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Capítulo 10

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Mogyoród

Asher

Chloe y yo no hablamos luego de despertar abrazados, simplemente cada quien hizo lo suyo, yo me largué a mi habitación en cuanto abrí los ojos y ella se escondió en el baño hasta que me fui.

No supe en qué momento de la noche terminé abrazando a Chloe, tampoco me entere cuando ella termino enredando sus piernas entre las mías. No me gustaba para nada la idea de haber dormido con Chloe de esa forma tan... ¿romántica? Pero cierta parte de mí añoro esa sensación y quería guardarla por siempre.

Pero quería borrar esa sensación de mi cuerpo y de mis entrañas, porque no estaba bien sentir eso aun así no podía hacerlo. Esperaba que fuera un problema de salud lo que sentía en mi pecho y amor, sí, definitivamente si necesitaba ir al médico.

—Cuando te pida que te quedes no lo hagas, solo ignórame, estaba borracha—soltó Chloe caminando de un lado a otro en la sala. Solté un suspiro. Dios mío me iba a rogar y ahora viene a decirme esto. Rodé los ojos. Miré como la molestia irradiaba de sus poros, me recordó un poco a Susan Storm en Fantastic Four cuando intercambia poderes con Johnny no sé por qué.

Por dios, la próxima vez iba a dejarla sola en su habitación.

—Si bueno, no digas que me vas a rogar y no me quedaré— respondí tranquilamente, como que si no me molestaba su actitud de niña pequeña. Ella me miró llena de frustración. Le di media sonrisa, una sonrisa cínica. Me fulmino con la mirada.

—No me hagas caso, es complicado Asher. Estaba tan ebria que ni siquiera recordaba donde estaba Ali— murmuró aun caminando de un lado a otro, comenzaba a desesperarme verla caminar de allá para acá. Nuevamente rodé los ojos, por dios ya me estaba cansando de este sermón innecesario.

—Hay que alejarnos, no está bien— respondí mientras estiraba mis piernas. Ella asintió dándome la razón por primera vez en la vida, algo sorprendente, ya que para todo necesitaba darme la contraria.

Soltó un suspiro.

La miré por unos segundos más. Vi como la camisa de WR se ajustaba a su pequeña cintura gracias al nudo que llevaba enfrente. Y sus pantalones de vestir también se ajustaban perfectamente a su cadera bajando por sus piernas. Maldita sea le quedaba tan bien ese tipo de ropa, al igual que los vestidos que suele usar. En realidad, todo le queda bien.

—Deja de mirarme, no haces fácil la tarea— murmuró tranquila, miro sus largas uñas pintadas de color verde brillante.

Mi mente divago a cómo sería tener sus manos sobre mi espalda mientras arremeto contra ella.

Ay dios, ya basta.

Me repetí unas cuantas veces que no estaba bien y tuve que imaginar algo más para sacármela de la cabeza por un momento.

—Tú tampoco— le respondí tranquilamente. Ella soltó un gruñido frustrado. Claro, ambos estamos frustrados, pero no podemos quitarnos esa frustración.

—Ay, tu eres hombre— hizo un gesto con la mano y fruncí ambas cejas. ¿Acaso eso fue un insulto? Porque sonó como uno.

—¿Crees que no es fácil? —cuestione cruzándome de brazos. Su postura se relajó un poco irguió la espalda y una sonrisa burlona cubrió sus labios como que si hubiera acabado de descubrir algo.

—Te mueres por follarme ¿Cierto? —no pude evitar sonreírle como el gato de Cheshire. Claro que lo ya se había dado cuenta. Relamí mis labios y asentí.

—Por supuesto que sí, sunshine—

Si hubiéramos estado en una película romántica en este momento nos lanzaríamos el uno al otro para comenzar a besarnos como dos locos desesperados. Pues muy alejados de la realidad no estaban esas estúpidas películas, si moría de ganas por hacer eso, sin embargo, por algo existen las reglas y ser descubiertos por Magnus mientras entraba para grabar el video de esta semana no era buena idea sin duda alguna, así que la conversación quedó hasta ahí, segundos después como pensé, entro Magnus con su teléfono en la mano.

