso, quiero más y es algo que tal vez no querrás o no podrás darme y está bien, no puedo obligarte a algo que no quieras, pero si todo esto es para volver a lo que éramos antes no sirvió de nada— murmuré mientras me sentaba en el borde de la cama.
Ella se sentó a mi lado y descanso sus palmas sobre sus piernas.
—Al principio creí que solo te extrañaba por el buen sexo— empezó mientras movía sus manos ansiosamente— Pasaron unos días y bueno, Ali me recomendó ayuda psicológica con una terapeuta y no lo dude mucho y tome su ayuda.
» Comencé a ir durante semanas y por varias horas diarias, me di cuenta que en realidad no quería aceptar lo que sentía por ti por miedo de abandono y tú no tenías la culpa, te dije cosas hirientes, demasiado hirientes no lo pensé y luego me di cuenta que en realidad te extrañaba a ti, tus sonrisas, tu compañía, todo y luego no estabas o había rumores sobre qué salías con una súper modelo y me sentía mal porque no quería perderte— solté un suspiro y me dejé caer sobre la cama.
Esto era demasiado complicado. Ella me miró, llevé mis manos a mi cabeza y cubrí mi rostro. No sabía que hacer o que decir, no sabía ni siquiera que pensar.
¿Qué voy a hacer?
Carajo no lo sé. Era un dilema total.
—No sé qué decir, no sé qué pensar, sigo sin comprender porque hiciste todo esto— comenté sentándome nuevamente en la cama. Sentía que mi cabeza iba a explotar debido a todas estas cosas que habían pasado en menos de veinticuatro horas, ayer por la noche estaba bebiendo "tequila" con Niki y Alain y ahora estoy en no sé dónde con Chloe.
—Ay Asher, tenías que ser hombre— se quejó llevando sus manos a su cabeza como si eso fuera a arreglar algo —Te extraño ¿Okey? Yo siento algo por ti y no, antes que lo preguntes no tiene nada que ver con sexo— respondió ya un poco molesta porque no comprendía todo del todo.
Si no estuviera en mí papel de estar molesto la podría haber besado en ese momento.
—Eso se escucha muy bien, a decir verdad, sin embargo, sabes que si alguien se da cuenta de lo que ha pasado entre nosotros no va a terminar bien, para ninguno, yo puedo encontrar otra escudería, pero seguimos hablando sobre tu padre, la persona que nos puso reglas desde un principio—
Respondí. Ella me miró con algo de esperanza en su mirada.
—¿Entonces...? — interrogó. No tuve dudas realmente, pero necesitaba estar seguro de que ella realmente estaba segura y no solo fuera algo momentáneo.
—¿Entonces...? —interrogué solo para molestarla un poco. Ella me miró mal.
—Carajo Asher, te traje a Bali para que me perdonaras, te estoy explicando lo que paso, casi me pongo de rodillas para pedirte perdón y ahora estoy esperando a que me des una maldita segunda oportunidad— soltó molesta. Quise reírme por lo desesperada que había sonado en ese momento, sin embargo, me quedé en silencio.
—¿Quieres que tengamos algo serio? — asintió.
—Dilo por favor— pedí. Ella rodó los ojos y soltó el aire que retenía en sus pulmones.
—Sí, Asher, quiero formalizar una relación, si quiero ser tu novia— sonreí levemente y asentí.
—Gracias— sonreí
» Entonces ambos queremos los mismo, pero que haremos cuando llegué el final de la temporada, ya no podemos posponerlo para hablarlo luego como lo hicimos antes, faltan tres carreras para el final de temporada y podemos mantenerlo en secreto lo que resta de la temporada, pero ¿Cuándo terminé? —interrogué. Ella se mordió el labio inferior. Abrió la boca para hablar, no obstante, se quedó en silencio.
Nuevamente volvió a abrir la boca y ahora sí habló.
—Quiero besarte— asentí.
—Yo también, Chloe, pero ya no vamos a dejar esta charla para después— ella suspiro y asintió. Negó con la cabeza como si alejara los pensamientos de su cabeza.
—Tienes razón —pausó y extendió su mano hacía mí —¿Ya me perdonaste? — tomé su mano y le di un leve apretón.
Hay personas que tendrían dignidad, vergüenza y amor propio y claramente hubieran dicho que no, pero lo cierto es que yo no tengo ninguna de esas tres cuando de ella se trata. Y no voy a mentir, yo también quería regresar con ella.
—Te perdono porque me trajiste a Bali— respondí. Ella soltó una risa nerviosa y llevó su mano libre a su rostro. Vi como su cuerpo se contrajo un poco.
¿Estaba llorando? Me acerqué más a ella y la abracé pegándola a mi pecho.
—¿Por qué lloras? —cuestione en voz baja. Ella negó con la cabeza.
—Creí que no me ibas a perdonar— susurró y sorbió su nariz.
—Chloe no era cuestión de perdonarte, no es que necesitaras disculparte, se lo que se siente sentirte abandonado, sin embargo, ¿Cómo no perdonarte? — ella soltó una pequeña risa y negó con la cabeza como si no tuviera remedio.
—A veces creo que eres un idiota y otras veces creo que eres demasiado bueno para este mundo— comentó y no pude evitar reír ante ese comentario.
—Me podrías decir los momentos en los que crees que soy un idiota y en los que crees que soy demasiado bueno—pedí. Ella levanto un poco la cabeza.
Acarició mi rostro y sonrió levemente.
—Definitivamente tú como piloto seis veces campeón del mundo eres un idiota, pero a veces fuera de la pista eres muy agradable— sonrió y luego se alejó. —Bien, al tema central— se sentó en la cama nuevamente y se acomodó. Hice lo mismo.
