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CAPÍTULO CATORCE

Partido y sueños

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Ciudad de Inazuma

Instituto Wild

Campo del instituto

—Y aquí estamos un día más, para retransmitir el primer partido clasificatorio del Torneo de Fútbol Frontier. ¿Quién se alzará con la victoria? ¿El Instituto Wild o el Raimon?

Abigail miraba hacia todos los lados. Desde el día anterior en el entrenamiento se sentía observada, aunque no sabía si eran solo paranoias suyas. Calentó levemente, para tratar de tranquilizarse, dando saltos en el sitio. Soltó un gruñido ante la mirada de Nathan, quien seguí claramente preocupado por sus rasguños.

—¿Estás segura de que estás bien? —preguntó Mark, observando el morado que tenía en el brazo.

—Por enésima vez, estoy perfectamente. —repitió con algo de cansancio. Luego, le ofreció una pequeña sonrisa, pues apreciaba que se preocupara por ella. —No te preocupes por mí.

Mark asintió, aunque algo en su mirada le hizo saber que no iba a hacer lo que le había pedido. Axel la miró unos segundos con el ceño fruncido, a lo que ella le sacó la lengua. Aquello solo consiguió que el rubio pusiera los ojos en blanco.

—¿Seguro que estás bien?

Abigail se giró a mirar a Nathan, quien era el que había preguntado. Él la miraba con una ceja alzada.

—Estoy perfectamente bien, Nath, deja de preocuparte tanto. —aseguró, mientras le ofrecía una sonrisa para que tratara de tranquilizarse.

Él pasó un brazo por encima de uno de los hombros de ella. La miró con cariño.

—Me pides mucho cuando sabes que eres como mi hermana, Abby.

—¡Oooh, mira eso! ¡Eres tan tierno, Nath! —chilló ella, con voz aguda, mientras apretaba las mejillas de su mejor amigo.

Él se deshizo de su agarre, sintiendo como sus mejillas se tenían de un suave rosa, haciéndolo ver todavía más tierno de lo normal.

Axel los había estado observando, aunque no sabía por qué lo hacía. Y tampoco sabía por qué apretó la mandíbula de forma leve, pero acabó haciéndolo.

Todos los jugadores se dirigieron al campo, y la chica se permitió analizar al equipo rival. Los jugadores tenían parecido con los animales de la jungla, irónicamente, era donde se situaba su instituto. Realmente parecía de broma que fueran los mismos chicos que hacía apenas unas semanas habían caído ante la Royal Academy. Por su apariencia, ni siquiera parecían ser capaces de aguantar el ritmo de dicha escuela, pero Abigail los había visto jugar, así que sabían que escondían muy bien su juego.

El partido comenzó y desde el primer minuto se pudo apreciar la magnífica capacidad aérea que poseían los jugadores del Wild. Axel intentó rematar con el Tornado de Fuego, pero el capitán del equipo rival, Hugo Talgeese, lo impidió con su salto digno de un canguro. Pese a eso, y como era normal en el Raimon, no se rindieron e intentaron marcar una y otra vez. Y, su rival tampoco se quedó atrás.

La primera parte acabó sin que ninguno de los dos equipos consiguiera meter gol, a pesar de su insistencia.

Abigail tenía el ceño fruncido, ya que había estado todo el partido intentando encontrar un patrón en la técnica del otro equipo. Estaba claro que no se le daba tan bien si no estaba su hermano a su lado, algo que la estaba desquiciando por completo. Ella no quería depender de nadie, ni siquiera de alguien de su familia. Quería ser capaz de lograr las cosas por ella misma, y por eso se devanaba los sesos pensando.

Lo cierto era que se había limitado a correr de un lado para otro, robar el balón y hacer pases a sus compañeros. Ni siquiera había intentado rematar con su Remate Eléctrico, pues sabía perfectamente que le ganarían en la altura. Había estado analizando la altura de los saltos y, aunque ella tenía una gran potencia de salto, el capitán rival la superaba.