Cierta vibra rara rondaba en el ambiente con los tres juntos, entre el desprecio reciproco de Magnus hacía mí persona, la frustración sexual que si me lo preguntas se sentía en el aire.

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Estuve a nada de perder, la adrenalina que recorría mi cuerpo gracias a esas emociones aún me tenían algo hiperactivo. Aun así, cuando Susan me dio mi teléfono y mis cosas personales vi el mensaje de un número desconocido. Antes de leerlo me coloque el reloj digital que enseguida comenzó a marcar mi ritmo cardiaco.

Te veo en el baño en cinco minutos, en el segundo.

Miré por unos minutos el mensaje. Alce la vista encontrándome con un par de ojos azules eléctrico. Tenía su teléfono en la mano y se escurrió entre toda esa gente y desapareció en la puerta de la entrada al garaje de la FIA.

Espere los cinco minutos.

—Tengo que ir al baño, en seguida vuelvo— murmure a Susan para que no me buscara. Entre en el garaje mucho más amplio que el de las escuderías. Fui directo al segundo baño. No toque al entrar, simplemente lo hice y espere que nadie revisara las cámaras o que nadie haya visto entrar a Chloe antes que a mí.

Cerré la puerta. Pude ver a la rubia recargada en la pared.

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Chloe

—Creí que no vendrías— le sonreí mientras me recargaba en la pared. Una sonrisa socarrona cubrió sus labios.

—¿Y cómo para que me necesitas? —nuevamente esa sonrisa socarrona apareció en sus labios. Se recargo en la pared el color rojo aun cubría su rostro debido al horroroso calor que hace en el monoplaza, la marca de su casco atravesaba parte de su rostro y el sudor mojaba su cabello. Le daba un aspecto tan sexy y salvaje, solo quería pasar mis dedos por cabello ahora despeinado.

—Para eso necesito que cierres la puerta con seguro— pedí. Hace unas horas hablamos sobre esto, no obstante, dios mío necesito esto con toda mi alma un vibrador no es suficiente.

—¿Esto tiene que ver con tener una de tus piernas sobre mi hombro? —interrogó acercándose nuevamente a mí. Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando se acercó y rozó sus labios con los míos. Mi respiración se atascó en mi garganta y mis bragas se estropearon nuevamente.

Sus labios ni siquiera tocaron los míos. Descendieron a mi cuello, mi corazón se detuvo en ese momento y volvió a latir con la misma fuerza que antes, si es que no más fuerte.

—Solo tengo diez o quince minutos antes de que comiencen a buscarme— murmuró contra mi cuello mientras deslizaba sus labios hasta bajar por mis pechos, pero sin llegar a darles la atención que proclamaban. Mi sexo estaba palpitando, necesitado.

Sonreí levemente gozando como sus labios besaban mi piel sin dejar marcas.

—Es perfecto, prometo ser yo quien este de rodillas la próxima vez— sonreí y él soltó una risita que solo me hizo sonreír aún más.

Asher asintió levemente. Luego se arrodillo frente a mí. No pude evitar sonreír al ver lo sexy que lucía así, un poco vulnerable frente a mí con su uniforme. Alzó un poco la cabeza y me dio una sonrisa lobuna.

Observe como el uniforme se ajustaba a sus brazos, su cabello perfectamente despeinado y mojado por el sudor, su rostro aún tenía ese leve sonrojo ocasionado por el calor que había dentro del monoplaza. Y dios que jodido perfecto lucía Asher Truswell hincado frente a mí preparado para alzar mi vestido.

—Me alegra que te hayas puesto vestido— murmuró mientras comenzaba a subirlo lentamente por mis piernas hasta dejarlo en mi cintura. Un escalofrió me recorrió la piel, erizándomela.

