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CAPÍTULO ONCE
Partido contra el colegio de terror

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Ciudad de Inazuma

Instituto Occult

Campo del Instituto Occult

Faltaban pocos minutos para que el partido contra el Instituto Occult comenzara y Abigail podía asegurar que le daban malas vibraciones. Los jugadores parecían personajes sacados de películas de miedo: con caninos como si fueran vampiros o cintas que tenían ojos que parecían poder ver. Por no hablar del entrenador, quien emitía un aura extraña, como si ocultase algo. Algo siniestro.

El brazo de Nathan sobre sus hombros la hizo parpadear y dejar de analizar al equipo rival. Era algo inevitable para ella, siempre estaría analizando al rival. Era algo que su hermano le había pegado desde el momento en el que habían comenzado a patear un balón de fútbol.

—Deberías dejar de mirarlos tan fijamente. —aconsejó Nathan, mirando a su amiga con una pequeña sonrisa. Simuló un escalofrío. —Me das mal rollo.

—¿Más que ellos? Lo dudo mucho. —colocó en blanco sus ojos castaños, algo divertida.

Un cuerpo se acercó a ellos y supo al instante que era Axel, pues nadie más emitía tanto calor como él. Clavó su mirada en el chico, quien parecía estar analizando al otro equipo, justo como había estado haciendo ella. Luego, la mirada oscura del chico cayó sobre ella.

—Lo sé, no me dan buena espina. —murmuró casi en un susurro, sin necesidad de que el chico de cabello color crema dijera nada.

Él asintió, estando de acuerdo. El peliazul los miraba con una ceja alzada; a veces lo incomodaba la forma en la que ambos parecían comunicarse mentalmente.

—¡Eh, chicos! —lo tres se giraron a la vez cuando la voz de Silvia los llamó. Ella les hizo un gesto con la mano. —Venid.

El trío de jugadores se movió para acercarse a los demás. Mark se ajustaba los guantes, con una expresión facial que demostraba el entusiasmo que sentía por jugar aquel partido.

El árbitro les hizo un gesto y los once jugadores que iban a jugar de cada equipo caminaron hacia el equipo. Abigail había sido empujada por Axel para que caminara delante de él y detrás del capitán. Se colocaron frente al otro equipo y la chica aprovechó para estudiarlos de nuevo.

Frunció el ceño cuando el entrenador rival se acercó a sus jugadores. Luego, se giró hacia ellos y paseó su mirada por ellos, deteniéndose en ella y Axel. De reojo, vio como el rubio fruncía el ceño.

—Eres Axel Blaze, ¿Verdad? —cuestionó, aunque obviamente ya sabía la respuesta, recibiendo un asentimiento del chico. Pasó la mirada a la chica. —Y tú eres Abigail Sharp, ¿no? —de nuevo, lo único que obtuvo fue un movimiento afirmativo de cabeza, pero él sonrió. —Genial, a esto hemos venido.

Ambos jugadores lo miraron con algo de confusión. Abigail observó a Axel durante unos segundos, pero el chico parecía tan perdido como ella.

—Hemos venido a comprobar el juego de Axel Blaze y Abigail Sharp. —siguió hablando el entrenador del Occult, haciendo que los dos volvieran a mirarlo. Pero él paseaba la mirada por el resto de los jugadores. —Vosotros... intentad no manchar el juego de ellos dos.

Desde donde estaba, la chica pudo escuchar perfectamente como los dientes de Dragonfly rechinaban con enfado ante lo que el hombre había dicho.

—¿Cómo dice? —estaba molesto, y no se iba a esforzar en ocultarlo.

—Si hemos aceptado este partido es por ellos dos. —comentó el entrenador rival, tranquilo, mientras señalaba a los dos jugadores que anteriormente había mencionado.

Kevin fue detenido por Mark, quien sabía con certeza como su compañero de equipo iba a reaccionar. Por eso mismo, le susurró que no merecía la pena. Pero la chica no estaba para nada dispuesta a dejarlo pasar.

—Me gustaría recordarle que el fútbol no es un juego individual, sino de equipo. —repuso seria, sorprendiendo al hombre puesto que este no se esperaba una contestación. —Si espera una actuación en solitario, le recomiendo encarecidamente que se retire. El Raimon juega en equipo.