—¿Qué haremos al final de la temporada? — cuestioné. Ella se encogió de hombros.
—Podemos hablar con papá después del gran premio de Abu Dabi y esperar su reacción, sino le agrada la idea pues, Wagner no es la única escudería donde podemos trabajar— comentó tranquila mientras se acomodaba mejor sobre la cama.
—¿Estás segura que quieres hacerlo? Todo puede pasar y no sé qué regla fue la que te dio a ti Albert, pero si es la misma, ¿Estás dispuesta a perder tu trabajo? —
Ni siquiera dudo.
—Sí, no tiene ningún derecho a prohibirnos algo, somos adultos y podremos comportarnos como tal— asentí levemente y luego ella me miró con cierta curiosidad.
—¿Tú... dejarías tu lugar en Wagner Racing... solo por mí? —cuestiono algo preocupada por mi respuesta.
Asentí.
—Solo por ti—no pudo evitar sonreír.
—Bien, entonces después de Abu Dabi hablaremos con él— asentí. Me deje caer sobre la cama nuevamente y saque los tenis nuevamente.
—Bien aclarados esos puntos, podemos seguir durmiendo, la doxilamina sigue haciendo efecto en mi sistema— murmuré mientras intentaba acomodarme sobre la cama.
—Hay que ver el amanecer— pidió mientras tomaba mi mano. Emití un quejido, pero me levanté de la cama y la seguí hasta afuera.
—¿Cuánto tiempo dormí? —cuestioné cuando nos sentamos en el suelo de la terraza para ver el amanecer. Ella se acurruco en mi brazo.
—Poco. Veinticuatro horas— la miré como si tuviera cuatro cabezas.
—Iba a preguntar cómo, pero mejor me quedó con la duda— ella asintió.
—Es mejor— respondió ella.
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Chloe
Asher estaba profundamente dormido mientras yo descansaba sobre su brazo, la calma que sentía en ese momento no podía igualarse a ninguna, estaba tranquila, no podía dormir, pero estaba tan tranquila que no podía pedir más en ese preciso momento.
—Tengo hambre— murmuró en voz baja, apenas audible. Alce un poco la vista hacía el para poder verlo mejor.
—No hay nada en la nevera, bueno solo bebidas, la casa no incluía comida— respondí mientras me sentaba sobre la cama, Asher talló sus ojos con fuerza para aclarar su mirada —Pero podemos ir a buscar algún lugar para desayunar, yo también tango hambre— comenté. Asher asintió levemente.
Me levante para ir a buscar algo que ponerme en mi maleta.
Quería algo veraniego ya que el clima se prestaba para pasarla como si estuviera en verano y no en noviembre.
Tomé la maleta color rosa y la arrastre hasta la cama y la subí.
—Las maletas grises tienen tu ropa—
—Pensaste en todo— dijo mientras se sentaba en el bordo de la cama dispuesto a ir por sus maletas.
—La verdad si— respondí con una leve sonrisa mientras vaciaba toda la ropa sobre la cama. Separé la ropa veraniega de la invernal, puse a un lado algunas sudaderas y del otro los trajes de baños.
Saqué un vestido color beige que me llegaba a los tobillos y que tenía aberturas a ambos lados que me llegaban hasta los muslos. Tome unas sandalias blancas de piso decoradas con perlas blancas y una bolsa a juego. Asher fue el primero en ducharse, ya que dijo que aún se sentía algo dormido.
Mientras él se duchaba buscaba la mejor forma de llegar a un buen lugar de comida, si bien después de que Niki y Ali me dejaron sola en un país desconocido con el hombre al cual prácticamente raptamos no me dieron indicaciones o recomendaciones de cómo llegar a algún lugar.
Asher salió de la ducha casi una hora después con una toalla enredada en la cintura y con una cara de cansancio que no se le podía borrar agregando que venía arrastrando los pies. Se dejó caer sobre el cómodo colchón, justo aun lado de mi ropa.
—Mi batería está en un 2% —murmuró cubriendo sus ojos con su ante brazo.
—Nop, no quiero a un perezoso, levántate busca ropa y apresúrate— le dije dándole unas palmadas en la pierna. El soltó un suspiro. En algunos momentos lo llegué a notar inquieto.
Me apresure a ir a ducharme, necesitaba quitarme el sueño y el cansancio. Ni siquiera sé de donde salió toda esa rapidez, me di una ducha rápida, me puse ropa interior y el vestido que había escogido. Cuando salí del baño Asher ya estaba abrochándose una camisa beige de espaldas a mí.
Me puse los tacones con la misma rapidez, fui de un lado a otro secándome el cabello y maquillándome un poco.
—Listo— sonreí levemente mientras me paraba frente a Asher. Me dio un atisbo de sonrisa, guardo su teléfono en su bolsillo y se levantó de la cama. Sentí una pequeña punzada en mi pecho al no ver esa emoción y no podía culparlo, lo había tratado como mierda y ahora lo había secuestrado. Me sentí mal.
Asher me miró unos segundos y paso su brazo por mi hombro atrayéndome a él.
—Tengo muchas cosas en mente, lo siento— murmuró y dejo un beso en mí coronilla. Me quedé en silencio y simplemente asentí. Mientras bajábamos al primer piso de la casa lo guie hasta el garaje.
Subí al asiento del conductor. Era un jeep color negro un poco discreto, Asher subió después en el asiento del copiloto y vi cómo se relajó un poco estando en el asiento del copiloto. Busqué en google un buen lugar de comida y lo encontré rápido.