Paso sus grandes palmas por mis muslos, acariciando mi piel lentamente sus labios se posaron en mi muslo derecho, sus labios me hicieron estremecer y nuevamente la palpitación en mi sexo me hizo saber lo desesperada que me encontraba.

—A mí también— murmuré dejando caer la cabeza en el azulejo. Sus labios siguieron un camino hasta llegar a mi entrepierna. Lentamente deslizo mis bragas por mis piernas, mis hombros se relajaron y sentí como el calor se expandía por mi pecho siguiendo hasta mi cuello y de ahí a mis mejillas.

Mis bragas cayeron ante mis pies, Asher alzo un poco la cabeza para observarme. Sus pupilas se habían dilatado, relamió sus labios acción que solo provoco que la humedad entre mis piernas aumentara. Tomo una de mis piernas llevándola a su hombro, me recargue por completo en el azulejo de la pared. Mi respiración se había ralentizado y una pequeña calma me surco el cuerpo.

Beso la cara interna de mis muslos hasta llegar a mi sexo. Ahogué un gemido cuando la humedad de sus labios entro en contacto con mi piel sensible. Tuve que recurrir a cubrir mi boca con mi antebrazo. Semanas sin un buen sexo oral me estaban pasado factura.

Una de sus manos se deslizo por mi trasero, me dio un leve apretón y continuo a usar su lengua. El calor se expandió por todo mi cuerpo. Asher movía su lengua con agilidad, chupaba y me disfrutaba.

Y se sentía bien joder. Bastante bien.

Reafirmo mi pierna sobre su hombro, inevitablemente lleve una de mis manos a su cabello acariciándolo y tirando un poco de él. Un gemido se amortiguo en mi brazo.

Asher comprendía como hacer feliz a una mujer con su lengua, la forma en la que lo hacía y la sensación de tenerlo entre las piernas dándome placer me enloqueció.

—¿Me vas a guiar? —cuestiono alejándose un poco. Aparte mi brazo y lo miré. El brillo de deseo resplandecía en su mirada.

—¿Me vas a dejar hacerlo? —pregunté alzando una ceja. Una sonrisa moja bragas le cubrió el rostro.

—¿Me vas a dejar guiarte cuando te folle la boca? —mi respiración se atascó en mi garganta, la idea de estar arrodillada frente a él con poca ropa y su polla en mi poca me mojo más, él lo noto cuando uno de sus dedos se deslizo dentro de mí robándome un jadeo. Su sonrisa no se borró, cambio a una satisfecha.

—Mierda, si— jadee al sentir el segundo dedo deslizarse con facilidad en mi interior. Asintió lentamente y comenzó a penetrarme con sus dedos, al principio fue lento, robándome el aliento en algunos momentos. Tome en puño su cabello sin llegar a lastimarlo.

Me dejo guiarlo al punto donde quería sentir su lengua, no se opuso, al contrario, lo hizo con gusto. Torturo mi clítoris con su lengua, mordiendo suavemente y lamiendo sin piedad alguna. Devorándome por completo, sus dedos no habían dejado de moverse dentro de mí, solo que el movimiento se hizo más rápido, más violento y más jodido excitante. Aún tenía que cubrir mi boca para que nadie del exterior nos escuchara.

Me embestía con los dedos con fuerza, sin ser tan tosco, mierda si lo estaba disfrutando.

Cada movimiento, el ruido de sus dedos entrando en contacto con mi humedad, su lengua devorándome al ritmo que yo imponía e incluso la forma en la que su mano me apretaba el trasero me incitaban a terminar de correrme.

Tome una profunda respiración.

—Ah, Asher— jadee.

El calor exploto en todo mi cuerpo. Toda frustración se liberó junto con esa corrida. Mi pecho subía y bajaba con rapidez y gracias a el brazo de Asher no me fui de frente contra el suelo, ya que mis piernas estaban temblando, cada parte de mí lo estaba.

