Capítulo 14
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Asher
Londres
Chloe enredo sus piernas alrededor de mi cintura al momento que quise levantarme.
—Me tengo que ir, Sunshine— murmure acomodando mis brazos a los lados de su cabeza. Ella me miro haciendo una mueca.
—Puedes quedarte, dijiste que mañana no tienes que ir a WR, yo tampoco, podemos pasar más tiempo juntos— comentó rodeando mi cuello con sus brazos.
Quise decirle que no, pero mi estúpido corazón me hizo decir que sí. En lo profundo de mi ser una parte de mí quería salir con ella, sin tener que escondernos, daba igual lo que durara esto, pero no podíamos hacerlo.
—¿No quisieras salir? —le cuestione recostándome a su lado nuevamente. Sus intensos ojos azules se posaron en mí y su acento raspo cada palabra.
—A veces, pero no podemos hacerlo, ambos perderíamos nuestro trabajo. Y hemos trabajado demasiado para llegar a donde ahora estamos— sentí dándole la razón, pues la tiene. Joder que la tiene.
Aun así, de que nos sirve tener lo que queremos cuando no podemos hacer lo que deseamos.
—¿Tu? ¿Quisieras que saliéramos? —interrogó descansando su cabeza en mi hombro. Me quedé en silencio unos segundos, disfrutando del calor de su cuerpo.
Mientras más pasaba tiempo con Chloe más me acostumbraba a pasar tiempo con ella, a dormir con ella, mierda esto no estaba bien.
—Sí, me gustaría hacerlo—respondí. Un foco se encendió en mi cabeza. Me levanté de la cama para mirarla —Mónaco—le dije. Me miró confundida—Viven mucho famosos en Mónaco y el gobierno no deja pasar a los periodistas a menos que tengan un permiso especial, el cual solo lo brindan cuando hay un gran premio.
» Además a nadie le importa quienes somos, hay personas con más dinero que nosotros así que no les interesamos, podríamos salir, aunque sea una sola vez—
Chloe se sentó en la cama y sostuvo la sabana contra su pecho.
—¿Entonces Mónaco? —asentí.
Me quedé en silencio esperando su respuesta ante mi idea. Pareció pensarlo unos minutos.
Era el plan casi perfecto, ambos teníamos la semana libre hasta el jueves.
—¿Cuándo nos vamos? Espera, ¿No será muy cansado viajar casi veinticinco horas? tienes entrevistas—comento. Me encogí de hombros restándole importancia.
Nuevamente espere su respuesta.
Pasaron unos minutos y por fin me dio varios asentimientos.
—Necesito arreglar mis cosas— se levantó de la cama llevándose la sabana envuelta en su cuerpo. Reí y me dejé caer nuevamente en la cama.
Chloe iba de allá para acá mientras sacaba ropa de su armario y la ponía sobre la cama.
Luego se detuvo.
—¿En que nos iremos? —cuestiono mientras tomaba mi camisa del suelo y se la ponía. Dejo la sabana en el suelo.
—Caminando— me burle y ella entre cerró los ojos y me lanzó uno de sus zapatos, pero me moví antes de que me golpeara— Chloe, ¿Sabes desde cuando comencé a ser piloto? —asintió —Por ende, tengo un jet— ella me miró entrecerrando los ojos.
—Y no me dijiste eso cuando iba a ir a Austin— me encogí de hombros. Si se lo dije una vez, cuando estaba borracha, sino lo recuerda no es mi culpa.
—Estabas borracha cuando te lo dije— ella asintió, aun así, me miro mal. Siguió guardando sus cosas en su maleta.
Mientras tanto yo organizaba el vuelo. Solo tendría que ir a recoger unas cosas a mi casa para poder irnos.
—¿Alguna vez has ido a Bali? —interrogó mientras seguía guardando su ropa.
—Aun no, pero quisiera ir— respondí sentándome en el bordo de la cama y tome mi bóxer para ponérmelo.
Me levante y me acerqué a Chloe, rodee su cintura con mis brazos. Ella intento moverse, pero lo evite.
—Ya déjame terminar, compartiremos un vuelo de varias horas— murmuró intentando que me alejara. Negué con la cabeza y descansé mi barbilla sobre su hombro. Envolví mis brazos alrededor de su cintura. Soltó un suspiro rendida y siguió doblando su ropa y metiéndola en la maleta.
Doblo su ropa con especial cuidado y un orden especialmente perfecto.
—Cuanto cuidado, yo solo guardo la ropa conforme este en el armario— murmuré. Ella negó levemente la cabeza, más bien apenas pudo hacerlo con la mía estorbándole en su hombro.
Me quedé en silencio esperando su respuesta.
—Eres hombre, los hombres no se preocupan demasiado por eso, en cambio, las mujeres si, nos preocupamos por que no se nos arrugue la ropa, o se quiebre el maquillaje, o que un tacón se dañe, ustedes no— asentí levemente.
—Aun así, no todas las mujeres tienen el mismo cuidado que tú, doblas con una delicadeza cada prenda que podría pensar que tal vez tienes TOC, no obstante, después de pasar unos días aquí, es claro que no tienes TOC— comente. De reojo vi como rodo los ojos.
Me dio un leve manotazo en la mejilla. Hice una mueca.
—¡Oye! —me queje alejándome de ella. Nuevamente rodo los ojos.
—Eres latoso y quejumbroso, Ash—alce ambas cejas y me cruce de brazos. Me senté en el bordo de la cama y tomé mi teléfono.
—Ahg, me caes mal—me queje mirando mi teléfono. Mire algunas publicaciones de Instagram y algunos post en los que me etiquetaron algunas cuentas de fans.
—Nop, no es cierto, te gusto yo y mis tetas— respondió mirándome con una sonrisa altanera. Rodé los ojos y me quedé en silencio. Pasaron uno segundos y dejo su ropa a de lado. Se puso frente a mí.
—Quien lo diría— tomo mis manos —Tienes casi treinta años, seis campeonatos mundiales, pero eres un niño caprichoso— se burló en un tono tranquilo y beso mi cabeza —un tierno niño caprichoso en el cuerpo de un adulto muy guapo— repuso y me dio un corto beso en los labios.
Asentí levemente.
—Me das otro beso—pedí haciéndole ojitos. Soltó una risita y repitió la acción. Sonreí levemente. Soltó mis manos y prosiguió a seguir doblando su ropa. Me deje caer sobre la cama tranquilo.
Ella se quedó en silencio y continúo doblando su ropa.
Paso un rato hasta que termino de hacer su maleta.
En total duro tres o cuatro horas en terminar de arreglarse. Yo dure veinte minutos en ducharme y ponerme ropa limpia.
Le ayude a Chloe a bajar sus maletas a mi auto y cuando por fin terminamos fuimos a mi casa por algunas de mis cosas. Para las siete de la noche ya íbamos llegando a la pista de aterrizaje donde estaban el jet.
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Chloe
Asher iba manejando tranquilamente, el aire golpeaba nuestros rostros gracias a que las ventanillas iban abiertas. El aire fresco refrescaba mi cuerpo y me ponía de buen humor. El olor salado del mar rondaba el ambiente. Rocket descansaba en mi regazo, tan tranquilo como siempre, solo jugaba con mi dedo.
—Vamos a la playa— propuse ladeando mi cabeza para verlo. estoy segura de que a estas horas la playa estaba vacía y libre de personas. Asher no respondió simplemente se desvió hacía Larvotto, una hermosa playa artificial cerca del casino. Sonreí para mis adentros mientras el buscaba un lugar donde estacionarse y aunque estaba vació parecía querer un buen lugar. Espere con calma hasta que se aparcó. Ambos bajamos del auto.
—Bien Sunshine, vamos— estiro su mano e hizo un movimiento para que la tomara. Gustosa tome su mano y entrelace mis dedos con los suyos. Asher llevaba a Rocket en su hombro, quien ahora jugaba con su cabello.
Caminamos por el andador hasta que llegamos a la graba. El aire aquí era más fresco, por suerte mi sudadera y mi pans me cubrían del frío. La luna estaba en su punto más alto y las luces de los hoteles que se encontraban a unos metros de distancia no daban paso a la oscuridad total.
Ambos íbamos en silencio. Aun así, quería llenar ese silencio.
—¿Siempre soñaste con ser piloto? —cuestione disfrutando de la quietud que traía consigo la noche.
—Sí, desde pequeño era mi sueño— respondió tranquilo, su voz apenas fue un susurro, pero logré escucharlo perfectamente—en la televisión veía como corrían cada carrera en busca de la pole y un día de repente le dije a mi madre que quería ser como ellos— se encogió de hombros restándole importancia.
—¿Tu siempre quisiste ser parte de todo esto? —asentí una vez. Tomé una respiración profunda y recordé las notas de paz y tranquilidad en su voz, quería sentirme así al hablar.
—Cuando era una niña iba a los karts. Magnus empezó a ir cuando yo lo hice, después me alejé de eso porque nadie aceptaba una mujer detrás del volante y simplemente paso ese capricho después decidí que quería participar en algo más dentro de la categoría— comente de la misma forma mientras omitía detalles.
Como el hecho de porque mi madre nos abandonó o a cuál piloto apoyaba desde las cuatro paredes de mi habitación en casa de mi abuela.
—¿Por qué nunca le has dicho a Magnus la verdad de tu madre? —soltó de repente. Me detuve por unos segundos, Asher me dio un leve apretón, pero no se retractó, pareciera que quiere que hable de eso.
Mi madre no era un tema del que hablara con cualquiera, es más ni siquiera lo habló con mi padre y eso que él es la persona en la que más confió, en ciertas cosas, claro está.
Asher se detuvo y no soltó mi mano, se acercó a mí, mi corazón se aceleró de forma inesperada, se posó frente a mí con su notoria altura jugándome mal. Alce la mirada, aun así, lo que siguió después causo un torbellino de emociones que explotaron en todo mi ser.
Beso mi frente de una forma tierna y acaricio mi cabello.
—No fue culpa de ustedes— murmuró. Me quedé helada en mi lugar, solo pude mover mis brazos para envolver su torso con mis brazos. No dije nada, ni siquiera las lágrimas pudieron salir de mis ojos.
Y por primera vez en mucho tiempo no solo me dio miedo sentirme abandonada. Sentí miedo de enamorar de Asher Truswell, porque poco a poco se iba incrustando en mí ya agrietado corazón.
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Asher
Silencio. Creo que ya ni siquiera tenía lágrimas para llorar por su madre, aun así, sus brazos me apretaron contra ella y después de tanto tiempo sentí que había algo real, aunque ninguno pudiera aceptarlo en voz alta.
¿Por qué es tan difícil esto? ¿Sino fuéramos nosotros sería más fácil? ¿Sino fuéramos nosotros si quiera habríamos coincidido?