—Interesante...—murmuró el hombre. La verdad era que el resto del equipo le importaba tres pimientos y medio. —Este si que será un partido interesante...

Observaron como el hombre abandonaba el césped con una sonrisa satisfecha, mientras Kevin seguía notablemente enfadado por el comentario. En verdad, todo el equipo lo estaba, pero él era el único que lo manifestaba.

—Déjalo ya, Kevin. —murmuró Abigail, todavía seria, mientras se giraba a mirarlo. —Estás mostrándole que ha conseguía lo que pretendía: molestarte. —la atención de todos los del equipo estaba sobre ella. —Vamos a demostrarle que se equivoca, que esto no es individualismo sino juego en equipo, ¿sí?

Kevin asintió, igual que el resto de los jugadores. Suspiró tranquila, recibiendo un guiño de su capitán, quien parecía estar contento con lo que había dicho. Siguió a Blaze y a Dragonfly para colocarse en su posición en el campo.

El pitido del árbitro indicó el comienzo del partido, con el saque de centro de los jugadores del Instituto Occult. Salieron corriendo en dirección al campo del Raimon pero Abigail interceptó un pase con rapidez, frustrando los planes del rival.

Se libró con habilidad y maestría de los centrocampistas del Occult y elevó la mirada. Vio con apatía como habían tapado a Axel, por lo que ocultó una mueca. Kevin le hizo una señal y se lo pasó sin dudarlo. El chico remató con su recién estrenado Remate Dragón, el cual logró entrar en la portería rival.

Kevin chocó la mano con la chica, quien parecía estar sonriendo de forma muy leve. Su mirada se cruzó con la oscura de Axel, quien parecía estar algo molesto por haber sido marcado por tres jugadores rivales.

De nuevo, el Occult sacó de centro y se internó en el campo del Raimon. Esta vez fue Steve el que cortó el pase, lanzándole el balón a Kevin. Este vio a ambos delanteros marcados por jugadores rivales, por lo que apretó los dientes. Pero, para su sorpresa, Abigail dio un salto para librarse de su marcaje y le pasó el balón.

Abigail se apartó el pelo de un movimiento, mientras chutaba el balón hacia arriba. Saltó, mientras su pierna derecha era rodeaba por rayos azules, los cuales no dejaron de chisporrotear. Su bota impactó contra el esférico, haciendo que este fuera rodeado por un aura azul y más rayos. El tiro, su Remate Eléctrico, voló hacia la portería, rodeaba por bolas de rayos azules, que no dejaban de hacer ruido y de chisporrotear. El portero rival realizó una súper técnica para tratar de pararlo, pero el balón acabó en la portería.

Luego de aterrizar con suavidad en el césped, Abigail le ofreció una minúscula sonrisa a Kevin, para luego ambos chocar las manos. Axel había observado la maniobra que la chica había usado para librarse del marcaje y se lo había anotado para sí mismo.

Nuevamente, el Occult sacó de centro, pero esta vez algo cambió. El rostro del entrenador cambió con un movimiento de pelo, mientras comenzaba a murmurar algo por lo bajo.

—¡Bloqueo Espectral! —exclamó Johan Tassman, el capitán, mientras realizaba movimientos con los brazos.

Abigail se quedó quieta, sin ser capaz de mover las piernas. Dirigió su mirada a Axel, quien parecía estar en la misma situación. Ambos observaron con rabia como el jugador rival pasaba por su lado con tranquilidad, como si nada.

Ninguno de los jugadores del Raimon era capaz de moverse, mientras que los jugadores del Occult avanzaban por el campo, escoltando a su capitán y al balón. Se plantaron delante de Mark, quien seguía luchando para intentar moverse.

—¡Tiro Fantasma!

Aunque Mark lo intentó, no fue capaz de moverse para detener el tiro. Fue gol y en ese momento, todos fueron capaces de mover las piernas.

Abigail soltó un gruñido irritado, moviendo levemente las piernas, mientras su ceño se fruncía. Se movió a la vez que Axel para sacar de centro. Los dos compartían la misma expresión facial.

—Aquí pasa algo raro. —señaló ella.