Conduje durante unos veinte minutos hasta que llegamos a un restaurant, era pequeño y sencillo, pero bonito. Asher vio el lugar en absoluto silencio, me dio una sonrisa casi forzada y nuevamente no pude evitar sentirme mal.
Él en realidad no quería estar aquí, conmigo.
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Asher
No podía controlar mis muecas o mis acciones simplemente estaba en modo automático. Me sentía mal, raro e inseguro, la idea de estar aquí con Chloe me reconfortaba, mientras que por otro lado no podía dejar de carcomerme la cabeza pensando en las posibles situaciones que podrían pasar ¿Me volvería a dejar otra vez? ¿Y si estaba mintiendo?
Mi cabeza no dejaba de lanzarme ese tipo de interrogativas a cada minuto que pasaba y estoy seguro de que ella pudo haberse dado cuenta, pero no dijo nada y cuando quise decir algo ella bajo del jeep dejándome solo en él.
Bajé del auto y la seguí.
Caí en cuenta del lugar en el que estábamos, ni siquiera había prestado atención a la arquitectura. Estábamos en Ubud lo supe gracias a los miles de fotografías de Instagram y Pinterest, si yo también he sido víctima de Pinterest. Me quedé en absoluto silencio observando la increíble arquitectura del lugar, las columnas, la forma de pirámide del tembló y toda la naturaleza que lo rodeaba. El restaurante estaba casi vacío, solo había dos parejas sentadas en la misma mesa, seguro teniendo una cita doble.
Hice el amago de tomar la mano de Chloe, sin embargo, ella movió su mano, pareció un acto de reflejo, aunque en realidad dude que lo fuera.
El sol resplandecía sobre el agua de lago emitiendo algunos brillos incandescentes. Chloe estaba frente a mí, me levanté de mi asiento y me acerqué a su lado.
—Muévete me quiero sentar a tu lado— le dije esperando a que se moviera, lo cual hizo inmediatamente y me hizo un espacio. Me senté a su lado y le tendí mi mano. Ella la miro un poco dudosa, pero al final la tomo.
Ambos observamos las flores de loto que flotaban sobre el agua
La calidez de su piel cubrió la mía. Su tez lechosa resaltaba en mi piel bronceada, sus uñas iban pintadas delicadamente de color rosa brillante y llevaba algunos anillos y el brazalete que le regale en Singapur, yo también llevaba el mío. Nos trajeron el menú y Chloe soltó mi mano para poder tomarlo mejor.
—¿Compartimos comida? Quiero probar mucha comida— murmuró volteando a verme con una leve sonrisa. Asentí.
Ambos pedimos comida diferente y variada para poder probar un poco de todo. Casi media hora después nos llevaron todos los platillos. Algunas cosas se veían bastante apetitosas y otras no tanto como el nombre los decía.
—Bueno creo que para la próxima deberíamos de buscar la mitad de los platillos en google para saber qué tan... raros se ven— reí ante su comentario y le di la razón.
—Totalmente de acuerdo— respondí. Comenzamos a comer tranquilamente. Algunos de los platillos que estaban raros no sabían mal, incluso puedo decir que sabían delicioso.
Terminamos de comer y estuvimos casi una hora más ahí, intentando organizar lo que haríamos esos días.
—Ya sé, Paseo en Quad por las cascadas y cuevas de Barong— propuse mostrándole mi teléfono, vio las fotografías de las rutas t asintió con una sonrisa emocionada.
—Bien hay que ver qué día podemos ir— pauso y me regreso mi teléfono —Parasailing— me mostro la pantalla de su teléfono, las imágenes de la actividad no me convencieron mucho, la idea de estar sobre el mar sobre atado con un arnés mientras tiran de ti no me fascinaba, pero no iba a decir que no.
—Necesitare hacer mi testamento antes, pero sí— ella río ante mi chiste y negó como si no tuviera remedió.
Seguimos escogiendo durante algunos minutos más antes de pagar la cuenta. Mientras Chloe me llevaba de regreso al Airbnb hice una lista en mi teléfono de los lugares que queríamos visitar estos días.
En total queríamos hacer cuatro actividades sin incluir las idas a la playa u otras cosas extra.
· Quad en las cuevas.
· Parasailing.
· Snorkel.
· Un día de spa.
Concluí la lista y comencé a buscar los números de teléfono de las agencias para poder hacer las reservaciones. Media hora después llegamos al Airbnb.
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Para en la noche ya teníamos todo listo y decidido, ya habíamos escogido los lugares e incluso hecho los pagos. Chloe se había quedado dormida hace unas horas, mientras yo no podía dormir, aunque el sueño estaba cansándome. Salí a la terraza, el aire fresco envolvió mi cuerpo, pero no lo suficiente como para hacerme sentir frío. Me senté en una de las sillas y subí mis piernas a uno de los pufs que había.
Se sentía tan raro el silencio en el que estaba envuelto, no estaba acostumbrado a esto a tanta paz y tranquilidad hablando del lugar, a todos los lugares a los que voy hay lujos extravagantes e innecesarios, lleno de bullicio desenfrenado, aquí solo había silencio a excepción del sonido de algunos animales que aún seguían despiertos.
Busque la mejor posición sobre la cómoda silla.
Mis pensamientos no dejaban de divagar sobre las cosas que han pasado esta semana y las cosas que pasaran durante las últimas semanas de la temporada.
Pegué un salto en la silla al sentir los delgados brazos de Chloe rodearme los hombros.
—Mierda— murmuré llevando una de mis manos a mi cien. Tuve un micro infarto, eso es seguro.
Acaricie su brazo lentamente y ella dejo un beso apenas notable sobre la piel sensible de mi cuello. Mi piel se erizo por completo ante esa leve acción.