No lo creo, estoy casi seguro que esto solo es una cruel broma del destino diciendo que no podemos tener todo lo que queremos o por lo menos no de la forma en la que se desea.
Porque maldita sea, tal vez soy muy estúpido para no admitir lo que siento por Chloe en voz alta, pero después de tantos meses me puedo dar cuenta que la forma en la que late mi corazón cuando está cerca no se debe a un problema cardiaco, incluso creo que un problema cardiaco es mejor que el motivo real de mi pulso tan acelerado.
Y esto me daba más miedo que tener que correr en Spa con una tormenta mojando todo el circuito. Chloe se alejó levemente de mí, sus ojos azules me miraron, por primera vez desde que no conocemos vi algo de vulnerabilidad en su mirada, algo que en realidad nunca lo había visto en ella, siempre se muestra tan fuerte e indiferente a los problemas.
La verdad es que la admiro por ser tan fuerte y ser la mujer que hoy es, siendo sincero a mí no me gustan los problemas porque soy alguien muy sensible y la mayoría de veces los evito porque prefiero no mostrarme vulnerable, aunque estoy seguro de que medio mundo me ha visto así.
En cambio, ella no lo es, ella se muestra tranquila e indiferente ante algunos problemas, que no necesita nada ni a nadie, pero ahora, necesitaba un abrazo.
—Ven, vamos a sentarnos— murmuré y nuevamente tomé su mano mientras la guiaba por el andador hasta que llegamos a la plataforma flotante. Ahí nos sentamos recargándonos en la baranda de concreto.
Chloe me quito a Rocket de los brazos y lo abrazo contra su pecho sin lastimarlo. Luego se recostó contra mi pecho, pero era una posición poco cómoda.
—Ven siéntate en mis piernas, te va a doler el cuello si te quedas así— murmuré. Ella obedeció en silencio y se sentó sobre mis piernas. Ahora acomodo su cabeza en el hueco de mi cuello, causando que su cabello cosquilleara en mi piel.
Rodee su cuerpo con mis brazos.
—Siempre me pregunte porque lo hizo y aunque había una respuesta tan obvia no cabe por mi cabeza por qué dejarías a tus hijos— murmuró en voz apenas audible. Comencé a acariciar su brazo de arriba abajo.
No sabía que responder, aun así, me arme de valor para poderle decir algo.
—Yo tampoco tengo esa respuesta, preciosa, pero estoy seguro de que se perdió tanto de ti y tu hermano, a veces los odio a ambos, pero son increíbles— murmuré. Ella alejo su cabeza de mi cuello y me miré incrédula.
—¿Acabas de decirnos increíbles? Me sorprende más que lo digas de Mag. Rodé los ojos restándole importancia. Tal vez Magnus no me desagradaba tanto.
—No se lo digas o dejo de hablarte— ella soltó una pequeña risa y una leve sonrisa tierna apareció en sus labios.
—Bien— murmuró y volvió a acomodar su cabeza en el hueco de mi cuello. Sentí como dejo un casto beso en mi garganta el cual me erizo la piel y despertó cada sentido en mi cuerpo.
Aun así, me contuve y pensé en cosas no sexuales.
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Una hora después ya estábamos en la casa.
Termine de acomodar la cama mientras Chloe dejaba a Rocket en su cama, la cual se encontraba en mi armario. Termine de acomodar la cama y entre al armario para buscar mi pijama y una toalla para ir a ducharme.
Chloe ya iba a salir.
—La cama esta lista— murmuré y pasé por su lado. Entre en el armario y tome mis cosas dispuesto a irme a duchar.
—¿Vas a ducharte? —cuestiono cuando salí del armario. Asentí.
—Sip, hay invitación abierta— respondí mientras entraba al baño, escuché una risa de ella. Antes de que cerrara la puerta me arrepentí y salí.
—Vamos al jacuzzi— propuse. Chloe estaba buscando ropa en su maleta. Alzo la cabeza y me miro.
—Si— asintió y siguió buscando ropa en su maleta. Yo fui al armario nuevamente para ponerme unos shorts. Cuando salí ella ya había terminado de ponerse el traje de baño.
—Cuando regresemos te ayudare a acomodar esa ropa, es demasiada y estaremos una semana aquí, dudo que sea grato buscar todo en la maleta— ella asintió.
—Okey— murmuró y me tendió la mano. Tome su mano y salimos de la habitación. Cuando llegamos al jacuzzi entre primero, el agua tibia me recibió, le tendí la mano y ella la acepto y entro al agua con cuidado para no caerse.
Ambos terminamos de sentarnos en uno de los escalones. Ella se sentó en mis piernas y rodeo mi cuello con sus brazos. Apoye mi cabeza en su pecho.
Comencé a jugar a con la tira del sostén de su bañador.
—¿Qué vamos a hacer cuando termine la temporada? —cuestiono en voz baja. Su pregunta me tomo por sorpresa.
Me quedé en silencio por unos segundos.
—Aun no lo sé—
Respondí tranquilo y seguí jugando con su tirante.
—¿Qué es lo que quieres hacer? —le pregunte con calma. Ella se encogió de hombros, su cabello se movió un poco ante ese movimiento y las luces azules del bordo del jacuzzi hacía que sus facciones resaltaran.
—Aun no lo sé y por estos días no quiero saberlo, estos solo somos tú y yo, no piloto de carreras, no jefa de marketing— asentí levemente. Acaricio mi cabello con cuidado.
Jale levemente la tira de su traje de baño.
—Me dejaste acostumbrado a verte sin sostén— murmuré levantando la cabeza para mirarla. Ella me dio una sonrisa divertida.
—Eso se puede arreglar— respondió mientras comenzaba a desatar el cordón de su bañador. Se alejó levemente y termino de quitarse el sostén y lo dejo en el bordo.
Se sentó a horcajadas sobre mí.
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Chloe
Asher apretó mi cintura y me pegó más a su torso. Sus manos ascendieron por mi cintura hasta llegar a mis costillas y comenzó a dejar besos por el valle de mis pechos. Acaricie su cabello levemente mientras el continuaba con sus besos por mi caja torácica hasta llegar a mi cuello dejando leves mordiscos en mi garganta. Solté un suspiro y dejé caer mi cabeza hacía atrás.
El calor comenzó a subir por mi cuerpo invadiendo cada parte de mí ser.
Moví lentamente mis caderas sobre él, permitiéndome sentir el tamaño de su erección. Mordí mi labio inferior y escuché un pequeño gruñido proveniente de él. Apretó su agarre en mi cintura y cuando sentí que se despegó de mí bajé la mirada para encararlo.
Su mirada arde de deseo al encontrarse con la mía y una dulce sonrisa cubre sus labios.
Mi mano asciende por su pecho, mientras me tomo mi tiempo para detallar su abdomen marcado.
Detuve mi mano al llegar a su cuello, donde me acerqué y comencé a esparcir besos por todo su cuello, llegando a sus hombros e incluyendo su garganta.
Y aun con mi otra mano en su pecho pude sentir el latir de su corazón, tan rápido y acelerado.
Asher ladeo un poco la cabeza, otorgándome un mejor acceso a su cuello.
El único ruido de la noche eran unos leves suspiros que se escapaban de sus labios, mientras el acariciaba mi culo con calma.
—¿Te gusta que te bese? —le cuestione dejando de besar su cuello. La oscuridad en su mirada mezclada con el deseo me invadió cuando nuevamente nuestros ojos se encontraron.
Envolvió su otro brazo en mi cintura.
—Me enloquece— admitió pegándome a su cuerpo aún más haciendo que mis tetas se aplastaran contra su pecho.
Mi corazón latió con tanta fuerza que decidí no prestarle atención y simplemente le sonreí mientras acariciaba su pecho.
Tome su rostro sin pensarlo dos veces y lo bese suavemente. Sin desesperación ni el salvajismo que normalmente hay de por medio.
Solo nuestros labios danzaban entre sí, como si fuera la primera vez que nos besábamos. La delicadeza era casi extrema. Y si, si disfrute ese beso.
Nos separamos unos segundos después. Una notificación de su teléfono llamo la atención de ambos, pero no le tomamos importancia, pero ante una segunda notificación ambos nos separamos.
—Tal vez es papá—
—Tal vez— se encogió de hombros restándole importancia. Rodé los ojos y me levanté de su regazo escuchando una leve protesta de su parte. Me acerqué a los escalones y salí del jacuzzi siendo recibida por el aire fresco el cual me hizo estremecer.
Tome su teléfono de la mesa de cristal y la pantalla se encendió en cuanto lo tome. Inevitablemente vi los mensajes que habían llegado.
Deion
Ø Jueves 19, por la noche.
Ø Por cierto, en la terraza de mi hotel, no me apetece andar por Singapur con tantos paparazis sueltos.
Me quedé en silencio mirando la pantalla.
Casi lancé el teléfono al suelo cuando sentí los brazos de Asher rodear mi cintura. Descanso su barbilla en mi hombro.
—¿Quién es? —interrogó de lo más tranquilo, como si su ex no le estuviera mandando mensajes raros mientras está conmigo.
Pero no estoy celosa, si quiere ir a follar con ella que me lo diga en la cara y ya.
No estoy celosa.
Le mostré la pantalla de su teléfono e inmediatamente me zafé de su agarre. Tomé la camisa de Asher que estaba en el respaldo de una silla y me la puse. Tome mi teléfono dispuesta a regresar a dentro.
—Estas malinterpretando todo— comento Asher tranquilo mientras leía los mensajes.
—No tienes que mentirme, no tengo cinco años— le respondí intentando guardar mi paciencia, siempre he sido paciente o algunas veces, pero con él es diferente.
—No te estoy mintiendo, no creas que me estoy poniendo de acuerdo para ir a follar con mi ex, de echo vamos a ir a cenar—
¿Dude? claro que lo hice, es hombre y ellos mienten.
—Enserio, solo tenías que decirlo, no tienes que inventarte todo eso— respondí. Asher soltó un suspiro y se acercó a mí.
—No te estoy mintiendo y ¿Qué crees, Sunshine? Puedo demostrártelo, ven conmigo el jueves y si después de ahí aun así no me crees puedo alejarme de Deion— pauso, sonaba bastante seguro —o aún mejor, simplemente le cancelo y dejo de hablar con ella, lo que quieras— nuevamente envolvió sus brazos en mi cintura impidiendo que me alejara.
Me quedé en silencio pensado que hacer o decir, la segunda no me parecía correcto, porque claro, yo soy mejor amiga de Ali y cuando nos conocimos no éramos amigos, pero ahora sí.
Además, no soy nadie para prohibirle algo a Asher, aun así, tengo una leve espinita de duda por saber si es cierto.
—Bien— murmuré—iré contigo— finalicé y sentí como Asher deposito un beso en mi cuello.
Solté un suspiro y me quedé en silencio.
