Capítulo 1
ᴀᴄᴛᴏ 1 | ᴄʀᴇᴘᴜꜱᴄᴜʟᴏ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛɪᴛᴜʟᴀᴅᴏ
"Forks"
— Forks, hay al menos mil palabras para describir aquel pueblo, pero para Ariadna la única que se le ajustaba era “misterioso”. No podía explicar si era por el cielo nublado y la niebla que cubren todos los días cada kilómetros del lugar, o los enormes árboles del bosque que parecen esconder secretos entre las inmensas hojas, pero había algo en aquel lugar que la llenaba de curiosidad.
Aunque aparte de aquella curiosidad y esa sensación de que algo extraordinario podría suceder en aquel lugar, había una extraña sensación que recorría su espalda como avisando que había algo esperándola. La joven era experta en sentir cuando algo es raro, mientras recorría los caminos del pueblo mirando como el bosque rodeaba las carreteras se dio cuenta que tal vez en aquel pueblo nada era tan normal como se aparentaba.
Mientras avanzaban por la calle donde se encontraba la que sería su nueva casa no pudo evitar notar una vieja camioneta roja frente a una casa siendo revisada por un chico quien pareció notar su mirada pues se giró a verla rápidamente y le sonrió. No tardó en olvidarse de aquel chico cuando noto el camión de la mudanza detenerse frente a una casa, no era la gran cosa, dos pisos, el exterior pintado de blanco, el tejado con las tejas pintadas de un azul muy oscuro y algunas macetas decorando las ventanas.
Lo único que llamó su atención era el pequeño espacio que recorría el frente de la casa y un costado simulando un porche techado. Era un espacio acogedor con unas sillas colgadas del techo.
— ¿Te gusta? —preguntó Lilian, su madre poniendo pausa a la música de Abba una vez detuvo el auto.
— Es linda —respondió sin más con una pequeña sonrisa.
Ambas bajaron del auto, la adolescente colgó su mochila en su hombro y le sonrió amablemente a los hombres de la mudanza que comenzaban a bajar cajas del camión.Ariadna corrió hacia uno cuando lo vio bajar una caja con su nombre que reconoció de inmediato.
—Esa la llevo yo —le dijo con una sonrisa amablemente mientras recogía la caja del suelo.
Ariadna se adentro a la casa observando lentamente las paredes vacías y los pocos muebles que ya había en el lugar.
—¿Y esa caja? —preguntó su madre.
—Cosas de papá —dijo con una pequeña sonrisa antes de pasar al lado de su madre y subir las escaleras.
El segundo piso no era grande a decir verdad solo tenía dos habitaciones y un baño. Ariadna ubicó su habitación porque había un post it con su nombre escrito pegado en la puerta. Aquella habitación no era muy grande pero era perfecta para ella, había una ventana que daba al patio trasero con vistas al bosque, un pequeño armario, las paredes están pintadas casi todas de blanco excepto por una que era de un color granate su color favorito.
Dejó la caja sobre el piso junto a la ventana y se sentó en el piso para abrirla con cuidado, no era una caja muy grande, pero todo lo que había en ella significaba algo.
Ariadna no era una persona que tuviera problemas para dormir pero en aquel momento en medio de la noche no podía encontrar el sueño, talvez era por que se encontraba en un lugar nuevo o porque sentía como su cuerpo le pedía algo, era una sensación que la recorría de pies a cabeza y no sabía qué bien qué era, ni qué significaba.
Su cuarto seguía siendo un desastre con cajas por cualquier lado y pocas cosas organizadas en su lugar, así que cuando se levantó de la cama tuvo que contenerse de no gritar cuando su pie pisó algo que estaba en el suelo.
Camino unos centímetros hasta la ventana por donde se filtraban rayos de luz por las cortinas que colocó aquella tarde, se sentó frente a ella y arrastró la caja de cosas de su padre. Había guardado cosas que le recordaran a él desde que su madre decidió que movería sus cosas a una bodega en New York porque no soportaba tenerlas en casa recordando cargar con el fantasma del dolor de perder al amor de su vida. La había dejado conservar aquellas cosas porque no quería arrebatarle los recuerdos de su padre pero no soportaba verlos mucho tiempo.
Su padre, Nathan O'Connor, había fallecido hacía unos años atrás en un incendio forestal, a pesar de haber estado ahí el día que sucedió no recordaba mucho de aquello, solo recordaba que habían ido a buscar leña para la hoguera que harían. Su madre le había dicho que la amnesia se debe a que debió ser traumático para ella vivir todo aquello.
Recordaba a su padre como un hombre amable y dispuesto a todo por su familia, era muy inteligente tanto que se dedicó años a intentar entender la condición de su hija y su esposa. Aunque no había explicación, nunca lo hay para algo que parece ser una fantasía.
Miró con nostalgia la foto de su padre y ella pintando en las montañas, su madre la había tomado sin que se dieran cuenta, y se volvió la favorita de Ariadna cuando la vio.
—¿Aún despierta? —la voz de su madre asustó a Ariadna quien guardó la foto rápidamente y se levantó del suelo acto seguido.
—No podía dormir.