Desvió su mirada de la botella de agua que estaba bebiendo, para fijarla en Kevin. También lo había estado vigilando, pues lo había visto hacer movimientos un tanto extraños. Estaba tratando de ocultar su cojera, producida por una mala entrada que había recibido.

—Quítate la deportiva, Dragonfly. —ordenó con voz seria.

Él la observó con una mueca, pues lo había pillado completamente. Resignado, pues sabía que era una batalla que estaba destinado a perder, hizo lo que ella le había pedido. Le mostró que tenía le pie completamente hinchado.

—Silvia, trae el botiquín, por favor. —volvió a ordenar, sin dejar de mirar seria al delantero.

La gerente salió corriendo a por lo que le había pedido, mientras Abigail regañaba a su compañero de delantera por ser tan sumamente estúpido. Poco después, Celia se unió a su hermana mayor, también regañándolo por su imprudencia. Lo cierto era que la unión de ambas hermanas daba un poco de miedo, por lo que el chico se dedicaba a asentir, algo intimidado. Le echaron spray y lo vendaron para inmovilizarlo.

—Oye, Ab, ¿por qué no despiertas? —la pinchó Axel, mientras dejaba su toalla en el banquillo y se giraba a mirarla. —Llevas todo el partido con la cabeza en las nubes.

—Cierra el pico, Blaze. —le respondió ella, poniendo en blanco los ojos, pues ya sabía que el delantero solo buscaba molestarla.

El rubio la miró con una ceja alzada, pues había notado como ella repasaba a los otros jugadores una y otra vez, sin dejar de fruncir el ceño. Era como si estuviera buscando algo pero no lo encontrara. Estuvo a punto de preguntarle, pero los interrumpieron.

—¡Vamos, Abby, Axel, que va a empezar el segundo tiempo! —los avisó Mark a voces.

Ambos suspiraron a la vez, preguntándose si el chico no podía ser algo más sutil. Luego, trotaron hacia el césped para ocupar sus posiciones. Abigail le guiñó un ojo a Nathan, quien parecía haber estado observándola, y recibió a cambio una pequeña sonrisa del peliazul.

El partido volvió a ponerse en movimiento. Para la sorpresa de todos, Abigail retrasó su posición, mientras empujaba el enorme cuerpo de Jack hacia la delantera. Este la miraba aterrado.

—Vamos, Jack, deja de lloriquear como un bebé. —lo regañó, mientras seguía empujándolo. —Tienes que hacerlo y ya está.

<<Qué delicada es>>, pensó Axel, mientras observaba la escena con diversión.

El defensa suspiró con nerviosismo, para luego ocupar el lugar de la chica en la delantera. Axel y él trataron de realizar el Trampolín Relámpago, pero como otras veces en los entrenamientos, fallaron. La causa, de nuevo, el vértigo del chico más alto.

El Raimon perdió el balón por esa acción y lo obtuvo uno de los jugadores del Wild, de aspecto felino. Era realmente rápido, por lo que Abigail esbozó una sonrisa. El chico se confió al ver que Steve no era lo suficientemente rápido para su velocidad, pero acabó soltando una exclamación de sorpresa. Una melena castaña cobriza había aparecido delante suya en un suspiro. Ella le sonrió con cinismo, robándole el balón con dos toques.

—Si no te importa, bonito, me quedo con el balón. —le guiñó un ojo, con superioridad, para luego salir corriendo.

Nathan sacudió la cabeza. Le divertía como podía llegar a comportarse su mejor amiga en el campo, aunque a veces se preguntaba si su ego podía crecer más.

—¡Axel! —lo llamó la chica.

El rubio asintió, pues entendió al vuelo lo que ella pretendía. Abigail le pasó el balón a Kevin, con esa acción logrando distraer a los jugadores rivales. El de apellido Dragonfly lanzó el balón al aire con un patada. Axel y Jack saltaron a la vez. El capitán del Wild también lo hizo, confiando en su gran salto. Pero en el último segundo, Axel apoyó las botas en el pecho del defensa, tomando más impulso.

—¡Trampolín Relámpago!