—Tenemos que averiguarlo rápido. —murmuró el rubio, algo molesto, mientras pasaba su oscura mirada por los jugadores del Occult.

Abigail le pasó el balón a Axel y ambos salieron corriendo en dirección al campo rival. Vieron de reojo como Kevin corría por el otro lateral.

—¡Bloqueo Espectral!

La castaña se quedó en mitad de una zancada, sin ser capaz de dar un paso más. Observó con la mandíbula apretada como Tassman pasaba cerca de ellos, casi riéndose. Soltó un gruñido cargado de frustración. Su oído captó algo, al entrenador rival repitiendo una y otra vez lo mismo.

"Tente-tente-detente"

Frunció el ceño, mientras le buscaba sentido a aquello. Hasta que, de pronto, recordó lo que su hermana había leído sobre el equipo rival. Empleaban técnicas de fantasmas y de hipnotismo. Hipnotismo. Eso era. Ahí estaba la calase. Usaban el hipnotismo visual y auditivo para bloquear sus movimientos. En realidad, todo estaba en su mente.

El pitido del gol la hizo salir de su mente, pero le dio igual, ya lo tenía. Todo era ilusorio, incluso la técnica del portero lo era. Consistía en una espiral hecha con las manos, una técnica que los ilusionistas empleaban con frecuencia para hipnotizar al público. Si ellos la miraban, se mareaban y no eran capaces de tirar a puerta. Ahora todo tenía sentido.

Finalizó la primera parte y trotó hacia el banquillo. Tomó la botella de agua que su hermana le tendía y bebió un gran trago, todavía con el ceño fruncido, pero esta vez con concentración. Su mente buscaba una manera de bloquear los dos tipos de hipnotismo. Se giró al escuchar como los chicos se quejaban de lo que había pasado, y ladeó la cabeza al enterarse de que Mark había podido moverse durante unos segundos, aunque no lo suficientemente rápido como para ser capaz de parar el tiro.

—Es hipnosis. —habló, luego de haber calmado su sed, recibiendo al momento la atención de sus compañeros. —Como dijo Celia el otro día, todas y cada unas de sus técnicas son de hipnosis.

—Nos hipnotizan auditiva y visualmente. —añadió Axel, quien también se había dado cuenta.

Los demás los miraban como si estuvieran diciendo una locura. Hasta que William Glass, como siempre queriendo ser el héroe del equipo, sacó una de sus definiciones de manual que acabó por convencerlos.

—Entonces, lo que tenemos que hacer es evitar mirarlos, ¿No? —murmuró Steve, algo inseguro.

—No es tan sencillo. Es cierto que Tassman realiza el Bloqueo Espectral lo hace mientras nos miraba. —razonó Abigail, mientras se llevaba una mano a la barbilla y su mente no dejaba de trabajar. —Quizás si bajamos la mirada no nos afecte, pero todavía está la hipnosis acústica. Para eso necesitamos escuchar otra cosa distinta, que también sea repetida una y otra vez.

—¿Y que hay del portero? —preguntó Kevin, con el ceño fruncido.

—Las manos. —hablaron a la vez los otros dos delanteros. —No mires a las manos.

Dejaron correr el hecho de que habían hablado al mismo tiempo y de que una pequeña chispa los había recorrido por dentro. Habían dado con la clave de la técnica del Occult, de alguna manera.

Volvieron al campo. Axel y Abigail, compartieron una mirada, para luego asentir. El rubio le pasó el balón, para luego salir a atacar. Ella vio como el capitán rival se colocaba para lanzar el bloqueo y silbó a sus compañeros. Mark comenzó a repetir lo que había estado murmurando anteriormente, solo que esta vez más alto.

—Bloqueo Espectral.

Abigail pasó corriendo al lado de Tassman, sin ver la mueca de confusión del chico. Su entrenador estaba igual de confundido que el jugador bajo su mando.

—Axel. —lo llamó.

El chico la miró y asintió, comprendiendo que pretendía. Abigail lanzó el balón al aire, mientras su pierna derecha era rodeada por los rayos azules de nuevo. Su bota impactó contra el esférico, rodeándolo de aura azul y de rayos, mientras volaba hacia Axel. Este giró en el aire, pateando el balón y añadiéndole fuego, aunque no se percató de que tanto los rayos como el fuego llevaban más potencia que de costumbre.