—¿No tienes sueño? —me cuestiono con el mismo tono de voz en el que le había hablado. Negué con la cabeza.
—Sí, pero no puedo dormir— respondí. Tomé sus brazos y los desenvolví de mi cuello y sin soltar su mano la guie a un lado para que se sentara en mi regazo. Ella me miró expectante y cuando palmeé mis piernas vi un atisbo de sonrisa. Se acomodó en mi regazo para finalmente envolver sus brazos alrededor de mi cuello.
—¿Solo es eso? —interrogó tranquila. Tuvo que bajar un poco la mirada para verme mejor. Solté un suspiro mientras envolvía mis brazos en su pequeña cintura.
—Yo... no lo sé, es algo raro todo esto es raro— comenté. Ella retiro algunos mechones de cabello de mi rostro.
—¿Qué es raro exactamente? ¿No te sientes cómodo o algo parecido? —cuestiono en un tono un tanto preocupado.
Negué con la cabeza varias veces, no quería hacerla sentir mal.
—No lo sé, no es igual claramente, hay muchas cosas pasando por mi cabeza en este momento— comenté. Empezó a jugar con mi cabello, paso sus dedos por las hebras de mi cabello, luego dejo un beso en mi frente, luego otro en mi mejilla, en mi nariz, en la comisura de mis labios y por cada espacio de mi rostro.
—Lo sé y lo siento por todo, nunca quise hacerte pasar un mal rato, sé que no es suficiente Asher, pero escúchame— tomo mi rostro entre sus manos haciendo que la mirara directo a los ojos—Quiero recomponer eso, quiero que confíes nuevamente en mí, Asher y escúchame, si logre atraerte a mí voy a lograr que confíes en mí otra vez— me dio un corto beso en los labios y luego sonrió.
—Esto— señalo mí pecho, justo el lado donde mi corazón estaba latiendo con rapidez —Es mío, desde el momento en el que me viste sé que comenzó a latir por mí y solo para mí— no pude evitar sonreír al darme cuenta de sus palabras. Era un poco posesiva y me gustaba.
—Y esto— tomo mi palma y la llevó a su pecho, justo en el lugar donde latía su corazón, podía sentir cada latido, cada uno más rápido que el anterior—Te pertenece, mi corazón es tuyo Asher, desde el momento en el que supe quien eras, eres el primer hombre al cual...—tomo una profunda respiración—Al cual puedo decirle que lo quiero, mi corazón late desenfrenadamente por ti, cada vez que te veo, cada vez que te escucho, Dios, incluso cuando respiras, Asher yo... Te quiero, siendo algo por ti y va más allá de una atracción física.
» Y lo sé, fui una estúpida al dejarte en Singapur después de lo que paso, no te imaginas cuanto me arrepiento, tenía miedo y todo ese miedo me impidió decirte lo que ahora siento y bueno todo lo que te dije incluido lo que te dije en mi departamento fue una mentira, nunca quise alejarme de ti—
Tomé una respiración profunda, sentí las ganas de tomar su rostro y besarla fervientemente, mientras tanto me apresure a hablar, después podría besarla.
—Yo también debí de haber hecho algo, Chloe no solo dejarte y luego intentar darte celos, no fue correcto— ella simplemente negó con la cabeza.
Me sentí más aliviado cuando caí en cuenta de lo que había dicho, de que no se había acostado con nadie, sí, dios, eso me aliviaba como no tenían jodida idea.
—Si ya cállate y bésame— pidió y no deje perder el tiempo. Tome su rostro entre mis manos y la bese sin reparar en los movimientos algo bruscos. Sus manos descendieron por mi cuello y sus palmas lo acariciaron con delicadeza. Un leve gemido salió por mí boca cuando llevo sus manos a la parte baja de mi sudadera y las introdujo debajo de la misma tocando mi piel desnuda.
Soltó un gemido en mi boca.
—Tu boca se siente tan bien— murmuró —Extrañaba besarte así— murmuró. Deslicé mis manos por debajo de su cintura, descendí mis labios lentamente hacía su cuello, mientras ella hacía su cabello hacía a un lado dejándome más acceso a su cuello. Sus palmas siguieron acariciando mi torso son suavidad.
—Ah, mierda. Definitivamente extrañe tus labios.
—Y yo a ti— murmuré. Alce un poco la mirada y observe su rostro sereno y relajado, claramente estaba disfrutando.
—Lo sé, lo sé, yo también te extrañe, McQueen— murmuró con la voz entrecortada.
—Bien preciosa, ¿Por qué no me montas de una buena vez? —cuestione alejando mis labios de su cuello. Ella me miró con una sonrisa en los labios. Se levantó de mi regazo posándose frente a mí. Con lentitud comenzó a tirar de su blusa de pijama dejando ver su tersa piel blanca.
Mis palmas picaron por tocarla, por sentir su piel nuevamente. Termino de sacarse la blusa y la dejo en el suelo. Se acercó a mi nuevamente y apoyo sus brazos sobre el posa brazos para sostenerse. Rozo sus labios con los míos y tome su cuello acercándola a mí para poder besarla.
Sus labios acariciaron los míos de forma suave.
—Tengo una idea, levántate— murmuró alejándose de mí. solté un suspiro y me levante de la silla y tome su mano para seguirla. Entramos nuevamente en la casa y me guio directamente a la cocina.
—Nunca lo he hecho en la cocina— se giró poniéndose de frente a mí. Sus pechos estaban expuestos y sus pezones erectos.
—Para todo hay una primera vez— me encogí de hombros.