—Ven hay que sentarnos, tengo que responder mensajes de patrocinadores— tiro de mi levemente y lo seguí hasta una de las sillas donde se sentó y yo me senté en sus piernas. Paso sus brazos por los lados de mi cintura y apoyo sus ante brazos en la superficie de cristal, causando que pudiera ver yo también la pantalla de su teléfono.
Pero preferí ver mi Instagram.
Comencé a ver algunas publicaciones e historias donde muchas influencers mostraban sus love bracelet Cartier.
—¿Qué es? —interrogó Asher curioso, mientras recargaba su cabeza en mi brazo.
—Un brazalete Cartier, es hermoso— murmuré mirando los detalles.
—Y te gusta— concluyo. Asentí energéticamente.
—Sí, pero debes compartirlo con alguien para que cuente, según la historia debe de haber dos personas, una que la atornille y quien la usara, lo que indica que el amor verdadero permanecerá— comenté tranquila.
Asher se quedó unos segundos en silencio, no muchos, a decir verdad.
—¿Y usarías una conmigo? Me la quitare cada fin de semana de carrera, pero te aseguro que quiero que tú seas quien me ayude a quitarla y ponerla cada fin de semana— sus brazos se cerraron sobre mi cintura.
Inevitablemente mi corazón salto de felicidad, pero no quise demostrarlo.
—¿Enserio? —cuestione tranquila, aunque por dentro quería gritar de emoción.
—Yep— respondió tranquilo. Una sonrisa tierna apareció en su rostro. Y así las posibilidades de darle un No disminuyeron por completo.
—Me gusta la idea—
—Me gustas tú— respondió. Sonreí levemente y besé su frente.
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Cuando terminamos de ducharnos ambos nos dejamos caer en la cama. Asher descanso su cabeza en mi pecho y tomo su teléfono.
—Sonríe Sunshine— murmuró mientras ponía la cámara.
Sonreí levemente y el flash ilumino nuestros rostros.
Así estuvimos algunas horas tomándonos fotos.
—Sabes tú fondo de pantalla luciría mejor si tuvieras una foto mía en traje de baño— comenté mientras veía su fondo de pantalla, el cual solo era una foto suya en Austin.
—Si tuviera una foto tuya en traje de baño o por lo menos una en la cual no estás conmigo sería más fácil— respondió tranquilo.
—Bien dame tu teléfono, eso se arregla rápido— comente levantándome de la cama. Asher me dio su teléfono.
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Asher
Media hora después Chloe salió del armario con su pijama puesta y mi teléfono en su mano. Se acostó a mi lado y me dio mi teléfono.
Vi la galería llena de fotografías, unas en lencería y otras en traje de baño.
Mierda, sí que es demasiado hermosa.
—Escoge la que más te guste— murmuró pasando su pierna por mí cintura y pegándose a mi costado. Sonreí levemente.
—Una muy difícil decisión, a decir verdad— respondí mientras comenzaba a acariciar su pierna. Comencé a buscar alguna foto, todas estaban bien, unas más provocativas que otras.
Pero mierda, que bien luce.
—En esta luzco mejor que en todas, además, no se ve mi rostro, por si algunos ojos curiosos se interesan en ver tu teléfono no creo que reconozcan mi culo— reí levemente y asentí.
Puse la fotografía de fondo de pantalla y cuando terminé se lo mostré.
—Me gusta— sonrió y beso mi cuello.
—A mí también— respondí tranquilo.
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Nos detuvimos un momento y Chloe tomo aire como si su vida dependiera de eso. Bueno un poco si lo hacía.
—Nunca había corrido tanto en mí vida, dios, no sé porque te convencí de venir a correr— tomo otra profunda respiración antes de erguirse. Reí.
—Porque dijiste que debo hacer ejercicio, aunque no sea semana de carrera, el cual, si hago, no sé porque creíste que no— me encogí de hombros restándole importancia.
Ella negó con la cabeza.
—Bien, ahora vamos a desayunar algo rico que me muero de hambre— respondió tranquila.
—Podríamos ir primero a la casa darnos una larga ducha y follar, te vez muy sexi con esos leggings— murmuré poniendo mi brazo en su cintura.
Ella me dio una media sonrisa mientras se hacía un moño.
—Nop, primero llévame a comer y luego me llevas a follar— rodé los ojos con diversión —pero si acepto la ducha, pero rápida, sin sexo— asentí conformándome con eso.
Caminamos de regreso a la casa, el sendero que tomamos por lo general se usa para el ciclismo o trotar, pero dado a que es entre semana la mayoría de personas están trabajando, así que éramos los únicos.
Chloe saco sus audífonos y me dio uno mientras conectaba el bluetooth a su teléfono.
Me lo puse y ella puso una canción de Twenty one pilots. No la reconocí.
—¿Cómo se llama? —pregunte mientras escuchaba, los coros.
—Smithereens— respondió mientras caminábamos. Asentí y seguí escuchándola. El tono era tranquilo, casi romántico, incluso la letra lo era.
Así que en realidad disfrute la calma de la tonada y la letra.
—Me gusta, esa no la habías incluido en la playlist— le comenté tranquilo. Ella me miró un poco incrédula, como si hubiera pensado que no la iba a escuchar.
—Seguro la olvide— se encogió de hombros restándole importancia.
Todo el camino hacia la casa me estuvo "Culturalizando" así como ella lo llamo.
Creo que me aprendí toda la discografía de Twenty one pilots en esa hora de regreso a casa.
Una hora después ya estábamos desayunando en una bonita terraza de un restaurante.
Y estábamos lo bastante cómodos, a pesar de que el lugar estaba casi abarrotado de personas todas estaban en sus burbujas, nadie nos prestaba atención y estaba bien.
—Me podría traer un plato de crema de brócoli y una mimosa, por favor— pidió Chloe amablemente. El mesero anoto en su pequeño bloc de notas y luego se giró a mí.
—Para mí una ensalada de fruta con miel y una mimosa, por favor— pedí del mismo modo. El mesero termino de anotar.
—¿Algo de postre? —interrogó entornando la mirada entre ambos.
—Yo quiero una carlota de limón, por favor— pidió Chloe. el mesero se giró a verme.
—Estoy bien, gracias— respondí.
El mesero asintió y luego termino yéndose. Chloe tomo asiendo a mí lado.
—¿Por qué no quieres postre? —cuestiono arqueando una de sus cejas rubias. Puse mi mano sobre su pierna, ella me dio una media sonrisa.
—No me apetece en estos momentos— me encogí de hombros y rodó los ojos.
—Entonces, ¿Qué es lo que te apetece? —cuestiono acercando un poco su rostro al mío y le di una sonrisa.
—Hacer cardio— respondí. Ella me regreso la misma sonrisa y me dio un rápido y corto beso en los labios, apenas perceptible.
—Podemos hacer cardio cuando regresemos— respondió tranquila. Asentí y besé su mejilla.
—Me gusta oír eso— respondí.
Desayunamos tranquilamente, charlando de cosas sin sentido, como que su canción favorita es My Blood, que su color favorito es el rosado y el negro y que ama su cabello.
Hasta que por fin terminamos y salimos de ahí así que por fin decidí preguntar.
—¿Tu mandaste las flores en Mónaco y Alemania? —interrogué. Pasaron unos minutos de total silencio hasta que por fin hablo.
—Tal vez, solo tal vez— se encogió de hombros restándole importancia, así que mientras caminábamos envolví mi brazo en sus hombros pegándola a mí y besé su cabello.
—Me gustaron mucho, de verdad— murmuré y nuevamente besé su cabello.
—¿Enserio? —cuestiono mirándome con un brillo especial en su mirada.
—Sí, me encantaron, de hecho, tú has sido la primera persona que me ha mandado flores— comenté tranquilo. Ella me sonrió y beso mi mejilla.
Ambos seguimos caminando en silencio.
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Jueves por la noche.
Singapur.
Chloe envolvió su mano en la mía cuando salimos del elevador. La noche era particularmente calurosa, más en esta época. Vislumbre a Deion discutiendo con Rhett sobre algo que no logramos escuchar.
—¿Quién es él? —interrogó Chloe en voz baja apenas audible.
—Su guardaespaldas— murmuré de la misma forma. Ella asintió y Rhett se alejó de la mesa cuando nosotros estuvimos cerca.
—¡Hola! —Dei se levantó de su lugar y se acercó a nosotros. Saludo a Chloe con un beso en la mejilla y a mí solo me dio una sonrisa energética. —Qué bueno que llegan, tomen asiento y dios hay que pedir comida—repuso mientras tomaba su silla y se sentaba. Chloe y yo tomamos haciendo uno al lado del otro frente a Dei.
—Debo admitir que no esperaba que vinieras acompañado, pero he de decir que me alegra verte aquí, Chloe— Miro a mi acompañante con una sonrisa amable, incluso cálida creo. Mientras yo esperaba que esto no se tornara nada incómodo para ninguno de los tres.
Deion comenzó a sacar temas de conversación, haciéndole unas cuantas preguntas triviales que Chloe respondió y siguió con el tema de la conversación. Charlaron durante varios minutos hasta que me incluyeron en el tema de conversación.
—Necesito que me des una opción de regalo de cumpleaños— pidió inevitablemente su mirada se volvió hacía Rhett. Me encogí de hombros.
—No lo sé— pause —¿Entradas para un juego de hockey? —pregunte. Ella rodo los ojos y miró a Chloe.
—Depende lo que le guste, si le gustan los deportes pueden ser boletos para alguno de esos, o un viaje. Los Alpes es un lugar muy hermoso para conocer— comento Chloe tranquila.
—¿Lo ves? Ella si tiene buenas ideas, ahora cuéntame más—pidió Dei. Ambas comenzaron a charlas, Chloe le dio demasiadas ideas y Dei lo agradeció mientras, seguían charlando.
Casi dos horas después terminaron de arreglar todo lo que Chloe le propuso.
Así que ya íbamos de regreso al hotel y ambos esperábamos no encontrarnos con nadie de camino a él. Ambos íbamos en silencio, cada quien, sumido en sus pensamientos, mientras que yo intentaba ordenar mis emociones Chloe parecía una caja secreta y perfectamente sellada, ni siquiera podía leer su rostro, simplemente se había disociado.
Me quedé en silencio mientras seguía conduciendo por las muy abarrotadas e iluminadas calles de Singapur. Siempre me ha gustado Singapur, más como un destino turístico que él circuito, a decir verdad, este país irradia modernidad, es como entrar en el futuro. No obstante, el circuito es muy exigente, a pesar de ser una carrera nocturna el calor es todo un reto que debemos afrontar ya que la exigencia no es solo físicamente, sino mentalmente.