A Asher no le importo que me corriera prácticamente en su boca. Un pequeño jadeo se escapó de sus labios, saco lentamente sus dedos de mi interior, los llevó a su boca degustando mi sabor acción que solo me endureció los pezones.

Había estado con muchos chicos desde que perdí mi virginidad, la mayoría detestaban el sexo oral hacía las mujeres y este hombre dios creo que incluso él disfruto esto.

Baje mi pierna de su hombro cuando estuve segura de que no me iría de frente, incluso me ayudo a subir mis bragas.

—Siete meses, Asher— murmuré mirando cómo se sentaba en el mármol del suelo, miró el reloj digital de su muñeca.

—¿Siete meses en los que pudimos aprovechar en sexo y no peleando? —cuestiono mirándome, las marcas del casco ya se estaban borrando de sus mejillas y el color rosado que había cubierto su rostro ya se había ido.

Asentí.

—Exactamente— murmuré. Luego de unos segundos en silencio se levantó del suelo, nuevamente su altura intimidante volvió.

—Me tengo que ir— habló en tono bajo, apenas audible. Asentí lentamente.

—Bien, te veo luego— asintió sin decir más. El aire cambio. Se apresuró a salir del baño y me quedé unos minutos ahí.

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Asher

Después de disculparme diciendo que tuve que ir a vomitar después de la carrera subí al podio. Mi cabeza seguía en aquel baño entre las piernas de Chloe.

No me arrepentía. Más sin embargo me repetí que no tenía que volver a repetir, ni eso, ni sexo normal, ni nada. Ya no más provocaciones, pero mierda disfrute esos minutos en el baño, esa adrenalina de poder ser atrapados y el hecho de que nos odiamos también lo hacía más interesante.

No me di cuenta cuando fue la transición entre himnos hasta que ya no había ninguno y los gritos de los aficionados era la única melodía.

Un miembro de la FIA paso a darme mi trofeo, el maravilloso trofeo del hungaroring. A mi parecer parece un jarrón de flores con tapadera con diseños, es agradable, uno más para mi vitrina.

Ojalá pudiera quedarme con los trofeos originales, mi vitrina está repleta de copias de mis trofeos.

El momento que todos esperamos llegó. La hora de batir el champagne y empaparnos con ella.

Luego de que se le acabara el gas le di un largo trago.

—Vaya alguien sí que necesita alcohol— se burló Niki mientras nos subíamos al podio para la foto. Pase mi brazo por el hombro de Niki y de mi ingeniero quien estaba con nosotros. Fulmine a Niki con la mirada y me obligue a girar mi rostro hacía la cámara y sonreír como si fuera la persona más feliz del mundo.

Pero estoy jodido. Por una sola razón.

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Pasamos a un par de personas antes de llegar a la barra, no tan abarrotada como para llegar a ser incómodo.

Como siempre esta fiesta es exclusiva, solo pilotos y amigos de los pilotos o familiares. Nada más, no periodistas ni la prensa, solo nosotros intentando disfrutar una fiesta como normalmente quisiéramos.

Mire con atención como las personas se acercaban a la barra un par de mujeres me dieron algunas sonrisas y algunas otras a las que conocía me saludaron con la mano.

—¿Y bien? —interrogó Niki a mi lado. Pedí mi trago.

—¿Y bien? —interrogué haciéndome el desentendido. Claramente no me creyó ni un poco porque se burló en mi cara.

—Por Dios, eres Asher Truswell, amas tus victorias, celebras con emoción tus victorias y hoy... hoy no fuiste tú, te disociaste durante toda la celebración— me encogió de hombros tranquilo. Asentí y le di un trago a mi vaso, largo y lo suficientemente lento como para poder pensar en algo que tuviera sentido y decírselo.