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Chloe
Asher se quitó la sudadera dejando ver su abdomen marcado. Me quedó en silencio esperando a que deje la sudadera en alguna parte. Termino acercándose a mí, sus manos envolvieron mi cintura y me pegó a su cuerpo de forma abrupta, mis tetas de aplastaron contra su pecho.
Envolví uno de mis brazos alrededor de su cuello y mi otra mano la deslicé desde su cuello, deslizándola por su abdomen hasta bajar al bordo de su pantalón. Lentamente metí mi mano por debajo de su pantalón de pijama, su respiración se volvió pesada conforme deslizaba mi mano hacía su polla y así poder tocarlo por encima del bóxer.
Solté su cuello y comencé a besarlo. Deje castos besos por su cuello hasta llegar a su abdomen. Me removí entre sus brazos para que aflojara su agarre y así lo hizo.
Comencé a bajar por su torso, besé su pecho hasta llegar a su abdomen. Baje levemente su pantalón de pijama. Termino sacándoselo por completo. Dejo de lado su pans. Bese su erección por encima de su bóxer, Asher soltó un leve gemido y alce la mirada observándolo. Echo un poco la cabeza hacía atrás.
Lo miré con atención, la forma en la que su manzana de adán se contraía cada que tragaba saliva. Besé la V de su cadera y comencé a bajar su bóxer. Su notable erección quedó al aire. Relamí mis labios y tomé su falo con mi palma. Un sonido ronco salió desde lo más profundo de su garganta, el cual hizo que mis bragas se mojaran al instante. Llevé mi boca al glande, donde pasé la lengua con movimientos circulares y lentos.
Cada sonido que salía de la boca de Asher solo era música para mis oídos y estaba muy consciente de lo mucho que me había necesitado y de lo mucho que yo lo había necesitado a él. No solo físicamente.
Sentí como su mano acarició mi mejilla.
—Sabes cuánto me encanta verte así— murmuró con la voz entrecortada a la vez que comenzaba a meterme su polla a la boca. Se quedó en silencio abruptamente, levante un poco la mirada para darme cuenta de que había echado la cabeza hacía atrás.
—Mierda, sí— murmuró extasiado, inevitablemente apreté las piernas intentado calmar el calor que se expandía como un incendio forestal que arrasaba con todo a su paso.
Tome su polla como una jodida experta.
—Joder. Para—pidió dejándose caer por completo en la cama, detuve cada uno de mis movimientos algo extrañada por su petición.
Su pecho subía y bajaba con irregularidad, ni siquiera espero a que su respiración se tranquilizara, me tomo del brazo y estrello sus labios contra los míos. La desesperación fue evidente, ambos nos necesitábamos, nos complementábamos el uno al otro y ahora no era la excepción.
Sus manos descendieron acariciando mis piernas y una de sus manos escurridizas se deslizo por el interior de mis bragas, comenzando a jugar con mi punto más sensible.
—Asher— gemí inevitablemente, vi una sonrisa satisfecha en sus labios —Ya tómame carajo—susurré deseosa, mientras el parecía burlarse internamente de lo necesitada que me encontraba.
Con un movimiento rápido me puso debajo de él y comenzó a besar mi cuello a la vez que jugaba con mi clítoris.
—Lo siento— murmuró y pude sentir su estúpida sonrisa en mi cuello —Pero no tengo condones— alejo su rostro de mi cuello y detuvo sus movimientos. Esa puta sonrisa, esa jodida sonrisa que quería borrar con un golpe o con un beso. Me encantaba esa sonrisa, pero ahora simplemente había estado jugando conmigo. Pero yo no estaba jugando, quería tenerlo dentro de mí arremetiendo con fuerza, desquitándose por todas esas estupideces que hice.
Mierda si estaba jodida.
—No me importa— murmuré —Ya lo hemos hecho sin condón—Asher tomo mi barbilla con una de sus manos y me acercó a sus labios.
—¿Me vas a rogar, preciosa? —cuestiono en un tono roncó, sus pupilas estaban dilatadas por la excitación.
¿Y yo estaba dispuesta a hacerlo? Carajo claro que sí.
Aclaré mi garganta y puse mi mejor mirada suplicante.
—Por favor, Asher, follame— pedí con mi mejor tono suplicante, su mirada se oscureció y detuvo sus ojos en mis labios. —Por favor, te necesito dentro de mí— suplique otra vez mientras tomaba su muñeca para guiarla nuevamente a mi entrepierna.
Comenzó a tocarme lenta y torturosamente.
—¿Lo ves? —susurré cerca de sus labios —Te necesito dentro de mí, ahora. Destrúyeme, Asher, hazlo— pedí deslizando mis labios por su cuello.
No basto más que eso para romper ese pequeño y casi nulo autocontrol que aún tenía.
Me beso con fervor y me deje caer sobre la cama con el encima de mí sin llegar a aplastarme.
—Abre las piernas— exigió. Con rapidez se deshizo de mis bragas. Yo termine lanzando mi blusa a un lado dejando mis tetas expuestas.
Asher estimulo lentamente mi clítoris mientras que con otro movimiento brusco entro dentro de mí con facilidad.
Ambos gemimos al instante e involuntariamente mi espalda se arqueó.
Asher se quedó quieto unos minutos, vi el amor mezclándose con el deseo reflejado en su mirada cuando esta choco con la mía.
—Te extrañe demasiado— murmuró para luego besarme con una ternura extraordinaria. Envolví mis piernas en su cintura atrayéndolo más a mí, necesitando estar en contacto con piel, sentir su calor.
—Yo también te extrañé— susurré cuando se alejó un poco. No espere respuesta, Asher simplemente arremetió contra mí de la forma en la que yo esperaba; brusca, tosca y con rabia.