Terminas destrozado por el calor y la fuerza que ejerces durante esas dos horas, las cuales se vuelven las más largas de tu vida, sientes que te vas a quemar con todo el calor que hace ahí dentro y el traje y casco lo hacen aun peor.
Y ni hablar de la deshidratación y pérdida de peso que sufres. Años anteriores este tan esperado circuito me he llegado a perder hasta cinco kilos durante toda la carrera.
Solo espero que no sea tan duro adaptarme a este circuito nuevamente, después de un año sin pisar Marina Bay todo puede pasar, pero si todo sale bien me coronare como campeón este fin de semana.
Cuando llegamos al hotel entre en el estacionamiento, no apagué el auto.
—¿Qué pasa? —pregunté alzando una ceja. Chloe se quedó en silencio y giro para verme.
—Mi madre va a llegar mañana, a Magnus se le ocurrió que es buena idea invitarla a ella y a sus hijos—bufó molesta. Asentí levemente.
—¿Has pensado en hablar con el sobre lo que paso? Contarle lo que realmente paso— interrogué mientras me acomodaba en el asiento para poder quedar frente a ella, que si bien la luz no ayudaba porque era demasiado opaca que apenas alumbraba el capo del auto.
Chloe negó con la cabeza.
—No quiero lastimarlo—
—Merece saberlo, más si es algo que a ti te afecta, nunca fue tu responsabilidad saberlo y tener que ocultárselo— respondí tranquilo. Ella miró sus manos y luego me miró a mí.
—Intentaré hablar después con él— pauso —Y sobre nosotros... faltan seis carreras para que la temporada termine— comento en el mismo tono que antes, relajada, sin ningún tono de angustia, escondiendo muy bien sus emociones.
—¿Y aun piensas que solo seremos sexo? —cuestione, ella se encogió de hombros restándole importancia.
—No lo sé, mejor concéntrate en ganar este fin de semana y coronarte como campeón— alce ambas cejas, e intente dejar de lado el hecho de que no quería hablar sobre esto.
Tenía razón, tengo que concentrarme en mi campeonato.
—Pensé que no querías que ganara— respondí tranquilo. Ella se quedó en silencio y luego me dio una leve sonrisa.
—Nunca dije que no quería que ganaras, simplemente creo que empezamos con el pie izquierdo— asentí levemente estando de acuerdo con eso. En realidad, fui muy idiota cuando nos conocimos.
—Lo sé, perdón por eso, solo que estaba tan enfocado en regresar a lo que era mi vida antes de todo lo que paso— comenté tranquilo, ella me dio un leve asentimiento de forma tranquila, casi como si lo entendiera.
—Comprendo, a mí me paso algo similar, estaba tan feliz de por fin ser aceptada en el trabajo de mis sueños que casi olvido que mi felicidad también vale— respondió y me miró directamente a los ojos. La calma y la quietud que vi en su mirada no la había visto en ella jamás.
—¿Y ahora eres feliz? —cuestione buscando su mano para tomarla. Ella evadió mi mirada.
—Intento serlo— respondió en voz baja y cambio bruscamente la dirección en la que miraba. Asentí lentamente, aunque no pudiera verme. Ambos nos quedamos en silencio.
Pasaron unos minutos, Chloe busco sus cosas y luego se giró para verme.
—Tengo que irme, te veo luego— se acercó y me dio un beso en la mejilla. —Por cierto, Deion me cae bien— me dio una leve sonrisa. Antes de que pudiera decirle algo bajo del auto y cerro detrás de ella. Negué con la cabeza como si no tuviera remedió.
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Sábado
Chloe movió sus sobre mi regazo y solté un leve gemido. La palma de su mano ascendió por mí cuello y la otra descendió a mi pantalón. El calor comenzaba a hacerse presente entre nosotros, mi polla ya estaba dura debido a sus movimientos y la idea de que me montara solo me la ponía más dura.
Con uno de mis brazos me apoye sobre la cama y mi mano libre acariciaba la pierna de Chloe por debajo de su cintura.
Sus labios abandonaron los míos y descendieron por mi mandíbula hasta bajar a mi cuello. Deje caer la cabeza hacía atrás dándole más acceso a mi cuello, disfrutando de la sensación de sus labios sobre mi piel.
Dejo unos leves mordiscos en mi piel, que estoy seguro que dejarían una marca lo suficientemente notoria como para ser el centro de atención mañana.
—Si me dejas alguna marca te haré lo mismo— amenace con la voz entrecortada mientras le apretaba el culo.
Sentí como sonreía contra mi cuello, claramente complacida.
Nuevamente sentí como deslizaba sus labios cada vez más abajo, dejando algunas mordidas en mi piel acompañadas de un leve ardor que desaparecía rápidamente.
En ese momento el chasquido de la puerta llamo la atención de ambos. Alzo la vista y nuestros ojos se conectaron.
—Mierda— murmuramos al unísono. Ella se levantó de prisa, acomodo su cabello y me apresure a tomar mi camisa, pero aun así no hubo tiempo de nada.
Una mujer rubia entro a la habitación. No la conocía, pero dado a la mirada de Chloe no era nada bueno y por el gran parecido que vi entre ambas deduje que era su madre.
Mierda.
—¿Qué carajos haces aquí? —cuestiono molesta, su voz se atascó en su garganta y yo me quedé callado en mi lugar, ni siquiera me terminé de poner la camisa.
La mujer rubia entorno su mirada entre Chloe y yo, tal vez conectando cada hilo en su cabeza.
—¿Él es tu novio? Nunca creí que tu padre estuviera de acuerdo en que salieras con uno de sus pilotos— comento con un deje de veneno en su voz. Tensé la mandíbula ante ese comentario. Chloe se tensó por completo.
Tomó a la rubia por el codo e intento alejarla, pero no se movió ni un centímetro.
—Mira Beth, te voy a pedir de la mejor manera que te largues de aquí y si mi padre se entera de algo te juro que le dire a Magnus que nos abandonaste por irte con tu amante— la voz de Chloe realmente sonaba molesta y realmente seria. La mujer se tensó.
—Bien, solo quería pasar a saludar a mi hija— soltó con el mismo veneno que antes. Chloe tensó la mandíbula al escuchar que la llamo hija.
La mujer se giró dispuesta a irse y en ese momento me acerqué a ella. Estaba temblando, todo su cuerpo estaba temblando. Acaricie su cabello con cuidado.
—Respira preciosa, necesitas tranquilizarte— murmure. Se quedó en absoluto silencio. Se recargo en mi pecho, no salió ninguna lágrima de sus ojos, solo podía escuchar su respiración acelerada, cada momento esta se disminuía en un intento de calmarse.
—Necesito estar sola— murmuro en voz baja, apenas audible. Asentí y besé su frente. Comprendí que quería o necesitaba estar sola.
—Bien, si necesitas algo llámame— respondí. Me dio otro asentimiento y alzo un poco la cabeza y me dio un leve beso en los labios.
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Chloe
Asher salió de mi habitación. Cerré la puerta con seguro y regresé a la cama dejándome caer en ella. Cubrí mi cuerpo con las mantas. Un leve dolorcito en el pecho amenazaba con causarme el llanto, pero desistí ante la idea de comenzar a llorar.
Solo me acurruque en la cobija, mientras unas cuantas lágrimas traicioneras resbalaban por mis mejillas. Mi respiración se pauso atascándose en el fondo de mi garganta, amenazando no dejarme respirar.
Pasaron unos minutos, las lágrimas no paraban de salir y en breves momentos la respiración se me cortaba. Quería pararme para ir al baño y darme una ducha con agua helada para que el ardor de mi rostro disminuyera. Me quedé en silencio o por lo menos eso intenté.
Pasaron los minutos y conforme más pasaban mi cabeza comenzaba a doler. Antes de que pudiera tomar mi teléfono los golpes a mi puerta sonaron. Abrí los ojos de más y sentí que estaban hinchados. No me levante, no tenía ganas de ver a mi padre o a Magnus quien seguramente estaban tocando la puerta.
Volvieron a tocar una segunda vez y decidí levantarme para asomarme para ver de quien se trataba. Vi por la mirilla de la puerta. Me sorprendí al ver a Asher detrás de la puerta. Traía unas bolsas en las manos.
Abrí la puerta y me alejé enseguida. Nuevamente me deje caer en la cama mientras escuchaba como cerraba la puerta.
Cubrí mi cuerpo con la manta nuevamente, igual mi rostro, no quería que me viera tan vulnerable.
—Dije que quería estar sola— aclare mi garganta antes de hablar. No salió como quería, pero me resigne a que gracias a treinta minutos de lágrimas mi voz no saldría mejor.
—Sí, pero, imaginé que tal vez no era eso lo que querías, así que fui a comprar algunas cosas y heme aquí—
Mi corazón se oprimió al escuchar la sinceridad en su voz.
Siempre había estado sola llorando en la esquina de mi habitación, preguntándome miles de cosas mientras intentaba darme consuelo a mí misma, lo cual no salía bien, ya que nunca fui buena con eso.
Y ahora tener a Asher sentado a mi lado diciendo esas simples palabras causaba que mi corazón latiera como si fuera yo la que se subiría a un monoplaza en unas horas más.
Escuche como comenzó a sacar algo de la bolsa.
—Traje helado de vinilla, gomitas de fresa, licuados coreanos, papas y pretzels— comentó tranquilo mientras dejaba las cosas de lado. Me quedé quieta en mi lugar —O también me dejas meterme debajo de esa manta y te abrazo hasta que tu corazón deje de doler—
Las ganas de llorar me embargaron nuevamente, pero aguanté y me hice a un lado haciéndole un espacio en la cama. Asher se acostó a mi lado. Pegó su cuerpo al mío y enrede mis piernas entre las suyas. Me acomode entre sus brazos tranquilamente.
Mi corazón latió con fuerza contra mi pecho y su calor se volvió reconfortante. Acarició mi cintura con una de sus manos.
No hizo falta que hablara, su simple cercanía me tranquilizaba.
Esa fue la primera noche que pasamos tan tranquilos, en silencio y disfrutando el calor del otro, simplemente coexistiendo.
Mi corazón comenzaba sentirse mejor cuando lo tenía a mi lado y eso me causaba un pánico extremo.
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Sábado
Asher
Cuando la clasificación termino y después de todas las entrevistas me dirigí al driver room. Antes de poder llegar dos chicas me detuvieron. Ambas eran rubias, casi castañas, y tenían un leve parecido a Chloe.
Otra cosa que note en ellas es que eran idénticas, seguramente gemelas.
—¡Tú eres Asher Truswell! Mi hermano nos dijo que posiblemente nos podríamos tomar una foto contigo— habló una de ellas. Fruncí el ceño y solo acomodé la gorra sobre mi cabeza.
—¿Su hermano es...? —cuestione con el ceño fruncido. Aun así, poco o mucho que me interesara por el mero deber del trabajo estaba obligado a sacarme fotos con ellas, sino, podrían ir a dar una queja en WR.