—Yo tampoco, supongo que tendremos que acostumbrarnos a la nueva casa. ¿Es linda verdad?
— Me gusta más que el apartamento en New York.
—¿Demasiada urbanización o demasiados recuerdos?
—Ambos, ¿crees que Forks es adecuado para nosotras?
— Creo que eso es algo que descubriremos
Ariadna sonrió levemente mientras se sentaba junto a su madre en el borde de su cama, no pudo evitar pensar si en Forks podría encontrar la paz que necesitaba.
—¿Qué te parece si mañana vamos por decoración al pueblo? —preguntó Lilian intentando cambiar el tema.
—Siempre y cuando yo elija los cuadros para las paredes.
—Hecho —la mujer sonrió antes de ponerse de pie y darle un beso en la frente a su hija —intenta dormir un poco.
—Lo mismo digo
Una vez su madre se fue de la habitación Ariadna volvió a acostarse esperando que esta vez el sueño la atrapara y así fue.
Jasper se encontraba leyendo en la sala cuando Alice tuvo una visión, era común que las tuviera pero no era común que se tratasen de él. Después de todo, la última visión que tuvo sobre él fue por la que lo encontró y lo ayudó a unirse a los Cullen.
—¿Qué viste? —le preguntó con cautela mientras se sentaba junto a ella esperando que no fuera una mala noticia
—Tu compañera —fue lo único que le dijo la vampiresa.
El joven Hale hacía tiempo se había resignado a que posiblemente no encontraría de nuevo alguien a quien amar, tal vez lo que había tenido con Maria fuese solo una manipulación por parte de ella pero el si llego a enamorarse o eso creía.
—¿Qué sucede con la compañera de Jasper? —preguntó Rosalie acercándose a ambos cuando entendió que aquella visión se trataba de su mellizo.
—Ella está en Forks
Jasper permanecía en silencio mientras que Rosalie y Alice parecían más interesadas en aquel hecho que él, no era que no le hiciera feliz o no le interesará, solo que no sentía que estuviera listo para aquello, tal vez no era lo suficientemente bueno para ella.
—Debo ir a caminar —mencionó poniéndose de pie y sin dar más explicaciones salió corriendo de la casa para internarse en bosque.
No sabia porque o como pero había terminado llegando a una casa, nunca había estado ahí eso es seguro, pero no podía evitar acercarse en silencio subió al árbol y se quedó ahí por unos minutos simplemente observando la fachada trasera de la casa. Había algo que lo mantenía ahí estático esperando algo, tal vez una señal o otra cosa, pero había algo que lo hacía permanecer ahí.
Fue hasta que logró ver por un pequeño hueco entre las cortinas de una habitación a una chica que lo cautivo por unos instantes. Su cabello castaño largo y ondulado un tanto despeinado adornan los costados de su rostro, enmarcando sus bellos rasgos, su ojos azules que parecían tener un toque triste en ellos, sus labios que armonizaban perfectamente con sus demás facciones. Ante los ojos del inmortal aquella chica era la más hermosa que había visto nunca.
Dejó de verla cuando desapareció de su campo de visión pero podía oír con claridad cómo su corazón latía. A pesar de su deseo de quedarse ahí, decidió marcharse, con un claro pensamiento en su mente, ella era su compañera, y ahora estaba dispuesto a todo por protegerla.
Aquella noche mientras Ariadna dormida sus sueños se tornaron más nítidos, como si desearan que esta vez recordará lo que soñó al despertar.
Podía oír a la distancia una voz masculina que le hablaba, por alguna razón aquella voz que en esos momentos escuchaba como un susurro lejano le generaba una calidez abrumadora en el pecho que la hacía caminar buscando al dueño de dicha voz.
Después de lo que parecían minutos por fin pudo encontrar a quien le hablaba, de pie frente a ella y con una sonrisa ladina se encontraba un chico alto y con belleza exorbitante, su piel pálida como porcelana parecía reflejar el brillo del sol que se colaba por las copas de los árboles que los rodeaba, sus ojos eran de un color dorado irreal y su clara belleza se enmarca con unos rizos dorados que caían a los costados.
Ariadna quedo hipnotizada con el joven frente a ella y si siquiera pensarlo sonrió, sentía una paz y comodidad junto a él que cuando alzó sus brazos para alcanzar su rostro con sus grandes manos no puso resistencia y mucho menos cuando acercó sus labios a los suyos para sellar la distancia con un beso.
ɴᴏᴛᴀ ᴅᴇ ᴀᴜᴛᴏʀᴀ
— ¡Hola! volví.
¿Que les pareció el capitulo?, no es muy largo pero les prometo que los demás serán un poco mas largos. Btw ¿Vienen de tiktok o ya eran lectoras ?
El acto 1 va a contar con al menos 20 capítulos y ya tengo la mitad así que decidí darles este capítulo porque les tengo muy avandonades.
Si les gusta no olviden votar y dejarme sus comentarios, en serio comenten me animan mucho y me gusta leer sus comentarios aun con no soy muy buena contestando (nunca se que responder) que sepan que adoro leer lo que comentan.
ɴᴏꜱ ʟᴇᴇᴍᴏꜱ ʟᴜᴇɢᴏ...
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