Cada movimiento venía más fuerte que el otro, robándome gemidos mientras clavaba mis uñas en su espalda y Asher clavaba sus dedos en la piel de mi cintura.
Asher salió de mi interior minutos después, antes de correrse. Soltó un suspiro y se acostó a mi lado, descansado su cabeza en mí pecho y acariciando mi piel.
—Siento esto— murmuró acariciando mi piel para luego dejar besos sobre esa área, sentí un leve dolorcito, nada que no fuera a quitarse pronto y sobre todo nada que no haya querido. Aun así, levante un poco la cabeza para ver a lo que se refería.
La marca rojiza de sus dedos manchaba mi piel como un recordatorio de lo estúpidamente bien que la había pasado. Sonreí con entusiasmo.
—Es lo que quería— murmure plantándome encima de él, comenzando a moverme sobre su polla. Asher sonrió tomándome de las caderas, justo por debajo de la marca de sus dedos.
—¿Y ahora quieres que te folle otra vez? —asentí mordiendo mi labio inferior.
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Asher
Por la mañana una sensación conocida y tranquila se esparció por mi pecho al sentir los brazos de Chloe por mi abdomen. Su mejilla estaba sobre mi brazo y seguramente el líquido tibio que mojaba mi brazo era su baba, pero no importaba estaba tan tranquilo.
En ese momento me di cuenta de cuanto había necesitado estar así con Chloe, abrazándola y sintiéndola entre mis brazos como la primera vez que dormimos juntos, tal vez ella no lo sabía, pero con cada cosa que hacía mi corazón la abrazaba con más fuerza.
Me giré con cuidado de no despertarla, quedé frente a ella, algunos mechones de su cabello cubrían su rostro dándole un aspecto tierno. Los rayos de luz se filtraban por la puerta corrediza del balcón haciendo que sus mechones de cabello parecieran hilos muy finos de oro.
Moví algunos mechones de cabello de su rostro.
—Eres igual de preciosa que él día que te conocí— murmuré. Pude ver un atisbo de sonrisa y entrecerré los ojos.
—Te odio. ¿Desde cuando llevas despierta? —me queje. Ella apretó su abrazo a mi cuerpo y enredo sus piernas entre las mías.
—Desde que te moviste— buen intento de no despertarla eh.
—Bien, levántate tengo hambre— murmuré intentando zafarme de su agarre, quería seguir así, pero el hambre no se iba. Luego de desayunar podríamos regresar a la cama y seguir abrazándonos hasta que tuviéramos que irnos al paseo en Quad.
—Ay abrázame— hizo un puchero y simplemente apretó más su agarré.
—Te voy a abrazar ya que terminemos de desayunar, estoy hambriento, Sunshine— murmuré nuevamente intentando levantarme, pero se en gancho a mi cuerpo —Bien, estoy entrenado para aguantar las fuerzas G, creo que puedo cocinar contigo abrazada a mí— murmuré mientras intentaba levantarme con ella sobre mi cuerpo.
—¿Sabes que campeón? Mejor quédate dentro de tu coche y yo me encargo de cocinar, no quiero que incendies una cocina ajena— no pude evitar reír al escucharla. La idea de verla cocinando no era mala, pero no la imaginaba haciéndolo, digo desde que nos conocemos nunca la he visto cocinando, mayormente siempre pedíamos comida.
—¿Sabes cocinar? —le cuestione interrogativo. Ella se sentó a horcajadas sobre mí y comenzó a acariciar mi pecho, mi cuello y mi rostro.
—Mucho más que tú, McQueen—murmuró y se levantó de encima de mí —Me voy a dar una ducha rápida— murmuró saliendo de la cama. Me quedé unos más en la cama, mis ojos comenzaron a pesar.
Pasaron algunos minutos hasta que Chloe salió de la ducha y se acercó a mí, se sentó en el bordo de la cama e hizo mi cabello para atrás. Dejo un corto beso en mi frente.
—Date una ducha y baja— murmuró y dejo otro beso en mi frente. Estaba comenzando a ser demasiada tierna y amorosa. Era preciosa e increíble.
—¿Me das un beso? —le cuestione haciendo un puchero, ella rio.
—Ya te di dos— hice un puchero y ella sonrió con diversión y me dio un pico en los labios.
Después de que se fue solté un suspiro y me levante para ir a ducharme. Me di una ducha corta y rápida, me apresuré a vestirme.
Minutos después baje al primer piso. Pasé por la pequeña sala, fui directo a la cocina, Chloe seguía cocinando.
—¿En qué te ayudo? —le cuestione abrazándola por la cintura, deje un corto beso en su cuello y ella soltó una risita.
—En sentarte y esperar a que esté listo— murmuró. Rodé los ojos y dejé otro beso en su cuello. Me aleje de ella, tome dos platos y los puse a un lado de ella, luego fui a buscar algo que tomar al refrigerador.
Vi que había un galón de jugo de naranja y lo tomé. Comencé a servir el jugo en los vasos. Me senté en la barra y mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolsillo.
Lo saqué y vi que era una video llamada de mi madre. Le termine respondiendo.
—Buenas noches, Ashie—
—Aquí son días— respondí con una leve sonrisa —Por cierto, esto se llama traición, Lana— ella soltó una sonora carcajada y pude escuchar una leve risita de Chloe.
—Mejor cállate, que te gusto— rodé los ojos con diversión y no le cuestione, porque al final de cuentas si me había gustado, dejando de lado que estuve dormido casi dos días.
—Sí, bien, solo por eso no estoy molesto— ella sonrió levemente.