—Magnus— ambas sonrieron. Levemente vi como la puerta de mi driver room se abría. Era Chloe. Asomo su cabeza por la puerta, alzo ambas cejas y rodó los ojos. Quise reírme, no obstante, mantuve mi postura seria.
—Okey— murmuré mientras me acercaba poco para tomarme una selfie con ellas. Solo fueron dos. Luego de eso ambas se giraron.
—Sabes escuchamos que habrá una fiesta hoy y pensamos que tal vez podríamos ir juntos— entrecerré los ojos debajo de mis gafas de sol y les di una leve sonrisa.
—Gracias, pero no salgo con extrañas— respondí y pasé por un lado dirigiéndome al driver room.
La luz estaba encendida y como ya era costumbre Chloe estaba en la cama, solo que ahora lucía molesta mientras miraba el techo.
Cerré la puerta detrás de mí y me encaminé a ella. Me senté a su lado.
—Te miraban como un perro mira a un pedazo de filete— gruño cruzándose de brazos, estaba celosa y mierda me la ponía dura cuando me mostraba lo celosa que estaba.
—Pero solo te miro a ti, preciosa— respondí mientras acariciaba su pierna desnuda de arriba abajo y sentí como su piel se puso de gallina —Además, ¿Recuerdas que solo tú puedes tocarme? —interrogué mientras ella se ponía de pie —Me tienes a tus pies Sunshine y ni siquiera lo has notado— respondí. Una pequeña y apenas notoria sonrisa quiso cubrir sus labios.
Se acercó a mí quedando entre mis piernas, comenzó a bajar el cierre de mi uniforme lentamente, tocando mi pecho.
—¿Huh?
—¿Te gusta la posesividad? —cuestiono acariciando mi mejilla, mientras más la escuchaba hablar más se me endurecía la polla y esa pregunta causo ese mismo efecto. Le di un apretón en las piernas, por debajo de su vestido.
—Si viene de ti, me encanta— respondí. Ella me sonrió con malicia y se subió a horcajadas a mi regazo. El vestido se levantó hasta su cintura. Termino de bajar el cierre de mi uniforme y me ayudo a sacarme la camisa.
—¿Ah sí? —
Asentí. Su mano descendió por mi cuello de forma excitante su cabello rubio caía a los lados de su rostro y se movió sobre mí rozando coño sobre mi polla.
—Quieres que sea tuyo lo seré, solo dilo— murmuré y deslice mi mano por su culo y le di un apretón. Mordió su labio inferior y se movió sobre mi regazo de manera provocativa.
—¿Serás mío hasta que esto termine? —interrogó en un tono cargado de deseo, mientras seguía balanceando sus caderas sobre mí. No tengo pruebas ni dudas de que esto es un tipo de manipulación para que le diga que sí, y vaya que sirve.
—Joder si— respondí envolviendo mis brazos en sus caderas. Ella me sonrió y tomo mis mejillas entre sus manos y me planto un beso en los labios, ambos estábamos necesitados de esto y yo seguramente más que ella.
Alejo una de sus manos de mi rostro y comenzó a deslizarla por mi cuello hasta llegar a mi abdomen bajo, donde se levantó un poco, solo lo suficiente como para poder llevar su mano debajo de mi uniforme. Solté un leve gemido al sentir el calor de su mano deslizarse debajo de mi bóxer tomando mi notoria erección. Sus labios acariciaron los míos y pude sentir su sonrisa.
—Me gusta ese sonido— murmuró con sus labios rozando los míos. Mi corazón martilleaba como nunca dentro de mi pecho y un nudo se atascó en mi garganta ante la idea de todas las cosas que sentía en este momento.
Maldita sea, si había caído ante los encantos de Chloe. y mi corazón latió aun más fuerte al darme cuenta de no iba a ser solo un acostón y dejarlo atrás como siempre.
Quise decirle lo que sentía en ese momento, no obstante, los golpes a la puerta me interrumpieron.
—Asher tenemos una entrevista en cinco minutos, vamos— era la voz de Albert. Chloe soltó un suspiro y me beso con vehemencia mientras sacaba sus inquietas manos de mi uniforme.
—Te veo luego— murmuró levantándose de mi regazo. Asentí y me apresuré a acomodar mi traje.
—Ya voy— respondí. Al salir abrí solo un poco la puerta del driver room para que él no pudiera ver hacía adentró. Ambos comenzamos a caminar a una de las zonas de entrevistas, creo que del Olympian Exclusive.
—Hiciste una buena clasificación hoy, muchacho, felicidades— felicito Albert poniendo su palma en mi brazo mientras me daba un apretón en el hombro. Algo dentro de mí se revolvió haciéndome sentir un poco culpable, ya que él me había dado la confianza y las herramientas para regresar a la formula uno con dos condiciones.
Y quebrante la segunda condición, no la más importante, pero la que más importaba para él.
Le di una media sonrisa. No me gustaba tener que mentirle, aunque estaba acostumbrado a las mentiras no me gustaba mentir.
—Gracias— respondí tranquilo —Tuve un poco de subviraje en algunas curvas, pero podía controlarlo, supongo que solo será cuestión de tener más cuidado— comenté cambiando el tema a algo más tranquilo. El asintió levemente.
—Bueno, le comentaré a los mecánicos, sobre eso— pauso y antes de que llegáramos al área de Olympian habló nuevamente—¿Y qué has pensado sobre expandir tu contrato hasta el próximo año? —Interrogó con la curiosidad tiñendo su ronca voz.
Me encogí de hombros restándole importancia.
—Aun necesito pensarlo con la cabeza fría, después de esta carrera supongo que tendré los pies más en la tierra— Albert me dio un asentimiento gustoso y eso no ayudo a que me sintiera mejor.
Su hija me hacía sentir cosas que no debería de sentir y estoy mintiéndole en la cara después de que me brindo todo su apoyo.
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Entre a la habitación del hotel, estaba todo oscuro y pasaban de las tres de la mañana, pero el trabajo nunca acaba, tuve que quedarme hasta tarde en el garaje para ver porque era el subviraje de mi monoplaza, mientras cambiábamos un poco la estrategia que haríamos en unas horas, dado que la degradación de los neumáticos no ayudaba.
Busqué el interruptor de la luz hasta que por fin la encendí. Vi sobre mi cama una caja de chocolates y fruncí el ceño. Antes de que pudiera revisar de quien era mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo.
La pantalla ilumino mi rostro y el nombre de mi madre apareció en la pantalla, así que tome la llamada.
—Hola mamá— hable en voz baja, a pesar de que me encontraba solo me gustaba no perturbar el silencio.
—Hola Ashie, vi la clasificación hace rato, felicidades, cielo— sonreí levemente y puse el teléfono en alta voz para enviarle un mensaje a Chloe agradeciéndole por los chocolates.
—Gracias, mamá, espero tener una buena carrera mañana— respondí tranquilo mientras tecleaba.
—No es nada cielo, estoy muy orgullosa de ti— pauso y sonreí al escucharla—Por cierto, he escuchado los rumores de que has regresado con Deion— comento de lo más tranquila. La verdad es que ella sabía lo que había pasado en realidad, no le agradaba al cien por ciento Deion, pero la soportaba.
—Solo son rumores tranquila—comenté restándole importancia. Hubo una pausa silenciosa, abría la caja de chocolates dejando la nota de lado y tome uno de ellos.
Estaban deliciosos, pero no podía consumir chocolate en grandes cantidades.
—Entonces... ¿Tu y Chloe...? —interrogó. Solté un suspiro y me encogí de hombros, aunque no pudiera verme.
—No lo sé, no somos nada en concreto— respondí y me quedé en silencio unos minutos.
—¿Pero? —cuestiono y apuesto a que estaba frunciendo el ceño.
—Creo que me estoy enamorando de ella— comenté mirando el piso. Tomé la nota de los chocolates y vi que tenía labial en la parte de enfrente y decía "Para Asher Truswell" supuse que el servicio lo había traído hasta acá.
—¿Y porque no se lo dices? —cuestiono mi madre confundida, claro en su época no había tantos enredos, eso creo.
—Porque no quiere nada serio, además, ambos perderemos nuestros trabajos si esto escala a más— comenté abrí la tarjeta por completo.
"Para que te endulces la vida, hoy lucías muy antipático"
Atte. Cathrina y Chiara Bowel (Las hermanas de Magnus).
—Carajo— me quejé en voz alta—Mierda, me va a matar, Chloe me va a matar mamá, te invito a mi funeral— escuché una carcajada por su parte y entrecerré los ojos.
—¿Qué paso? —cuestiono con un tono burlón. Esa mujer se divertía con mi pánico.
—Había unos chocolates en mi habitación y supuse que Chloe los mando, ya que otras veces ha hecho los mismo y le mandé un mensaje agradeciéndole, pero cuando vi la nota me di cuenta que fueron sus hermanastras las que lo mandaron—
Escuche como contuvo las ganas de reír queriéndose burlar de mí.
—¿Llevo galletas de chocolate o de manzana? —interrogó con su tono burlón.
—De chocolate por favor— pedí. Escuche como se rio y antes de que siguiera los golpes a la puerta nuevamente interrumpieron el momento. Solté un suspiro cansado.
—Tocan la puerta, me tengo que ir, te amo—
—Te amo, Ashie, suerte mañana pequeño campeón— sonreí levemente y respondí con un gracias antes de colgar la llamada. Me levanté de la cama y fui a abrir la puerta.
Chloe estaba detrás de la puerta y me hice a un lado para que pasaba.
—No puedo dormir y pensé en venir a invadir tu habitación— comentó tranquila.
—¿No viniste por el mensaje? —cuestione y ella frunció el ceño. Saco su teléfono y me maldije internamente. Alzo ambas cejas al leerlo.
—Yo no te mande chocolates— respondió con el ceño fruncido y asentí.
—Lo sé, lo descubrí cuando vi la tarjeta— Chloe me paso por un lado y se acercó a la cama sentándose en el bordo. Vio la tarjeta e inmediatamente hizo un mohín. Lanzó la tarjeta a un lado y se acomodó en la cama.
—¿Puedo comerlos? — me sorprendió un poco la pregunta, aun así, asentí. De todas formas, yo no iba a comerlos.
Me acomodé a su lado en la cama.
—Malditas arpías, su padre es el dueño de este hotel— pauso mientras abría uno de los chocolates, se acurruco a mi costado —Deberían de buscarse a su propio piloto, hay tantos solteros, que dejen al mío en paz— sonreí al escucharla hablar.
Mío. Suyo. Mierda que bien se escuchaba.
—¿Tú piloto? — voltee a verla. Sus mejillas se enrojecieron al darse cuenta de lo que dijo. Sonreí al ver lo tierna que se veía.