—Solo estoy cansado, ansió que llegué el receso de verano, medio equipo me odia y hay constantes peleas entre Magnus y yo, solo necesito descansar un poco más— mentí encogiéndome de hombros restándole importancia, una vez que entras al mundo donde la prensa te rodea aprendes a mentir y hacer ver a la gente que te sientes bien, por lo menos la mayoría de veces.

Pasamos un rato más, no bebí demasiado solo un poco, no quería excederme ya que necesitaba hacer unas cuantas llamadas antes. Hace dos semanas había recibido algunas ofertas, unas para unirme al Indycar, a Nascar e incluso a Las 24 horas de Le mans. Así mismo como a algunas escuderías e la parrilla, si todo salía bien no iba a cambiarme de equipo, pero necesitaba tener algunas opciones porque todo puede pasar.

Pero la Indycar, Le mans y Nascar quedaban descartadas, aun no estaba en el punto de querer la triple corona.

O sea, ganar el Grand Prix de Mónaco o campeonato mundial, ganar Las 24 horas de Le mans y las 500 millas de Indianápolis.

Y tal vez en un futuro deseara eso. Por ahora me conformo con seguir aquí y batir todos los records posibles.

Después de un rato, Niki se alejó y una rubia ocupo su lugar.

—Asher— me llamo con tranquilidad, apenas fue audible por el bullicio del lugar. El tono que uso envió un sinfín de corrientes a mi cuerpo, cada una a un lugar al que no quisiera mencionar. Y no, no fue a mi polla.

—¿Qué pasa? —interrogué girándome un poco para encararla. Mala idea, llevaba su cabello en ondas que caían por sus hombros descubiertos. Llevaba un top de encaje que solo cubría sus pechos junto con un pantalón de piel. Ambos del mismo tono; negro.

Y maldita sea le quedaba bien.

—Solo fue un momento de debilidad lo de hace unas horas— soltó de repente, con calma e hizo un ademan con sus manos mientras hablaba. Sus palabras fueron firmes y asentí. —Y no volverá a pasar— nuevamente asentí, aunque hubo algo dentro de mí que le afecto saber eso.

—Lo sé, estoy de acuerdo— mentí y miré mi vaso medio vació.

—Bien... ya que dejamos eso en claro, Nos seguimos odiando ¿cierto? —eso casi me hizo reír así que negué con la cabeza con diversión.

—Sí, sunshine, aún nos odiamos, quédate tranquila— murmuré sonando tranquilo.

Ella solo asintió y me dio una sonrisa amable, poco creíble para la Barbie engreída y diabólica.

Unas horas después y luego de solo haber bebido tres Martinis pedí que me llevaran una botella de Cîroc hasta mi habitación.

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Chloe

Hice lo que tenía que hacer. Me dije a mi misma luego de regresar al hotel. Terminé de quitarme el maquillaje de la cara, me di una ducha y luego me puse mis cremas en la piel.

Con movimientos ascendentes, no descendentes porque eso hace que tus pómulos se hagan flácidos y cuelguen y no quiero eso.

Subí todo el volumen de Goner. Termine de colocar todos los productos sobre mi rostro y por ultimo seque mi cabello, me puse mi pijama color rosa pastel que tenía un moño en la blusa y en el short. Me metí en la cama y me cubrí con las mantas.

Ajuste la hora en la que la música se pausaría por si me quedaba dormida, lo cual no paso.

Algo dentro de mí no me dejaba de dormir, una opresión en mi pecho. di vueltas y vueltas en la cama. No se cuentas horas pasaron en realidad, sin embargo, no me dejaba dormir. Algo muy malo para mí, para ellos, para todos los que me rodeaban.

Desee que ese sentimiento se fuera, no obstante, todo lo que escondes sale a la luz, sin embargo, me esforzaría para que esto no saliera a la luz.

Por la mañana las ojeras que enmarcaban mi rostro me disgustaron y maldije la causa.

Me las apañe para borrarlas con el corrector, al final opte por quitarme todo el maquillaje y ponerme unas gafas de sol que cubrían mis ojos perfectamente.