El esférico voló con la súper técnica del Tornado Eléctrico, en dirección al portero rival. Este usó la Espiral de Distorsión, la cual falló estrepitosamente, ya que ambos delanteros habían tenido las miradas fijas en el balón al chutar.

Una vez aterrizaron en el césped, chocaron las manos. Los dos recibieron una pequeña palmadita en la espalda, cortesía de Kevin, quien había estado observando la jugada con atención.

El Occult sacó de centro y se internó en el campo del Raimon. Tassman pasó al lado de Abigail, pero esta ni se movió. Eso llamó la atención del capitán del equipo rival, quien se despistó y Steve aprovechó para robarle el balón con una sencilla entrada.

Tassman observó con la boca abierta como la chica saltaba para recibir el balón y echaba a correr, todo sonriendo de forma muy leve. Pasó a Kevin, quien no acababa de entender el problema con el portero, por lo que decidió hacer algo distinto.

Realizó su Remate Dragón, pero en dirección a encima de la cabeza de Axel. Este abrió los ojos como platos al ver al dragón azul encima suya, pero sus reflejos actuaron y se apresuró a realizar su Tornado de Fuego. Chutó el balón con fuerza, volviendo el dragón rojo. La nueva súper técnica de los dos delanteros voló a la Espiral de Distorsión, pero el tiro la sobrepasó, marcando tanto para el Raimon.

Kevin y Axel chocaron las manos, el primero sonriendo mientras que el segundo simplemente tenía las comisuras de los labios algo curvadas. Abigail los felicitó a ambos, intentando no dar botes de emoción por haber visto aquella combinación.

El pitido indicó el final del partido. El Instituto Raimon había ganado al Instituto Occult. No solo significaba que no se cerraría el club de fútbol, sino que estarían inscritos en el Torneo de Fútbol Frontier.

La castaña cobriza se sintió observada, como si alguien la mirase fijamente, por lo que giró la cabeza. Hasta que su mirada dio con algo que la hizo fruncir los labios en una línea. En la entrada del Instituto había dos figuras que conocía muy bien. Una de ellas tenía el pelo verde, liso, y un parche sobre uno de sus naranjas ojos. La otra, el pelo marrón cobrizo, del mismo tono que el suyo, atado en una coleta de rastas y unas horrorosas gafas encima de unos brillantes ojos rubí. David Samford y su hermano, Jude Sharp.

<< ¿Qué demonios haces aquí, hermano?>>, se preguntó, observándolo.

Antes de que pudiera reaccionar del todo, una cálida mano la tomó por el antebrazo y comenzó a tirar por ella. Giró la cabeza algo aturdida, viendo como Axel la arrastraba hacia los demás. Ya se había imaginado que era él por la calidez que la piel emanaba.

Mark estaba dando saltitos de emoción entre sus compañeros. En cuanto vio a ambos delanteros acercarse, fue en su dirección sin dejar de exclamar lo emocionado que estaba. Ninguno de los dos le dijo nada, solo lo observaron con sutiles sonrisas, pues entendían su emoción.

Después de todo, el Instituto Raimon tendría la oportunidad de luchar por ser el campeón del Torneo de Fútbol Frontier. 


Holiii :D

No tienen ni idea de la flojera que me dá narrar los partidos. Si fueran normales era fácil, pero con todas las súper técnicas y florituras que hacen...me cuesta bastante jejej.

Aquí también he hecho cambios con respecto a la primera versión. Puse a Abby de modo más analítico, como haría Jude (y hace luego de unirse) para mostraros como de unidos están los mellizos hasta cuando no están juntos.

No sufrais, no van a estar seperados para siempre.

Bueno, ¿Qué os ha parecido el capítulo?

¡Espero que os haya gustado!

Recordad mostradmelo mediante vuestro voto y algún que otro comentario. Digamos si a la interacción, ¿vale? (Y háganme feliz, por fi).

Nada más por mi parte, pero...

¡Nos leemos en comentarios!

PD: el próximo capítulo será para la semana. Ya no habrá en los findes de semana, pues comencé de nuevo las clases en la universidad :(

~ I 👑

|Publicado|: 08/09/2021

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