—Sí, cállate— respondió y siguió comiendo de los chocolates. Sonreí levemente y me acomodé a su lado para poder dormir.
—Hasta mañana, Sunshine—
—Hasta mañana, McQueen— y con eso minutos después había caído rendido.
≫≫≫≫≫≫ ✧ ≫≫≫≫≫≫
Domingo
El calor que envolvía mi cuerpo era fatal, en breves momentos levantaba un poco la visera de mi casco para que un poco de aire entrara en mi casco, luego volví a ponerla en su lugar, ya que esto no era nada recomendable, era incluso peligroso.
Mi cuerpo estaba demasiado cansado, mis ojos luchaban por cerrarse y todo dentro de mi estaba jugándome mal, las ganas de vomitar solo se intensificaban a cada segundo que pasaba.
No obstante, solo faltaban cuatro vueltas para finalizar la carrera, solo necesitaba cuatro vueltas y podría bajar del auto y así coronarme como campeón del mundo esta temporada. Solo unos segundos más y todo estaría bien.
Al llegar a la última curva todo se volvió oscuro.
Segundos después abrí los ojos, reaccione al momento y acelere. Me sentí en el limbo por unos segundos, sin saber qué es lo que había pasado.
—Asher, Asher, responde— tome una corta respiración.
—Aquí estoy, ¿Qué paso? —cuestione mirando al frente, mi cuerpo estaba demasiado tenso y cansado, la desesperación consumía mi cuerpo.
—Cox esta un segundo detrás de ti— pauso mi ingeniero. —Te desmayaste por unos segundos, pero todo bien— respondí con un simple "okey".
La adrenalina comenzó a calmar las ganas de vomitar por unos leves momentos. Esta comenzó a correr por mis venas inmediatamente, a lo lejos vi la bandera a cuadros.
—¡Asher Truswell ha cruzado la línea de meta! —solté un grito eufórico mientras disminuía la velocidad del monoplaza para alcanzar a tomar la bandera que mi equipo sostenía desde la línea de pits.
Alcancé la bandera alemana que me brindaron, claro, la bandera del equipo hasta el gran premio de Austin es donde podré sacar mi bandera.
—¡Asher Truswell acaba de coronarse como heptacampeón mundial! — todos vitoreaban mi nombre mientras yo llegaba a la zona de podio.
—Felicidades Asher, lo mereces— escuche a Albert por la radio, todos en el equipo estaban eufóricos, mucho más yo.
Todo mundo gritaba mi nombre.
Deje el monoplaza en la plataforma que había preparada para mi primer lugar. Baje del auto destrozado, apenas y podía mantenerme en pie. Sentí como alguien me sostuvo cuando mis piernas flaquearon. Era Albert. La adrenalina disminuyo lentamente.
El sabor amargo subió por mi garganta causándome arcadas.
—Necesito vomitar— murmuré e inmediatamente me guio entre toda la gente hasta llevarme al baño donde me acompaño hasta la entrada. Entre y lancé el casco de lado junto con la balaclava y comencé a vaciar mi estómago. Segundos después lave mi boca y mi rostro listo para salir y recibir mi trofeo.
—¿Cómo te sientes? —cuestiono Albert al verme salir. Me encogí de hombros restándole importancia.
—Nada mal para coronarme como campeón este fin de semana— murmuré. Soltó una carcajada y ambos salimos del Paddock. Afuera los aplausos y gritos no faltaron. Mi nombre no salía de sus bocas, el ambiente nocturno solo lo hacía mejor. Había pancartas con mi nombre, usaban mis camisas y algunos vitoreaban "Rayo McQueen" lo cual era gracioso.
Me acerqué con mi equipo los cuales me felicitaron y abrazaron.
Luego de eso tuve que ir al Cold room a la espera de subir al podio. Estaba emocionado en este momento, no obstante, el cansancio comenzaba a afectarme.
Entre y tome la botella de agua, ahí dentro ya estaba Charlie y Magnus. Limpie el sudor de mi rostro y tome la gorra Pirelli para ponérmela.
Pasaron los minutos, repetían toda la carrera en la pantalla. Y después pasaron el momento exacto en el que me desvanecí.
Es tan claro como mi cabeza pasa de estar tan rígida a irse de lado, segundos después se ve como levantó la cabeza nuevamente y me pongo en marcha.
—Wow, ¿Qué paso ahí? —Charlie pareció sorprendido al ver tal escena que paso en unos cuantos segundos, ni siquiera minutos, ni segundos, fueron décimas de segundo.
Me encogí de hombros.
—Solo paso— le reste importancia. Minutos después comenzaron a llamarnos. Primero a Magnus, luego a Charlie y por ultimo a mí.
Subí al podio con una sonrisa triunfante, me dieron mi medalla y mi trofeo después de escuchar el himno estadounidense y austriaco. Tengo que admitir que ver a tanta gente estar orgullosa de mí era uno de los sentimientos más reales que he sentido en toda mi vida, no solo de los más reales, sino que también me sentía la euforia y adrenalina corriendo por mis venas como si fueran parte de mi sangre.
Todo parecía perfecto esa noche.
Finalmente procedimos a batir el champagne y abrirlo para rociarnos de él. Dios juro que escuchar que soy el campeón me acelera el corazón como la primera vez que escuche eso.
—Señoras y señores así es como termina el tan esperado Gran premio de Singapur, con el seis veces campeón del mundo Asher Truswell coronándose como heptacampeón del mundo— unas cuantas tomas de fotografías más y nos dejaron ir a las entrevistas.
Di unas cuantas entrevistas hablando sobre cómo se sentía el campeonato, lo complicada que fue la carrera y claro todos los periodistas preguntaban cómo es que me había desmayado al final de la carrera. Tomamos fotografías del equipo celebrando y todo se dio concluido.
Luego de varias entrevistas por fin se terminaron y tuve que ir a mi driver room para ponerme ropa cómoda. Entre en las penumbras y busque la lámpara que había. Cuando la luz estuvo encendida casi pegué un grito.
—¿Sabes cuánto te odio? Pudiste haberme dado un infarto— Chloe rodo los ojos y se levantó. Llevaba un vestido de noche color negro y su cabello suelto.
Lucía hermosa.
—Cállate— sonrió y se acercó hasta pararse frente a mí. —Felicidades, McQueen, vamos a cenar y luego pasaremos a una segunda celebración— sonrió con malicia. Mi corazón se aceleró como si aún estuviera dentro del monoplaza.
—Primero dame un beso— pedí. No borro su sonrisa y me dio un pico, apenas rozo sus labios con los míos.
—Ya apresúrate, te deje un cambio de ropa en la cama— alce ambas cejas. Rodó los ojos y se preparó para salir del driver room.
—Te espero en tu auto, yo manejo— asentí. Y le di un corto beso en la mejilla. Termino de salir y me dejo solo. Me apresure a ponerme ropa limpia.
Cuando por fin termine salí del driver room y me dirigí al estacionamiento.
Me acerqué al auto y entre por el lado del copiloto. Chloe no dijo nada, simplemente comenzó a conducir por las calles completamente abarrotadas de autos que iban y venían en distintas direcciones. Conforme Chloe manejaba más nos alejábamos de la ciudad.
—¿A dónde me llevas? ¿Me vas a secuestrar? —cuestione con burla mientras volteaba a verla. Ella me miró de reojo y sonrió son diversión.
—Oh claro que sí, luego te venderé a los chinos y me haré rica con lo que me paguen— no pude evitar soltar una carcajada ante ese sarcasmo. Minutos después entro en un estacionamiento casi oscuro.
—Muy bien, baja y ten, yo te ayudare— me tendió una venda y fruncí el ceño, antes de que pudiera protestar hablo otra vez —Solo obedece, Ash— solté un bufido e hice lo que pidió, cuando estuve fuera del auto me puse la venda en los ojos y la espere.
Sentí cuando su mano envolvió la mía y no mentiré, me sentí un poco vulnerable al no tener visión alguna de donde estaba. Empezamos a caminar con lentitud, Chloe me guiaba perfectamente. Escuche el sonido del elevador. Minutos después supuse que entramos en él. Pasamos unos minutos en el elevador, los cuales me parecieron una eternidad.
Cuando escuché que las puertas del elevador se abrieron me di Chloe me guio hacía afuera.
El aire no tan fresco nos recibió.
—Bien te quitare la venda— informo y soltó mi mano. Escuche sus tacones repicar contra el suelo. Levemente sentí sus dedos rozar mi cabello mientras desataba el nudo de la venda. Quito la venda de los ojos y en ese momento los abrí.
Las palabras se atascaron en mi garganta. Chloe se posó a mi lado. Ni siquiera recordaba cómo hablar.
Todo estaba decorado con globos rojos y dorados e incluso había un letrero que ponía.
Felicidades McQueen, Eres campeón, otra vez.
También había una mesa con velas encendidas y flores azules.
Mierda.
Todo dentro de mí se descontrolo y mis ojos casi se cristalizaron.
—Ven déjame besarte, Sunshine— le dije. Ella me dio una linda sonrisa y se acercó a mí. Enredo sus brazos en mi cuello y pego su cuerpo al mío. Nuestros labios se unieron en sincronía de una forma pausada y lenta como si tuviéramos todo el tiempo del mundo hasta que unos segundos después desliza sus palmas por mi pecho.
—Ya para, tenemos que cenar— murmuró. Le un leve asentimiento y tomo mi mano para guiarme a la mesa. Su pequeña mano envolviendo a la mía. Me guio hasta la mesa y no perdí tiempo en ver su culo.
Mi pulso resonaba en mis orejas y agradecí que estuviéramos casi en penumbras, ya el calor subió a mi rostro. Todo esto era demasiado bueno para ser cierto.
—No sabes cuánto me encanta como te quedan los vestidos— murmuré. Ella me miró por encima de su hombro con una sonrisa maliciosa.
—Tal vez puedas quitármelo después de la cena— comentó alzando los hombros desenfadadamente. Mordí mi labio inferior.
Aleje una silla para ella y tomo asiento. Antes de que pudiera ir al otro lado ella me tomo de la mano.
—Sabes que no me gusta sentarme frente a ti— comentó mirándome con ojos de borrego a medio morir. Asentí recordándolo y me senté a su lado, ella puso su brazo sobre mi pierna. Antes de que pudiera preguntar algo llegaron dos meseros con charolas con comida. Ella me miro mientras dejaban la comida en la mesa.
Cuando ellos por fin se van dejando todo en su lugar. Iba a hablar cuando ella se me adelanto. Me dio una sonrisa como el gato de Cheshire.
—Les pagué lo bastante bien para que no hablen de esto— comenté tranquila. Asentí sintiéndome más tranquilo.
La cena era algo que no conocía, parecía pasta de algún tipo, pero sin duda nunca la había visto o comido.