—Qué bueno, Ashie, me da gusto— pauso —Y bien, ¿Vendrás para acción de gracias? —cuestiono con curiosidad. Asentí levemente, para mi mala suerte acción de gracias era el sábado, por lo cual tendría que volar después de la clasificación y las entrevistas para llegar allá tal vez por la tarde y regresar a media noche a Austin.
—Sí, regresaré en la misma noche, pero iré— le sonreí.
—Qué bueno, ¿Por qué no invitas a Chloe? — interrogó curiosa, levante la mirada encontrándome con los penetrantes ojos azules de Chloe. Me encogí de hombros restándole importancia.
—Tendré que preguntarle si quiere ir, pero no prometo nada— respondí. Vi una sonrisa asomarse en su rostro y luego se giró.
—Bueno espero que quiera venir— pasé unos minutos más hablando con mi madre hasta que termino colgando la llamada porque ya tenía sueño.
Chloe me paso mi plato y luego se sentó a un lado de mí. ninguno de los dos habló hasta que yo rompí el silencio.
—No tienes que venir sino quieres, no quiero que te sientas incomoda— me encogí de hombros. Se irguió en su lugar y se giró un poco para mirarme.
—Yo... si me gustaría pasar acción de gracias con ustedes— no espere que me dijera eso, conociendo a Chloe no lo espere.
—Chloe no tienes que hacerlo sino quieres, puedes decir que no— ella rodó los ojos.
Soltó un suspiro.
—Sabes perfectamente que no haría algo que no quisiera—pauso —Si te estoy diciendo que quiero ir es porque quiero ir, pero si no quieres que vaya perfecto— se levantó de la silla y paso su plato al otro lado. Se había quedado en total silencio.
—Chloe, preciosa, no es que no quiera que vayas, pero no quiero que te sientas forzada, ahí estará mi madre y mi tía con sus hijos, no quiero hacerte sentir incomoda— ella se giró a verme y se cruzó de brazos. La seriedad que irradiaba en su rostro era inquietante.
Me levanté del banco y me acerqué a ella.
—No quiero que te sientas presionada— murmuré mientras pasaba mis brazos por su cintura. Era verdad, no quería hacerla sentir forzada o algo por el estilo —Pero si quieres venir, por mi está perfecto— ella se recargo sobre mi pecho.
Se quedó en silencio unos minutos. Se me hizo eterno el tiempo que duro callada.
—Asher sino quisiera simplemente no lo haría— respondió tranquila. Me quedé en silencio y dejé un beso en su cabeza.
—Siempre puedes arrepentirte— murmuré pegándola aún más a mi cuerpo. Ella envolvió sus brazos en mi cuerpo abrazándome también. Dejo un beso sobre mi pecho y luego acomodo su cabeza para poder observarme.
—Hay que desayunar, también tengo hambre— reí levemente y asentí.
Ambos regresamos a la barra y comenzamos a comer.
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Después del paseo en Quad regresamos a la casa donde nos estábamos alejando. Habíamos pasado un día bastante bueno. Nos turnamos para conducir el Quad, incluso nos llenamos de barro cada que pasábamos por las áreas lodosas y claro, como buenos turistas nos perdimos.
De no ser por los malditos señalamientos seguramente seguiríamos ahí buscando una forma de salir.
—Estoy muy cansada— se quejó Chloe mientras se acomodaba mejor en el asiento del jeep.
—Podemos cambiar, yo puedo conducir— ella negó con la cabeza como si no quisiera alejarse del volante.
—No, ya casi llegamos, además, tu podrás conducir los autos de formula uno, pero yo conduzco fuera de los circuitos— negué con la cabeza como si no tuviera remedio, creo que eso de que siempre conduce cuando nos tiene que llevar a algún otro lugar fuera de los circuitos para hacer el contenido de WR se le está comenzando a subir a la cabeza.
—Menos en Austin— rosó los ojos con cierta diversión.
—Menos en Austin— afirmo. Segundos después llegamos a la casa. Baje nuestras cosas de Jeep mientras ella me abría la puerta. Deje nuestras mochilas en la entrada.
—Vamos a ducharnos, siento lodo hasta en el cabello— me queje mientras pasaba una de mis palmas por mi cabello, el cual claramente estaba húmedo y áspero debido al agua sucia, al polvo y el lodo. Chloe asintió y soltó su cabello del moño alto que llevaba.
—Mi cabello está hecho mierda—murmuró mientras subíamos a las escaleras, no pude evitar reírme. Ella me saco el dedo medio al escuchar cómo me burle.
Cuando llegamos a la planta alta me quite la camisa y la deje sobre el suelo. Chloe copeo mi acción, se quitó la camisa que llevaba y después los shorts deportivos. Quedó en ropa interior.
—Aun llena de barro eres preciosa— ella se giró recargándose en la pared. Se cruzó de brazos y alzo ambas cejas.
—Lo dices porque estoy en ropa interior—
—Siempre puedes quitártela y seguiré diciendo lo mismo— ella rodó los ojos y reí.
—O podrías quitármela— sonrió y se adentró en el baño. Entre al baño justo detrás de ella, quien sonrió al verme. Me acerqué a ella quedando justo pegado a su espalda, su piel se sentía tibia contra la mía. Bese su hombro mientras deslizaba el tirante de su sostén por su hombro. Su piel tenía un leve bronceado debido a los días pasados, así que supuse que estuvo en la playa en días pasados.
Se quitó los pendientes mientras me miraba a través del espejo, bajé la vista lentamente por su cuerpo hasta llegar a su cintura y caderas, donde los hematomas causados por mis dedos manchaban su perfecta piel, ya no eran tan notorios solo tenían un color opaco que señalaba que ya estaban por borrarse.