Todos observaron, con el corazón en la garganta, como el tiro volaba hacia la portería rival. El portero trató de pararlo, pero el balón se clavó con violencia en la red. Justo en ese momento, el árbitro indicó el final del partido. Ese simple sonido causó la euforia en los jugadores del Raimon.

Sin pensarlo mucho, Abigail corrió hacia Axel para felicitarlo por el gol y saltó sobre su espalda. Lo pilló algo desprevenido, pero consiguió estabilizarse, mirándola con una pequeña sonrisa en los labios. Ella lo abrazó por el cuello, mientras Axel caminaba hacia el resto del equipo. Ellos se encontraban felicitando a Jack, quien no salía de su asombro por haberlo conseguido.

Ninguno de los presentes escuchó el móvil de la castaña cobriza sonando, pues estaban demasiado felices por haber conseguido la increíble súper técnica, por haber ganado el partido y por estar más cerca del Torneo de Fútbol Frontier. Al otro lado de la línea, la persona apretó los labios en una línea. Estaba claro que no quería hablar.

Luego de cambiarse, Nathan se acercó con rapidez a su mejor amiga.

—Abby, vamos a perder el tren. —se quejó, mientras tiraba de él.

Por culpa de sus prisas, la chica chocó contra un poste de la luz. Aquello la hizo gruñir de dolor.

—¡Nathan! —se quejó.

—Lo siento. —murmuró, mirándola en forma de disculpa. —Lo siento, lo siento.

—Serás idiota.

El chico rodeó sus hombros con uno de sus brazos.

—Sí, pero soy tu idiota favorito.

Abigail soltó una carcajada algo sarcástica:

—Tampoco te lo tengas tan creído, Swift.







(...)



Ciudad de Inazuma

Abigail salió de la casa de los Hills, luego de asegurarle a Karen que estaría bien yendo sola. La señora Hills no se quedaba demasiado tranquila cuando cualquiera de las dos niñas salía sola por la ciudad, pero estaba segura de que, si alguna de ellas era capaz de defenderse, esa era la mayor de las dos.

Pasó por delante del hospital en el preciso momento en el que Axel salía de este. Obviamente, el delantero la vio a la primera.

—Hola, Abb.

—Hola. —respondió, sonriéndole de forma leve. —¿Has ido a ver a Julia?

—Sí. Los médicos dicen que va mejorando mucho y que las probabilidades de que despierte son altas. —explicó el chico, con la voz completamente teñida de cariño.

Se notaba a muchísimos kilómetros lo mucho que Axel Blaze quería a su hermana pequeña. Ella sabía el duro golpe que había sido para él el accidente de su hermanita. Después de todo, ya era bastante el tiempo que conocía al delantero, y luego de quitar capas, comenzaba a ver el interior del chico.

—No pierdas la esperanza, Axel, nunca se sabe cuando la vida te va a devolver la sonrisa. —con dos dedos estiró las comisuras de los labios del chico y las alzó hacia arriba. —¿Ves? Así estás mucho mejor.

Él se quedó mirándola durante unos segundos, para luego reírse. Ambos estaban tan absortos el uno en el otro que no se dieron cuenta de que habían llegado a un parque, mientras el sol comenzaba a ponerse. Se quedaron mirando la puesta, sentados en el césped. A decir verdad, el chico miraba a la chica a su lado más que al cielo.

Luego de unos segundo pensando, acabó por soltar:

—¿Cuál es tu mayor sueño, Abb?

—¿Mi mayor sueño? —repitió con sorpresa, girándose a mirarlo.

Axel asintió. Luego, esbozó la sonrisa más bonita que la chica le había visto nunca. La dejó algo deslumbrada.

—Sí, tu mayor sueño. —contuvo una risa al verla tan perdida. —Mi mayor sueño es llegar a lo más alto en el mundo del fútbol, para poder competir contra los mejores equipos de todo el mundo. Junto a ti, Mark y los demás.

La chica se quedó pensando cuál era el suyo, mientras trataba de ignorar el latido acelerado de su corazón. Había estado tan preocupada por la parte más oscura de su vida que nunca se había puesto a pensar en el futuro a largo plazo.