—¿Qué es? —interrogué con curiosidad mientras picaba la comida con el tenedor. Antes de probar tomé la copa de vino y le di un trago.
—Spätzle—su voz cambió un poco al mencionar el nombre de la comida, se hizo un poco más grave y sexi —Es una versión de macarrones con queso, con un toque italiano, pero es típica comida alemana— comentó tranquila y comenzó a comer. Copeé su acción y empecé a comer.
La mezcla de diferentes sabores se mezcló mientras masticaba y el buen sabor comenzaba a surgir. Emití un sonido de satisfacción y Chloe sonrió. Le dio un trago a su copa de vino y cuando termino beso mi mejilla con rapidez. Terminé de masticar y le di un sorbo a mi vino.
—Esta deliciosa— comenté totalmente satisfecho con el sabor de la comida.
—Qué bueno que te guste, yo la prepare— alce ambas cejas sorprendido ante esa declaración, no podía imaginarme a Chloe cocinando.
—Necesito ver eso alguna vez en mi vida— murmuré mientras daba otro bocado.
Mi teléfono sonó en mi bolsillo y lo saque murmurando una disculpa. Era Albert.
—Hola— conteste y puse el altavoz para que Chloe escuchara.
—Asher estamos esperándote— grito para que la música no opacara su voz. Chloe y yo nos miramos.
—Ah... si sobre eso, creo que no podré ir, me siento algo enfermo— mentí mientras le daba un trago a mi copa.
—Vamos muchacho, estamos festejando por ti, por lo menos una hora— repuso con el mismo tono de voz que antes. Chloe me dio un asentimiento y presiono el silencio en la llamada.
—Dile que sí, luego podremos follar toda la noche—
—Bien— murmuré. Quite el silencio.
—Si llego como en una hora— respondí tranquilo. No alcance a escuchar la afirmación de su parte y luego me colgó.
—Será raro si el festejado no va a su festejo— asentí levemente. No me agradaba mucho el hecho de no poder festejar juntos como quisiera.
—Lo sé— murmuré. Pique la comida y continúe comiendo. Por unos cuantos minutos hubo silencio entre nosotros hasta que ella decidió romperlo. Paso su brazo por mis hombros y se acercó para besar mi mejilla con suavidad.
—Yo también quisiera no tener que escondernos— murmuró tomando una de mis manos entre la suya. Gire un poco la cabeza para mirarla. Realmente parecía sincera. Deje un casto beso en su frente.
Me dio una leve sonrisa y continuamos comiendo mientras charlábamos de cosas al azar.
—Las fresas son mis favoritas y mi circuito favorito es Abu Dabi— comento mientras comíamos el postre. Asentí levemente.
—Fresas con crema— murmuré—son deliciosas— ella asintió al mismo tiempo que yo.
—¿Qué lugar te gustaría conocer? —interrogó curiosa.
—Bali— ella asintió un poco asombrada por mi respuesta, pero continuamos haciéndonos preguntas mutuamente.
Media hora después terminamos, decidimos irnos juntos a la fiesta, solo que yo entraría primero para no levantar sospechas según ella.
—Magnus estará ahí porque también celebran su subcampeonato, así que posiblemente Beth y sus hijas estén ahí, no dejes que esas arpías te toquen— asentí mientras aparcaba. La fiesta era en una playa y aun teníamos que caminar un poco para llegar.
—Ten por seguro que no lo harán— comenté tranquilo. Ella sonrió y me dio un corto beso en los labios antes de bajar del auto. Agradecí a la escasa iluminación y antes de avanzar demasiado. Regresé al auto y abrí la puerta del copiloto.
—Cambié de opinión, esta oscuro y desierto, ven vamos, puedes llegar primero tú y luego yo—Chloe me miró, pero no dudo mucho en asentir. Salió del auto.
Ambos caminamos en silencio por la arena de la playa. Cruzamos el puente colgante. Como quedamos, primero llegó ella, yo espere unos cuantos minutos en el puente para acercarme.
Cuando por fin me acerqué la música resonaba en todos lados. Las tonadas de música electrónica eran tan claras.
Al llegar todas las miradas se posaron en mí, patrocinadores, algunos fans del Paddock y parte del equipo se acercó a felicitarme. En menos de quince minutos ya había sido felicitado por medio Paddock.
Pasaron unos segundos y me encontré con la otra mitad de mi equipo, incluso parte de los ingenieros del equipo de Magnus me felicitaron. Cuando llegué al pequeño círculo donde se encontraba Albert, Susan y algunos inversionistas más fui felicitado por todos.
En esos momentos todos hablaba de mí, me felicitaban e incluso recordaban mis malos momentos.
Pase un rato tranquilo, tome un poco de champagne y seguí recibiendo felicitaciones de gente importante e ignorante sobre el mundo de la formula uno. Había algunas personas bailando en una pista improvisada.
Minutos después visualicé a dos chicas acercándose a mí y solté una maldición al reconocer quienes eran. Ambas llegaron a mí y se posaron frente a mí. La diferencia de altura era obvia entre ellas y yo era bastante obvia.
—¡Felicidades! Supongo que estas muy emocionado de saber que serás campeón este año— asentí levemente, ni siquiera sabía cuál de esas chicas era cual. Tampoco me interesaba.
—Gracias— respondí tranquilo. Una de ellas se acercó un poco más e intento poner la palma de su mano en mi abdomen, pero mis reflejos son casi perfectos y me moví antes de que me tocara.
—Pensamos que tal vez podríamos salir no sé alguna vez—fruncí el ceño y negué con la cabeza.
—Oigan no, esto es un claro no, no me interesa salir con ustedes, a decir verdad, ni siquiera se quien son— respondí y pasé por su lado caminando en la dirección de la mesa de bebidas. Estando ahí tome una copa de champagne.
Alguien llegó a mi lado.
—¿Nos vamos ya? Ya paso la hora que prometí venir—le dije a Chloe girándome a verla. Me dio una sonrisa y asintió. Me despedí de algunas personas y parte del equipo y me encontré con Chloe en el puente colgante.
Estando ahí Chloe me tomo de la mano. El aire fresco no estaba tan frío como esperábamos, simplemente caminamos bajo la escasa luz de las estrellas que por supuesto estaba opacada por las luces de la ciudad.
Media hora después de ya estábamos en el hotel, en el cual estábamos sin nadie del equipo que pudiera vernos, bueno, claro tuvimos que entrar por separado porque claramente llegamos a la recepción y estaba abarrotada de personas.
Nos encontramos en el elevador cinco minutos después, gracias a que algunos fans estaban en la recepción y me pidieron algunas fotografías y autógrafos.
—Por fin señor impuntual— murmuró Chloe presionando el botón del elevador.
—Ve y culpa a los fans que me detuvieron en la recepción— respondí mientras entrabamos en el elevador.
—A veces olvido que eres famoso— comentó tranquila mientras sacaba su teléfono.
Se acercó a mí.
—Hay que tomarnos una foto, no tenemos muchas— comentó. Asentí levemente y envolví mis brazos en sus hombros y la pegué a mí. Sonrió levemente y tomo algunas fotos. Cuando las puertas del elevador se abrieron ambos salimos y nos dirigimos a mi habitación.
Entramos en absoluto silencio, dentro había todo un desastre gracias a hoy en la mañana que no encontraba el pantalón que usaría. Antes de todo quite la ropa de la cama y saque una caja de mi maleta.
Se la tendí a Chloe, quien me miró con una leve sonrisa curiosa.
—Ábrela— estaba claro que es lo que era, ya que el nombre grabado en la parte delantera de la caja lo decía todo.
Abrió la caja y la miró por unos segundos, luego levanto la mirada encontrándose conmigo. Saco el brazalete con absoluto cuidado y lo miro detalladamente.
—Meine Sonnenschein—(Mi sunshine). Se levantó de la cama y se abalanzó contra mí. Enredo sus brazos en mi cuello.
—Es hermosa, muchas gracias, Ash— murmuró. Bese su frente con cariño y acaricie su cabello.
—Mereces todo lo que pueda darte— murmuré —O todo lo que quieras— sonrió con malicia y me beso con vehemencia, dejo la pulsera sobre la cama y enredo sus piernas en mi torso.
—Te deseo a ti— murmuró entre mis labios mientras despeinaba mi cabello.
—Eso es fácil de resolver— comenté separándome un poco de ella.
Desenredo sus piernas de mi torso y la baje. Sus manos ansiosas recorrieron mi pecho, comenzando a desabotonar mi camisa pausando en leves momentos. Sus labios chocaron con los míos nuevamente en una mezcla de deseo y desesperación, demasiado apropiado para este momento. Mis manos ascendieron por sus muslos desnudos hasta llegar al bordo de su vestido y subirlo lentamente, rozando las yemas de mis dedos sobre su suave piel.
Soltó un suspiro alejando su rostro al mío.
Mierda, yo le daría el mundo si me lo pidiese, de eso estoy seguro.
—Te voy a follar con los tacones— informe mientras buscaba la cremallera de su vestido.
Ella sonrió con suficiencia.
—Asher— me llamo haciendo que dejara de mover mis manos.
—¿Huh? —
—Te necesito entre mis piernas. Ahora. —pidió. Asentí y le di un corto beso con la desesperación y el deseo emanando de mis poros.
—Acuéstate en la cama— le ordene. Ella obedeció totalmente, pero antes de subir a la cama se sacó las bragas y bajó su vestido de enfrente dejándome ver sus preciosas tetas.
Terminé de sacarme la camisa y me acerqué hasta el bordo de la cama.
—Todo mi cuerpo necesita atención, Asher— sonrió con malicia mientras acariciaba sus tetas. Gruñí levemente y sentí como mi polla se endureció más. Antes de que pudiera comenzar a tocarla me detuvo con una de sus piernas poniéndolas en mi pecho. —No, aun no— sonrió y se apoyó en uno de sus codos.
La palma de su mano descendió lentamente hasta llegar a su coño. Comenzó a tocarse suavemente al principio y no me quedó otra opción más que mirar, sintiendo como mi polla se endurecía más con ese acto.
Pasea sus dedos por sus pliegues y puedo notar lo mojada que esta. Sus movimientos son lentos, casi hipnóticos y me están volviendo loco.
—Por favor ya déjame tocarte o follarte, preciosa— pedí sintiendo la desesperación invadir mi cuerpo. Quería tocarla, marcarla y dejarle saber que era Mía, que había nacido para estar conmigo.
Una sonrisa maliciosa asomo en sus labios.
—¿Estas ansioso por follarme, McQueen? —interrogó con cierta diversión en su tono mientras seguía tocándose.
—Joder, claro que si— respondí. —querías que fuera tuyo, querías mi atención y aquí me tienes, desesperado y rogando para que me dejes comerte el coño, preciosa— respondí. Ella sonrió con suficiencia y dejo de tocarse. Se sentó en el bordo de la cama y extendió sus brazos en una clara invitación.