—Seré más gentil de ahora en adelante— murmuré contra su hombro mientras pasaba las yemas de mis dedos por la zona. Frunció el ceño y se giró entre mis brazos.
—¿En qué idioma debo decirte que me gusta? —cuestiono mientras tomaba mi cabeza entre sus manos.
—En uno en el que lo entienda— murmuré. Ella soltó un suspiro.
—Escúchame McQueen, me gusta lo rudo, me gusta que pierdas el control cuando estamos teniendo sexo, me gusta que muerdas mi piel, aunque dejes marcas, me gusta que me tomes con tanta fuerza que duela, lo disfruto aún más, así como a ti te excita que te tome del cuello, que rasguñe tu espalda o te ruegue a mí también me excita eso—respondió tranquila para luego besarme profundamente.
No estaba tan acostumbrado a esto, pero si estaba bien para ella también para mí.
Después de salir de la ducha me puse un pans, el aire fresco comenzaba a colarse por la puerta del balcón. También me puse una camisa de manga larga. Chloe se puso una tierna pijama rosa con estampado de conejos.
Ambos nos acostamos en la cama. Chloe extendió su brazo y acomode mi cabeza sobre su pecho, me dio un beso en la frente y me abrazo. Pasamos un buen rato en silencio, no un silencio incómodo, uno tranquilo en el que podías inhalar la paz del momento.
—¿Asher?
—¿Huh?
Ella aclaro su garganta y su pecho vibro ante la acción.
—¿Qué fue lo que paso en Mónaco? —pregunto un tanto curiosa. En realidad, ya no me molestaba hablar sobre eso, ya era algo que se había quedado en el pasado, algo que no se volvería a repetir y algo que sinceramente había marcado mi vida.
—Bueno, podría decirte que es una historia muy larga, pero en realidad no lo es, empezó como una noche entre amigos que termino mal.
» Después la noche fue avanzando y el alcohol no pareció ser suficiente, alguien en nuestra mesa pidió coca, LSD y marihuana, en mi vida había probado algo así y bueno no quería que me llamaran gallina por no querer probar y pues lo hice, primero fue marihuana, luego coca y LSD al final. Lo último que recuerdo de esa noche fue haber consumido LSD, la mañana siguiente desperté en el casino de Mónaco tenía una resaca infernal, no recordaba que fue lo que paso y cuando subí al monoplaza fue fatal, todo salió mal y pues supongo que lo viste— hago una pausa para tomar un poco de aire, Chloe está escuchándome perfectamente mientras juega con mi mano.
—El doctor dijo que si hubiera seguido corriendo pude haber tenido un paro cardiaco así que claro tuve que someterme a demasiadas cosas para que todo eso saliera de mí sistema y bueno me despidieron sin siquiera ir a decirme, simplemente me entere gracias a las noticias—
Ella se movió, así que me moví quitando mi cabeza de su pecho. Se puso a ahorcajadas sobre mí cruzo sus brazos cruzados sobre mi pecho, ahí mismo acomodo su cabeza sobre sus brazos para poder mirarme.
—Fue injusto— asentí. —¿Nunca habías tenido curiosidad de probar alguna de esas drogas? — negué con la cabeza.
Era verdad, no había tenido el mínimo de interés de probar alguna sustancia, hasta en ese momento que observe a todos probando esa mierda.
—Nunca en mi vida, Sunshine— ella me miró y luego dejo un beso en mi nariz.
—Lo bueno de todo es que llegaste a Wagner Racing— sonreí levemente. Aparte algunos mechones de su cabello rubio.
Ambos nos quedamos en silencio durante unos minutos más. El sueño comenzaba a hacerse presente y el frio comenzaba a filtrarse por la tela de mi ropa.
Solté un leve suspiro y antes de que pudiera tomar la manta Chloe hablo.
—¿Alguna vez has pensado en casarte?
Su pregunta me tomo un poco por sorpresa, nunca espere que ella me llegara a preguntar algo así.
Pero sí, quería tener una familia, un hijo por lo mucho y retirarme siendo una la formula uno.
—Sí ¿Y tú? —cuestione. Ella asintió levemente y una sonrisa invadió sus labios.
Vi como mordió su labio inferior, un poco dudosa, sin duda esto se agregaría a la lista de cosas que nunca creí ver en Chloe.
—¿Crees que algún día nos casemos?
No pude evitar sonreí al escucharla. Mi corazón pareció activarse al momento de escuchar esa palabra.
Chloe podría decirme que quería lanzarse de un risco y bien podría acompañarla.
—Sí, estoy seguro de eso, Sunshine— afirme mientras acariciaba su cintura. Nuevamente ella tomo una respiración profunda.
—¿Te casarías conmigo, McQueen? —
Carajo iba a decirle si a todo lo que me propusiera.
—¿Cuándo? —
Estaba arruinado, esta mujer me tenía a sus pies y ambos lo sabíamos perfectamente.
Pareció pensarlo por unos minutos, tal vez buscando la fecha ideal. Mi corazón comenzó a acelerarse sin siquiera pedirlo, era inevitable la forma tan desquiciada en la que mi corazón latía por ella.
Y solo por ella y para ella.
—Veinticinco de noviembre— eso era en menos de un mes.
Y estaba perfecto. Podría casarme con ella en menos de un mes.
—Perfecto. Ahora tenemos que organizar una boda, Sunshine— ella sonrió y comenzó a desperdigar besos por mi rostro. Sonreí y rodeé su cintura con mis brazos.
Esto era casi perfecto,ahora solo faltaba que todo mundo se enterada de lo nuestro y con todo el mundome refería a Albert.
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