Hoy iba a ir de regreso a UK con Ali así que no me preocupe mucho por mi aspecto y me empeñe en sentirme cómoda.

Durante el vuelo de regreso a casa le conté a Ali que fue lo que paso con Asher no con lujo de detalle, pero solo lo más importante.

—Te juro que esto es mejor que las telenovelas que ve mi madre— murmuró mientras comía palomitas. Reí mientras negaba con la cabeza.

—Me alegra que mi vida personal te divierta— me queje mientras me quitaba los tenis y subía mis pies al asiento.

Me miró tranquilo esa sonrisa en sus labios no se borró, se hizo un poco hacía delante y tomo mi mano.

—Sabes que te apoyo en todo, Ce, solo ten cuidado con lo que hagas— pidió tranquilo. Asentí lentamente, sé que todo lo que dice Ali es para cuidarme. —Sé que ambos tienen prohibido todo eso y también conozco la reputación de Asher y la tuya y si solo es un acostón de una sola noche está bien, pero si escala a más tendrán que hablar con tu padre y contarle para que no haya malos entendidos—

Nuevamente asentí ante lo que dijo. Solo es algo que no volvería a pasar. No tiene por qué pasar otra vez. Soy humana y tengo momentos de debilidad y lo que ocurrió en el baño fue un momento de debilidad.

Solo esperaba que todo estuviera bien en nuestro ambiente laboral.

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Cuando llegué a casa puse manos a la obra, comencé a trabajar en todo lo que había previsto para las vacaciones, así poder tener unas excelentes vacaciones libres, no importaba cuantas horas pasara sin dormir, quería ir a algún lugar soleado y broncearme.

Comencé con mi trabajo, más tarde me di una ducha y tomé mis cosas para ir al gimnasio de aquí cercas. Me puse los auriculares y puse mi playlist favorita de Twenty one pilots mientras caminaba hacia allá. Si iba al gimnasio de aquí cercas prefería ir caminando.

Después de hora y media de arduo entrenamiento regrese a casa caminando.

Para mi suerte estar haciendo ejercicio seguido ayudo a que mis piernas resistieron el camino de regreso. Recuerdo cuando recién comencé a hacer ejercicio en Alemania, el trayecto de regreso a casa era más largo de lo que es aquí y recuerdo que algunas veces pedí taxi hasta que me acostumbré a caminar de regreso.

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Asher

El lunes por la mañana tuve que ir a Wagner Racing para trabajar en el simulador y dar una conferencia de prensa junto con Magnus.

Chloe se ofreció a cuidar a Rocket así que lo llevaba en una silla para niños en la parte trasera para que no me detuviera los oficiales viales. Bajé el volumen del estéreo cuando llegué a la sede de WR. Entre y me aparqué en el lugar que vi disponible.

Desde hace unas semanas habían aumentado mis horas en el simulador y bajado un poco mis horas en publicidad.

Comencé en el simulador a las ocho y media, para las doce y media ya había terminado y estaba por ir a la sala de juntas para seguir con la rueda de prensa. En el camino me encontré con Chloe.

—Te extraña— murmuró mientras me daba a Rocket.

—Hola, pequeño— murmuré mientras lo tomaba contra mi pecho —Si yo también te extrañé, bola de pelos— murmuré. Chloe soltó una risita al escucharme.

—Dios que ternura, me vas a matar con tanta azúcar, lo agregare a cosas que nunca creí ver— rodé los ojos ante en tono burlo que uso al hablar. Negué con la cabeza y entramos en la sala de juntas. Chloe me quito a Rocket de los brazos y se sentó en la primera fila. Tome asiento junto a Albert.

La rueda de prensa comenzó unos minutos después.

—Bien, Magnus cuéntanos, ¿Qué cómo te sientes con que tu compañero ya te ha superado en puntos? —momento incomodo, todo se quedó en silencio esperando la respuesta de Magnus.