La bese con ansías mientras recorría su cuerpo con mis manos. Sus labios tenían un leve sabor a champagne. Me separe de ella por la falta de aire. Me hinque frente a ella y tome la parte trasera de sus rodillas atrayéndola al bordo de la cama.
Abrió sus piernas para mí y sin que tuviera que pedírselo las puso sobre mis hombros y se dejó caer sobre la cama.
Comencé rozando mis labios con la cara interna de sus muslos, siguiendo con dejar castos besos hasta llegar a su coño. Lamí lentamente sus pliegues y no me sorprendió lo mojada que ya estaba.
Soltó un jadeo a inevitablemente sus piernas se movieron sobre mis hombros como acto de reflejo. Con una de mis manos abrí sus pliegues y comencé a chupar y lamer ese punto sensible, ganándome gemidos intensos por parte de ella. Lleve mis dedos a su entrada, los cuales resbalaron fácilmente por su coño.
—Asher— gimió apretando sus piernas. Sonreí para mis adentros al escucharla tan extasiada. Con mi mano libre le di un apretón en la cintura.
Aumente la velocidad de mis dedos y de mi lengua, causando un vaivén excitante. Sus piernas se tensaron y sentí como se contrajo contra mis dedos. Siento como tira levemente de mi cabello, empujándome más a ella. Arquea la espalda cada que repito la acción. Mi boca juega ansiosamente con su clítoris, mientras que mis dedos entran y salen tocando los lugares correctos.
—Quiero que te vengas en mi boca, preciosa— le dije mientras me alejaba solo unos cuantos milímetros. No obtuve respuesta. —¿Escuchaste? —cuestione ralentizando mis dedos.
—Joder si, sigues así— murmuró entre gemidos. Cuando mi boca comienza a jugar nuevamente con su clítoris es cuando siento como se tensa por completo y aprieta sus piernas. El orgasmo la atraviesa mientras sigo disfrutando de ella. Sus piernas tiemblan sobre mis hombros y escucho como gime mi nombre haciendo que mi polla palpite.
Sentía como en algunos momentos sus tacones rasguñaban mi espalda.
—Dios— gime y me alejo de ella. Veo como su pecho sube y baja con rapidez mientras y veo como intenta recomponerse. Me hace una señal con la mano para que me acerqué a ella y obedezco posicionándome. Ella toma mi rostro entre sus manos y me besa con desesperación. Nos separamos por falta de aire y en un rápido movimiento se posiciona sobre mí y busca el botón de mi pantalón.
—¿Me vas a follar? —le cuestione. Ella sonrió y mordió sus labios.
—Hoy quiero ser una vaquera sexi— sonreí ante sus palabras. Me levante un poco y baje mis pantalones junto con mi bóxer.
—Mierda no tengo condones— murmuré dándome un golpe mental. Ella asintió.
—Me estoy cuidando— pauso— puedes terminar en mis tetas— murmuró y tomo mi rostro entre sus manos para besarme.
—Okey— murmuré entre sus labios mientras ella tomaba mi polla posicionándola en su entrada. Solté un gemido al sentir como ella bajaba lentamente. Ella también gimió mientras se sostenía de mis hombros.
Mierda se sentía tan bien y la forma en la que me envolvía me volvía loco. Pasaron unos segundos hasta que se acostumbró a esta nueva sensación y comenzó a moverse en círculos, lenta y pausadamente.
Nuestras respiraciones pesadas envolvían en ambiente y tener su rostro cerca del mío me ponía fácil la tarea de dejar castos besos en sus labios.
Comenzó a moverse lentamente arriba y abajo, intercalando con movimientos circulares. Solté un gemido mientras sus movimientos iban aumentando, la forma en la que ella sola intentaba llenarse con mi polla.
—Te vez tan bien así— murmuré tomándola de las caderas, ayudando a hacer los movimientos más bruscos y rápidos. Ella soltó un gemido y echo la cabeza hacía atrás. Lleve una de mis manos a su clítoris comenzando a estimularlo. Gimió con fuerza al sentir mi mano en su clítoris.
Sentí como se contrajo contra mi polla y sus piernas se apretaron a mi alrededor. Comencé a estimular más su clítoris mientras las embestidas de volvían más rápidas.
—Mierda, así— jadeo. Su voz hace que mi polla se tense y palpite dentro de ella. Nuestro ritmo perezoso continua mientras sigo masturbando su clítoris. Ella gime mi nombre con fuerza, siento como se contrae contra mí mientras sigo golpeando todos los lugares adecuados para hacerla llegar.
Me termino levantando de la cama con ella enredando sus piernas en mi cintura. La tomó de las caderas y acelero los movimientos. Acaricia mi cuello y parte de mi cabello.
Chloe explota a mi alrededor mojando mi polla con sus fluidos y ambos gemimos.
—No, no pares— gimió —Un momento más— pidió con la voz entrecortada y asentí.
—Baja las piernas y gírate— le ordene. Ella desenredo sus piernas de mi cintura y salí de ella fácilmente.
—Me están temblando las piernas— murmuro sosteniéndose de mí.
—Yo te voy a sostener— ella asintió y se giró quedando de cara contra la pared. Entre lentamente en ella y comencé a embestirla con fuerza mientras ella gemía. Bese su cuello hasta llegar a su hombro.
—Dios, Asher, si así— gimió. Azote su culo uno segundos después. Ella ahogo un gemido y alzo el culo un poco más.
Sus pechos rebotaban con cada embestida.
—Mierda, necesito...— sus palabras se quedaron atascadas en su garganta con la siguiente embestida.
—¿Qué necesitas, Preciosa? —interrogué embistiéndola.
—Correrme— murmuró.
—Hazlo— hice a un lado su cabello y besé su cuello—Anda córrete en mi polla— gruñí. Ella gimió nuevamente mientras su coño estrangulaba mi polla y se liberaba mojando mi polla nuevamente. Se quedó quieta mientras salía de ella. Recargo todo su peso sobre mi cuerpo. Estaba temblorosa y cansada. Su pecho subía y bajaba.
—Dios que bien se siente esto— murmuró. Acaricie su abdomen y bese su cuello. Ella se giró entre mis brazos y me dio un suave beso. Deslizo sus labios por mi mandíbula. Hasta llegar a mi mandíbula y luego a mi abdomen.
Se hinco frente a mí quedando de rodillas. Tomo mi polla entre sus manos y comenzó a mover su mano de arriba abajo por todo mi falo. Beso el glande y comenzó a repartir besos por toda mi longitud.
Gemí levemente y dejé caer la cabeza hacía atrás. siento como se lleva mi polla a la boca, la calidez y humedad me recibe de forma abrazadora. Toma mi mano y la lleva a su cabello. Baje la mirada encontrándome con la suya, me miraba a través de sus pestañas.
Tome su cabello en puño y soltó un leve gemido que hizo que sintiera las vibraciones en mi polla. Cada vez embestía su boca más rápido, su saliva mojaba mi polla mientras ella acariciaba sus tetas.
Siento el cosquilleo en mi espalda baja y la tensión de placer se expande por mi cuerpo mientras ella sigue con sus movimientos y me miro a través de sus pestañas. Me retire de su boca y ella tomo mi polla entre sus manos nuevamente y comenzó con un vaivén. Me estremecí levemente y por fin obtuve mi orgasmo. Mi semen se esparció por sus pechos. Ambos gemimos.
Le ayude a levantarse.
Bajo la mirada a las gotas que resbalaban por sus pezones. Las recogió con los dedos y las llevó a su boca, lamió sus dedos y me miró directamente a los ojos.
—Joder apenas terminamos y ya me calentaste otra vez— murmuré y ella copeo la misma acción que antes. Mierda.
Rodee su garganta con mis dedos, una pequeña sonrisa adorna sus labios y me inclino para besarla. Su lengua juega con la mía y siento sus manos envolverse en mi cuello.
Un leve gemido se escapa de sus labios y sonrió.
≫≫≫≫≫≫ ✧ ≫≫≫≫≫≫
Chloe
Me levante de la cama lentamente. Asher estaba dormido. Tome una respiración profunda. Por mi mente no dejaba reproducirse lo que había pasado hace unas horas, no obstante, había algo que me dejaba tranquila, me sentía diferente, sentía que algo más que solo la calentura de querer acostarme con Asher.
Necesitaba más, más de él y me daba miedo lo que pudiera pasar después.
No quería terminar como otras mujeres, no quería que me abandonara, temía eso.
Me vestí rápidamente y me dediqué recoger mis cosas. Tome mi bolso y mi teléfono. Sentí una opresión en el pecho al darme cuenta que esta sería la última noche que pasaría con Asher.
Me levanté y comencé a caminar en silencio. Antes de llegar a la puerta me tropecé con algo. Solté una maldición. Tome mi tobillo.
—¿Chloe? —escuche a Asher adormilado. Sentí una opresión en el pecho al escucharlo. La luz se encendió y me gire para encararlo. Un nudo subió a mi garganta. No quería irme, quería quedarme y seguir durmiendo abrazada a su cuerpo, pero tenía que hacerlo antes de que alguno de los dos saliera lastimado. No quería ser yo.
—¿Qué pasa, Chloe? —cuestiono sentándose en la cama. Solté un suspiro y me prepare para decírselo, nunca he sido una cobarde y no lo seré ahora.
—Me voy —Asher pareció no comprender la forma en la que lo dije, ya que se dejó caer en la cama nuevamente.
—¿No puedes quedarte? Falta mucho para que los vuelos salgan— murmuró intentando acomodarse sobre la cama, dejando un espacio para mí. nuevamente esa punzada de culpabilidad me envolvió por completo.
—No, Asher, yo me voy— pause mientras él se levantaba de la cama para mirarme confundido.
—¿Te vas? —alzo una de sus cejas oscuras, el sueño parecía afectar su razonamiento.
—Asher, esto lo que hay entre nosotros tiene que terminar, ahora— se quedó en silenció y luego me miró lo bastante confundido. Se levantó de la cama y me sentí pequeña.
—¿Por qué? —fue lo primero que salió de sus labios. negué con la cabeza y tomé una profunda respiración.
—No podemos seguir, en unos meses termina la temporada y ciertamente no es lo mejor— comenté tranquilo, lo más tranquila que podía estar en estos momentos. Ni siquiera sé qué hora era.
—Podemos arreglarlo— mascullo evitando mi mirada. Tragué duro.
—No, no podemos Asher, esto solo era sexo, pero ya termino— antes de que dijera algo me apresure a salir de la habitación de Asher y lo deje con las palabras en la boca. Me apresuré a llegar a mi habitación, donde fui a tumbarme directamente a mi cama.
Mi corazón dolía demasiado, no obstante, evitaría algo peor en un futuro.
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