—Mi mayor sueño es ser feliz y llegar a lo más alto del fútbol, sí, sin duda. Junto a Mark, el equipo... junto a ti...

Se quedó mirándolo al haber dicho lo último, mientras observaba como los últimos rayos de sol impactaban en la piel del pelicrema.

—¿He oído bien? —preguntó Axel, fingiendo que no la había escuchado e ignorando su acelerado pulso.

—No sé qué habrás entendido, Blazie. Puede que necesites un audífono, rubito. —habló ella, bajando el volumen de su voz, mientras pinchaba el costado del chico con sus dedos.

—Quieta, quieta. —se quejó él, entre risas.

Tomó las manos de ella, haciendo que se quedase quieta y lo mirase a los ojos. Ambos corazones se aceleraron de forma frenética ante la cercanía de ambos, de la cual todavía no se habían dado cuenta. Las mentes de ambos se preguntaban si serían posible que se les salieran del pecho.

—Yo quiero ayudarte a cumplir tu sueño. —susurró él, con miedo de romper la atmósfera si hablaba más alto. La observó, con los rayos de sol haciéndola ver todavía más hermosa de lo que era. —¿Cumples tú el mío?

Ella sonrió, marcando unos adorables hoyuelos que consiguieron derretir el corazón del chico rubio.

—Claro que sí, Axel. Jamás pienses otra cosa.

Él sonrió de vuelta y luego de meditarlo, se inclinó hacia ella. Volvió a pasar lo mismo que habían hecho en el pasillo del instituto para distraer al director, solo que esta vez no había nadie para interrumpirlos. Y esta vez, era distinto. Era como si con aquel beso estuvieran sellando una promesa.

Una vez se separaron, Axel atrapó a la chica entre sus brazos, abrazándola. Ella apoyó su cabeza en el pecho del chico, escuchando su pulso y cerró los ojos.

Ambos se sentían tan bien en aquella postura que sentían que podrían quedarse años sin moverse.

Y una duda los asaltó:

¿Era posible que se estuvieran enamorando?


(...)




Ciudad de Inazuma

Campo de la Ribera

—¡Vamos, vamos! ¡Moved esos traseros, holgazanes! —gritaba la castaña con energía.

—Hoy estás motivada, ¿eh? —dijo Nathan, alcanzándola en la carrera.

Ella asintió de forma entusiasta, rebosante de energía.

Luego de lo sucedido el día anterior en el parque con Axel, había recuperado las ganas de darlo todo en el mundo del fútbol. Después de todo, sabía que lo tenía a él detrás para levantarla si se caía. O, conociendo el raro humor del chico, tirarse a su lado.

Ambos amigos corrían por todo el campo dando vueltas sin parar. Solo ellos dos tenían más resistencia que sus compañeros, gracias al atletismo. Sus compañeros los observaban correr, sin demostrar ni el mínimo signo de cansancio. Al final, Silvia los tuvo que parar.

Mientras sus compañeros se preparaban para jugar un partido de entrenamiento, Abby trotó a beber agua de su botella, cerca de las gerentes.

—¡Chicos, mirad, tenemos admiradores! —exclamó Timmy.

Mark observaba, totalmente maravillado, a toda la gente que estaba en lo alto del puente. Pero, no se dio cuenta de un pequeñísimo detalle. Los fans no tenían ordenadores ni cientos de papeles a sus lados. No eran hinchas, de eso no había duda, sino gente interesada en saber las jugadas y súper técnicas del equipo para ser capaces de combatirlas mejor.

—¡Parad todos! —bramó Abigail, haciendo que todos parasen en seco, algo asustados. —¡Dejad de jugar! ¡Parad!

Ella seguía con la mirada clavada en la gente que los observaba, por lo que no reparó en las miradas confundidas de los demás. El ruido del motor del coche de Nelly la hizo desviar la mirada. La chica Raimon bajó del vehículo con toda la elegancia posible.

—Os prohíbo que practiquéis las súper técnicas. —dijo seria.

—¿Qué?

—No digas tonterías, Nelly. —murmuró Mark, como si nada fuera con él. —Tenemos que perfeccionarlas.