—Bueno, no es algo que yo esperara, pero que puedo decir, son altas y bajas dentro de este deporte —respondió tranquilo o por lo menos así sonó.

Después de casi dos horas de golpes bajos con los periodistas terminamos.

Luego de eso Chloe nos explicó su horario que ahora es nuestro, nos dio las horas y las fechas en las que tendríamos que grabar de aquí a lo que quedaba para las vacaciones.

Por ahora íbamos a grabar un video juntos así que Magnus se fue luego de esa pequeña junta.

—Son demasiados videos para una semana ¿No crees? tenía pensado irme a Austin el miércoles— me queje cruzándome de brazos mientras alguien acomodaba la cámara y las preguntas. Ella se encogió de hombros.

—¿Austin? —interrogó con una media sonrisa —¿Sol, calor y verano? —asentí lentamente. Ella iba a decir algo más, sin embargo, miro a los lados viendo a los chicos que estaban a nuestro alrededor y decidió quedarse callada.

Comenzamos con su juego de preguntas y respuestas.

—¿Tienes novia? —pregunto mirando la tarjeta. Negué con la cabeza.

—Nop— respondí tranquilo. Ella se quedó en silencio y luego miro la otra tarjeta.

—¿Cuál es tu circuito favorito? —alzo una de sus cejas.

—Mi circuito de casa— asintió nuevamente. Cambió de tarjeta y soltó una carcajada, sus mejillas enrojecieron.

—Dios ¿Quién escribió esto? Bueno, ¿Cuál es tu posición favorita en el sexo? —me quedé en blanco ¿Enserio iba a decir esto ante una cámara? Revelar mi vida sexual. Dios no.

Quise reír.

—Pues... en realidad no lo dire, es personal, de que serviría tener mi vida sexual privada para revelarle a medio mundo mi posición favorita, lo siento, pero no— ella me miró con un gesto de burla. Negó con la cabeza y se encogió de hombros.

—Bueno, que mal, medio mundo quería saberlo— se burló y reí negando con la cabeza.

Luego de casi dos horas de preguntas entre incomodas y graciosas terminamos.

—¿Cuándo te vas a Austin? —interrogó mientras íbamos a la salida. Me encogí de hombros.

—Cambiare el vuelo al viernes en la tarde— ella asintió, me dio a Rocket. Se quedó pensando unos minutos. Luego me miró abriendo mucho los ojos y con cierta emoción en su mirada.

Oh no.

—¿Me invitas a pasar vacaciones en tu casa? ¿Si? muchas gracias— negué con la cabeza varias veces. No, claro que no.

Por supuesto que no.

—No— ella hizo un puchero. Negué con la cabeza.

—Por favor, no quiero ir a algún otro lugar, quiero un lugar soleado— ella nuevamente hizo un puchero. Negué con la cabeza. Ay no. Mierda no.

—No Chloe— no borró ese puchero. Negué con la cabeza. Salí de Wagner y comencé a caminar a mi auto.

—Vamos, no te molestare, estoy segura de que ni siquiera nos veremos—

—No

—Iré, puedo investigar donde vives—

—¡Ja! En google no aparece donde vivo—

—¡Ja! Papá puede mencionar casualmente donde vives— la miré con recelo. Si no le decía que, si había posibilidad de que aparecieran en mi casa de repente, pero no quería decirle que sí, una parte de mí si quiera, pero el razonamiento me dijo que no, que no puedo tenerla en casa todas las vacaciones.

¿Quién la comprende?

—Tu y yo— nos señale—¿Recuerdas que nos odiamos? —cuestiono recargándome en mi auto. Ella rodó los ojos. Pareció recordarlo, soltó una pequeña maldición.

—Lo sé, pero no te daré problemas, ni siquiera tendremos que vernos si no quieres—

Hice como que lo pensé unos minutos.

Negué con la cabeza y me puse mi mejor máscara de seriedad.

—No y muévete de mí camino— ladre alejándome para rodear el auto, entrar e irme.

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