—Nelly tiene razón, no podemos utilizarlas. —intervino Axel, para luego mirar a la delantera, cuya expresión casi rozaba la de asesina. —Te has dado cuenta, ¿Eh?

—Esa panda no son admiradores. Son espías de otras escuelas. —gruñó molesta, mientras miraba con disimulo a Bobby.

—¿Espías? —preguntó confundido.

—Cuando una escuela que no es conocida empieza a ganar partidos es normal que pasen estas cosas. —habló Nelly, como si el chico fuera tonto de bote.

—¡Claro! Por eso, si practicamos nuestras súper técnicas podrían copiarlas. —intervino Celia, entendiendo las reacciones de su hermana, el rubio y la chica Raimon.

—Sería un gran problema que supieran todas nuestras súper técnicas. —murmuró Abby, mientras el goleador de fuego asentía.

—Pero chicos, ¿Cómo queréis que ganemos a los demás equipos si no practicamos nuestras súper técnicas? —preguntó Mark, algo histérico, mientras apretaba el balón que tenía entre las manos.

—El fútbol es más que entrenar las técnicas definitivas. —habló Axel, quitándole el balón de las manos. —Está el pase, los regates, el fuera de juego...

—Por eso hay que entrenar las súper técnicas en un lugar donde no nos pueda ver nadie. —soltó el capitán, decidido.

—¿Y tú conoces alguno, listillo?

—No, pero estaría bien.

Mientras los chicos intentaban buscar una solución al problema de los entrenamientos de las súper técnicas, la delantera decidió resolver el primero de sus problemas. La manada de espías que seguían observándolos y tomando notas como auténticos posesos.

Agarró el primer balón que encontró y subió las escaleras de dos en dos, molesta. Se puso delante de todos aquellos idiotas que creían que iban a sacar algo en su beneficio. Chutó el balón con fuerza a lo largo de todo el puente, haciendo que los ordenadores y los papeles salieran volando por los aires con violencia. El esférico siguió su recorrido hasta chocar contra la pared de una casa y explotar.

—Y ahora, si me hacéis un gran favor, marcharos de una maldita vez. —habló con el ceño fruncido, mostrando un aura de peligro que logró ponerle los pelos de punta a los presentes.

Los espías comenzaron a recoger todo lo que pudieron con gran velocidad, temiendo que la chica los usara como portería. Más relajada, ella los observó con oculta diversión, sabiendo que los había puesto en su sitio. Luego, bajó las escaleras como si nada, viendo que sus compañeros la observaban con la boca algo abierta.

—Hay que conseguir un balón de repuesto. —indicó, encogiéndose de hombros.

—Ya... ya se ve. —murmuró Axel, sonriendo de forma sutil y escondiendo una carcajada.

Ella fingió una sonrisa inocente, aunque seguía seria.

—¡Bueno, chicos, a entrenar! —exclamó Mark, levantando los ánimos.

Todos comenzaron a caminar hacia sus posiciones, conscientes de que no usarían ninguna súper técnica. Antes, Bobby se cruzó con la chica.

—Veo que no has perdido tu poder, sino que lo has aumentado. —comentó el chico, algo sorprendido. —Ese chut ha sido increíble.

Para su sorpresa, ella le sonrió de forma muy leve. Él enarcó las cejas, algo extrañado.

—¿Qué? ¿Por qué me miras así?

—Estás empezando a caer. —canturreó ella, como si nada, sin borrar su sonrisa. —Te lo dije. Mark Evans es capaz de sacar lo mejor de las personas.

¡Holiii! :D

Creo que poco a poco podéis ver más de Abby y de su relación con Axel. Espero que los cambios que he hecho hagan que se entienda todo mejor, y que os guste mucho más que la primera versión.

¡Espero que os haya gustado el capítulo!

Si es así, no olvidéis que podéis hacérmelo saber mediante vuestro voto y algún que otro comentario. Los agradezco mucho.

Nada más por mi parte, pero...

¡Nos leemos en comentarios!

PD: el próximo capítulo será el próximo miércoles.

~I 👑

|Publicado|: 29/09/2021

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